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Aunque no seas un consejero profesional, es probable que te hayan pedido consejos alguna vez. Quizás tengas un amigo que deba tomar una decisión importante en la vida o tal vez seas un jefe que trata de orientar a un empleado. Es muy probable que te pidan un consejo en muchas situaciones. Sin duda alguna, es necesario saber cómo y en qué momento aconsejar. Dedica un tiempo para analizar si sería adecuado opinar. Luego, decide lo que debes decir y asegúrate de exponer el mensaje de una forma clara y comprensiva.

Método 1
Método 1 de 3:

Ofrecer consejos informados y meditados

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  1. Cuando hayas decidido ofrecer el consejo, dedica un tiempo para analizar lo que quieres decir. Puede ser un minuto o, si la situación es muy delicada, unos días.
    • Por ejemplo, si tu vecino quiere que le recomiendes a un buen jardinero, quizás puedas contestarle de inmediato.
    • Por otro lado, si alguien te pide un consejo para elegir una universidad, puedes decirle: “Esa es una pregunta excelente. Déjame meditar en el asunto, y podemos almorzar y hablar al respecto la próxima semana”.
  2. Debes demostrar que tu opinión tiene un fundamento. Si una sobrina tuya te pregunta si debería dejar la universidad y piensas que no es una buena idea, no le digas solo eso. Dale una justificación para tu respuesta.
    • Por ejemplo, podrías decirle: “Creo que tendrías dificultades para encontrar el trabajo que quieres si no tienes un título universitario”.
  3. Cuando des un consejo, asegúrate de basarlo en un razonamiento sólido. Puedes usar hechos reales o recurrir a tu experiencia. [1]
    • Por ejemplo, si un amigo te pide un consejo porque no sabe si debe mudarse o no a otra ciudad, puedes darle algunos datos sobre el mercado de trabajo y las escuelas locales.
    • Por otro lado si un amigo cercano te pregunta si deberían adoptar a un niño, podrías darle algunos detalles importantes de tu experiencia.
  4. No le digas a la persona solo lo que quiere escuchar. Dale un buen consejo que refleje lo que sientes en realidad. Si te preocupa lastimar sus sentimientos, puedes decirle algo así como: “Quizás no te agrade lo que tengo que decirte. ¿Estás seguro de que quieres escucharlo?”. Después de darle el consejo, haz afirmaciones que demuestren tu apoyo. [2]
    • Por ejemplo, podrías decirle: “Realmente, no creo que estés preparado para asumir la administración, ¡pero parece que tienes un talento natural para las ventas!”.
  5. Aunque ofrezcas un consejo, recuerda que no eres tú quien tomará la decisión. Cuando prepares tus palabras, asegúrate de encontrar una forma de colaborar con la persona. No le digas únicamente lo que debe hacer. [3]
    • Planifica decir algo así como: “He estado pensado en algunas ideas, pero analicemos primero las tuyas. ¿Qué opciones tienes en mente?”.
  6. Asegúrate de que tu consejo en verdad sea de ayuda para la persona. Ten siempre presente su bienestar. Por ejemplo, si un compañero de trabajo te pregunta si debería renunciar, no le digas “sí” solo porque no quieres competir con él por un ascenso. [4]
    • Si no puedes darle una opinión imparcial, no temas hablar con sinceridad y decirle que quizás no seas la mejor persona para darle un consejo.
    • Por otro lado, puedes hacerle algunas preguntas para ayudarle a tomar su propia decisión, como “¿Te sientes feliz aquí?” o “¿Crees que puedes avanzar en esta empresa?”.
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Método 2
Método 2 de 3:

Ser servicial y ofrecer apoyo

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  1. En lugar de decirle únicamente lo que debe hacer, trata de hacerla sentir capaz de tomar sus propias decisiones. Pídele que proponga algunas opciones junto contigo. De esta forma, no solo entenderás mejor el problema, sino también le darás a la persona un mayor control sobre sus decisiones. [5]
    • Por ejemplo, si tiene dificultades para elegir entre dos vestidos, puedes hacerle algunas preguntas como “¿Qué vestido te hace sentir más segura?” o “¿Con cuál te sientes más cómoda?”.
  2. Procura no parecer una persona mandona ni sabelotodo. Comparte tu opinión, pero aclara que crees que la persona tiene la capacidad para tomar la decisión final. De esta forma, le ayudarás a sentir más seguridad. [6]
    • Por ejemplo, puedes decirle: “Sé que me pediste un consejo, pero sé que puedes tomar la decisión”.
  3. Da el consejo y continúa con una afirmación de apoyo. Nadie debe sentirse presionado para seguir tu consejo. Asegúrate de decirle a la persona que apoyas la decisión que tome sin importar cuál sea. [7]
    • Dile “Creo que buscar un nuevo empleo podría ser lo mejor para ti, pero te apoyo sin importar lo que decidas”.
  4. Habla de corazón y aclara que te preocupas por la persona. Usa palabras honestas y amables. Por ejemplo “Esta es una situación difícil y te comprendo”. Creo que sería recomendable poner a dormir a tu perro porque está sufriendo, pero te apoyo sin importar lo que decidas”. [8]
  5. Recuerda que si una persona te pide un consejo, es porque confía en ti. Asegúrate de no juzgarla porque esto dañaría la confianza. Cuando planifiques lo que dirás, asegúrate de usar un vocabulario objetivo y neutro. [9]
    • Por ejemplo, no le digas “¡Por supuesto que no debes dejar a tu esposa! ¿Acaso eres estúpido?”.
    • En lugar de eso, podrías decirle “Esa es una decisión muy personal. Mi consejo es que dediques un tiempo para analizar tus prioridades y tus emociones”.
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Método 3
Método 3 de 3:

Saber cuándo aconsejar

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  1. Una buena regla general es no dar consejos que no te hayan pedido. Si alguien te cuenta un problema, es un instinto muy común intervenir y ofrecerle algunas recomendaciones. Sin embargo, esto puede hacer que la persona se sienta mal y dar a entender que no confías en su criterio. [10]
    • Si alguien te cuenta una situación difícil, pero no te pide ningún consejo, simplemente dile “Qué pena. Avísame si puedo ayudarte de alguna forma”.
  2. Algunas veces, es posible que te sientas obligado a dar un consejo, incluso si la persona no te ha pedido. Aun así debes preguntarle si puedes dárselo. No te lances para intervenir y decirle lo que debe hacer sin preguntarle si quiere escucharlo. No debes agregarle más tensión a su vida. [11]
    • Puedes decirle “Tengo un poco de experiencia en este tipo de cosas. ¿Podría ofrecerte un consejo?”.
  3. Aunque alguien te pida un consejo, no siempre debes darlo. Si no sabes nada al respecto o no tienes mucha información, quizás no debas decir nada. Puedes ofrecer tu apoyo de otras formas. [12]
    • Por ejemplo, podrías decir “En realidad no tengo mucha experiencia con las inversiones, pero nuestro amigo Roberto es excelente para eso. Deberías preguntarle”.
  4. Antes de dar un consejo, ten en cuenta a quién se lo darás. ¿Es un conocido nada más? Si te pide que le recomiendes una buena cafetería, puedes darle tu opinión. Si el problema es algo más personal, analízalo.
    • Ten en cuenta las consecuencias. No querrás dañar las relaciones. ¿Un compañero de trabajo te pide un consejo? Anda con cuidado. No querrás arriesgarte a tener una mala relación laboral si tu consejo no le funciona.
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Consejos

  • No temas decir que no te sientes cómodo para dar un consejo.
  • Elige tus palabras con mucho cuidado.
  • Siente empatía por la otra persona.
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