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El cactus es una maravillosa alternativa a las plantas comunes que demanda poco mantenimiento. Moldeado por los climas secos desérticos, no requiere mucha agua o cuidados y puede sobrevivir a las condiciones climáticas extremas. Es por eso que es una opción ideal para los nuevos dueños de plantas y los viajeros.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Plantar un cactus a partir de semillas

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  1. Cuando se trata de conseguir semillas para tu cactus, tienes dos opciones: comprarlas en una tienda de jardinería o recolectar las tuyas propias de un cactus que ya tengas a tu disposición. Aquí vas a elegir entre precio y practicidad: las semillas comerciales son económicas y vienen empaquetadas, mientras que las recolectadas son gratuitas pero demandan un poco más de trabajo.
    • Si vas a comprar semillas, no tendrás problemas en encontrarlas a la venta. Muchas tiendas físicas de artículos de jardinería venden semillas de cactus, mientras que las tiendas virtuales te permiten navegar con facilidad por cientos de variedades antes de hacer tu pedido.
    • Por otro lado, si deseas recolectar tus propias semillas, primero busca las vainas o los frutos del cactus. En general, estos son brotes de colores vivos del cuerpo del cactus que producen flores. Cuando las flores caen, la vaina o el fruto están maduros y listos para su cosecha (asumiendo que han sido polinizados).
  2. Retira las vainas o los frutos del cactus antes que se sequen. Las vainas no deben estar empapadas, pero aún deben estar húmedas al tacto por dentro. Las semillas (que se encuentran en el interior de las vainas o los frutos) pueden variar en aspecto de un cactus a otro. Algunas serán puntos discretos de color negro o rojizo que se distinguen con claridad uno del otro, mientras que otras son tan pequeñas que parecen polvo o arena.
    • Las vainas "maduras" con semillas maduras deben desprenderse con un leve giro de la mano, dejando la fibra o algodón interior en el cactus. Si la vaina no sale con facilidad, significa que no está lista para ser recolectada.
  3. Después de retirar todas las vainas maduras del cactus, es hora de retirar las semillas que estas contienen. Para empezar, corta la parte superior de las vainas con un cuchillo afilado. Luego, corta un lado para exponer las semillas. Por último, retira las semillas raspándolas con cuidado desde el interior de la vaina.
    • Obtener las semillas de variedades tropicales de cactus puede ser distinto a obtener las semillas de un cactus del desierto, pero el concepto general es el mismo: retira los frutos de la planta y ábrelos para exponer las semillas. Por ejemplo, las semillas del cactus de Navidad, una variedad tropical, pueden cosecharse retirando el fruto semejante a un arándano y apretándolo o rasgándolo para exponer las semillas negras y pequeñas. [1]
  4. Ya sea que hayas comprado o cosechado las semillas a partir de un cactus existente, debes plantarlas en macetas limpias y poco profundas con tierra adecuada. Humedece bien la tierra antes de plantar pero no dejes que quede nada de agua estancada. Luego, esparce las semillas a lo largo de la superficie de la tierra (no las entierres). Por último, cúbrelas ligeramente con una capa fina de tierra o arena. Las semillas de cactus solo tienen una cantidad pequeña de energía almacenada y si las plantas muy profundo, no alcanzarán la superficie antes de agotarse.
    • El cactus requiere tierra bien drenada, sobre todo las variedades desérticas que son susceptibles a las enfermedades a causa del agua estancada. Prueba una mezcla de 1/3 de composta, 1/3 de arena hortícola y 1/3 de perlita. [2]
    • Si la tierra utilizada para plantar no está pasteurizada (debe estar indicado en el paquete), debes considerar calentarla en el horno a 150 °C (300 °F) por media hora para mantener las plagas o patógenos en la tierra.
  5. Una vez húmeda la tierra y las semillas plantadas, cubre la maceta con una tapa transparente (como el papel film) y colócala en una zona donde las semillas reciban una buena cantidad de luz solar. Una ventana soleada es un buen lugar. La luz solar no debe ser intensa y constante, pero sí fuerte al menos por unas horas al día. La tapa transparente retendrá la humedad en la maceta a medida que el cactus empieza a brotar mientras y permitirá la llegada de la luz al cactus.
    • Ten paciencia mientras esperas a que el cactus germine. La germinación puede tardar desde varias semanas hasta varios meses, según la especie de cactus que cultives.
    • El cactus tropical está acostumbrado al ambiente con sombra bajo el dosel de la selva y por ende, requiere menos sol que el cactus del desierto. En general, es suficiente con cultivar un cactus tropical en una zona bien iluminada que no reciba luz directa del sol. Por ejemplo, las macetas colgantes bajo un toldo son un excelente lugar para el cactus tropical.
  6. Aunque el cactus del desierto en su hábitat natural suele estar expuesto a los cambios extremos de temperatura (desde un calor extremo durante el día hasta un frío extremo en la noche), él disfruta del clima cálido y templado de forma constante. Por lo tanto, es buena idea cultivarlo en lugares donde no reciba luz solar directa e intensa durante el día o mucho frío en la noche. Trata de mantenerlo a una temperatura de 21 a 24 °C (70 a 75 °F). El invernadero es ideal para esto.
    • Si no vives en los trópicos, necesitarás cultivar el cactus tropical en el interior, donde la temperatura y el acceso a la luz solar sean mucho más fáciles de controlar.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Cuidar de un cactus

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  1. En las semanas posteriores a la plantación de las nuevas semillas de cactus, el plantón empezará a germinar. Por lo general, el cactus tiene un crecimiento muy lento, así que esto puede tardar un mes o más. Tras un tiempo, empezarás a ver el primer surgimiento pequeño de las espinas del cactus. Cuando esto pase, empieza a permitirle respirar retirando la tapa transparente durante el día. Conforme va creciendo el cactus, puedes dejarlo sin la tapa por periodos más prolongados hasta que esté bien establecido y ya no necesite la tapa.
    • Sin embargo, cabe resaltar que esto aumentará el ritmo al que el agua se evapora de la tierra, lo que implica que deberás empezar a regar. Hazlo con cuidado. No dejes que la tierra se seque por completo, pero tampoco dejes que quede agua estancada en la maceta a causa del riego excesivo.
    • Ten presente que muchos cactus tropicales no desarrollan espinas, así que en este caso solo retira la tapa cuando el plantón surja de la tierra.
  2. Como lo mencionamos anteriormente, el cactus crece muy lento. Según el tipo de cactus que tengas, debe tardar entre 6 meses y 1 año en alcanzar el tamaño de una canica grande. En este punto, es buena idea trasplantarlo a otra maceta. Como la mayoría de las plantas en maceta, mantener el cactus en una maceta muy pequeña para él puede privarlo de nutrientes, lo que impide su crecimiento e incluso lo mata.
    • Para trasplantar el cactus, utiliza guantes resistentes o una pala para retirar la planta entera, con todo y raíces, de su sustrato de cultivo. Colócalo en una maceta nueva y más grande con el mismo tipo de tierra, compacta la tierra alrededor del cactus y riégalo.
  3. A medida que crece la parte visible del cactus, las raíces también crecerán. A medida que el cactus se vuelve cada vez más grande (lo que puede tardar años), puede necesitar un cambio de maceta varias veces. Sin embargo, es importante permitirle “recuperarse” después de cada trasplante debido a que este proceso es estresante para las plantas. En vez de mantener el cactus trasplantado en una zona donde reciba una buena cantidad de luz solar, mantenlo en una zona con sombra total o parcial hasta que las raíces vuelvan a establecerse. Vuelve a exponer el cactus al sol de forma gradual, durante un mes.
  4. El cactus establecido requiere menos riego que la mayor parte de las plantas en macetas. Aunque necesita algo de agua, su reputación como gran sobreviviente al desierto está bien ganada. En general, las variedades de cactus del desierto requieren poca agua una vez establecidas por completo. Aunque las especies individuales de cactus pueden tener distintas necesidades de agua, una buena regla general es dejar secarse la tierra por completo antes de regarla. Según la temperatura, esto implica esperar un mes o más entre cada riego.
    • Recuerda que el cactus experimenta un crecimiento lento y gradual. Así que no necesita mucha agua. Regarlo más seguido de lo necesario puede generarle problemas, incluidos los trastornos de las raíces que pueden matar la planta.
    • El cactus tropical es una excepción a dicha regla, puesto que está aclimatado a ambientes más húmedos que el cactus del desierto. Aunque será suficiente con un poco más de riego si tienes un cactus tropical, aún debes esperar a que la tierra se seque antes de cada nuevo riego.
  5. Aunque el cactus crece lento, puedes complementar su crecimiento durante los meses de crecimiento de primavera y verano aplicando un poco de fertilizante o alimento para plantas. Por lo general, el cactus requiere menos fertilizante que otras plantas. Utiliza una solución diluida de fertilizante líquido una vez al mes. Mezcla una cantidad pequeña de fertilizante líquido con igual volumen de agua. Riega el cactus con la mezcla cada segundo o tercer riego.
    • La cantidad exacta de fertilizante que debes utilizar variará según la especie de cactus que cultives y su tamaño. Encontrarás la información específica en el paquete del fertilizante.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Solucionar los problemas comunes del cactus

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  1. Uno de los problemas más frecuentes de las plantas en maceta es la pudrición fúngica (o pudrimiento de la raíz ). Esta enfermedad suele ocurrir cuando las raíces de la planta se mantienen en contacto con la humedad que no puede drenarse de forma adecuada, la que se estanca y promueve el crecimiento de hongos. Esto puede ocurrir en la mayor parte de las plantas en maceta, pero el cactus del desierto es muy vulnerable, puesto que solo requiere una cantidad pequeña de agua en comparación con otras plantas. La mejor cura para la pudrición es prevenirla evitando regar en exceso. Como regla general, es mejor no regar lo suficiente que regar en exceso cuando se trata del cactus. También debes utilizar tierra para macetas de buena calidad con una alta capacidad de drenaje para todos los cactus.
    • Si la pudrición ha afectado la planta, se verá hinchada, blanda, amarronada o descompuesta, con la posibilidad de grietas en su superficie. Muchas veces, pero no siempre, esta enfermedad se traslada de la parte inferior a la parte superior de la planta. Una vez establecida la pudrición, las opciones de tratamiento son limitadas. Puedes intentar retirar el cactus de su maceta, cortar las raíces viscosas y ennegrecidas y el tejido muerto por encima de la tierra, además de volver a plantarlo en otra maceta con tierra limpia. Sin embargo, si el daño a las raíces es extenso, morirá de todos modos. En muchos casos, debes tirar la planta con pudrición para evitar propagar el hongo a otras plantas adyacentes. [3]
  2. Se trata de una afección en la que una planta crece enferma y pálida debido a la exposición insuficiente a la luz solar. El cactus con un crecimiento etiolado suele verse endeble y delgado con un color verde claro y pálido. La parte etiolada de la planta crece hacia una fuente de luz cercana, si la hay. Aunque la etiolación es permanente en el sentido de que cualquier crecimiento endeble que ya haya ocurrido es irreversible, puedes evitar una futura etiolación asegurándote de que la planta reciba suficiente luz solar.
    • Sin embargo, no debes exponer un cactus etiolado a la luz solar directa e intensa de inmediato. En vez de eso, aumenta poco a poco la cantidad de sol que recibe la planta diariamente hasta notar que su crecimiento ha vuelto a ser normal. Un aumento drástico de la luz solar puede estresar a cualquier planta, pero para el cactus etiolado esto puede ser fatal.
  3. Si alguna vez has notado que has sufrido una fuerte quemadura de sol después de haber estado en el agua, has experimentado algo semejante a la toxicidad, una enfermedad dañina que puede afectar tu planta. Después de aplicarle un pesticida a base de aceite, el aceite del producto se queda en la superficie de la planta y actúa como una especie de "crema bronceadora" aumentando la intensidad de los rayos solares. Como consecuencia, las partes de la planta donde se encuentra el aceite se vuelven grises, secas y quemadas. Para evitarlo, colócala en un lugar con sombra durante unos cuantos días hasta que el pesticida a base de aceite haya terminado de actuar antes de volver a exponerla al sol.
  4. Un aspecto del ciclo de vida del cactus que desconocen la mayoría de las personas es el proceso de "acorchamiento", en el que la base de un cactus maduro empieza a desarrollar poco a poco un exterior duro, marrón y semejante a la corteza. Aunque este fenómeno puede parecer grave debido a que sustituye el exterior verde natural con uno que parece muerto, en realidad no es un signo de peligro para el cactus y puedes ignorarlo.
    • El acorchamiento natural suele empezar en la base de la planta y puede avanzar hacia arriba con lentitud. Pero si el acorchamiento empieza en cualquier otra parte del cactus, puede indicar un problema. Por ejemplo, si la parte superior del cactus y el lado orientado al sol presentan dicho aspecto curtido, pero su base no, es posible que esté recibiendo un exceso de luz solar, en vez de ser consecuencia del acorchamiento natural. [4]
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Consejos

  • Utiliza la misma mezcla de tierra en cada maceta que utilices para trasplantar el cactus.
  • Si quieres cultivar muchos cactus, puedes cultivarlos en la misma maceta, separados de manera uniforme. Cuando cada uno alcance el tamaño de una canica grande, trasplántalos a su propia maceta.
  • Utiliza alimento para plantas.
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Advertencias

  • Utiliza guantes para manipular los cactus con espinas.
  • Aplica un pesticida como el malatión para matar las arañas rojas y las cochinillas del nopal, que lucen como puntos marrones.
  • Presta atención a los parásitos en el cactus, sobre todo a las cochinillas harinosas que suelen verse como manchas blancas. Retíralas con un palo o una brocheta y elimina cualquier insecto en las zonas de difícil acceso utilizando un pesticida.
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