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Si la puerta de tu casa se cierra detrás de ti y te das cuenta de que no tienes la llave, esa situación podría volverse terrible. Dependiendo de la hora del día en que esto ocurra, tus opciones pueden ser limitadas. Además, contratar a un cerrajero podría resultarte costoso. Sin embargo, si te quedas encerrado fuera de casa, no estás del todo desamparado. Puedes volver a ingresar al palanquear una ventana, utilizar una tarjeta de plástico para forzar un resorte de bloqueo, o extraer la perilla de la puerta, sin necesidad de romper nada.

Método 1
Método 1 de 5:

Ingresar a través de una ventana

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  1. Las ventanas del primer piso suelen ser las más fáciles y seguras, pero también son las que presentan más probabilidades de estar bloqueadas. Tendrás mejores posibilidades de encontrar una ventana abierta en el segundo piso, pero debes tener cuidado para que no te caigas. [1]
    • Si no cuentas con una escalera, es probable que tengas que ser creativo para alcanzar la ventana del segundo piso. Verifica si existe alguna escalera de incendios, un enrejado o un árbol que puedas escalar, pero asegúrate de que sea un elemento estable antes de subirte en él. [2]
    • Las ventanas que cuentan con bisagras laterales pueden ser fáciles de abrir con los dedos o una herramienta delgada si no están bloqueadas.
  2. Debes perder la timidez o la vergüenza, ya que la mayoría de las personas han pasado por situaciones similares, por lo que es probable que tus vecinos comprendan tu situación.
    • Un destornillador plano funcionará mejor, pero puedes utilizar un destornillador de estrella si te prestan uno.
    • Esta técnica puede resultar efectiva para extraer o abrir parcialmente las ventanas de las puertas. Incluso un espacio pequeño puede permitirte acceder al interior y abrir la cerradura.
  3. La moldura es la tira de plástico o metal que se encuentra alrededor del marco de la ventana. Inserta el destornillador en el canal de la moldura en una esquina y palanquéala un poco cada vez. Debes abrirte paso hacia la esquina opuesta. Una vez que hayas aflojado la moldura por completo, puedes retirarla con las manos.
    • Revisa la esquina de la ventana para verificar si el borde vertical (de arriba a abajo) se superpone al horizontal (de izquierda a derecha). Debes extraer primero la moldura superpuesta.
    • La moldura puede deformarse al extraerla. En algunos casos, la reparación de este elemento puede resultar bastante costosa. Debes tener en cuenta este detalle antes de intentar forzar la moldura.
    • Dependiendo de tu situación, es probable que puedas dejar las molduras en su lugar y aun así palanquear la ventana. Es probable que algunas ventanas ni siquiera tengan molduras. [3]
  4. Inserta el destornillador entre el vidrio y el marco. Al palanquear, debes ejercer una fuerza ligera mientras trabajas con la herramienta entre el soporte y el vidrio para extraerlo. La ventana deberá desprenderse con relativa facilidad. [4]
  5. Sostén el vidrio con la mano libre para que no se caiga y se haga añicos al extraerlo. Desliza el vidrio para liberarlo de su soporte, colócalo a un lado e ingresa a la casa a través de la ventana vacía. [5]
    • Si la ventana solo se ha salido de manera parcial del soporte, trata de alcanzar un juego de llaves, la cerradura o la manija de la puerta.
    • Si encuentras vidrios rotos, debes tener cuidado. El vidrio dentado puede ser más afilado de lo que crees.
    • En caso de que te hagas un corte profundo, debes tratar la herida lo mejor que puedas y consultar con un médico si es necesario.
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Método 2
Método 2 de 5:

Utilizar una tarjeta de plástico

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  1. La técnica de la tarjeta solo funcionará sobre un pestillo de resorte. Por lo general, los pestillos de resorte son del tipo que se mueve con la manija al girarla. Debes girar la manija para asegurarte de que el resorte de bloqueo se encuentre enganchado. Si no gira, entonces está bloqueado.
    • A menudo, un perno muerto se encuentra por encima o debajo de la manija. Si la manija se mueve, pero la puerta no se abre, entonces el perno muerto está bloqueado y debes probar con un método diferente. [6]
    • Es mucho menos probable que este método funcione sobre cerraduras modernas, que están diseñadas para ser menos vulnerables a la apertura con una tarjeta de plástico.
  2. Si utilizas una tarjeta de plástico para abrir una puerta, la tarjeta podría dañarse. Por esta razón, debes evitar el uso de tarjetas importantes o de uso frecuente (por ejemplo, tarjetas de crédito). Te resultará mucho menos complicado reemplazar la tarjeta de la biblioteca o una tarjeta de puntos. [7]
    • Las tarjetas plastificadas tienden a funcionar mejor, ya que suelen ser flexibles y se pueden insertar con mayor facilidad entre la puerta y su marco.
  3. Debes ejercer una fuerza moderada sobre la puerta con la mano no dominante. De esta manera, crearás un espacio adicional entre la puerta y el marco para facilitar la inserción de la tarjeta. Debes insertar la tarjeta en este espacio justo por encima de la perilla de la puerta en un ángulo hacia abajo. [8]
    • Si existen molduras sobre el marco, contarás con menos espacio entre la puerta y él, lo que dificultará este proceso. En estos casos, es probable que tengas que probar con otro método para evitar daños costosos.
  4. Debes encajar la tarjeta entre la puerta y el marco. Luego, muévela más profundamente dentro del espacio entre la perilla y la jamba de la puerta hasta que ejerza resistencia. Este es el mecanismo de bloqueo, que debes forzar para volver a desengancharlo.
    • Puedes tantear un poco con la esquina inferior de la tarjeta. Debes sentir la parte inclinada del pestillo apuntando hacia ti.
    • Si el lado inclinado del pestillo no se encuentra apuntando hacia ti, debes deslizar un pedazo largo de plástico detrás del pestillo para trabajarlo desde el lado en ángulo. [9]
  5. Presiona la tarjeta para alejarla de la perilla y aplicar mayor presión sobre el pestillo. Es poco probable que logres desenganchar por completo el pestillo de esta manera, pero si sientes que empieza a ceder, debes empujar la puerta para que se abra. [10]
    • Este procedimiento puede requerir un poco de maniobra. Debes probar con diferentes posiciones hasta que encuentres una con la que la tarjeta ejerza un mayor agarre sobre el mecanismo de bloqueo.
    • Aunque esto no es necesario para algunos pestillos, podrías abrir la puerta si giras la perilla ligeramente con la mano libre al desenganchar el pestillo. [11]
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Método 3
Método 3 de 5:

Extraer la perilla o la puerta

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  1. Una cerradura se puede desenganchar a mano al desmontar la perilla, e incluso las cerraduras de calidad no se trabarán si la puerta se encuentra sin bisagras. Las perillas de las puertas necesitan un destornillador o un sujetapapeles. Las bisagras necesitan un clavo y una herramienta para golpear (por ejemplo, un martillo o una piedra). [12]
    • Puedes pedirle a un vecino que te preste estas herramientas o sacarlas de tu cobertizo. Si tu automóvil está abierto, es probable que tengas guardadas algunas herramientas de emergencia en ese lugar.
    • El tipo de destornillador que necesitas dependerá del tipo de puerta que tengas. A menudo, las perillas y las bisagras se sujetan con tornillos planos (con ranura de estrella).
    • Incluso si no cuentas con un destornillador, es probable que logres retirar los sujetadores con una herramienta resistente y delgada (por ejemplo, un cuchillo de untar o un alfiler doblado).
  2. Lo ideal es que logres ver estos tornillos que conectan a la perilla con la puerta. Estos elementos se pueden desabrochar simplemente con el destornillador para desmontar la perilla. Jala la perilla para separarla de la puerta y desengancha el pestillo con los dedos.
    • Dependiendo del tipo de cerradura que esté instalada en la puerta, es probable que puedas desengancharla inmediatamente después de quitar la perilla, o que tengas que retirar una placa de montaje secundaria.
    • Algunas perillas solo pueden tener un tornillo que las sujete al eje al que están unidas. Para retirarlas, debes aflojar el tornillo sobre el metal que conecta a la perilla con la puerta. [13]
  3. Algunas perillas tienen un orificio del tamaño de un alfiler en la parte frontal en lugar de los tornillos de montaje. Inserta una pieza delgada de metal (por ejemplo, un sujetapapeles enderezado) lo más profundo posible en el orificio mientras giras la perilla y empujas la puerta para abrirla.
    • En algunas situaciones, es probable que solo puedas acceder a las herramientas de sujeción para perillas (por ejemplo, los tornillos y los pernos) desde el interior. [14]
  4. Por lo general, las bisagras son la parte más vulnerable de una puerta, ya que requieren solo un clavo para bordearlas. Coloca un clavo (u otro objeto similar) en la parte inferior de la abertura como un pasador de bisagra. Luego, golpea el clavo con una herramienta (por ejemplo, un martillo o una piedra) para sacar el pasador. Debes realizar este procedimiento con todas las bisagras.
    • Los pasadores de las bisagras pueden estar rígidos al momento de retirarlos, incluso después de haberlos sacado parcialmente con el clavo. Para facilitar la extracción, puedes utilizar un destornillador como cincel debajo del borde del cabezal del pasador para liberarlo.
    • Al igual que las perillas, es probable que las puertas que se encuentran bien instaladas no tengan pasadores de bisagra accesibles desde el exterior. Si este es tu caso, no lograrás desprender fácilmente la puerta de sus bisagras. [15]
  5. La mayoría de estas puertas, a diferencia de las puertas tradicionales con bisagras, no se encuentran sujetas directamente a la estructura de la casa. Muchas yacen en un riel y se bloquean en su sitio. Al sacar la puerta del riel, puedes bordearla fácilmente.
    • Es probable que logres sacar una puerta corrediza de vidrio ligera palanqueándola hacia arriba y hacia afuera con un destornillador plano (o dos), pero una palanca es la herramienta que mejor funciona.
    • Debes tener cuidado al tratar de que la puerta se salga de su riel. Si se cae, podría ocasionar daños costosos.
    • Para hacer que las puertas corredizas de la casa sean menos vulnerables a las irrupciones, puedes asegurar la puerta con una barra de seguridad (por ejemplo, una clavija de madera). [16]
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Método 4
Método 4 de 5:

Ingresar a través de la puerta del garaje

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  1. Es probable que tengas una percha de repuesto en el automóvil o en un lugar de almacenamiento al aire libre. Si este no es el caso, tendrás que tocar puertas hasta que encuentres un vecino amable que quiera prestarte una. En realidad, puedes utilizar cualquier pedazo de alambre resistente pero flexible.
    • Incluso un alambre delgado (como el que se utiliza para trabajos eléctricos) puede doblarse para mejorar su rigidez y servirte para abrir la puerta del garaje. [17]
  2. La varilla debe ser lo más larga posible. Si descubres que el alcance de la percha no es suficiente, debes envolver el extremo sin gancho alrededor de una extensión (por ejemplo, una rama).
    • Si es posible, debes doblar el alambre de la percha para volverlo más resistente. Esto solo será posible si tienes una percha adicional o un cable que te sobre.
  3. Para algunos garajes, este procedimiento puede resultar imposible. Sin embargo, si tu garaje tiene un hueco en la parte superior, podrías pasar el extremo de la varilla por ese espacio.
    • Es probable que te resulte más sencillo insertar la varilla desde los lados, pero debes hacerlo desde el centro de la puerta para que puedas desenganchar la cerradura.
    • Debes tener cuidado al realizar este procedimiento si existe una moldura de plástico suave alrededor de la puerta. Si insertas la varilla entre la moldura y la puerta, podrías dañarla, lo que daría como resultado una reparación costosa. [18]
  4. El pestillo de liberación manual se encuentra ubicado justo debajo de donde el brazo del abridor se adhiere al riel de la puerta del garaje. Manipula el gancho alrededor del pestillo y jálalo con una presión firme y constante hasta que se desenganche. En este punto, puedes deslizar la puerta para abrirla. [19]
    • Muchos pestillos de liberación tienen una cadena adjunta que puedes jalar para desenganchar el pestillo desde el interior del garaje. Puedes utilizar esta cadena como punto de referencia cuando busques el pestillo.
    • Si no puedes ver dentro del garaje, trata de palpar a lo largo del riel metálico de la puerta hasta el motor del abridor. Si sientes una cuesta que sobresale del riel hacia la parte trasera del motor, entonces has encontrado el pestillo.
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Método 5
Método 5 de 5:

Buscar ayuda

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  1. Si has confiado la llave a un amigo, un familiar o un vecino, este es el momento de pedírsela. Si no tienes un teléfono a la mano, debes pedirle a un vecino que llame al portador de la llave para que te ayude a salir de ese apuro.
  2. Por lo general, este suele ser un último recurso. Si haces que el arrendador venga a abrirte la puerta, podría cobrarte un cargo adicional (y solo si es que te contesta el teléfono). Si el arrendador no contesta, o no logras encontrar su número, esta opción podría conducirte a un callejón sin salida. [20]
  3. Los cerrajeros están capacitados en técnicas y equipados con herramientas que, en la mayoría de los casos, te servirán para ingresar a tu casa sin ocasionar daños. El costo de un cerrajero varía ampliamente según la ubicación y puede oscilar entre 15 y 75 dólares (o más, dependiendo del tipo de cerradura). [21]
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Consejos

  • Es probable que una persona pequeña sea capaz de ingresar a la casa por la puerta del perro y luego abrirla desde adentro. Sin embargo, debes evitar forzar esta puerta si está demasiado apretada, ya que podrías dañarla por accidente (o hacer que la persona quede atascada).
  • Mantén un duplicado de la llave al exterior en algún lugar seguro, o entrégaselo a un vecino de confianza para evitar esta situación.
  • Un destornillador puede salvarte la vida si te quedas encerrado fuera de casa. Además, puedes ocultar esta herramienta fácilmente en un lugar discreto para utilizarla en una emergencia (por ejemplo, cuando necesites ingresar a la casa por la fuerza).
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Advertencias

  • Debes reparar cualquier daño que le hagas a la casa, la puerta o la cerradura más tarde, en especial si la casa es alquilada. Algunas de estas reparaciones (por ejemplo, daños sobre la madera) pueden resultar costosas. En caso de duda, puedes llamar a un cerrajero.
  • Técnicamente, podrían arrestarte por irrumpir en tu propia casa, pero es muy poco probable que se presenten cargos, en especial si puedes demostrar que eres el residente legal.
  • Las compañías de seguridad profesionales desaconsejan explícitamente intentar irrumpir en tu propia casa. Lo ideal es que la casa sea lo suficientemente segura como para que nadie pueda acceder a ella por la fuerza.
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Cosas que necesitarás

Ingresar a través de una ventana

  • una escalera
  • un destornillador

Extraer la perilla o la puerta

  • un destornillador
  • un clavo (u otro objeto similar, rígido y estrecho)
  • un sujetapapeles (u otro objeto similar, opcional)

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