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En algún momento de la vida estudiantil, es probable que te des cuenta de que estás muy ocupado como para terminar todo lo que debes finalizar. Esta sensación es común y tiene sentido considerando el reto de equilibrar todos los diferentes aspectos de la vida académica . Sin embargo, puedes aprender a organizar una agenda apretada para mejorar tu productividad y cumplir con todas tus responsabilidades. En particular, establece y mantén un horario organizado, evita las distracciones y organiza tu tiempo de forma productiva. [1]

Método 1
Método 1 de 3:

Elaborar y mantener un horario

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  1. Como estudiante, es probable que tengas responsabilidades semanales recurrentes. Además, recibirás una notificación antes de tus plazos y exámenes más importantes. Usando esta información, empieza a elaborar un calendario principal. Ya sea que uses un calendario mensual de papel o un calendario en línea, ingresa cada compromiso semanal y cada fecha importante en cuanto te los comuniquen. [2]
    • Incluye otras actividades regulares, como un horario de trabajo fijo y tiempo para desplazarte.
    • Publica un calendario principal de papel arriba de tu escritorio o ten guardado un calendario electrónico en tu computadora para acceder rápidamente a él.
    • Es posible que vuelvas a elaborar tu calendario principal cada semestre, debido a los cambios en tu carga de cursos u horario laboral.
    • Considera la posibilidad de usar una agenda semanal. Las agendas semanales tangibles, que por lo general son lo suficientemente pequeñas para que las lleves con facilidad contigo, pueden ser herramientas excelentes. Si planeas usar una agenda semanal, simplemente agrega también esta información en tu agenda.
  2. Las lecturas más importantes de cada clase se encuentran en el sílabo. Ingresa toda la información importante de cada sílabo en el calendario principal el día que la recibas. No es necesario que registres detalles muy específicos, en parte porque querrás hacer planes más específicos una semana a la vez. [3]
  3. Si bien podría parecerte más práctico guardar tu calendario principal en una plataforma electrónica, aun así también debes llevarlo en papel. Lo ideal es que imprimas cada semana un documento cuadriculado de una página. Esto ya tendrá tus compromisos semanales y las fechas próximas, y tendrá espacio para que anotes un horario más flexible y específico para la semana. [4]
    • Tus impresiones semanales ya tendrán tus compromisos recurrentes. Luego, puedes agregar los detalles específicos (como qué páginas de qué libro debes leer antes de cierto día).
    • Tal vez el mayor beneficio de una agenda semanal es que tu horario siempre estará contigo: listo para que lo revises rápidamente en cualquier momento.
  4. Incluye las reuniones, actividades sociales y todos los componentes extracurriculares de tu vida en tu agenda semanal. Simplemente anotando todos tus compromisos en forma organizada, mejorarás tu habilidad para priorizar las tareas y cumplir con todas tus responsabilidades. [5]
    • No te olvides de programar tiempo para comer y dormir. Por lo general, la vida de un estudiante ocupado puede hacer que se salte las comidas y estudie tarde por la noche. No dejes que estas conductas se vuelvan habituales programando un tiempo adecuado para comer y dormir todos los días.
  5. Cada semana, dedica un tiempo específico para estudiar y prepararte para cada una de tus clases. Es probable que la cantidad de tiempo para cada clase cambie de una semana a otra según tus tareas o exámenes, pero asegúrate de dedicarle un tiempo mínimo a cada una de ellas. [6]
    • Por ejemplo, separa 2 horas a la semana para prepararte para las clases más fáciles y 4 horas para prepararte para las clases más difíciles, además de tiempo adicional para las tareas.
    • Programa una cantidad de tiempo breve, como 15 minutos, justo antes de cada una de tus clases. Esto te ayudará a prepararte para la clase revisando el material y preparando tu mente para concentrarte en el contenido de la clase. Una sesión de revisión similar justo después de cada clase te ayudará a seguirle el ritmo a las clases que te parezcan complicadas.
  6. Aparte de planear de antemano y de llevar una agenda semanal, lleva una lista de tareas para asegurarte de completar tus tareas diarias. Considera la posibilidad de escribir esta lista en tu calendario semanal físico. [7]
    • Si vas a usar una impresión de tu calendario principal, usa un formato horizontal con una columna para cada día. Al final de la columna (o al final de la sección para cada día en una agenda semanal), anota todas las tareas diarias que debas completar.
    • Esta lista de tareas incluye cosas como lavar la ropa, ir de compras o recordar que debes comprar una nueva carpeta de tres anillos.
  7. Todos los días, tómate unos minutos para planear las siguientes 24 horas. Hazlo justo antes de ir a dormir o a primera hora en la mañana. Revisa la semana, adapta tu horario diario y agrega en tu lista de tareas cualquier cosa que debas terminar. [8]
  8. El ejercicio habitual puede ayudarte a disminuir la ansiedad o la tensión, mejorar tu estado de salud en general e incluso ayudarte a cumplir con las demandas de una agenda apretada. Asegúrate de hacer ejercicios por lo menos una vez por semana. Lo ideal es que participes en una actividad en equipo programada cada semana. Así mismo, asegúrate de dedicar un buen tiempo cada semana a relajarte. Escribe con lápiz en una caminata o toma una siesta en la playa. Caray, salir a bailar una noche incluso podría ayudarte a prepararte para otra semana ocupada. [9] [10]
  9. Dicho de otra manera: sé flexible. Vas a pasar más tiempo averiguando que lo planeado ¿y te empiezas a estresar al respecto? Sal a trotar rápidamente. El punto está en que tu horario no está escrito en piedra y que no dejes que evite que hagas lo que debes hacer. [11]
    • Por ejemplo, ¿se te han acumulado las tareas del día? Suspende la cita que programaste. Mientras más pronto lo hagas, mejor, tanto para ti como para tu cita.
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Método 2
Método 2 de 3:

Evitar las distracciones y la postergación

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  1. El espacio físico en el que pases tiempo afecta en gran medida tu productividad potencial. Especialmente durante los momentos dedicados a estudiar, ve a cualquier lugar donde sea menos probable que te distraigas. Para algunos estudiantes, este lugar es la casa, pero para otros es la biblioteca o una cafetería concurrida. [12]
  2. Los auriculares pueden eliminar las distracciones ocasionadas por cosas que escuches. Si prefieres estudiar en silencio, usa auriculares que cancelen el ruido. Algunos modelos reproducirán ruido blanco. Como alternativa, reproduce música electrónica de ambiente o clásica (cualquier cosa sin letra) para darte un sonido de fondo que podría mejorar tu capacidad para concentrarte.
  3. Este paso es más importante de lo que podrías pensar. Si ves que usas Instagram durante los momentos que has separado para estudiar, cierra la aplicación de inmediato y vuelve a trabajar. Si esta o cualquier otra aplicación evita constantemente que seas más productivo, considera la posibilidad de eliminarla de tu celular.
  4. ¿El ómnibus no viene hace 10 minutos? Resístete a las ganas de empezar a revisar Tinder y más bien abre tu correo. Envíale a tu profesor o empleador esa pregunta que has querido formular. Aun mejor, lleva en todo momento fichas de una de tus clases más difíciles. Incluso una pausa para ir al baño puede ayudarte a prepararte para ese próximo examen de química orgánica. [13]
  5. Piensa en llamar a un amigo más tarde en la noche después de estudiar algunas horas. Darte algo qué esperar en realidad puede mejorar tu concentración antes de recompensarte. Además, el estudio concentrado seguido por un momento de relajación es más productivo que estudiar intercalado con llamadas o mensajes de texto no planificados. [14]
    • Si notas que te distraes, vuelve a trabajar y recuerda que tienes planes para socializar más tarde en la noche. Esto te ayudará a evitar que te distraigas de nuevo.
  6. Si algo está en tu mente y evita que cumplas con tus responsabilidades, deja todo lo que estés tratando de terminar y aborda la distracción. Pasa unos minutos prestándole toda tu atención a esa distracción. Es más probable que te puedas concentrar después de abordar algo que te ha estado distrayendo. [15]
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Método 3
Método 3 de 3:

Perseguir objetivos y usar otros trucos de gestión del tiempo

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  1. Establecer objetivos para ti mismo es una parte importante de usar tu tiempo con sabiduría. Aunque es probable que te esfuerces por logros más amplios, los objetivos específicos son más útiles para tus sesiones de estudio. [16]
    • Evita los objetivos imprecisos y poco medibles como “Leer para la clase de filosofía”. Más bien, date el objetivo de leer 15 páginas o a Sartre y escribe algunos párrafos sobre la prueba. De forma similar, en lugar de “Estudiar para el examen de biología”, establece el objetivo de “Completar 2 hojas de trabajo del capítulo 3”.
  2. Para que puedas conseguirlos, debes poder alcanzarlos en un tiempo breve y realista. Establecer el objetivo de estudiar 28 horas la siguiente semana en realidad no te ayuda a estudiar 30 horas después. Sin embargo, tomar la decisión de estudiar 4 horas todos los días la siguiente semana puede obligarte a alcanzar las 28 horas de estudio. [17]
  3. Estás pensando en empezar a escribir un artículo mañana y ya es tarde. Sin embargo, te aparece una idea. Aprovecha los momentos como estos sentándote para registrar tus ideas. No es necesario que empieces a escribir, pero puedes adelantarte a las tareas de mañana leyendo las indicaciones del artículo y concretando tu tema específico. [18]
  4. Divide cualquier sesión de estudio mayor de 90 minutos. De hecho, piensa en estudiar solo 45 a 90 minutos por vez, con descansos de 10 a 15 minutos entre cada sesión concentrada. [19]
    • Establece un horario que incorpore un total de 3 horas de estudio cada día, divididas en varias sesiones de estudio.
    • Si fuera posible, estudia durante el día y no en la noche, puesto que tu mente podrá concentrarse mejor y tu memoria retendrá más.
  5. Una vez al mes, pasa unos minutos reflexionando acerca de tus objetivos a largo plazo. ¿La forma en que pasas tu tiempo contribuye al logro de estos objetivos? Si no es así, busca maneras de modificar tu horario y conducta para asegurarte de estar bien encaminado para lograr tus objetivos tanto a corto como a largo plazo. [20]
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