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Los arbustos de gardenia se ven hermosos en cualquier jardín. No obstante, si los dejas por sí mismos, pueden volverse un poco desaliñados. Asegúrate de podarlos luego de que hayan terminado de florecer, usando unas tijeras para podar afiladas. Primero debes sacar las flores muertas y luego recortar los tallos que alteren la forma natural del arbusto de gardenia.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Sacar los tallos muertos

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  1. Observa con regularidad si hay flores muertas en la planta durante su temporada de florecimiento (serán marrones o negras, y por lo general no se verán saludables). Pellizca con el pulgar y dedo índice detrás de la base de la semilla abultada, que se encuentra detrás de la base de la flor. Saca el tallo muerto de la rama. [1]
    • Esta práctica se conoce como cortar las flores marchitas.
    • Es posible que necesites usar tijeras para podar para los tallos más gruesos.
  2. Busca y pellizca las flores descoloridas o muertas una vez por semana. Si las sacas con regularidad, podrás fomentar el crecimiento de flores más grandes y duraderas, e incrementar también la cantidad que florecerá más adelante. [2]
  3. Si podas el arbusto usando tijeras antes de que termine de florecer, podrías dañar las flores que están creciendo. En lugar de eso, planifica podarlo luego de que la temporada de florecimiento haya terminado, pero antes de que la temperatura diurna sea menor a 18 °C (65 °F). Sabrás que es tiempo de podar el arbusto una vez que las flores empiecen a marchitarse. Pódalo 1 o 2 semanas después de que ya no aparezcan flores. [3]
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Podar su forma, tamaño y vegetación

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  1. Usa unas tijeras para podar de mano para las ramas que tengan un grosor de más de 4 cm (1 pulgada y media). En el caso improbable de que haya ramas mucho más grandes que lo mencionado, usa una sierra de hoja delgada. [4]
  2. Mezcla una solución compuesta por 1 parte de alcohol y 1 parte de agua. Sumerge las cuchillas en la mezcla o usa un trapo limpio para limpiarlas con esta solución. Sin embargo, si ha pasado un tiempo desde que usaste las tijeras, remoja las cuchillas en la mezcla por 10 minutos aproximadamente. Luego, deja que se sequen con el aire. [5]
    • También puedes usar una solución compuesta por 1 parte de lejía y 9 partes de agua.
    • Limpia las cuchillas luego de cortar las ramas enfermas o infectadas y cuando pases de una planta a otra.
    • Si no las desinfectas, podrías transferir accidentalmente los insectos o la enfermedad de una rama (o planta) a otra.
  3. Párate lo suficientemente lejos del arbusto de modo que puedas verlo por completo en comparación con el área alrededor de él. Luego, decide qué tamaño y forma te gustaría que tenga. Una vez que empieces a podar, da unos pasos hacia atrás con frecuencia para asegurarte de mantener la forma y el tamaño que quieres. [6]
  4. Este ángulo te ayudará a cortar las ramas con mayor facilidad. Asimismo, esto evitará que dañes las ramas principales del arbusto si te acercas demasiado a ellas. [7]
  5. Cortar las ramas más viejas y gruesas permitirá que haya espacio para el nuevo crecimiento. Dependiendo de cuán grande sea el arbusto, puedes podar más de la mitad de las ramas más viejas. [8]
    • Las ramas más viejas suelen ser del color marrón más oscuro posible y los más gruesos.
  6. Luego de haber disminuido las ramas más viejas, poda las demás. A medida en que podes las ramas, asegúrate de realizar los cortes por encima de la rama del tallo o el nodo de una hoja para fomentar el nuevo crecimiento en ese lugar. [9]
    • La rama del tallo es donde los tallos más delgados se ramifican en ramas más gruesas. El nodo de una hoja es la protuberancia en el extremo del tallo de la hoja en la rama.
  7. Además de podar el arbusto para mantener su forma y tamaño, puedes podarlo para fomentar el crecimiento en ciertas áreas. Si podas la parte inferior del arbusto más allá del exceso de vegetación (hasta un par de pulgadas), esa área volverá a crecer más llena. [10]
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Cuidar el arbusto

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  1. Regar regularmente fomentará un follaje grueso y el crecimiento de flores. La tierra alrededor del arbusto debe estar casi siempre húmeda. La frecuencia con que deberás regarlo dependerá de cuán seco sea el clima. [11]
  2. Uno de los mejores momentos para fertilizar el arbusto es después de haberlo podado. Usa un fertilizante con una proporción 3-1-2 o 3-1-3 de nitrógeno, fósforo y potasio. Sigue las instrucciones del empaque del fertilizante para saber la cantidad que debes usar y mézclalo en la tierra alrededor de la gardenia. [12]
  3. Debes buscar si hay cochinillas, orugas, áfidos, moscas blancas, trips y ácaros. Si ves cualquiera de estos insectos en el arbusto, intenta usar un remedio natural para eliminarlos. Si la infestación es mala, quizás debas usar un insecticida. [13]
    • Para deshacerte de los áfidos, rocía agua sobre ellos cada 2 o 3 días hasta que desaparezcan.
    • En el caso de las moscas blancas y ácaros, intenta aplicar un aceite de nim o jabón insecticida en la gardenia.
    • Usa las manos para sacar las orugas del arbusto.
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