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Los arándanos quedan deliciosos en casi todo: las ensaladas, el yogurt, un relleno, una mezcla de frutas secas, en fin, la lista es interminable. A través de la historia, se han empleado como alimento, como medicina y hasta como tinte de telas. Ahorra algo de dinero y prepara tu propia versión de arándanos siguiendo los pasos a continuación.

Método 1
Método 1 de 2:

Parte uno: Prepara los arándanos

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  1. Hierve el agua y luego retíralo del fuego. No coloques los arándanos en agua hirviendo, de lo contrario los estarás blanqueando en lugar de cocinarlos.
  2. Lávalos con agua fría y luego escúrrelos. Espárcelos sobre papel toalla y descarta los que están viejos o dañados. [1]
  3. Déjalos remojar, pero siempre tenlos a la vista. Las cáscaras empezarán a rasgarse por el contacto con el agua. Cuando se hayan rasgado todas las cáscaras, retíralos del agua. Ponlos en un colador, escúrrelos bien y asegúrate de quitar la mayor cantidad de agua posible. [2]
    • Cuando las cáscaras se hayan rasgado, no dejes que los arándanos se cocinen mucho o se queden demasiado tiempo en el agua. De lo contrario, las cáscaras se volverán muy blandas.
  4. Mientras se calienta, recubre una bandeja para hornear con papel toalla. Echa los arándanos en el papel toalla. Este absorberá cualquier gota de agua que quede en las bayas.
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Método 2
Método 2 de 2:

Parte dos: Deshidratar los arándanos

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Método uno: En el horno

  1. Dales golpecitos para secarlas lo mejor posible; mientras menos humedad, más corto será el tiempo de deshidratación. Si tienes pensado endulzar las bayas, ahora es el momento de hacerlo. Espolvoréales una a tres cucharadas de azúcar o jarabe de maíz, dependiendo de lo dulces que quieres que queden. Si no piensas endulzarlas, omite la última parte de este paso.
  2. Esta será la que pondrás en el horno. Recúbrela con una capa de papel toalla, y encima de esta, pon papel vegetal. Distribuye los arándanos de manera uniforme en la superficie del papel vegetal.
  3. Coloca los arándanos en el horno y espera. El proceso de deshidratado demora entre seis y diez horas, dependiendo de la potencia del horno y de cuán secos hayan estado los arándanos previamente. Además depende de si los quieres deshidratados o crocantes. Si no los quieres muy crocantes, hornéalos aproximadamente seis horas. [3]
  4. La circulación de aire forma parte del proceso de deshidratado, así que necesitarás rotar la bandeja varias veces mientras se secan los arándanos. Vigila las bayas durante todo el proceso; algunos hornos deshidratan más rápidamente que otros. Si notas que se están secando demasiado antes de las seis horas, sácalos del horno. [4] .
  5. Déjalos enfriar antes de proseguir. Para almacenar los arándanos deshidratados, colócalos en un recipiente hermético y guárdalos en la refrigeradora. También, los puedes congelar y guardarlos hasta que quieras usarlos.
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Método dos: En un deshidratador eléctrico

  1. Deberás mezclar los arándanos con el azúcar o el jarabe en un tazón, asegúrate de que todos estén bien bañados. Estas bayas pueden a veces saber amargas o ácidas, así que el azúcar te garantizará su dulzor. Si no las quieres endulzar, obvia este paso.
  2. Distribuye uniformemente las bayas en la bandeja, asegurándote de que no estén unas sobre otras. De lo contrario, podrían congelarse en grandes trozos de fruta.
  3. Al hacerlo, se secarán más rápidamente porque el congelado desintegra su estructura celular. [5]
  4. Deberás colocarlas en una bandeja de malla y ponerla en el deshidratador. Enciéndelo y déjalas secar durante 10 a 16 horas. [6]
    • Antes de sacarlas, verifica que no quede nada húmedo en las bayas. Prueba una para comprobar su textura. Si está muy blanda, ponla de nuevo en el deshidratador.
  5. Ponlos dentro de un recipiente hermético y guárdalos o bien en el congelador para usarlo a futuro o bien en la refrigeradora si tienes pensado consumirlos pronto.
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Consejos

  • Los arándanos son ricos en vitamina C y contienen antioxidantes importantes que han demostrado prevenir las enfermedades cardiovasculares, y desde hace mucho, a mejorar la salud del tracto urinario. También se cree que ayudan a prevenir el cáncer, las úlceras y las enfermedades periodontales.
  • Los arándanos frescos sólo se venden de octubre a enero, pero pueden congelarse para usarse todo el año. Si compras arándanos para congelarlos, elige los que tienen un color rojo intenso y la cáscara brillante. Asegúrate de lavarlos y escurrirlos bien. Puedes aplicar la presente receta para deshidratar arándanos previamente descongelados.
  • Estas bayas deshidratadas pueden usarse en lugar de pasas. Las puedes añadir a ensaladas, salsas y alimentos horneados.
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Cosas que necesitarás

  • 2 litros (64 onzas) de agua
  • Cacerola grande
  • 340 g (12 oz) de arándanos frescos
  • Colador
  • 1/4 taza (2 oz) de azúcar granulada o jarabe de maíz (opcional)
  • 2 bandejas para hornear grandes
  • Deshidratador de alimentos
  • Horno

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