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La EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) es el término general para describir enfermedades pulmonares progresivas, como la bronquitis crónica o el enfisema. Una enfermedad pulmonar progresiva empeora con el paso del tiempo. En el año 2012, se registraron cerca de 3 millones de muertes por la EPOC en todo el mundo, es decir, el 6 % del total de fallecimientos durante ese año. [1] Actualmente, la EPOC afecta a aproximadamente 24 millones de personas solo en los Estados Unidos, y más de la mitad de ellas presentan síntomas y no lo saben. [2] Lee este artículo para aprender a diagnosticar esta enfermedad a través de algunos pasos sencillos.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Reconocer los síntomas

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  1. La forma más segura de combatir la EPOC es visitar a tu médico ni bien aparezcan los síntomas dado que, generalmente, no se presentan hasta que existe un daño pulmonar importante. [3] Por lo tanto, es fundamental que busques atención médica si has fumado durante muchos años o estás dentro de un grupo de riesgo.
    • En ocasiones, las personas ignoran los síntomas dado que se manifiestan gradualmente y progresan con el paso del tiempo. Las personas afectadas suelen modificar su estilo de vida (reducen el nivel de actividad física) para minimizar y ocultar la dificultad para respirar, en lugar de obtener un diagnóstico.
    • Busca atención inmediata si estás dentro de un grupo de riesgo y además estás experimentando síntomas como tos crónica, falta de aire o sibilancia. [4]
  2. Una vez que sepas que tienes riesgos de desarrollar la EPOC, comienza a observar los síntomas. Suelen comenzar de manera leve y se agravan a medida que la enfermedad progresa. Presta atención a la tos excesiva (que suele ser peor durante las mañanas) que puede persistir durante meses o años. Además, puede producir una pequeña cantidad de mucosidad transparente o amarillenta. La EPOC incrementa la producción de la mucosidad.
    • Al fumar, se paralizan los cilios o los pequeños vellos en las vías respiratorias. Esto reduce la cantidad de mucosidad que se elimina de los pulmones, incrementando la tos como mecanismo para expulsar el incremento de la mucosidad. La consistencia pegajosa y espesa de la mucosidad hace que sea más difícil poder expulsarla. [5]
  3. Otro síntoma principal de la EPOC es la dificultad para respirar, en especial durante la actividad física. La falta de aire o la dificultad respiratoria (disnea) posiblemente sea el síntoma más notable de la EPOC. Esto se debe a que la tos puede ser causada por otros factores, mientras que la dificultad para respirar es un síntoma poco frecuente. Se presenta como una sensación de falta de aire, asfixia o jadeo que empeora a medida que la enfermedad avanza.
    • También es posible que comiences a notar dificultades para respirar mientras estás en reposo o sin hacer mucha actividad. En estos casos, algunas personas necesitan oxígeno suplementario a medida que la enfermedad avanza. [6]
  4. Las personas con EPOC pueden experimentar este síntoma. La sibilancia ocurre cuando se produce un sonido agudo y un chiflido al respirar. Esto afecta a algunas personas con EPOC, en especial durante un esfuerzo físico o ante los episodios en los que los síntomas empeoran. Estos sonidos anormales al respirar se oyen mejor durante las exhalaciones o al expulsar el aire de los pulmones.
    • Este sonido característico es producido por la broncoconstricción, un estrechamiento del diámetro de las vías aéreas, lo cual disminuye o bloquea el flujo de aire. [7]
  5. A medida que la EPOC progresa, es posible que desarrolles el tórax en tonel. Esto puede ser evidente al realizar una evaluación visual del pecho. Este síntoma representa una gran inflamación de los pulmones, lo que provoca que las costillas se expandan para adaptarse al exceso de aire. Esto hace que el pecho tenga la forma de un barril o tonel.
    • Es posible que también experimentes una opresión torácica, es decir, un tipo de dolor o molestia entre la parte superior del vientre y la parte baja del cuello. Si bien puede ser un síntoma de muchas enfermedades, la opresión torácica junto con la tos y la sibilancia son señales claras de la EPOC. [8]
  6. Existen algunos pocos cambios físicos visibles a medida que la enfermedad avanza. Es posible que desarrolles cianosis, una decoloración azul de los labios o del lecho ungueal. Esto se produce por un nivel bajo de oxígeno en la sangre, lo cual se denomina hipoxemia. Esta puede ser una consecuencia tardía de la EPOC y generalmente se requiere un tratamiento con oxígeno suplementario.
    • Es posible que también observes una pérdida de peso involuntaria. Generalmente, este síntoma se presenta en las etapas más avanzadas de la enfermedad. A medida que la EPOC progresa, se requiere cada vez más y más energía para poder respirar. La enfermedad demanda las calorías vitales que deben ser utilizadas para el mantenimiento de las funciones corporales. [9]
    • Los pacientes que han tenido esta enfermedad durante mucho tiempo pueden sufrir una inflamación de los pies y las piernas o las venas del cuerpo.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Diagnosticar la EPOC

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  1. Durante la cita de diagnóstico, el médico te realizará una prueba del funcionamiento pulmonar. La espirometría es una de las pruebas más comunes. Es un examen muy sencillo y no invasivo que mide la cantidad de aire que pueden contener los pulmones y la rapidez con la que puede ser expulsado. Este estudio permite detectar la EPOC antes de desarrollar los síntomas pulmonares, además de ser una herramienta para llevar un registro del progreso de la enfermedad y del control de la efectividad del tratamiento. [10]
    • La espirometría sirve para medir o determinar la etapa o progresión de la enfermedad. La etapa 1 es leve, donde el volumen espirado forzado en 1 segundo (VEF1) es mayor al 80 % del valor teórico. En esta etapa, es posible que la persona no sea consciente de su función pulmonar anormal.
    • En la etapa 2 (EPOC moderada), el VEF1 se encuentra entre el 50 y el 79 %. Generalmente, la mayoría de las personas buscan atención médica para tratar los síntomas durante esta etapa.
    • En la etapa 3 (EPOC grave), el VEF1 se encuentra entre el 30 y el 49 %. La etapa final (la número 4) es muy grave; el VEF1 es menor al 30 %. En esta etapa, se produce un deterioro en la calidad de vida del paciente y los episodios de los síntomas pueden ser potencialmente mortales.
    • Estos sistemas de estadificación tienen un valor limitado a la hora de predecir las muertes por la EPOC. [11]
    • También es posible que el médico te recomiende otras pruebas, como análisis de sangre, cultivos de esputo, oximetría del pulso, exámenes del corazón o una prueba de la función pulmonar mientras caminas.
  2. Es posible que el profesional te sugiera este tipo de estudios. Generalmente, son poco frecuentes en los casos de la EPOC grave, pero es posible que no muestren cambios hasta en el 50 % de aquellos pacientes que se encuentren en la etapa moderada de la enfermedad. Los hallazgos característicos de este estudio incluyen a la hiperinflación de los pulmones, el aplanamiento de las cúpulas del diafragma y el estrechamiento de los vasos pulmonares a medida que se acercan a la periferia de los campos pulmonares. [12]
    • Mediante las radiografías del tórax, es posible detectar el enfisema y descartar otros problemas pulmonares o insuficiencias cardíacas. [13]
  3. Otro método que se utiliza para diagnosticar la EPOC es la tomografía computarizada del pecho. Este estudio puede ser muy útil para detectar un enfisema y para determinar si el paciente debería realizarse una cirugía para la EPOC. Los médicos utilizan este examen como método para detectar el cáncer de pulmón (a pesar de que no ha sido adoptado uniformemente por la medicina). [14]
    • Las tomografías computarizadas no están dentro de los estudios rutinarios para detectar la EPOC, a menos que también se utilicen otros métodos. [15]
  4. Es muy probable que el profesional te sugiera medir tu nivel de oxígeno. La gasometría arterial consiste en un análisis de sangre que mide el nivel de oxígeno en la sangre a través de una muestra de sangre de una arteria. Los resultados permiten observar la gravedad de la enfermedad y cómo esto afecta al organismo.
    • Esta prueba también se utiliza para determinar si el paciente necesita oxigenoterapia. [16]
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Comprender la EPOC

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  1. La EPOC incluye dos afecciones principales: bronquitis crónica y enfisema. Existe un tipo de bronquitis a corto plazo. Sin embargo, la bronquitis crónica es una de las principales enfermedades que afecta a las personas con EPOC. Se puede detectar a partir de la observación de una tos productiva presente por al menos tres meses en un año durante dos años consecutivos. La bronquitis crónica causa una inflamación y un incremento en la producción de la mucosidad de los bronquios o las vías respiratorias que llevan el aire hacia los pulmones. La enfermedad puede bloquear las vías respiratorias y dificultar la respiración. [17]
    • La otra afección principal de la EPOC, el enfisema, se caracteriza por el agrandamiento de los alvéolos o sacos pulmonares y la destrucción de las paredes de dichos sacos pulmonares. A la larga, la enfermedad llevará a un menor intercambio gaseoso en los pulmones, lo cual dificultará la respiración. [18]
  2. La EPOC es causada por una exposición a largo plazo a determinados irritantes que dañan a los pulmones. El tabaquismo es la causa más común de la EPOC. El tabaquismo pasivo y la contaminación del aire también contribuyen al desarrollo de la enfermedad.
    • Los fumadores de pipa, cigarrillos y marihuana tienen un mayor riesgo de desarrollar la EPOC.
    • El tabaquismo pasivo consiste en la inhalación del humo originado por otros fumadores. [19]
    • Las personas con asma (en especial los fumadores) tienen un riesgo incrementado de desarrollar la EPOC.
    • Existen otras enfermedades poco frecuentes (en especial los trastornos del tejido conectivo) que se han asociado con la EPOC. Estas incluyen a la deficiencia de alta 1 antitripsina (AAT), una afección genética en la que el paciente no produce el nivel necesario de una proteína específica que protege a los pulmones, así como también otras enfermedades como, por ejemplo, el síndrome de Marfan y el síndrome de Ehlers-Danlos. [20]
  3. La exposición ocupacional excesiva al polvo y los gases y humos químicos incrementa el riesgo de desarrollar la EPOC. Una exposición prolongada en estos lugares de trabajo puede irritar e inflamar los pulmones. El polvo de determinados materiales como, por ejemplo, la madera, el algodón, el carbón, el amianto, el silicio, el talco, los granos de cereales, el café, los pesticidas, los derivados de medicamentos y enzimas, los metales y la fibra de vidrio puede dañar los pulmones e incrementar el riesgo de desarrollar la EPOC.
    • El humo de los metales y otras sustancias también incrementa el riesgo de desarrollar esta enfermedad. Estos trabajos incluyen a la soldadura, la fundición, los trabajos de horno, la alfarería, la fabricación de plásticos y las operaciones con caucho.
    • La exposición a los gases como, por ejemplo, el formaldehído, el amoníaco, el cloro, el dióxido sulfúrico, el ozono y el óxido de nitrógeno también puede incrementar el riesgo de desarrollar la EPOC. [21]
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Advertencias

  • Pide una cita con tu médico si experimentas una tos persistente que no mejora o regresa constantemente, dificultades para respirar, dolor o rigidez en el pecho o sibilancia.
  • El tabaquismo incrementa el riesgo de desarrollar la EPOC o la gravedad de la enfermedad, en el caso de que ya la tengas. Habla con tu médico para comenzar un tratamiento para abandonar este hábito.
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