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Las glándulas anales de un perro son dos glándulas que tienen la forma de uva y que se ubican justo debajo del ano, una al lado de la otra. Las feromonas que los perros secretan les proporcionan información vital acerca de sí mismos, indicando su salud, edad y sexo. Esto explica la razón por la que los perros se olfatean el trasero entre sí cuando se conocen e insisten en olfatear todos los excrementos que encuentran mientras pasean. En ocasiones, el fluido presente en las glándulas anales podría acumularse, causando que tu mascota se lama o se muerda el ano y que “arrastre” el trasero por el suelo antes o después de defecar. Esto puede sucederle a cualquier raza de perro, aunque los más pequeños son particularmente propensos a los trastornos del saco anal. [1] Exprimir las glándulas anales es un proceso muy sencillo que puede ayudarte a mantener a tu perro cómodo y sano. Si bien el veterinario puede realizar este procedimiento, también puedes ahorrarte el viaje hasta su consultorio y hacerlo tú mismo. No obstante, no olvides que antes de realizar el procedimiento por primera vez, debes consultar con un veterinario, pues la manipulación incorrecta o innecesaria puede provocar problemas de salud.

Parte 1
Parte 1 de 2:

Preparación para exprimir las glándulas anales de tu perro

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  1. Si tu perro tiene un problema con las glándulas anales, podría exhibir algunos síntomas que debes aprender a reconocer. Si tu mascota nunca ha tenido este problema, asegúrate de consultar con tu veterinario. Estos síntomas pueden ser una señal de otros problemas subyacentes, tales como parásitos, rozaduras producidas a causa de la diarrea o alergia a las comidas, así que es buena idea llevarlo al veterinario. De este modo, podrás descartar estos problemas o hacer que tu perro reciba el tratamiento que necesita. [2] Las señales típicas de problemas con las glándulas anales son:
    • Tu perro se arrastra.
    • Se lame excesivamente el área anal.
    • Sus glándulas anales liberan su contenido ocasionalmente en momentos inadecuados (además de durante la defecación). Podrías notar un olor sospechoso en los muebles o que proviene del ano de tu perro
    • Tu mascota presenta un enrojecimiento de la piel en el área anal.
    • Hay presencia de sangrado o de drenaje de pues alrededor del ano (esta es una señal que indica que debes llamar al veterinario de inmediato y no tratar de exprimir las glándulas anales). [3]
  2. Si nunca has realizado este procedimiento, pídele a tu veterinario que te haga una demostración. Él se encargará de exprimir la primera glándula y luego tú puedes tratar de hacerlo con la segunda mientras te vigila. [4]
  3. Normalmente, con tres o cuatro toallitas de papel húmedas y un par de guantes de látex será suficiente. Si quieres bañar a tu perro, también ten listo un champú u otro jabón para perros que uses, así como muchas toallas.
    • Utiliza guantes de látex en lugar de unos de goma que usas en casa, pues son más delgados y te permiten palpar las glándulas con mayor precisión. [5]
  4. Si bien puedes realizar este proceso por tu cuenta (si tu perro coopera), podría ser útil tener a alguien a tu lado para que sujete al perro mientras trabajas.
  5. Las feromonas que secretan las glándulas anales huelen muy mal. Es recomendable usar ropa vieja que puedas lavar con facilidad. [6]
  6. A menudo el baño es un buen lugar para este propósito, en especial si sueles bañar a tu perro en la tina. Solo deberás asegurarte de que el animal no pueda luchar para liberarse y correr durante el proceso.
    • Tu mascota debe estar en una superficie que sea sencilla de limpiar.
    • Dado que el proceso puede ser algo desordenado, combinarlo con un baño normalmente es buena idea.
Parte 2
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Exprimir las glándulas anales de manera externa

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  1. Su parte trasera debe estar frente a ti. Si tienes la ayuda de alguien más, pídele que sostenga al perro al poner un brazo alrededor de su cuello y el otro al lado del cuerpo, abrazándolo con firmeza cerca de él. [7]
  2. Debes estar al nivel del trasero del perro, en una posición que puedas mantener con comodidad.
    • Si bien el proceso no debe tomar mucho tiempo (alrededor de cinco minutos), la primera vez puede requerir un poco de tiempo y paciencia adicional. Asegúrate de estar en una posición cómoda.
    • Este procedimiento no lastimará a tu mascota, pero si las glándulas están particularmente hinchadas u obstruidas, tu perro podría proteger su trasero más de lo normal. Sé cuidadoso y presta atención a su lenguaje corporal.
  3. Háblale, acarícialo e intenta mantener las cosas lo más relajadas posible. [8] También debes estar traquilo, pues esto ayudará a que las cosas salgan bien.
  4. Coloca dos dedos (pulgar e índice) en cualquier lado del ano. Las glándulas anales se ubican dentro de la piel, justo debajo del ano, a aproximadamente las 4 y las 8 en punto. Si están llenas, sentirás una ligera protuberancia del tamaño de una cereza cuando presiones hacia adentro justo debajo del ano.
    • Podrás vaciar las glándulas si presionas en el lugar correcto. Si no puedes sentir las “cerezas”, significa que no es el lugar correcto o que hay necesidad de vaciar las glándulas.
    • En ocasiones, solo una glándula podría estar llena, lo que puede ser una señal de que funcionan con normalidad, pero que una se ha infectado u obstruido. Comunícate con tu veterinario antes de tratar de exprimir el saco. Esto podría requerir una ronda de antibióticos. [9]
  5. Manteniendo el pulgar y el índice sobre las glándulas, ejerce una presión suave hacia arriba y hacia adentro, en la dirección del ano. No aprietes de manera continua, sino en pulsos suaves. [10] No apliques demasiada presión, no más de la que aplicarías a tu propio ojo cerrado. [11]
  6. Si exprimes correctamente, el líquido deberá salir en goteos lentos.
    • Si no sale nada, intenta ajustar la posición de tus dedos.
    • El líquido tiene un olor fuerte a pescado y podría tener una consistencia transparente y suave hasta ser una sustancia parduzca y granulada. [12]
    • Si la secreción contiene sangre o es particularmente pastosa, no continúes con el procedimiento. Consulta con tu veterinario de inmediato para que diagnostique una posible obstrucción o infección.
  7. Tal vez quieras intentarlo otro día. Exprimir las glándulas en repetidas ocasiones puede ser doloroso y provocar moretones, lo que solo empeorará las cosas. [13] También es posible que las glándulas estén obstruidas, lo que requerirá la intervención de un veterinario. [14]
    • No fuerces el procedimiento. Puede ser difícil exprimir los sacos anales de los perros grandes debido a que se ubican a una mayor profundidad. Si este es el caso, no sigas porque lastimarás a tu mascota. Acude al veterinario, pues podría ser necesario vaciar los sacos a través de un procedimiento interno (introducir en el recto un dedo cubierto por un guante, lo que puede hacer mejor un profesional).
  8. Sabrás que están vacías cuando los sacos sean apenas palpables y no haya más líquido que exprimir. [15]
  9. Hazlo con suavidad, pues tu perro podría sentir malestar relacionado con la hinchazón en las glándulas. [16]
  10. Felicita a tu perro, acarícialo y prémialo por su cooperación.
  11. Lávale el trasero de tu perro con una toalla de papel limpia y báñalo bien. [17]
    • Si en este punto tu perro se resiste a que lo bañen, asegúrate de por lo menos lavar y enjuagar su trasero antes de dejarlo libre.
  12. Exprimirlas demasiado puede provocar un mayor daño que beneficio, lo que causará irritación y pérdida del tono muscular en ellas (reduciendo así su capacidad para funcionar de modo normal). [18] [19]
    • No debe ser necesario hacerlo más de unas cuantas veces al año. Si tu perro tiene problemas frecuentes con estas glándulas, consulta con un veterinario.
    • Si bien la mayoría de peluqueros de perros podría realizar este procedimiento con regularidad, no es algo recomendable a menos que haya un problema con las glándulas. [20]

Consejos

  • Una vez completar el procedimiento, es probable que tu perro tenga más energía.
  • Si te preocupa algo con respecto a este procedimiento, consulta con tu veterinario antes de realizarlo.
  • Aumentar el consumo de fibra de tu perro (con algo como calabaza o salvado enlatado) puede ayudarle a que exprima sus propias glándulas anales de modo normal al momento de defectar, reduciendo así la necesidad de que tengas que hacerlo tú mismo. [21]

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