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Quizás estés cansado de que tus profesores te miren de esa forma tan desgarradora cuando les dices que nuevamente olvidaste tu tarea. Quizás sacudan la cabeza en silencio al escuchar que la terminaste y que, de hecho, disfrutaste hacerla, pero simplemente la olvidaste en casa. Peor aún, quizás llegas a casa y te das cuenta de que sí habías llevado la tarea a la escuela solo que olvidaste entregarla (otra vez). Por fortuna, puedes seguir determinados pasos comprobados para ayudarte a recordar que debes entregar tus tareas.

Método 1
Método 1 de 4:

Organizarte para mejorar tu productividad

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  1. Para ello, emplea carpetas, mejor si son de las que tengan muchas mangas o bolsillos. Lo ideal es usar un archivador o una carpeta en forma de acordeón de manera que los materiales para más de una materia puedan estar organizados en el mismo lugar. Para mantenerte al tanto de cuáles son los materiales necesarios para hacer tus tareas, es importante que todo esté en el mismo lugar. De esta forma, también podrás asegurarte de llevar contigo la tarea terminada a clase.
    • Puedes conseguir las carpetas clásicas de dos bolsillos que se doblan por un lado en todos los colores imaginables o con motivos de los héroes de historietas, personajes de caricaturas o equipos deportivos que más te gusten. Puedes comprar varias de estas carpetas y colocar en cada una el material para una materia.
    • Si optas por mantener el contenido de cada materia en carpetas separadas, llévalas contigo durante toda la jornada escolar. Para ello, podrías usar un archivador de tres aros.
    • Otra alternativa es conseguir una carpeta en forma de acordeón. Estas carpetas son maravillosas, ya que tienen múltiples bolsillos que por lo general vienen con una solapa o algún otro mecanismo para que todos tus materiales permanezcan en su lugar. De esta forma, tu organización mejorará de inmediato. [1]
  2. Independientemente de que vayas a usar un archivador en donde coloques varias carpetas o una carpeta en forma de acordeón, debe haber un lugar específico para las tareas de cada una de tus materias. Incluso podrías tener dos espacios por materia: uno para las tareas en las que estés trabajando en ese momento y otra para los materiales de respaldo.
    • Apenas recibas cualquier nota, hoja de clase, hoja de ejercicios o material para una tarea, colócalos en el lugar correcto y déjalos allí en todo momento en que no los necesites.
    • Lleva siempre contigo tus materiales de organización. Lleva tu archivador o carpeta de acordeón a clase para asegurarte de siempre tener contigo tus tareas en todas tus clases.
    • Lee el artículo Cómo ser organizado en la escuela para obtener más consejos.
  3. Revisa que tengas todo el material que vayas a necesitar para hacer las tareas que debas hacer. Tampoco olvides los libros de texto, ya que, si no sueles llevarlos a clase, es probable que hayan ido a parar a lo más profundo de tu casillero.
    • Revisa tres veces tu mochila todas las mañanas antes de ir a la escuela. Lo último que quieres es olvidarte en casa las tareas que hayas hecho. Asegúrate de llevar contigo tus materiales de organización y de que estos contengan tus tareas terminadas.
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Método 2
Método 2 de 4:

Desarrollar estrategias para no olvidarte las tareas

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  1. Para asegurarte de hacerlo siempre, una opción es entregar la tarea al momento de entrar a clase. Sin embargo, es posible que tus profesores hayan establecido ciertas reglas o tengan sus propias preferencias y esto quizás no te sea posible.
    • Saca tu tarea terminada de su carpeta apenas te hayas sentado y colócala frente a ti sobre el pupitre. Déjala allí hasta que te sea posible entregarla.
    • Consigue otra carpeta solo para las tareas que hayas terminado y colócala en la parte delantera del archivador. De esta forma, cada vez que busques el material para cualquier materia, tendrás un recordatorio de tus tareas terminadas.
  2. Actualiza tu agenda con frecuencia. Mantente siempre al tanto de lo que debas entregar con una semana de anticipación para así poder estar consciente de antemano de los plazos conforme vayan acercándose.
    • Registra todas tus tareas apenas tengas conocimiento de ellas. Incluye toda la información de la forma más detallada posible. Por ejemplo, anota los capítulos o los números de página de los libros de texto y otros materiales relacionados con cada tarea.
    • Revisa el plan de estudios o cronograma de cada materia (si lo hay) y registra en tu agenda las fechas de entrega que figuren allí.
    • Incluye también la información relacionada con los momentos en los que no puedas dedicarte a tus tareas, como los ensayos de música o los entrenamientos deportivos, los trabajos como niñera o las comidas en familia.
  3. Hoy en día, muchas personas utilizan calendarios electrónicos. Si bien este tipo de calendarios tiene sus propios beneficios, y tenerlos en tu propio teléfono asegura que los lleves siempre contigo, de todas formas puedes adoptar con facilidad el hábito de llevar siempre contigo también una agenda física, sobre todo en los días de escuela. Asimismo, las agendas físicas también ofrecen ventajas importantes. [2]
    • Es más fácil actualizar las agendas físicas, ya que puedes simplemente añadir o editar cosas de una forma rápida.
    • Usar un implemento físico de escritura para tachar una tarea que hayas terminado siempre es muy satisfactorio.
    • Es más apropiado usar una agenda física en clase, lo cual es un factor de particular importancia, ya que las tareas suelen asignarse en clase y debes poder registrarlas de inmediato.
  4. Aunque no actualices el calendario de tu teléfono celular con tanta frecuencia, de todas formas puedes usar tu teléfono como un recordatorio secundario de tus fechas de entrega. Programa la alarma para la noche anterior a la fecha de entrega de una tarea y en un horario en el que vayas encontrarte en casa. Cuando la alarma suene, revisa que hayas terminado la tarea, que esté archivada en la carpeta correcta y que la hayas colocado dentro de tu mochila.
    • Tu profesor también puede ser un excelente recordatorio. Puedes hablar con él si tienes problemas para llevar tus tareas a clase, ya que podría brindarte consejos útiles e incluso podría recordarte la entrega de la tarea el día anterior.
    • Si le pides a tu profesor que empiece a darte recordatorios, es probable que haga lo mismo para toda la clase. De esta forma, esto también les será útil a tus compañeros para recordar sus propias tareas.
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Método 3
Método 3 de 4:

Emplear tu tiempo de una forma más eficiente

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  1. Determina cuáles son los momentos que tengas libres para dedicarlos a tus tareas. Dependiendo del día de la semana, tendrás una cantidad diferente de tiempo disponible para hacer tus tareas, por lo que deberás planificar en concordancia. Si hay ciertos días de la semana en los que practiques actividades extracurriculares, adopta el hábito de hacer con anticipación las tareas para las que tengas conflictos de tiempo.
    • Considera el tiempo que tendrás que dedicar a terminar una tarea y planifica tu horario en concordancia.
    • Programa las partes específicas de los proyectos de mayor escala en horarios separados. [3]
    • Si te cuesta separar periodos de tiempo lo suficientemente largos para hacer tus tareas, debes tener en cuenta que es algo que tienes que hacer. Por ejemplo, si todas las noches pasas bastante tiempo socializando con tus amigos (ya sea en línea o en persona), puedes hacer todas tus tareas antes de salir o de conectarte a Internet.
  2. Esto mejorará casi de inmediato tu capacidad para terminar más cosas en un día normal. Con tan solo levantarte media hora más temprano todos los días, este tiempo adicional puede servirte para avanzar con alguna lectura y con otras responsabilidades.
    • Empezar el día de esta forma incrementará tu productividad en general y hará que estés preparado para sesiones de trabajo más eficientes. [4]
    • Cíñete a ello. Es probable que, si adoptas el hábito de levantarte más temprano, también empieces a acostarte más temprano.
    • No sucumbas a la trampa de quedarte despierto hasta tarde haciendo tareas. En las altas horas de la noche, disminuyen en gran medida tu concentración y tu productividad.
  3. Aprovecha los periodos de estudio o los periodos libres durante la jornada escolar o el tiempo por las mañanas antes de que comiencen las clases para hacer tareas. Aunque te parezca obvio, esto podría requerir un mayor esfuerzo del que te imaginas, ya que podrías distraerte fácilmente con tus amigos o con lo que hagan los demás.
    • Si tiendes a distraerte visualmente, puedes usar audífonos o sentarte de forma que mires a una pared.
    • Ten presente que, si terminas tus tareas durante la jornada escolar, podrás aprovechar tu tiempo libre para hacer lo que quieras, como pasar tiempo con tus amigos.
  4. Debes empezar a pensar en tus tareas apenas te las asignen. Una razón para ello es que, de esta forma, te asegurarás de comprender lo que necesitarás para hacerla (en cuanto al tiempo y los materiales) antes de que llegue el momento de ponerte a trabajar realmente.
    • Si no estás seguro en cuanto a alguna tarea, debes consultarlo con tu profesor apenas te surja alguna duda.
    • Los días jueves y viernes, empieza a trabajar en tus tareas para el fin de semana. Si sabes que tendrás tareas para el fin de semana, puedes tratar de terminarlas antes para poder relajarte y disfrutar del fin de semana.
    • No esperes hasta la noche del domingo para empezar a hacer tus tareas.
    • Trata de programar tus actividades sociales los sábados y trabaja en tus tareas por lo menos unas horas el viernes por la noche. En caso de que tengas planes para el viernes por la noche, trata de dedicar unas horas el sábado a hacer tus tareas.
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Método 4
Método 4 de 4:

Mantenerte enfocado en tus tareas

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  1. Para algunas personas, lo ideal es estudiar en un lugar tranquilo y privado, pero el nivel de productividad de cada uno varía según el entorno. De hecho, algunas personas logran concentrarse mejor cuando a su alrededor hay mucha gente y un poco de ruido.
    • Puedes probar diferentes entornos de estudio hasta encontrar uno en el que puedas concentrarte mejor.
    • Evita los lugares que tengan pantallas, sobre todo de televisión. Esto se refiere también a tu teléfono celular. Guárdalo en tu mochila y déjalo ahí mientras estudies, revisándolo únicamente durante los descansos que hayas programado. [5]
    • Usa tapones para los oídos o audífonos. Esto ayudará a disminuir la frecuencia de las distracciones auditivas, independientemente de que estudies en una biblioteca o en una cafetería. Escucha música que no tenga letra y que sea más bien ambiental en lugar de música que tenga una línea de bajo. Al elegir la música, enfócate en la "música de fondo". Sin embargo, de todas formas puedes escuchar música que te guste.
    • Para estudiar en casa, puedes hacerlo en alguna habitación libre de interrupciones por parte de los miembros de tu familia o tus compañeros de piso. Avísales que vas a estar haciendo tareas durante una determinada cantidad de tiempo y pídeles que te dejen tranquilo.
  2. Trabaja junto con algún amigo que también tenga tareas que hacer (quizás las mismas tareas que tú). Si trabajas con alguien más, esto en realidad podría incrementar tu capacidad para concentrarte en tus tareas.
    • Trabajar con un amigo también evitará que te preguntes sobre lo que los demás estén haciendo. Hasta podría hacer que sus sesiones de estudio se sientan como si solo estuvieran pasando el rato.
    • No estudies con amigos que suelan interrumpirte o que tengan problemas para concentrarse. Cuando hayas terminado tus tareas, podrás pasar tiempo con quien tú quieras.
  3. Esto incluye tus materiales de organización, tus libros de texto u otro tipo de recursos y el equipo necesario para hacer la tarea (aunque solo sea un implemento de escritura y papel o bien tu computadora y su cargador).
    • También debes incluir un bocadito saludable y una botella de agua. Podrás continuar trabajando en tus tareas durante más tiempo si no tienes que levantarte para buscar algo de comer o beber.
    • Lleva también notas adhesivas. Extrañamente, son muy útiles, ya que te permiten establecerte recordatorios visuales de las cosas importantes y marcar las páginas de los libros con los que estés estudiando o consultando con frecuencia.
  4. Gracias a las computadoras, la productividad del ser humano ha incrementado en gran medida. En una computadora, puedes hacer investigaciones, escribir y editar mucho más rápido. Sin embargo, debes evitar que todas las actividades no productivas que también pueden realizarse en una computadora constituyan una distracción de tus tareas.
    • Asimismo, puedes usar una computadora para organizarte. Para ello, aprende más sobre los sistemas de almacenamiento basados en la red, como Google Drive y Dropbox. Puedes usarlos para guardar archivos y luego acceder a ellos desde cualquier lugar con tal que tengas una conexión a Internet. [6]
    • También debes usar una memoria USB. Debes guardar todos tus archivos electrónicos tanto en un sistema de almacenamiento basado en la red como en una memoria USB, la cual siempre debes llevar contigo (por ejemplo, puedes conseguir una que puedas colocar en tu llavero). De esta forma, podrás imprimir otra copia de tu tarea en la escuela en caso de que olvides la copia física y ya no tendrás que recrear ese escenario desafortunado de haberte olvidado la tarea.
  5. Cada vez que te sientes a hacer la tarea, debes comprometerte a hacerlo durante un determinado periodo de tiempo y establecerte un descanso corto. De esta forma, no te abrumarás ni te agotarás en los días en los que estudies durante largas horas y tu mente podrá mantenerse enfocada.
    • Puedes tomarte un descanso de 10 minutos después de 50 minutos de trabajo. [7]
    • Durante estos descansos, sal a caminar un poco, ve al baño, haz ejercicios físicos breves (estiramientos, lagartijas o saltos de tijera) o simplemente dedícate a hacer algún quehacer simple.
    • Evita distraerte con cualquier actividad que te dificulte volver a trabajar o que coloque a tu mente en un modo poco adecuado para el estudio. Por ejemplo, evita llamar a alguien con quien no hayas hablado en mucho tiempo ni juntarte con amigos que solo estén pasando el rato sin estudiar.
    • Al terminar tus tareas (no antes), date alguna recompensa. Por ejemplo, evita aprovechar un descanso para sacar un pote de helado del refrigerador si has tenido un antojo desde hace tiempo. En cambio, espera hasta haber terminado todas tus tareas de ese día para disfrutar del helado de forma que puedas concentrarte del todo (o no concentrarte) en cada bocado.
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Consejos

  • Si sigues teniendo dificultades para terminar todo lo que tengas que hacer a pesar de hacer tu mejor esfuerzo por organizarte, planificar y concentrarte en tus tareas, habla con tus padres o con un consejero escolar. Estos últimos en particular están capacitados para ayudar a los estudiantes y estarán gustosos de brindarte estrategias y otras opciones de manera que puedas tener una mayor capacidad para que te vaya bien en la escuela.
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