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En ocasiones, si te estiras de una manera particular, podrás notar un chasquido o crujido en las articulaciones. Si te duele o molesta el tobillo, a veces estirarlo de manera intencional para que cruja puede proporcionarte el alivio que necesitas. Crujir las articulaciones es perfectamente normal y no es peligroso, aunque el sonido a veces puede molestar a las personas que están cerca. [1] Si quieres crujir el tobillo, prueba uno de estos estiramientos, pero detente de inmediato si sientes dolor mientras los haces.

Método 1
Método 1 de 3:

Colocar los dedos del pie en punta

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  1. El pie debe estar ligeramente separado del suelo, con espacio suficiente para flexionarlo en diferentes direcciones. Unos 5 u 8 cm (2 o 3 pulgadas) deberían ser suficientes. [2]
    • Si sientes inestabilidad, coloca la mano en una pared o en un mueble resistente para ayudarte a mantener el equilibrio.
    • Si lo necesitas, también puedes hacer este ejercicio sentado.
  2. Mantén la rodilla recta y estira los dedos del pie hacia delante tanto como puedas o hasta que sientas alguna molestia. Después de unos 15 segundos, relaja el pie para volver a una posición neutral. [3]
    • Si el tobillo no cruje, puedes volver a intentarlo o estirarlo en otra dirección.
  3. Después de cada movimiento, mantén el pie en su lugar durante 15 segundos y luego relájate. Una vez el tobillo cruja, puedes detenerte o continuar con los estiramientos si quieres aflojarlo aún más. [4]
    • El tobillo solo crujirá cada 20 minutos, por lo que no es necesario seguir estirándote, a menos que lo desees.
  4. Intenta hacer cinco círculos en rotaciones pequeñas, medianas y grandes. Hazlo primero en una dirección y luego en otra. Si el tobillo no crujió con los estiramientos, las rotaciones pueden ayudar a que lo haga. [5]
    • Si el tobillo no cruje después de las rotaciones, déjalo reposar antes de intentar otro método.
    • Ten en cuenta que aunque los tobillos no crujan, estos estiramientos siguen siendo buenos para mejorar la amplitud de movimiento de los mismos.
  5. En ocasiones, es posible que solo haya que crujir uno de los tobillos. De ser el caso, no es necesario cambiar al otro lado. No obstante, si has aflojado los músculos de un tobillo, puede ser mejor estirar el otro también, aunque no cruja. [6]
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Método 2
Método 2 de 3:

Trazar el alfabeto

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  1. Asegúrate de tener un buen equilibrio y de estar cómodo. Moverás los pies durante varios minutos y no querrás torcerte la espalda. [7]
    • Si lo necesitas, cambia de posición para que el peso se apoye sobre el pie que aún está en el suelo.
    • Quizás te sientas más cómodo en una silla con brazos, de modo que puedas usar las manos para ayudarte a cargar el peso.
  2. Para este ejercicio, girarás el tobillo en diferentes direcciones hasta que cruja. Deja suficiente espacio para mover el pie sin chocar con el suelo. [8]
  3. Al trazar el alfabeto, estarás forzando el tobillo en una variedad de ángulos y movimientos diferentes que normalmente no realizarías. Uno de estos movimientos puede ser el indicado para crujir el tobillo. [9]
    • Repite el alfabeto una o tres veces, según sea necesario.
    • Esto hace trabajar muchos de los músculos externos e intrínsecos que controlan el tobillo y el pie.
  4. Si quieres crujir ambos tobillos, traslada el peso en la silla, devuelve el primer pie al suelo y levanta el otro. Incluso si el tobillo no cruje, siempre es una buena idea calentar ambos lados del cuerpo de manera uniforme. [10]
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Método 3
Método 3 de 3:

Realizar ejercicios de apoyo

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  1. Para este ejercicio, estarás más cómodo y estable si te sientas en el suelo. Si te resulta incómodo sentarte justo sobre el suelo, puedes hacerlo sobre un cojín o una pila de mantas. [11]
    • También puedes realizar este ejercicio sentado en una cama o en un sofá.
  2. Esta será una especie de postura de loto modificada. La parte exterior del pie debe descansar sobre la parte superior de la rodilla opuesta. Esta posición debe sentirse cómoda y no ser tensa. [12]
    • Si sientes alguna molestia en el tobillo, la rodilla o la zona lumbar, detente inmediatamente.
  3. Usarás las manos para manipular el tobillo, así que asegúrate de sujetar bien el pie. Sujétalo con firmeza, pero no lo aprietes tanto que resulte incómodo. [13]
  4. Asegúrate de estirar el tobillo suavemente, en círculos lentos, manteniéndolo extendido tanto como te resulte cómodo. Sin embargo, no fuerces el tobillo hasta el punto que resulte incómodo. [14]
    • Si lo necesitas, puedes repetir esto con el otro pie.
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Advertencias

  • Detente de inmediato y consulta con un médico si alguno de estos ejercicios te resulta doloroso.
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