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Los dedos de los pies pueden torcerse si están sujetos a presión y tensión crónicos, que son el resultado de usar zapatos de tacón con punta estrecha. Los ligamentos y tendones que rodean las articulaciones quedan atrapados, lo cual hace que se desalineen e inflamen. El dedo gordo del pie es el más susceptible a este tipo de lesión, conocida comúnmente como " juanete ". Los dedos de los pies también pueden torcerse debido a fracturas y dislocaciones si experimentan suficiente traumatismo significativo. Muchas otras malformaciones también pueden causar impacto en el ligamento de los dedos de los pies. Si este problema se detecta a tiempo, dependiendo de la causa, posiblemente puedas enderezar los dedos torcidos de tus pies con varios tratamientos no quirúrgicos. No obstante, si el problema continúa durante demasiado tiempo, podrías necesitar cirugía correctiva.

Método 1
Método 1 de 4:

Diagnosticar tu condición

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  1. Si has notado que uno o dos de tus dedos del pie están torcidos, especialmente si sientes dolor o inflamación, reserva una cita para ver a tu doctor. Tu doctor de cabecera tendrá la preparación suficiente para descartar cualquier afección seria (como una fractura o una infección). Sin embargo, recuerda que tu doctor de cabecera no es un especialista en articulaciones o pies, así que posiblemente debas acudir a profesionales de la salud más especializados para obtener el diagnóstico correcto.
    • Es posible que tu doctor decida tomar unos rayos X de tus pies para tener una mejor idea del problema.
    • Tu doctor puede tomarte una muestra de sangre y verificar tus niveles de glucosa porque los problemas con los pies son comunes en las personas con diabetes.
  2. Los ortopedistas son especialistas en articulaciones y las corrigen utilizando aparatos ortopédicos, férulas u otros métodos invasivos. Es probable que tu dedo torcido no requiera cirugía. Sin embargo, un ortopedista puede diagnosticar correctamente los problemas en las articulaciones, evaluar si la artritis es un factor causante y prescribir antiinflamatorios o analgésicos (medicamentos para aliviar el dolor) si es necesario.
    • Es posible que tu ortopedista también quiera tomarte unos rayos X, una tomografía ósea, una imagen por resonancia magnética (IRM) o hacer un diagnóstico por ultrasonido para determinar y diagnosticar apropiadamente la condición de tu pie.
  3. Este profesional es un doctor que se especializa en problemas de los pies. Los podiatras pueden realizar cirugías menores en los pies, pero generalmente se enfocan más en los soportes para el pie y el arco del pie (llamados "aparatos ortóticos") que se usan en los zapatos, los aparatos ortopédicos y los zapatos a medida.
    • El podiatra es una buena fuente de información para decidir qué zapatos son los más apropiados para tus pies.
    • Los fisioterapeutas, los quiroprácticos y los naturópatas también pueden ser buenas fuentes de información con respecto a las condiciones del pie y los dedos del pie, además de ofrecer tratamientos naturales no invasivos.
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Método 2
Método 2 de 4:

Lidiar con los juanetes

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  1. El juanete es una articulación esguinzada e inflamada de manera crónica que se forma cuando el dedo gordo del pie recibe presión constante hacia los dedos más pequeños, generalmente por usar zapatos que no quedan bien o con punta demasiado angosta (como los tacones). [1] Los zapatos planos también contribuyen a la formación de los juanetes, cuyos síntomas pueden ser similares al reumatismo o la osteoartritis debido a la inflamación, el enrojecimiento y el dolor agudo o sordo. A medida que los juanetes avanzan, el dedo gordo se tuerce más y produce más dolor, lo cual puede conducir a la cojera y otros problemas de articulaciones en el tobillo o la rodilla.
    • Los antiinflamatorios de venta libre (como el ibuprofeno o el naproxeno) o los analgésicos (como el acetaminofén) pueden combatir la hinchazón y el dolor que los juanetes producen.
    • Si el dolor es grave, posiblemente tu doctor de cabecera u ortopedista te prescriba medicamentos más fuertes, como inhibidores de COX-2 o medicamentos a base de morfina.
    • Las inyecciones de esteroides aplicadas directamente a la articulación pueden ser efectivas para combatir el dolor y la inflamación.
  2. La gran mayoría de los juanetes aparece en mujeres que usan zapatos demasiado angostos. Cambiar este tipo de zapatos por otros que tengan la punta más ancha y un mejor soporte para el arco del pie puede detener el avance y el dolor de un juanete. Sin embargo, probablemente el dedo gordo no se enderece ni regrese a su posición normal. Si el juanete aún te duele y limita tu actividad, después de dejar los zapatos de tacón alto, debes considerar hacerte una cirugía.
    • Debes tener la capacidad de mover los dedos del pie de un lado a otro mientras tienes los zapatos puestos.
    • Mientras permaneces en pie, debe haber al menos 1 cm (1/2 pulgada) de espacio entre las puntas de tus dedos gordos de los pies y el extremo de tus zapatos.
    • Por lo general, es recomendable usar zapatos y sandalias para caminar.
  3. Colocar una férula de plástico, madera o metal alrededor del dedo del pie afectado podría reducir el dolor y realinear la articulación dependiendo de cuánto tiempo hayas tenido el juanete. Los paños de silicona o fieltro sobre los pies o como insertos para zapatos también pueden aliviar el dolor de los juanetes, pero eso depende del grado del daño de las articulaciones. Los ortopedistas, los podiatras, los fisioterapeutas y los quiroprácticos pueden ayudarte con las férulas o los aparatos ortóticos para zapatos.
    • Los soportes para arco y los aparatos ortóticos realinean la forma de los pies corrigiendo el equilibrio y la distribución de peso a lo largo de los músculos de tus pies y dedos.
    • Los masajes, el estiramiento suave y los baños de hielo pueden ayudar a reducir el dolor y la disfunción de los juanetes.
  4. Esta cirugía con frecuencia consiste en raspar el hueso o romperlo estratégicamente para que pueda situarse de manera recta. [2] Con frecuencia, es necesario usar pernos y alambres quirúrgicos para sostener los huesos de los dedos en su lugar mientras sanan. En el caso de las articulaciones dañadas gravemente, estas pueden fusionarse o incluso quitarse completamente y reemplazarse con articulaciones artificiales. El objetivo de la cirugía es aliviar el dolor e incrementar la movilidad, no crear un pie "más bonito" o permitirte usar tacones altos nuevamente. Si usas zapatos ceñidos y puntiagudos después de la cirugía, es muy probable que el juanete regrese.
    • La corrección de juanete es una cirugía ambulatoria. Después de la cirugía, se cubre el pie con varios vendajes compresivos.
    • Generalmente, al hueso le toma 6 semanas curarse, así que es común usar una bota protectora durante al menos 6 semanas después de la cirugía. [3] Durante este tiempo, evita caminar de manera excesiva o innecesaria.
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Método 3
Método 3 de 4:

Lidiar con las dislocaciones

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  1. Las dislocaciones de los dedos son una consecuencia relativamente común de un traumatismo en el pie, ya sea que haya sido accidental (como golpearte el dedo del pie) o intencional (como patear una pelota de fútbol). Un dedo del pie dislocado es doloroso y luce desalineado pero generalmente no supone una factura. El tratamiento más apropiado es realinear el dedo del pie dislocado con algún tipo de procedimiento manual o de ajuste (realizado por doctores, podiatras y quiroprácticos). Con frecuencia, el alivio del dolor se siente inmediatamente después del tratamiento.
    • Generalmente las dislocaciones no se realinean espontáneamente sin la intervención de un profesional de la salud.
    • Cuanto más tiempo una articulación permanezca dislocada, más probabilidades tendrá de presentar daño permanente del ligamento o del tendón, así que es importante que recibas un tratamiento después de la lesión.
  2. Una vez que la articulación de tu dedo del pie se alinee nuevamente, es importante que le proporciones soporte con una férula o un esparadrapo fuerte. Esto se debe a que los ligamentos y los tendones que mantienen las articulaciones rectas pueden estirarse temporalmente o debilitarse. Como consecuencia, el dedo del pie enderezado nuevamente puede permanecer un poco inestable durante algunos días hasta que el tejido conectivo pueda enderezarse.
    • Considera hacer tu propia férula con palos de paletas de helados y cinta multipropósito.
  3. Poco después de realinear y estabilizar tu dedo dislocado, debes fortalecerlo con ejercicios específicos. Enrollar una toalla con los pies (usando los dedos de los pies para separar o recoger una toalla del piso) y recoger canicas (levantando canicas del piso con los dedos de los pies) es muy útil para enderezar los tendones y los músculos de tus dedos y pies.
    • Conversa con tu doctor antes de comenzar con una rutina de ejercicios para los dedos de los pies, especialmente si tienes otros problemas médicos como artritis o diabetes.
    • Si estos ejercicios no funcionan o son dolorosos, visita a un fisioterapeuta o un podiatra para recibir un consejo más personalizado.
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Método 4
Método 4 de 4:

Lidiar con otras malformaciones

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  1. El dedo en martillo, también conocido como "dedo contraído", es una deformidad del segundo, tercero o cuarto dedo del pie a causa de una contracción en la articulación más próxima, lo cual da como resultado una apariencia similar a la de un martillo. Los dedos en martillo generalmente son flexibles en las primeras etapas, pero pueden volverse rígidos si no reciben el tratamiento apropiado. Esta deformidad se produce por usar zapatos demasiado pequeños o angostos, o usar tacones altos que ejercen presión excesiva sobre los grupos de músculos de los dedos del pie.
    • Los dedos en martillo pueden arreglarse con cirugía cortando y enderezando el tendón contraído y colocando un perno de metal o un alambre cerca de la articulación para proporcionar soporte. Otra opción es realizar regímenes estrictos de estiramiento a diario. Las férulas y los soportes también pueden ser efectivos para aliviar los dedos en martillo.
    • Masajea la zona que rodea los dedos del pie con los dedos de tus manos, luego jala (estira) manualmente el dedo en martillo sosteniendo cada estiramiento durante varios segundos. Continúa esta rutina varias veces diariamente durante semanas o hasta que observes una mejoría sustancial.
  2. Los dedos en garra hacen referencia a los dedos que adquieren una forma de gancho debido a la contracción (flexión) de las articulaciones distales, lo cual fuerza el extremo del dedo a que se clave en la suela del zapato. Al final de cada dedo del pie se forman callosidades o callos. Los dedos en garra se producen por usar zapatos demasiado pequeños y debido a algunas enfermedades (como la diabetes) o problemas de salud (contracciones del tendón).
    • Los dedos en garra también pueden arreglarse con métodos quirúrgicos similares a los usados para los dedos en martillo, los cuales consisten en cortar y estirar los tendones contraídos.
    • Camina sobre las puntas de tus dedos del pie para hacer que los tendones o las articulaciones contraídas se extiendan y estiren.
  3. El dedo en mazo es similar al dedo en garra, pero también implica una ubicación anormal solo en la articulación más distal (al final del dedo del pie). El pie en mazo comúnmente se produce por usar zapatos demasiado ajustados en la punta o los que tienen tacones altos. La fuerza que estos zapatos ejercen sobre los pies hace que los dedos se doblen.
    • Los dedos en mazo pueden enderezarse usando los métodos quirúrgicos para los dedos en martillo y los dedos en garra, que consisten en cortar y estirar los tendones contraídos.
    • Debes intentar extender los dedos mientras estás descalzo. Puedes usar un producto para separar los dedos y ayudar a que se aproximen nuevamente a la posición anatómica correcta.
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Consejos

  • Los síntomas más comunes que se asocian con los dedos torcidos incluyen dolor de dedos (generalmente una sensación de dolor intenso o ardor), hinchazón y enrojecimiento, formación de callos, contractura de tendones, reducción del tamaño de los dedos y cojera.
  • Para minimizar la mayor parte de la inflamación en las articulaciones de tus dedos, coloca paños de tela de algodón o productos similares entre los dedos de tus pies para evitar que se froten entre sí.
  • Si se forman callosidades sobre tu juanete, humedece tu pie en un baño tibio con sales de Epsom durante 15 minutos (para suavizarlo) antes de exfoliarlo ligeramente con una piedra pómez. Es probable que te tome entre 3 a 5 tratamientos en el curso de 5 semanas hasta quitar completamente los callos endurecidos.
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