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Si tienes algún tic nervioso que te impide realizar determinadas tareas o te afecta en tu vida diaria, seguramente quieras dejar de tenerlo o, al menos, poder controlarlo. Dado que estas contracciones nerviosas pueden ser tanto voluntarias como involuntarias, algunas pueden controlarse y otras solo pueden tratarse con medicación o cambios en el estilo de vida para reducir los niveles de estrés. Una de las principales formas de tratar los tics es mediante la terapia conductual que sirve para identificar el impulso de la contracción nerviosa y para buscar un movimiento de reemplazo. También puedes intentar reducir los niveles de estrés para dejar de tener tics nerviosos o probar tratamientos médicos para poder controlarlos. Busca ayuda médica o servicio de asesoramiento para obtener ayuda adicional para reducir los tics.

Método 1
Método 1 de 3:

Comenzar una terapia conductual

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  1. Muchas personas que tienen tics sienten un "impulso" antes del inicio de la contracción nerviosa, como una comezón que es necesario rascar. En algún aspecto, este inicio del tic alivia este impulso. Si puedes identificar qué sucede antes de tener un tic, podrás tomar las medidas necesarias para eliminarlo.
    • Por ejemplo, quizás sientas una determinada tensión en la zona antes de que el tic se manifieste y, a su vez, esta contracción nerviosa libere esa tensión. [1]
    • Por ejemplo, la tensión en la garganta puede desencadenar un tic de aclaramiento de la garganta.
  2. Una vez que puedas detectarlo antes de tiempo, escoge un comportamiento que evite el desarrollo de esta contracción nerviosa. Por ejemplo, si el tic es sacudir los brazos, intenta sujetarlos firmemente contra el cuerpo. [2] Si el tic es aclarar la garganta, respira profunda y lentamente.
    • Es necesario que tomes conciencia del inicio de las contracciones nerviosas, es decir, que logres identificar el impulso anticipatorio. Luego, para cambiar el patrón, tendrás desarrollar un nuevo comportamiento una y otra vez, en especial cuando estés por experimentar el tic.
  3. Si bien puedes practicar estrategias conductuales por tu cuenta, la ayuda de un terapeuta será muy beneficiosa, ya que el profesional puede enseñarte trucos que quizás no habías tenido en cuenta. Además, puede ayudarte a realizar cambios en tu estilo de vida para reducir la frecuencia y la intensidad de los tics.
  4. El comportamiento debe detener el tic en el momento, pero también tiene beneficios a largo plazo. Los terapeutas conductuales consideran que suprimir un tic puede reducir su influencia en la persona, con el paso del tiempo. En otras palabras, detener un tic cada vez que sucede puede significar que aparezca con menor frecuencia. [3]
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Método 2
Método 2 de 3:

Evitar los disparadores

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  1. Si sientes un cansancio excesivo, es posible que los tics empeoren. [4] Para descansar mejor, configura una alarma una hora antes de ir a dormir para recordar que tienes que comenzar a prepararte. Apaga todos los dispositivos electrónicos para comenzar a relajarte y asegúrate de minimizar las distracciones como, por ejemplo, las luces o los sonidos externos. [5]
    • Los adultos necesitan entre 7 y 9 horas de sueño.
    • Los jóvenes de 14 a 17 años necesitan entre 8 y 10 horas de sueño por noche.
    • Los niños de 6 a 13 años necesitan entre 9 y 11 horas de sueño por noche.
    • Los niños de 3 a 5 años necesitan entre 10 y 13 horas de sueño por noche.
    • Los niños de 2 años necesitan entre 11 y 12 horas de sueño por noche y entre 1 y 2 horas de siesta.
    • Los bebés de 1 año necesitan 10 horas de sueño por noche y 4 horas de siesta.
    • Los recién nacidos necesitan entre 14 y 17 horas de sueño.
  2. El estrés puede empeorar los tics, por lo cual es muy importante reducirlo. Intenta realizar al menos 150 minutos de ejercicio regular por semana para reducir el estrés. Puedes nadar, trotar o andar en bibicleta. Cuando te sientas estresado, intenta dedicarte unos minutos para ti mismo. Una buena idea es formar un grupo de amigos que te apoyen, escuchen y te hagan reír cuando te sientas mal. [6]
    • También es importante asumir el control de determinados asuntos de tu vida a medida que surjan. Si sueles preocuparte en lugar de buscar una solución, tu nivel de estrés y ansiedad aumentará, por lo que tomar las medidas necesarias ayudará a reducirlo.
    • Cuando te sientas estresado, escucha música relajante y colorea o lee un libro.
    • También puedes probar yoga o meditación para reducir los niveles de estrés.
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    Evita fumar y beber alcohol. Estos hábitos pueden hacer que sea más difícil controlar los tics, por lo cual es importante esforzarse para eliminarlos por completo. En caso de ser necesario, busca ayuda con un terapeuta o consejero especializado en adicciones.
  4. Por supuesto, no es necesario que se lo cuentes a los extraños. Sin embargo, puede ser beneficioso contárselo a tus amigos más cercanos y a tus familiares. Permite que conozcan tu situación para poder controlar sus reacciones ante los tics. Asegúrate de comentarles que las situaciones estresantes pueden empeorar las contracciones nerviosas. [7]
    • ¡Recuerda que no debes avergonzarte de tus tics! Tan solo padeces una condición médica como el asma, la epilepsia o la diabetes.
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Método 3
Método 3 de 3:

Probar intervenciones médicas

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  1. La medicación principal que se receta para tratar los tics son los antipsicóticos como el haloperidol, la pimozida y el aripiprazol. De hecho, estos son los únicos fármacos aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos para tratar los tics. [8]
    • Habla con tu médico para determinar si estos fármacos son una opción viable en tu caso. Pide una cita con un profesional y discute el uso de estos medicamentos a corto plazo mientras desarrollas cambios conductuales.
    • Estos fármacos pueden provocar estreñimiento, sequedad de la boca, visión borrosa y aumento de peso. [9]
  2. Si bien los antipsicóticos son los únicos fármacos aprobados para tratar los tics, muchos médicos administran otros medicamentos para el tratamiento de las contracciones nerviosas. Pregúntale a tu médico cuál es la mejor opción para tu caso en particular. Una vez que los tics estén bajo control, habla nuevamente con el profesional para reducir la dosis hasta dejar de tomar la medicación por completo. [10]
    • Dos opciones pueden ser la clonidina o la guanfacina. Generalmente, estos fármacos se recetan para tratar la hipertensión, pero pueden ayudar tanto con los tics como con el TDAH (Trastorno por déficit de atención con hiperactividad). [11]
    • Otra opción es el clonazepam que también se utiliza para tratar la ansiedad.
    • La tetrabenazina puede ser efectiva si padeces la enfermedad de Huntington, aunque también sirve para tratar la depresión. [12]
    • Algunas personas experimentan buenos resultados con el topiramato, una medicación para tratar la epilepsia.
  3. Este procedimiento consiste en la inyección de toxina botulínica (botox) en el músculo que, en ocasiones, puede ayudar a relajarlo y a disminuir los tics. Sin embargo, se aplica únicamente en pequeñas áreas específicas del cuerpo, por lo cual solo debe utilizarse como último recurso. [13]
  4. En muy pocos casos, esta cirugía puede ser una buena opción. El procedimiento consiste en insertar pequeños electrodos en el cerebro que están conectados a un generador de pulso en el pecho. Este generador envía pequeñas corrientes eléctricas para regular los tics. [14]
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