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Cuando te lavas el pelo, eliminas toda la suciedad y los residuos acumulados en el cuero cabelludo, pero también la grasa natural que, en cierta medida, es necesaria. Además, debido al uso habitual de secadores y planchas, de productos químicos y a las condiciones climáticas, tu pelo puede quedar seco, encrespado y dañado. Sin embargo, esto se puede solucionar fácilmente utilizando acondicionador. Hay tres tipos principales de acondicionadores, todos formulados para suavizar e hidratar el cabello: el acondicionador corriente, el acondicionador sin aclarado y la mascarilla capilar.

Método 1
Método 1 de 3:

Utilizar acondicionador corriente

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  1. Debes utilizar acondicionador corriente siempre que te laves el pelo, justo después de enjuagarte. Este tipo de acondicionador sirve para reparar el daño causado por el secador, la plancha, los productos químicos y otros factores medioambientales y climatológicos. Elige un tipo de acondicionador con propiedades que se adapten a las necesidades específicas de tu pelo; tengas el pelo rizado y encrespado o frágil y liso, podrás encontrar un acondicionador formulado para tratar tu cabello.
  2. Métete en la ducha y procede con tu rutina habitual de higiene. Debes aplicarte el acondicionador una vez que te hayas lavado y enjuagado el cabello, así que antes de nada, frótate el cuero cabelludo y el pelo con tu champú favorito. Insiste en el cuero cabelludo, con cuidado de no pegar tirones, ya que podrías dañar las puntas y debilitar el cabello, haciéndolo más quebradizo.
  3. Aunque puede que esto no sea lo más apetecible, enjuágate utilizando agua tan fría como seas capaz de soportar. El agua fría es menos agresiva para el pelo que el agua caliente, y ayuda a cerrar las cutículas del cabello y a prevenir la rotura. Retira todo el champú con agua fría, con cuidado de no pegar tirones si pasas los dedos entre los mechones. Cuando los dedos hagan ruido al deslizarlos entre el cabello, sabrás que has eliminado todo el champú.
  4. Si tienes el cabello chorreando, ningún acondicionador que te apliques penetrará bien en la fibra capilar, por lo que no notarás sus beneficios. Si tienes el pelo muy corto, probablemente no tengas que escurrírtelo mucho. Sin embargo, si tienes el pelo largo, deberás emplear algo más de tiempo a escurrírtelo hasta eliminar todo el agua posible.
  5. Vierte un poco de acondicionador sobre la palma de la mano; la cantidad necesaria variará dependiendo del largo del cabello, pero como mínimo tendrás que usar una cantidad de producto del tamaño de una avellana (en el caso de que tengas el pelo a la altura de la barbilla o más corto). Si tienes el pelo muy largo, puede que necesites cubrir toda la palma de la mano con acondicionador. Extiende el producto a lo largo de las puntas, intentando aplicarlo mechón por mechón. Debes aplicarlo solo sobre las puntas, ya que esta es la parte del cabello que necesita hidratación (la que lleva más tiempo expuesta a los daños). Si aplicas acondicionador cerca de las raíces y del cuero cabelludo, puedes obstruir los folículos y ralentizar el proceso de crecimiento del pelo, además de aumentar la producción de sebo. [1]
    CONSEJO DE ESPECIALISTA

    Gina Almona

    Estilista profesional
    Gina Almona es la propietaria de Blo It Out, una peluquería con sede en la ciudad de Nueva York. Con más de 20 años de experiencia en capacitación de belleza, el trabajo de Gina ha aparecido en People Magazine, Time Out New York y Queens Scene. Ha podido mantener una nueva perspectiva en la industria al demostrar y participar en ferias comerciales y talleres como el International Beauty Show. Recibió su capacitación en cosmetología en la Escuela de Belleza de Long Island en Astoria.
    Gina Almona
    Estilista profesional

    Nuestra experta señala: procura aplicarte el acondicionador únicamente desde el eje intermedio hasta los extremos. A medida que tu cabello crece, las raíces desarrollan un aceite natural. Si te aplicas acondicionador en las raíces, se volverán demasiado grasosas, lo cual puede añadirles peso.

  6. Este paso es relativamente opcional; cuanto más tiempo dejes que el producto actúe, más beneficios obtendrá tu cabello. Si tienes prisa, puedes enjuagarte inmediatamente después de aplicártelo, pero ten en cuenta que tu cabello no quedará tan suave y brillante como de costumbre. Prueba a aplicarte acondicionador y, después, lavarte el resto del cuerpo y la cara mientras dejas que actúe. Una vez que hayas terminado de lavarte (normalmente uno o dos minutos después), puedes enjuagarte el acondicionador para conseguir un resultado óptimo.
  7. Dando por hecho que habrás vuelto a aumentar la temperatura del agua para no pasar frío, te recomendamos que la bajes de nuevo todo lo que puedas soportar. Como hemos comentado antes, el agua fría es más saludable para el pelo y para el cuero cabelludo. Dedica unos cuantos minutos a enjuagarte para retirar el acondicionador; si notas que aún tienes el pelo "resbaladizo", quiere decir que aún no has eliminado todo el producto. Cuando el pelo haya quedado suave sin resultar excesivamente resbaladizo, podrás parar de enjuagártelo. Escúrrete el pelo y listo.
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Método 2
Método 2 de 3:

Utilizar acondicionador sin aclarado

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  1. Al igual que sucede con el acondicionador corriente, hay muchas variedades de acondicionadores sin aclarado entre las que tendrás que escoger dependiendo de tus necesidades. Hay dos tipos principales de acondicionador sin aclarado: en crema y en espray. El primero es más adecuado para el cabello grueso, largo o rizado, ya que aporta algo de peso a las puntas. El segundo tipo es mejor para el cabello fino o liso, ya que es algo más ligero.
  2. Sigue tu rutina habitual de lavado. El acondicionador sin aclarado no requiere enjuague tras su aplicación (como su nombre sugiere), pero deberás utilizarlo con el cabello húmedo. Sigue las indicaciones del método anterior para lavarte el pelo y aplicarte acondicionador y, después, sécatelo con una toalla para eliminar el exceso de agua.
  3. Generalmente, se recomienda utilizar una cantidad del tamaño de un guisante para cabellos de longitud media o para un grosor estándar, pero esta cantidad variará dependiendo de la persona. Siempre puedes añadir producto, así que empieza con la cantidad mínima que creas que necesitas.
  4. Frótate las manos para extender el acondicionador y empieza a aplicártelo a lo largo de las puntas, mechón por mechón. Al igual que con el acondicionador corriente, evita aplicarte el producto cerca del cuero cabelludo o de las raíces; limítate a tratar la zona más dañada del cabello, normalmente desde la mitad del largo hasta las puntas.
  5. Utiliza un peine de púas anchas para peinarte después de aplicarte el acondicionador sin aclarado. De esta forma, extenderás mejor el producto y evitarás que se concentre más en unas zonas que otras, dejando unos mechones grasientos y otros secos. [2]
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Método 3
Método 3 de 3:

Utilizar mascarilla

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  1. Todas las mascarillas cumplen la misma función: reparar el cabello crónicamente dañado o seco. Por lo tanto, no hay demasiados tipos de mascarilla entre los que elegir; simplemente existen diferentes marcas. Busca una mascarilla que se ajuste tanto a tu cabello como a tu presupuesto.
  2. Enjuágate el cabello con agua templada o fría (cuanto más fría, mejor). Puedes lavarte el pelo primero si quieres, pero el principal objetivo es mojártelo bien. Cuando hayas terminado, escúrretelo eliminando todo el exceso de agua posible.
  3. Coge un poco de mascarilla con los dedos y aplícate una capa gruesa por toda la cabeza. Aunque debes insistir en las puntas principalmente, puedes extender el producto desde las raíces. Asegúrate de separar bien la melena mechón por mechón para que la mascarilla quede bien repartida.
  4. Ponte un gorro de ducha para evitar el roce del cabello con la ropa y con el rostro. Sigue las indicaciones específicas del producto que hayas elegido y deja que actúe. Normalmente, la mascarilla tarda entre 20 y 30 minutos en actuar. Si quieres obtener los mejores beneficios del tratamiento, puedes aplicar calor medio con el secador sobre el cabello mientras la mascarilla actúa.
  5. Quítate el gorro de ducha y enjuágate con agua a la mínima temperatura que puedas soportar. Dedica entre 3 y 5 minutos a enjuagarte el cabello para eliminar la mascarilla, con cuidado de que no queden restos una vez que hayas terminado. Cuando el pelo no resulte resbaladizo, sabrás que has eliminado todo el producto. Una vez lo hayas hecho, serás libre de secarte el pelo y peinarte como quieras. [3]
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Consejos

  • Evita utilizar secadores, planchas y productos químicos de forma regular, ya que dañan el cabello y, para repararlo, tendrás que utilizar aún más acondicionador.
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