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Los suéteres de lana se encogen a menudo al lavarlos. Afortunadamente, es fácil y rápido regresarlos a su tamaño original. Simplemente suaviza las fibras de la lana con una solución de agua y acondicionador y después estíralo con las manos o clávalo en su lugar y déjalo secar. Si el suéter se ha encogido de manera significante, el método de clavarlo tiende a ser más efectivo. Antes de darte cuenta el suéter habrá vuelto a la normalidad.

Método 1
Método 1 de 3:

Suavizar las fibras

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  1. Mide el acondicionador para el cabello en el lavabo y después agita el agua suavemente con la mano hasta que se disuelva por completo. El acondicionador ayuda a suavizar las fibras de lana en el suéter y hace que estirarlo sea más fácil. [1]
    • Si no tienes acondicionador para el cabello, usa suavizante de telas o champú para bebé en su lugar.
    • Este método se puede usar para otras prendas de lana como camisas, abrigos y pantalones.
    • Estos pasos son adecuados para todo tipo de lana.
  2. Esto le da tiempo a la solución de agua con acondicionador de empapar y aflojar las fibras de la prenda. Asegúrate de que todo el suéter esté sumergido en el agua para que se remoje. [2]
    • Si el suéter es especialmente grande o pesado, déjalo remojar durante 30 minutos.
  3. Deja que la mayor parte del agua escurra de la tela antes de apretar el resto. No exprimas el suéter porque se pueden dañar las fibras. [3]
    • No enjuagues el suéter porque esto eliminará el acondicionador de las fibras y será más difícil de estirar.
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Método 2
Método 2 de 3:

Estirar el suéter a mano

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  1. Asegúrate de que el suéter quede bien extendido para que no se arrugue. Ajusta las mangas para que queden sobre la toalla. [4]
    • Si es posible, usa una toalla blanca porque así se reduce el riesgo de que el tinte de una de color manche el suéter.
    • Una toalla absorbente funcionará mejor para esta tarea que una ligera de algodón.
  2. Esto ayuda a eliminar el exceso de agua de manera delicada. Presiona suavemente en los hombros del suéter y después continúa hacia abajo. [5]
    • Retira la toalla de encima del suéter una vez que hayas presionado toda la prenda.
  3. Tira de los hombros del suéter suavemente a para que queden en su lugar original y tira de las mangas para hacerlas más largas. Hazlo a lo ancho y después a lo largo para estirar las fibras. Continúa ajustando el suéter hasta que alcance la forma y tamaño deseados. [6]
    • Sostén el suéter a la altura de tu cuerpo para asegurarte de que lo estás estirando en los lugares correctos.
  4. Coloca el suéter sobre una toalla en un lugar sin polvo. Si el suéter sigue mojado después de 24 horas, voltéalo, colócalo sobre una toalla seca y espera otras 24 horas para que se seque. [7]
    • Si el suéter aún está muy pequeño, repite el proceso de suavizado y estirado para agrandarlo.
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Método 3
Método 3 de 3:

Fija el suéter con chinchetas

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  1. Asegúrate de que ambas mangas queden sobre la toalla y que no se arrugue. Enrolla la toalla y el suéter de forma que quede apretado para absorber toda el agua que se pueda. [8]
    • Para mejores resultados, usa una toalla esponjosa y absorbente.
  2. Sostenlo frente a tu cuerpo y estíralo suavemente a lo ancho de los hombros. Mantenlo estirado y fíjalo en el panel de corcho. Tira del dobladillo inferior hacia abajo para alargarlo y después fíjalo. Estira los brazos del suéter a la longitud deseada y fíjalos en el panel. [9]
    • Usa tachuelas de acero para evitar la oxidación.
    • Usa más alfileres para hacer todos los ajustes necesarios al tamaño del suéter.
  3. La lana se puede encoger un poco al secarse. Si el suéter no regresa a su tamaño original, simplemente estíralo un poco más a lo ancho y a lo largo y después fíjalo. [10]
    • Sigue estirando y fijándo el suéter con las chinchetas hasta que alcance el tamaño correcto.
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Cosas que necesitarás

Suavizar las fibras

  • lavabo
  • agua
  • cucharas medidoras
  • acondicionador para el cabello

Secar y estirar el suéter

  • toallas

Clavar el suéter

  • panel de corcho
  • toalla
  • chinchetas de acero

Consejos

  • Lava la lana con agua fría y déjala secar al aire para evitar que las fibras se encojan.
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