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Aunque no es raro que una persona tenga miedo de ir al médico, puede que te cueste trabajo saber qué hacer cuando alguien que quieres necesita atención médica pero se niega a recibirla. No quieres dejarlo pasar fácilmente, pero tampoco puedes obligar a la persona a ir. Convence a tu familiar de que vea a un médico mediante una conversación para compartir sus preocupaciones y comprender mejor su reticencia. Luego, trabaja con ese familiar para encontrar una solución que satisfaga sus necesidades y le permita ver la importancia de ir al médico.

Método 1
Método 1 de 3:

Tener la conversación

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  1. Lo peor que puedes hacer es tratar de convencerlo de que vea a un médico cuando su salud está en peligro. Si lo haces, la decisión puede ser tomada apresuradamente y puede no incluir las mejores atenciones para el pariente. En cambio, comienza a tener la conversación desde el principio. [1]
    • Por ejemplo, en el caso de que una pariente adolescente quede embarazada, pero no confíe en que el médico respete su privacidad. Ella puede temer que este le diga a su pareja o a sus padres sobre el embarazo. Quizás necesitas comenzar a preguntarle sobre su plan de atención prenatal tan pronto como sea posible para que el bebé pueda recibir la atención adecuada con la que la madre se sienta cómoda.
    • Del mismo modo, trata de hacer que tus padres ancianos se hagan chequeos regulares antes de que surja un problema. De esa manera, comprenderás sus deseos y podrás seguir las medidas adecuadas en caso de un grave problema de salud.
  2. No los acorrale en una esquina. Acorralar a un ser querido puede hacerlo aún más resistente a la ayuda. Ten una conversación tranquila y sin presiones. Escoge un momento en el que estén relajados y puedan hablar sin distracciones. Trae el tema de manera casual.
    • Por ejemplo, podrías decir: "Mamá, ¿cuándo fue la última vez que viste a un médico?" o "Jody tuvo que irse temprano para llevar a su padre a la clínica. Me hizo recordar que tú no has ido en un tiempo".
  3. Si un ser querido no está abierto a una sugerencia casual, tendrás que abordar la discusión de frente. Sé claro y directo sobre tus preocupaciones, especialmente si su salud está en un estado crítico.
    • Podrías decir: "Mamá, puedo ver que tu artritis está empeorando. Ni siquiera te levantaste de la cama ayer. Te quiero y estoy preocupado. Me sentiría mucho mejor si vieras a un médico".
    • Ten en cuenta que puedes tener que repetir este paso varias veces antes de que ese ser querido empiece realmente a considerar tus sugerencias.
  4. Si un ser querido sigue mostrándose reacio a ver a un médico, tal vez quieras investigarlo para obtener más información. Averiguar dónde está la raíz de sus dudas puede ayudarte a encontrar una solución viable.
    • Podrías preguntar: "¿No te gusta el médico?", "¿Qué es lo que no te gusta de ir al médico?", o "¿Te preocupa algo en particular?". También podrías tomar un camino más directo preguntando "¿Por qué no quieres ver al médico?" [2]
  5. En algunos casos, las personas pueden evitar ver a un médico porque aún no están preparadas para aceptar la realidad de una situación. Tal vez un ser querido en remisión de cáncer comience a perder peso o a volver a experimentar los síntomas. Tal vez un padre anciano sigue olvidando cosas. Estas personas pueden ser reacias a ver al médico porque el resultado es más de lo que pueden afrontar en este momento. [3]
    • En tales situaciones, debes hacer que el ser querido considere las consecuencias si no toma medidas. Por ejemplo, el cáncer puede reaparecer con toda su fuerza si no empieza el tratamiento de inmediato, o un padre con pérdida de memoria puede lastimarse o perderse por descuido.
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Método 2
Método 2 de 3:

Encontrar una solución

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  1. A menudo, los miembros de la familia están más abiertos a escuchar a personas ajenas que a sus propios parientes. Un amigo respetado de la familia o un líder de la comunidad puede ser capaz de sacar el tema de manera que el pariente sea receptivo. Identifica qué persona es altamente estimada en la vida de tu ser querido. Luego, pídele a esta persona que ayude en tu causa.
  2. Las diferencias de género, las barreras culturales e incluso las diferencias educativas pueden afectar la decisión de una persona de no ver a un médico. Si este es el caso de tu ser querido, trata de trabajar con él para elegir un proveedor de atención médica que se alinee con sus creencias y lo haga sentirse más cómodo. [4]
    • Por ejemplo, es posible que el pariente prefiera un médico de medicina tradicional a un médico de estilo occidental. Si ese ser querido es mujer, puede que prefiera ser atendida por un médico de sexo femenino. Si no le gusta los hospitales, busca un consultorio pequeño e independiente.
    • Arregla una consulta con el médico para que ese ser querido pueda conocerlo antes de ser examinado.
    • Trabaja con él para llevar a cabo la investigación y encontrar un proveedor acreditado que pueda atender las necesidades de tu ser querido y, al mismo tiempo, aliviar su angustia.
  3. El pariente puede sentir menos angustia si también te unes a él en la visita al médico, como paciente. Esto puede liberarlos de la presión de saber que solo ellos tienen un problema. Hazlo de manera casual y relajada, como si ambos necesitaran simplemente un examen anual. Tu ser querido puede estar más inclinado a ver al médico con este método. [5]
    • Por ejemplo, podrías decir: "Papá, estaba pensando que podríamos programar nuestros exámenes juntos este año. Sé que ir contigo me pondrá mucho menos nervioso que ir solo. ¿Te parece bien?".
    • Asimismo, hacerlo como si él fuera a darte apoyo en vez de lo contrario puede quitarle la presión de encima.
  4. A pesar de tu mejor intento, ese ser querido es, en última instancia, el factor decisivo en su tratamiento médico. A menos que corra el riesgo de lastimarse o lastimar a alguien más, no puedes forzar el asunto. Se honesto contigo mismo al reconocer que hay un límite en lo que puedes hacer. [6]
    • Si tu ser querido se niega a ver a un médico, puedes intentar enviarle una carta a este último en la que expongas tus preocupaciones, y esperar a que llame al pariente para una cita.
    • O bien, puedes mencionar un problema a un médico al que tu pariente esté dispuesto a acudir, como por ejemplo contarle en privado a un cardiólogo cualquier problema de memoria que hayas notado con la esperanza de que le pase la información al médico de cabecera.
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Método 3
Método 3 de 3:

Hacer tolerable una visita al médico

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  1. A veces, la forma en la que describes las visitas al médico puede marcar una gran diferencia en los niveles de estrés de una persona. Hablar en tonos preocupados y usar un lenguaje negativo puede hacer que tu ser querido se estrese por la visita. En lugar de transmitir ansiedad, intenta enviar el mensaje de que ver a un médico es una ventaja para su salud. [7]
  2. Ir al médico se vuelve un fastidio cuando, en cada ocasión, todos saca a relucir problemas. Intenta plantear tus explicaciones de forma positiva, concentrándote en los puntos fuertes en vez de en los débiles. [8]
    • Por ejemplo, no digas: "Mamá, te perdiste el otro día y estoy preocupada". Di: "Mamá, queremos hablar con el doctor para saber cómo podemos ayudarte a mantenerte en buena salud para que puedas seguir cuidando de ti misma. Él puede ofrecernos sugerencias para que puedas seguir viviendo por tu cuenta".
  3. Puede parecer demasiado simple, pero ese ser querido puede haber desarrollado una percepción negativa del médico debido al lapso en la que generalmente lo ve. Pregúntale al pariente a qué hora le gustaría programar su cita y haz todo lo posible para satisfacer su petición. [9]
    • Por ejemplo, algunas personas mayores funcionan mejor temprano en la mañana que en las últimas horas de la tarde. El pariente puede sentirse más positivo acerca de la visita si está programada durante este tiempo. [10]
    • Si es posible, considera programar una visita virtual o una consulta por Skype. Ese ser querido puede hablar con el doctor en el ordenador desde su propia casa.
  4. También puedes cambiar la percepción en torno a una visita al médico haciendo el día más emocionante. Ir al médico puede parecer un fastidio, pero puedes hacerlo más divertido y gratificante cuando programas actividades placenteras al rededor de este evento. [11]
    • Por ejemplo, podrías sugerir reunirte con el pariente en el médico e ir luego de compras y almorzar en su cafetería favorita.
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