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Por lo general, una infección en las encías se produce debido a la acumulación de placa bacteriana y sarro. Generalmente, la práctica de una higiene oral adecuada puede evitar este tipo de infecciones; sin embargo, increíblemente, son muy frecuentes. Si presentas algún síntoma de una infección, como por ejemplo, inflamación y enrojecimiento de encías, hemorragia, dolor, sensibilidad o mal aliento; primero, intenta tratarla con remedios caseros. Si estos no surten efecto y sientes mucho dolor y malestar, es probable que requieras atención médica profesional para combatir la infección.

Método 1
Método 1 de 3:

Probar con remedios caseros

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  1. Agrega 1 cucharadita de sal a ½ taza (120 ml) de agua y mueve hasta que la sal se disuelva totalmente. [1] Luego, enjuágate la boca con la solución, moviéndola de un lado a otro durante 1 minuto. Repite este proceso de 2 a 3 veces al día hasta que desaparezca la infección, se reduzca la inflamación y tu boca quede sana.
  2. Mezcla 1 cucharadita de cúrcuma, ½ cucharadita de sal y ½ cucharadita de aceite de mostaza o de vitamina E. [2] Mueve los ingredientes hasta que se integren bien y formen una pasta. Luego, frótala generosamente sobre la zona afectada y déjala actuar durante 2 minutos. Escúpela o enjuágate con agua para que quede limpia.
    • La cúrcuma es una excelente alternativa como remedio casero para tratar la infección en las encías, ya que tiene propiedades antiinflamatorias y antibacterianas.
  3. Si vas a usar un enjuague, busca uno que sea 100 % extracto de sábila, podrás encontrarlo en la mayoría de las tiendas de alimentos naturales. Vierte aproximadamente dos cucharadas en una taza y enjuágate la boca moviendo la solución de un lado para otro durante un minuto, de la misma forma como lo harías con cualquier enjuague bucal. Si prefieras usar un gel, busca cualquiera que sea 100 % sábila; en su defecto, también puedes aplicarte el gel que se encuentra dentro de la planta de sábila. [3]
    • La cantidad de gel que se necesita depende del tamaño de la zona afectada. Para empezar, aplícate una cantidad del tamaño de una moneda de diez centavos; luego según se requiera, puedes agregar más hasta cubrir la zona de la infección.
  4. Vierte unas cuantas gotas de miel sobre tu dedo y frótate suavemente la zona afectada. [4] Trata de que tus dientes no se ensucien demasiado con la miel, ya que al tener un alto contenido de azúcar podría deteriorar el esmalte. Deja que la miel actúe sobre tus encías hasta que desaparezca de manera natural.
    • Para obtener mejores resultados, utiliza la miel de manuka de Nueva Zelanda, cuyas propiedades antibacterianas y curativas son más potentes que las de la miel convencional.
  5. Muele completamente un diente de ajo y mézclalo con 1 cucharadita aproximadamente de miel o de aceite de coco hasta que se forme una pasta. Aplícatela sobre las encías y deja que actúe por 2 minutos Luego, deja que desaparezca de forma natural o enjuágate. Tal como sucede con la miel, esta pasta ayudará a eliminar las bacterias que dan origen a la infección. [5]
  6. Ambos aceites tienen un efecto analgésico, por lo que contribuyen a refrescar las encías y a calmar el dolor. Además, combaten la infección, gracias a sus propiedades antisépticas y antibacterianas.
    • Asimismo, el clavo de olor, ayuda a reducir la inflamación ocasionada por la infección. [6]
    • Si tienes las encías irritadas e inflamadas, el aceite de menta es una excelente opción, ya que también actúa como antiinflamatorio. [7]
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Método 2
Método 2 de 3:

Buscar atención médica profesional

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  1. Si los remedios caseros no funcionan y tienes mucho dolor y malestar en las encías, programa una cita con el dentista lo más pronto que sea posible. Mientras más rápido acudas al dentista, más probabilidades tendrás de evitar que el daño a las encías sea mayor o que se extienda hasta los dientes. [8]
    • Si decides probar primero con los remedios caseros, comunícate con el dentista si en el transcurso de unos cuantos días no notas una mejoría o si la infección empeora.
  2. Cuando visites al dentista debido a la infección, lo más probable es que te revise la boca en caso el origen sea una acumulación de placa bacteriana o de sarro. Asimismo, quizá te presione ligeramente las encías para comprobar si sangran fácilmente, lo que sería un signo de infección. Esto puede resultar un poco doloroso; sin embargo, la molestia pasará rápidamente. [9]
    • Durante la revisión es probable que el dentista mida con una sonda la profundidad de las bolsas periodontales en el surco que se encuentra entre las encías y los dientes. Una profundidad de más de 4 mm, significa que se trata de una infección fuerte. [10]
  3. Si el dentista concluye que no se trata de una infección de gravedad y que el origen es la acumulación de placa y de sarro, es posible que te realice un raspado y alisado radicular. [11] Ambos tratamientos implican el uso de instrumental de periodoncia y dispositivos láser o ultrasónicos que permiten eliminar el sarro y los residuos bacterianos que producen la inflamación.
    • Durante el procedimiento, lo primero que se hace es realizar un raspado sobre y debajo del borde de las encías para eliminar la placa y el sarro. Luego, se liman las raíces de los dientes con el fin de que las encías puedan volver a acomodarse.
    • Asimismo, se retira la placa o el sarro que están causando el aumento de la profundidad de las bolsas periodontales entre las encías y los dientes. Una vez que hayan quedado limpias, empezarán a sanar y la profundidad de las bolsas se reducirá. [12]
    • Generalmente, los procedimientos de raspado y alisado radicular no son más dolorosos o incómodos ( si no lo son menos) que una limpieza dental convencional. [13]
  4. Si el dentista determina que tienes una infección leve o si recientemente te has sometido a una cirugía de encías, es probable que recete un enjuague bucal que contenga clorhexidina con el fin de eliminar cualquier tipo de bacteria. [14] A menudo, para que el procedimiento sea más agradable, estos enjuagues vienen en sabor a menta y generalmente se utilizan de la misma forma que los enjuagues convencionales.
    • La frecuencia de uso de estos enjuagues dependerá del tipo de producto en particular, así como de la gravedad de la infección. Por consiguiente, en relación a la frecuencia y a la duración del tratamiento, asegúrate de seguir las indicaciones del dentista.
  5. Tal como sucede con el enjuague bucal, el dentista podría recetarte un antibiótico de uso tópico en forma de gel o uno en pastillas para eliminar las bacterias y combatir la infección. [15] En algunos casos, se suelen recetar ambos, un gel para aplicar sobre los dientes y las encías, más las pastillas como complemento para acabar con las bacterias que provocan la infección. [16]
    • La dosis en ambos casos dependerá del tipo de antibiótico en específico y de la clase de infección en cada caso particular. Para asegurarte de tomar los antibióticos como es debido, sigue las indicaciones del dentista o del farmacéutico.
  6. Si la infección ha avanzado a tal punto que ni los remedios caseros ni la medicación funcionan, probablemente el dentista tendrá que realizar una cirugía para regenerar las encías. Existen varias posibilidades que ayudarán a eliminar la infección.
    • Por ejemplo, la cirugía a colgajo consiste en retirar una parte del tejido de la encía para realizar un raspado y alisado radicular más completo. [17]
    • El injerto de tejido blando se realiza cuando hay retracción del borde de la encía debido a la infección. En este tipo de cirugía se toma parte del tejido del paladar y se coloca en la zona afectada. [18]
    • Si la infección ha ocasionado que una parte del diente se desintegre, será necesario realizar un injerto de hueso o una regeneración tisular guiada. [19]
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Método 3
Método 3 de 3:

Prevenir una infección en las encías

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  1. La mejor forma de evitar este tipo de infecciones es con una buena higiene oral; para esto, asegúrate de cepillarte los dientes de manera regular durante 2 minutos en la mañana y cada noche nuevamente por 2 minutos. [20]
    • Si no estás seguro de que te estás tomando el tiempo necesario para cepillarte los dientes, lleva contigo un cronómetro o un reloj al baño para que controles el tiempo.
  2. Usa hilo dental una vez al día como mínimo para evitar la acumulación de bacterias. Tal como sucede con el cepillado regular de dientes, el uso diario de hilo dental es esencial para mantener una higiene oral adecuada y evitar una infección en las encías. El hilo dental conservará tu boca limpia y libre de infecciones, ya que ayudará a eliminar los residuos y bacterias que el cepillo dental no haya podido quitar. [21]
  3. Acudir al dentista cada 6 o 12 meses para que te examine y te realice una limpieza más profunda es fundamental incluso si mantienes una buena higiene oral. [22] El dentista tiene la capacidad de realizar una limpieza dental más a fondo de la que tú haces en casa, así que mantente al tanto y programa una cita una o dos veces al año.
    • Si eres un paciente de riesgo debido al cigarrillo, síndrome de boca seca o diabetes, quizá necesites acudir al dentista con más frecuencia. Si algunos de estos es tu caso, conversa con el dentista acerca de las posibilidad de establecer un plan de prevención de infecciones. [23]
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Advertencias

  • El cigarrillo, la diabetes, el sida y algunas medicinas, pueden aumentar las posibilidades de desarrollar una infección en las encías. De ser tu caso, habla con el médico sobre la mejor forma de evitar y tratar una infección en las encías de acuerdo a tu situación en particular. [24]
  • Si tienes una infección en las encía y no le das tratamiento, esta puede provocar absceso dental . Por lo tanto, actúa con precaución y dale tratamiento a una infección de encías.
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