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Las posibilidades de lo que podrías ver al mirar el aura de alguien son infinitas. Y aprender a leer y a proteger tu propia aura puede ser importante para tu salud física, emocional y espiritual. No tienes que ser un místico para leer un aura. De hecho, se cree ampliamente que todos podemos ver el aura (la habilidad de leer auras) y que podemos verlas fácilmente cuando somos niños. Lee los pasos a continuación para así recuperar tu habilidad de ver auras.

Método 1
Método 1 de 3:

Comprender las auras

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  1. Mientras que, en general, se piensa que las auras son atmósferas distintivas que rodean a una persona, te debes dar cuenta de que las auras son más específicas que eso. Algunos consideran que están formadas por vibraciones, vibraciones electrofotónicas que se generan en respuesta a algún tipo de excitación externa. Lo que es clave sobre el aura es que contiene información sobre la esencia de la persona u objeto al que rodea.
  2. Las auras alrededor de los humanos están compuestas en parte por radiación electromagnética (EM) que abarca de la radiación de microondas e infrarroja (IR) en el extremo de la baja frecuencia, a la luz UV en el extremo de alta frecuencia. La luz UV está más relacionada con nuestra actividad consciente (pensamiento, creatividad, intenciones, sentido del humor y sentimientos) y es la parte que se puede ver a simple vista. [1]
  3. El aura consiste en siete niveles (también llamadas capas o cuerpos aúricos), y éstos corresponden a los siete chakras en el cuerpo. Cada nivel tiene su propia frecuencia única, pero también se relaciona con y afecta a los niveles que lo rodean. En consecuencia, si un nivel está desbalanceado, puede crear un desequilibrio en los otros niveles. [3]
  4. Aprender a ver el aura de alguien te puede decir mucho sobre esa persona y sobre su carácter. Aprender a ver tu propia aura puede inspirarte a hacer cambios que mejorarán las señales que irradias.
  5. Las auras existen en una amplia gama de colores, lo que comunica un mensaje sobre la persona u objeto al que rodean. Mientras que hay muchas variaciones, cada una con un mensaje específico, estos son los colores básicos.
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Método 2
Método 2 de 3:

Limpiar tu aura

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  1. Atraemos las energías de otras personas sin siquiera saberlo. Cuando esas energías son negativas, afectan nuestra aura negativamente. Podrías haber tenido una experiencia como esta: estás de buen humor y esperando pasar un rato con un amigo. Estás disfrutando de tu velada, pero en algún momento te das cuenta de que te sientes irritable y ansioso. Cuando llegas a casa, estás totalmente de mal humor, y no estás seguro de cómo fue que te sucedió. Una situación como esta indica que debes limpiar tu aura. Aun si tu aura no parece estar desequilibrada, es buena idea limpiarla periódicamente para liberar todas las energías negativas.
  2. Concéntrate en tu primer chakra, ubicado en la base de tu columna, asociado con el color rojo. Visualízalo anclado a la tierra por una luz roja que se extiende debajo de él. Luego visualízate bañado en una lluvia de luz dorada brillante que cae del sol. Deja que la luz penetre tu cuerpo y tu aura. Mantén esta imagen por un tiempo. Luego visualiza una luz violeta extendiéndose de la suela de tus pies a la coronilla. Vela y siéntela como una cobija cálida y protectora y cree que tiene la habilidad de sanar y proteger cualquier apertura en tu aura. En este punto, el proceso de limpieza y sanación se ha iniciado, y deberías sentir que te vuelves más fuerte, liberando la energía negativa y sintiéndote más tranquilo. Medita sobre este sentimiento por un rato. Cuando te sientas cómodo, imagina una luz blanca que rodea tu aura limpia para una protección adicional. [4]
  3. Puedes hacer otras cosas para proteger y fortalecer tu aura; éstas incluyen el masaje, escudo, corte de cuerda e intervención celestial.
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Método 3
Método 3 de 3:

Ver auras

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  1. Una buena manera de comenzar a ver auras es practicar sentirlas. Eso significa prestar atención a cómo te sientes en presencia de alguien. Respira profundamente, exhala y luego concéntrate en las sensaciones físicas en tu cuerpo y en tu reacción intuitiva. Pregúntate cómo te hace sentir estar cerca de esa persona: ¿sereno? ¿inquieto? ¿agitado? Piensa qué color le adjudicarías a esta persona. A medida que tus habilidades se desarrollen, sentir y ver auras te resultará más fácil. [9]
  2. Nuestra visión periférica está menos dañada que la parte central de nuestra retina, y tiene células fotosensibles más sanas. Además, dado que con el correr de los años hemos entrenado nuestra visión central a acostumbrarse a ciertas maneras, puede resultar difícil recurrir a ella ahora para ver de la manera nueva requerida a fin de ver auras. Un ejercicio simple que puedes hacer es practicar concentrarte en un punto por entre 30 y 60 segundos, esto aumentará tu sensibilidad a la luz. [10]
  3. Entrenar un poco con los colores primarios, brillantes, puede ayudarte a desarrollar la habilidad de ver auras. Cubre un libro en papel azul o rojo y páralo derecho sobre una mesa a varios centímetros (pies) de distancia. Asegúrate de que la pared detrás del libro sea blanca o neutra y de que la luz de la habitación sea suave pero no tenue. Cierra los ojos y respira profundamente varias veces, relájate y luego abre los ojos y mira el libro. No te enfoques en el libro, en su lugar mira un poco al costado y más allá de él. Después de un rato verás un aura pálida y angosta surgiendo del libro, que cambiará a un amarillo o verde brillante mientras sostienes un enfoque suave. [11]
  4. Haz que un amigo se pare a 5 m (18 pulgadas) de distancia frente a una pared lisa y blanca en una habitación que no esté demasiado iluminada. Mira a la pared detrás de tu amigo y a un par de centímetros de distancia de su cuerpo. No mires a la persona, o perderás la imagen del aura. En su lugar mira más allá de donde está parado e intenta notar un área alrededor de la persona en la que la pared de fondo podría verse un poco más claro que el resto. Intenta ver el color; pregúntate qué color usarías para describir esta área. [12]
  5. Siéntate en una habitación tenuemente iluminada y relájate. Respira profundamente un par de veces. Establece en tu mente la meta de ver tu propia aura y concéntrate en eso. Es importante que creas que esto es algo que puedes hacer. Pon tus dedos índices juntos, frotándolos y empujándolos uno contra el otro. El aura es "pegajosa", y una vez que un dedo se pegue con el otro, la energía "colgará" entre los dedos. Ahora, concéntrate en el área entre los dedos mientras continúas frotándolos. Después de un rato, separa tus dedos, dejando alrededor de 1,3 centímetros (1/2 pulgada) de espacio entre ellos. Concéntrate en el espacio entre ellos y observa si puedes ver una niebla, bruma o humo coloreado entre tus dedos. [13]
    • Con un entrenamiento continuo, el aura se volverá más clara y sencilla de ver. Cuando lo sea, repite el ejercicio con tus manos, frotándolas y apartándolas para ver el aura entre ellas.
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Consejos

  • Relájate, respira profundamente y concéntrate.
  • Ten cuidado de no ser demasiado obvio cuando mires las auras de otras personas, podrían pensar que las estás mirando.
  • No canses tus ojos.
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