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Los conflictos son una parte normal de las relaciones y, en ocasiones, no es posible evitarlos. Sin embargo, existen algunas formas útiles para minimizarlos cuando surgen. Comienza por utilizar técnicas para reducir la tensión entre tú y la otra persona, como al no mencionar el asunto, postergar una conversación difícil o recurrir al humor. Si necesitas hablar de algún conflicto con alguien, enfócate en el problema, y no en la persona en sí. Luego, busquen soluciones juntos. También puedes reducir el conflicto al ser más consciente de tus emociones y las de los demás.

Método 1
Método 1 de 3:

Reducir la tensión

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    Deja ir el problema si mencionarlo no mejorará la situación. En algunos casos, la mejor forma de evitar un conflicto es dejarlo ir y no mencionarlo en absoluto. Pregúntate cuál es el beneficio de hablar del tema. Si determinas que no lograrás nada positivo, entonces no lo menciones. Esto puede ser difícil, en especial si tienes sentimientos fuertes con respecto al tema, pero quizás sea mejor dejarlo pasar a largo plazo. [1]
    • Sin embargo, ten en cuenta que no siempre es posible evitar un conflicto. Quizás necesites abordar algunos asuntos directamente. Por ejemplo, si sientes que es necesario hablar de una situación para evitar que un problema similar surja en el futuro o para mantener tu integridad personal (como en un conflicto en el lugar de trabajo), entonces es posible que tengas que hablar del tema.
  2. Si realmente sientes que necesitas expresarte con la persona, ¡está bien! Sin embargo, es importante que lo hagas de manera tranquila y respetuosa. No grites ni culpes al otro. Usa afirmaciones en primera persona para manifestar tus inquietudes y evita gritar o ponerte muy nervioso. [2]
    • Por ejemplo, puedes decir algo así como “Siento que no me tienes en cuenta cuando no me preguntas qué opino antes de hacer una compra importante. Realmente me gustaría expresar mi opinión en el futuro”.
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    Posterga la conversación si necesitas más tiempo para pensar. No hay nada de malo en postergar la conversación hasta que puedas pensar bien y calmarte. Cuando las emociones están a flor de piel o simplemente no sabes cómo lidiar con una situación, dile a la otra persona que necesitas un poco más de tiempo para pensar antes de hablar. [3]
    • Por ejemplo, puedes decir algo así como “Quiero hablar del tema contigo, pero aún no estoy preparado. ¿Podemos hablar más tarde, a la noche?”.
    • También puedes decir algo así como “Necesito un poco más de tiempo para procesar esto, pero hablaré contigo tan pronto como sea posible”.
    CONSEJO DE ESPECIALISTA

    Amber Rosenberg, PCC

    Coach de vida
    Amber Rosenberg es coach de vida profesional, coach de carrera y coach ejecutiva que reside en el Área de la Bahía de San Francisco. Como propietaria de Pacific Life Coach, tiene más de 20 años de experiencia en coaching y en corporaciones, empresas de tecnología y organizaciones sin fines de lucro. Se formó en el Coaches Training Institute y es miembro de la International Coaching Federation (ICF).
    Amber Rosenberg, PCC
    Coach de vida

    Nuestra experta afirma: si un amigo hace algo que te molesta y quieres hablar del tema, espera uno o dos días antes de actuar. Si aún te sientes molesto después de algunos días, es una señal de que será beneficioso para la relación si conversas del tema.

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    Señala que discutir no mejorará la situación. Si la tensión comienza a acumularse entre tú y la otra persona, tómate un momento para identificar lo que sucede y dile que no es productivo. Esto puede ayudar a calmar las cosas y tener una conversación más tranquila. [4]
    • Por ejemplo, puedes decir algo así como “Podemos sentarnos aquí a gritarnos todo el día, pero eso no resolverá nuestro problema. En cambio, trabajemos juntos para resolverlo”.
  5. En algunas situaciones, es posible que puedas hacer un chiste para expresarte y evitar una discusión. Sin embargo, no hagas una broma a costa de alguien más ni digas nada malvado. Procura que tus comentarios sean respetuosos y bromistas. [5]
    • Por ejemplo, si tu mejor amigo siempre llega tarde cuando hacen planes, puedes hacer una broma al decirle algo así como “La próxima vez que no me veas, voy a adelantar 20 minutos todos tus relojes”.

    Consejo : asegúrate de sonreír al recurrir al humor para dejar en claro que estás bromeando y que tu intención no es discutir.

  6. Si comienzas a tener problemas con un compañero de trabajo, un amigo, un familiar o tu pareja, actúa de inmediato. No esperes a que el tema desaparezca o se aclare solo, dado que podría empeorar. [6]
    • Esperar y detenerte en problemas solo empeorará las cosas. Antes de siquiera notarlo, el asunto tomará otras dimensiones y será más difícil de resolver.
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Método 2
Método 2 de 3:

Hablar con la persona

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  1. Escojan un horario en que nadie los interrumpa y tengan mucho tiempo para sentarse a hablar del tema. Procura que el encuentro sea en un lugar neutro. Puede ser privado o semiprivado, dependiendo de la naturaleza del conflicto. [7]
    • Puedes enviarle un mensaje o decir “Realmente quiero hablar de algo contigo más tarde. ¿Podemos encontrarnos en la sala de conferencias a las 3:30 p. m.?”.

    Consejo : si te preocupa que la situación se salga de control en función de las interacciones pasadas con esta persona, procura tener un mediador presente para la conversación. Esta persona debe adoptar una postura neutra durante la conversación y ayudar a que fluya de manera productiva. Por ejemplo, si tienes un problema con un compañero de trabajo, el director de Recursos Humanos podría ser la mejor opción para un mediador.

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    Describe el problema en términos de los hechos ocurridos, sin enfocarte en lo que la persona ha hecho. Es importante evitar culpar o enfocarse en las acciones de la persona al hablar con ella acerca del problema. Concéntrate en el problema, y no en la persona. Para ello, puedes decir cuál ha sido el problema y qué es lo que debe suceder para resolverlo. [8]
    • Por ejemplo, puedes decir algo así como “Dado que no se ha cumplido con el plazo, necesitamos compensar el tiempo perdido”.
    • No digas algo así como “No has cumplido con el plazo, así que ahora todos estamos atrasados”.
  3. Escucha con atención cuando la otra persona comparta su visión. Una vez que hayas expresado el problema, permite que tu interlocutor hable y escúchalo con atención. Ponte frente a él, haz contacto visual y aleja cualquier cosa que pueda distraerte, como tu teléfono. También puedes asentir con la cabeza y hacer afirmaciones neutras para indicar que escuchas, como “Sí”, “Sigue” y “Entiendo”. [9]
    • Si dice algo que no comprendes bien, pídele una aclaración. Para ello, puedes decirle algo así como “¿Qué quieres decir cuando dices que no has recibido instrucciones de nadie?”.
  4. Una vez que hayas expresado el problema y escuchado su versión de las cosas, enfócate en encontrar una solución. Pídele a la otra persona que te ayude a encontrar una solución para promover el trabajo en equipo y demostrar que no quieres estancarte con lo ocurrido. [10]
    • Puedes decir algo así como “Ahora que sabemos lo que tenemos hacer, encontremos la forma de que suceda. ¿Qué crees que podría ser útil?”.
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    Considera los conflictos como oportunidades de crecimiento y aprendizaje. Si tienes un conflicto con alguien, enfócate en el aspecto positivo. Por más que la situación sea desagradable, puede ayudarte a crecer como persona y desarrollar habilidades nuevas. Si el conflicto es con tu pareja o un amigo, quizás los una más al final. Si es con un compañero de trabajo, podrías aprender una estrategia nueva para lidiar con los conflictos en el lugar de trabajo a medida que te esfuerzas por resolver el asunto. [11]
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Método 3
Método 3 de 3:

Lidiar con las emociones intensas

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    Desahógate con un amigo de confianza o un familiar. Escoge una persona (amigo o familiar) que no comparta lo que le cuentes con los demás, dado que esto podría empeorar la situación. En cambio, acude a alguien de confianza con quien te sientas cómodo para hablar del asunto. Esta conversación podría ayudarte a sentirte mejor e identificar formas de resolver el problema sin empeorar la situación. [12]
    • Por ejemplo, si tienes un problema con un compañero de trabajo, puedes hablar del tema con tu pareja o tus padres.
    • Si tienes un conflicto con tu pareja, puedes hablar con un grupo de amigos cercanos. Pasar tiempo con tus amigos también puede mejorar tu forma de pensar y ayudarte a sentirte mejor.
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    Presta atención a la forma en que tus emociones afectan tu cuerpo. Si quieres evitar un conflicto, lo mejor que puedes hacer es conservar la calma. Para ello, pregúntate cómo te sientes de manera regular. Observa si estás molesto y dónde experimentas sensaciones en tu cuerpo. [13]
    • Por ejemplo, la ira se puede manifestar como una rigidez en el pecho, una sensación palpitante en el estómago o una tensión en los hombros.

    Consejo : haz una verificación de todo tu cuerpo algunas veces a lo largo del día para detectar posibles tensiones. Comienza por prestarle atención a la sensación en los dedos de los pies y sigue en sentido ascendente hasta alcanzar la cabeza. Luego, enfócate en liberar la tensión a través de un masaje o ejercicios de respiración profunda.

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    Practica técnicas de relajación que puedas usar para calmarte. Molestarte solo empeorará el posible conflicto. Dado que no te ayudará a resolver el problema, lo mejor es conservar la calma. Si observas que comienzas a estresarte o molestarte, utiliza una técnica de relajación para calmarte, como respirar profundo , practicar yoga o meditar. [14]
    • Practica técnicas de relajación todos los días para poder usarlas para calmarte cuando lo necesites.
    • Por ejemplo, puedes tomarte 15 minutos antes de acostarte todas las noches para practicar tu técnica de relajación escogida. Cuanto más la practiques, más efectiva será.
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    Sé empático con los demás cuando tengas un conflicto. La empatía es el proceso de ponerse en el lugar del otro para saber cómo se siente. Esto puede ayudarte a comprender mejor por qué una persona dice o hace ciertas cosas, y para poder identificarte mejor con ella. Practicar la empatía también te ayudará a desarrollar tu consciencia emocional en general. [15]
    • Para practicar la empatía, pregúntate cómo podría sentirse la otra persona antes de reaccionar.
    • También puedes prestar atención a las señales faciales, como el ceño fruncido o las lágrimas, para tener una mejor idea de sus emociones.
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