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La mayoría de las personas experimentan poco o ningún peligro personal en su vida cotidiana. Sin embargo, en el improbable caso de que te encuentres en medio de una situación peligrosa, lo más prudente es que aprendas a responder y defenderte con anticipación. Si alguna vez te atacan y te amarran mientras te encuentras fuera de casa o viajando al extranjero (por ejemplo, durante una acción militar o un secuestro), o si un invasor agresivo irrumpe en tu casa, debes saber cómo escapar de tus ataduras. Es importante que no entres en pánico al estar amarrado, pero concéntrate en aflojar las ataduras para que logres escapar.

Método 1
Método 1 de 3:

Escapar de una atadura de cuerdas

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  1. Cuanto más suelto te encuentres, más sencillo te resultará escapar. Debes oponer resistencia para evitar que los secuestradores te amarren con demasiada fuerza. Por ejemplo, si te amarran las muñecas por delante, debes juntar los nudillos y colocar ambas manos sobre tu pecho. Aunque parezca que estás cooperando, este gesto creará un espacio entre las muñecas. [1]
    • Como alternativa, puedes extender las manos hacia adelante y cruzarlas a la altura de las muñecas cuando te las amarren. Gira la muñeca inferior unos 45 grados mientras te amarran, de manera que, una vez que las cuerdas estén ajustadas, puedas enderezarla para aflojar la cuerda. [2]
    • Debes hacer mucho ruido. La mayoría de las personas en el fondo no desean infligir más incomodidad o sufrimiento del necesario. Debes gritar de dolor, incluso si no lo sientes. Quéjate y deja que corran las lágrimas. Debes conversar con los secuestradores para tratar de manipularlos mentalmente y hacer que les resulte más difícil apretar las ataduras.
    • Debes dificultarles la tarea. La mayoría de las personas no son expertas en técnicas para amarrar cuerdas y hacer nudos. Por lo general, la persona promedio que no cuenta con una capacitación formal (por ejemplo, un trabajador con experiencia en ganadería) no logrará realizar un trabajo adecuado. Si peleas, opones resistencia y en general te muestras violento, la tarea de amarrarte resultará mucho más difícil.
  2. Si te amarran más arriba de las muñecas o los tobillos, la tensión en los músculos te ayudará a escapar. Al tensarlos, los músculos se expandirán y ocuparán más espacio que cuando se encuentran relajados. Este procedimiento hará que tu cuerpo se agrande mientras los secuestradores te atan con fuerza. Por consiguiente, al relajar los músculos, tu cuerpo se encogerá ligeramente y las cuerdas se aflojarán, dándote más espacio para moverte y lograr escapar.
    • Esta técnica la utilizan la mayoría de los artistas del escape, ya que permite que las cuerdas se aflojen un poco al relajar los músculos.
    • Si los secuestradores amarran una cuerda alrededor de tu pecho, debes respirar profundamente para expandir tus pulmones tanto como sea posible. [3] Si logras aflojar lo suficiente un punto, debes deslizarte a través de él.
  3. En cuanto los secuestradores te den la espalda o abandonen la habitación en la que te encuentras, debes girar las muñecas de adelante hacia atrás para aflojarlas. También puedes utilizar los dientes para jalar una hebra de la cuerda y aflojarla. [4] A medida que las cuerdas se aflojan, es probable que puedas liberarte de ellas.
    • Si tienes las manos amarradas sobre el torso o a los costados, debes mover las manos hasta que se ubiquen en la parte más estrecha de tu cuerpo (por ejemplo, directamente delante de ti). Las cuerdas se aflojarán en este punto y lograrás deslizarte para escapar. [5]
    • Si tienes los brazos pegados al estómago, el pecho o el torso, debes doblar un brazo hacia arriba para tratar de levantar las ataduras. Si la cuerda está suelta, puedes deslizarla sobre tu cabeza.
  4. Vas a necesitar las manos para desatar cualquier otra cuerda, por lo que siempre debes comenzar por liberarte las manos. Las cuerdas (y también los cables eléctricos y telefónicos) se pueden cortar mediante fricción, por lo que debes encontrar un objeto duro para frotar las cuerdas de sujeción. [6] Debes buscar superficies como la esquina expuesta de un muro de cemento, el borde de una mesa o una encimera de granito.
    • Si te encuentras solo en la habitación, debes buscar un objeto afilado (por ejemplo, un cuchillo, unas tijeras, etc.). Si utilizas este objeto para cortar la cuerda con las manos amarradas, debes tener cuidado para evitar cortarte o lastimarte.
    • Si tienes una llave o un cuchillo pequeño en el bolsillo, trata de sacarlo sin que nadie se dé cuenta. Si puedes cortar las cuerdas rápidamente, lograrás escapar.
    CONSEJO DE ESPECIALISTA

    Ross Cascio

    Entrenador de autodefensa
    Ross Cascio es un instructor internacional de defensa personal, acondicionamiento físico y lucha de krav magá. Ha entrenado y ha dado clases de defensa personal, acondicionamiento físico y de pelea en los centros de entrenamiento Krav Maga Worldwide HQ en Los Ángeles, California, por más de 15 años. Él ayuda a las personas a volverse más fuertes, seguras y saludables a través del entrenamiento de krav magá internacional.
    Ross Cascio
    Entrenador de autodefensa

    Nuestro experto señala: es posible romper algunas restricciones utilizando una herramienta improvisada o tu entorno. Busca bordes afilados, esquinas o rocas para soltarte.

  5. Si te resulta imposible soltar las manos, es probable que necesites liberar primero los pies. Quítate los zapatos, ya que te será más sencillo deslizar las cuerdas si solo llevas puestos los calcetines. Luego, fíjate si la cuerda está lo suficientemente suelta como para que puedas deslizarla. Si no es así, debes inclinarte e intentar desatar el nudo con los dientes.
    • Una vez que liberes tus pies, debes utilizar las manos amarradas para deslizar las ataduras de las piernas hacia abajo hasta que se salgan por encima de los pies.
  6. No planees salir corriendo en cuanto te liberes. Es necesario que lleves a cabo una salida estratégica. Debes esperar y escoger el mejor momento posible para escapar. Cuando los secuestradores te den la espalda o abandonen el lugar, debes aprovechar la oportunidad. [7] Luego, huye lo más rápido que puedas.
    • Si crees que los secuestradores van a perseguirte, trata de camuflarte o esconderte en el entorno y buscar un arma (por ejemplo, un pedazo de fierro de construcción) si es necesario.
    • Además, puedes reunir información sobre tus secuestradores para ayudar a la policía a localizarlos. Debes prestar atención a su apariencia física, los tatuajes, las cicatrices y el sonido de sus voces.
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Método 2
Método 2 de 3:

Liberarte de bridas plásticas

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  1. Este es el punto más débil de la brida, por lo que será el más fácil de romper. Para romper las bridas, debes formar puños y presionar los nudillos. Levanta las manos amarradas por encima de la cabeza y luego bájalas bruscamente. Al mismo tiempo, debes separar los codos y presionar las muñecas con fuerza contra el abdomen. [8] Debes ejercer suficiente presión para que el mecanismo de bloqueo de las bridas se rompa.
    • Si tienes las manos amarradas delante de ti, debes apretar la brida lo más que puedas, ya que se volverá más frágil si está completamente tensa. Te resultará más difícil liberarte de una brida suelta.
  2. Si puedes desplazarte hacia una superficie dura, debes utilizarla para frotar la brida varias veces y generar fricción para finalmente cortarla. [9]
    • Los cordones Paracord o Kevlar son resistentes al calor y se pueden utilizar para generar suficiente fricción como para cortar bridas o cuerdas. Si crees que corres el riesgo de que te secuestren mientras viajas a un área peligrosa, considera la posibilidad de reemplazar los cordones de tus zapatos por cordones Paracord o Kevlar. [10] Para lograr escapar, debes amarrar los cordones de ambos zapatos juntos, con el nudo ubicado entre las muñecas amarradas. Luego, utiliza un movimiento de “bicicleta” para generar fricción y cortar las bridas.
  3. Si estás amarrado, debes apretar los puños con fuerza para expandir los músculos de las muñecas. De esta manera, harás que las muñecas se agranden y las ataduras se aflojen una vez que hayas relajado las manos. [11] Si realizas este movimiento correctamente, lograrás liberar las manos de las bridas sin lastimarte.
    • Si te amarran con fuerza, debes girar las manos y mover las muñecas una contra la otra. De esta manera, lograrás aflojar las bridas y crear espacio suficiente para liberar tus manos. [12]
    • Este procedimiento puede tardar, así que asegúrate de que los secuestradores no te observen mientras intentas escapar.
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Método 3
Método 3 de 3:

Escapar de un lazo de cinta americana

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  1. Aunque esta cinta es increíblemente adhesiva, aún puede rasgarse y romperse. Si tienes las manos amarradas delante de ti, puedes levantarlas por encima de la cabeza y luego bajarlas rápidamente contra tu abdomen, separando los codos al mismo tiempo. [13]
    • A diferencia de las bridas, es poco probable que te cortes las muñecas con la cinta.
  2. Dado que la cinta americana no es tan resistente como las cuerdas, puede doblarse y rasgarse con mayor facilidad. Debes aprovecharte de este detalle. Es probable que logres morder o utilizar los dientes para rasgar la cinta y luego separarla. [14]
    • Si no logras romper la cinta, trata de pelarla con los dientes. De esta manera, tendrás más espacio para liberarte de ella.
  3. Como cualquier otro tipo de cinta adhesiva, la cinta americana pierde casi toda su calidad adhesiva al humedecerse. Si te encuentras cerca de botellas o una fuente de agua natural (incluso si hay agua en el piso o un fregadero dentro de la habitación), ve y humedece la cinta en ese lugar. [15] Después de un momento, la cinta se soltará y podrás sacártela fácilmente de las manos o los pies.
    • Si puedes lamer o escupir sobre la cinta, incluso la saliva podría servirte para aflojarla.
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Consejos

  • Pídele a un amigo que te amarre para que practiques tu escape. Debes utilizar las técnicas descritas para escapar. No te preocupes si no lo logras la primera vez, ya que es necesario practicar bastante. Asegúrate de utilizar una cuerda que no te importe cortar durante la práctica, por si no logras deslizarla.
  • Si estás tratando de escapar de una situación peligrosa, asegúrate de que el secuestrador no se dé cuenta. De lo contrario, podría volver a amarrarte de manera más eficaz.
  • Si tienes las manos amarradas en la espalda y te encuentras de pie. Trata de colocar las manos cerca del suelo y saltar por encima de ellas para que vuelvas a colocarlas delante de ti. De esta manera, harás que sea más fácil aflojarlas.
  • Si el secuestrador se encuentra en la habitación contigo, no trates de escapar. Debes esperar hasta que salga de la habitación o hacer lo que te dice. La mayoría de los secuestradores llegan a liberar a sus víctimas después de un tiempo.
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Advertencias

  • Debes llamar a la policía inmediatamente después de escapar.
  • Puedes quedar muy adolorido después del escape, en especial si estabas atado con bridas o cuerdas muy ajustadas. No dejes que este detalle te distraiga. Puedes buscar atención médica más tarde si la necesitas, pero tu principal prioridad debe ser escapar.
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