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Las situaciones posibles son infinitas: podrías ser que te hayas mudado a una nueva ciudad y ya te olvidaste cómo se hacía para conocer gente; tu relación amorosa a largo plazo dejó tu red social poco activa o tal vez simplemente careces de habilidades sociales; sea cual sea tu caso, lo cierto es que todos necesitamos amigos. Lo que debería ser tan fácil como respirar parece ser un proceso muy difícil, ¿cierto? Como con todo en la vida, debes ir poco a poco. Un buen lugar para comenzar es el paso 1 a continuación.

Método 1
Método 1 de 3:

Parte uno: Ser agradable

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  1. La vida es un vaivén de personas, son docenas y docenas de desconocidos que podrían o no convertirse en amistades duraderas. ¿Y, sabes qué? Eso es positivo. Es bueno que vengan y se vayan, pues no te afecta en lo más mínimo . Es decir, todos tus conocidos o las personas que conocerás en el futuro, si no se vuelven tus amigos, no importa, porque te sientes bien contigo mismo y lo estarás estén contigo o no. ¿Quieren conocer tu nivel de genialidad o no?
    • Si te estresa mucho conocer gente nueva, al punto de transpirar; si piensas lo incómodo, ridículo y vergonzoso que fue tu comentario más reciente sobre los hurones y que las personas que conociste nunca más querrán verte, entonces se notará. Y, ¿sabes qué? Detente . Por lo general, las personas son inofensivas y están demasiado ensimismadas en lo que dicen como para darse cuenta de lo que dicen los demás. Además, si nunca más los vas a ver….entonces, ¿qué importa? También existen billones de personas más en este planeta buscando amigos.
  2. Sé amigable . Obvio, ¿no? Pero aun así, debemos mencionarlo; si no eres amigable, la gente asumirá que simplemente no te interesa ser su amigo. La mayoría de seres humanos nos sentimos intimidados muy fácilmente y nos gusta lo que nos hace sentir seguros; si no eres receptivo, cálido y exudas una apariencia asequible, la gente no vendrá a tocarte la puerta. Y, ya que aprendiste este concepto desde antes de que dieras tus primeros pasos, conoces exactamente a lo que nos referimos.
    • En ocasiones, tendrás que fingir. Tendrás que fingir que te preocupan los hábitos alimenticios nocturnos del perro de tu colega. Eso es lo que hacen los amigos. Fingen estar interesados, hacen preguntas, están felices de tener con quien conversar, incluso cuando hablan acerca de la aversión que su perrito le tiene al tocino. Si vale la pena ser su amigo, sus aspectos positivos opacarán los negativos.
  3. Sonríe . Saluda a la gente que recién conoces con una sonrisa. La sonrisa es un gesto amigable que atrae a las personas, les demuestra que estás conectado con tus alrededores y estás dispuesto a hacer contacto. ¿Acaso podrías imaginarte querer ser amigo de un desconocido que ves haciendo muecas en la esquina? Jamás. Hazle la tarea menos estresante a tus posibles amigos futuros, así que sé más abierto y demuestra calidez.
    • Es una buena idea tener un lenguaje corporal abierto y atractivo en general. Cuando te encuentres con personas, trata de que tu cuerpo esté alineado con los suyos (por ejemplo, no hacia la puerta). No te cruces de brazos y ¡por favor!, deja el teléfono. ¡Existe gente en la vida real que merece recibir nuestra atención!
  4. Haz que la gente hable de sí misma . Muchos de nosotros les echamos la culpa a los demás diciendo que son cohibidos y nunca saben qué decir para justificar nuestras pésimas habilidades sociales, cuando en realidad saber escuchar es la habilidad más importante entre estas dos. Las personas buscan amigos que les interese lo que ellos dicen, en lugar de tener a alguien que no para de hablar. Así que, si hablar no es tu punto fuerte, relájate. De todas formas te irá bien sin él.
    • Dos palabras: haz preguntas. A todo el mundo le encanta que le hagan preguntas, además ¡la atención no se centrará en ti! En especial, las mejores preguntas son las abiertas. Las respuestas de una sola palabra (sí o no) no llevarán la conversación a ninguna parte y te obligarán a seguir haciendo más preguntas, así que sólo formula las que exigen respuestas elaboradas.
  5. ¿Cuán extraordinario es cuando conoces a alguien y, la siguiente vez que lo ves te pregunta sobre tu cumpleaños, tu madre u otro detalle que mencionaste casualmente? Se siente tan bien saber que alguien nos prestó atención y valoró la información que le dimos. ¡Tienes que ser así! Ganar amigos se trata principalmente de hacer a la otra persona sentirse bien.
    • También puedes prestar atención a los detalles. Si la otra persona lleva algo puesto, está llevando o tiene algo, ¡pregúntale! Quizá los conlleve a conversaciones interesantes.
  6. Las personas estamos naturalmente más atraídas hacia las que confían en sí mismas. Si eres el tipo de persona que es pegajosa o ruega por tener amigos, todos se irán más rápido que volando. Esto no quiere decir que tengas que ser frío, pero debes tener presente que sea cual sea la opinión que tu audiencia tenga de ti no debe importarte. Sé tú mismo . Esa es la mejor versión de ti misma que debes ser.
    • Es más fácil decirlo que hacerlo, ¿verdad? Superar la inseguridad es un proceso imposible para algunos, pero buena parte de su éxito radica en pensar en positivo . Si la inseguridad te parece un poco abrumadora, intenta enfocarte en ese aspecto.
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Método 2
Método 2 de 3:

Parte dos: Conocer gente

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  1. La única manera de conocer gente después de graduarte de la secundaria y de la universidad (de todas formas, esa es la gente que te viste obligado a conocer, pero ¿cuántos de ellos de verdad te caen bien?) es salir y hacer actividades fuera de casa. Mientras más cosas hagas, serás más interesante y conocerás más gente (interesante). Esta es una verdad cruda, pero real.
    • Todo tipo de lugares. Incluso los lugares que no hubieras pensado ir por tu propia cuenta: ¡esos son los lugares que más te sorprenderán! Determínate a ir al café nuevo del que tanto se habla. Visita esa exhibición de arte abstracta de gelatina. Para variar, anda a los partidos de voleibol de tu hermana menor. El fin de semana, tendrás tantas historias nuevas que contar que no te será difícil hacer conversación.
  2. Todo el tiempo. Mantente ocupado siempre. Mientras más actividades hagas (como la exhibición de arte de gelatina), serás más interesante y tu perspectiva del mundo será más variada. Habrás visto muchas cosas más, habrás conocido a más personas y, ¡te mantendrás ocupado! Ocupado conociendo gente, disfrutando experiencias y viviendo la vida.
    • Cuando la gente te conozca, es probable que asuma un cierto número de cosas. Tu tarea consiste en erradicar esas etiquetas que imponen en ti y mostrarles tu lado multifacético y dinámico. ¿Eres una rubia de piernas largas? Bueno, seguro te gustan las revistas y las telenovelas. ¿Qué? ¿También eres francotiradora? ¡Increíble! ¿Sólo usas camisas de franela y escuchas rock indie? Espera un momento, ¿también hablas ruso y has estudiado cocina francesa? Sorprendente .
  3. Si tienes al menos un solo amigo debajo de la manga, tendrás acceso a una red social ya hecha: tus colegas, tus vecinos, tus primos; todos conocen personas que podrías conocer. ¡Aprovecha esa oportunidad! Invítalo a reunirse contigo y haz que traiga a un par de amigos. Anda a conciertos, festivales y otros eventos públicos a los que vayan. ¡Sácale el jugo a tus contactos!
    • La estrategia a continuación también es una buena forma de convertir a los conocidos en amigos: dile al colega aficionado al vino tinto con quien conversas de vez en cuando que tienes ganas de saber más del tema. ¿Tiene alguna sugerencia? Habla con tu vecino sobre el jardín, ¿cómo lo hace? Sin darte cuenta, estarás yendo a catas de vino y al club de lectura de tu vecino. Aunque es posible que también te comprometan a trabajar de niñero, ¡vale la pena!
  4. Son pocas palabras para decir: “Haz cosas en las que no esperas hacer amigos, porque es ahí donde los conocerás . ¿Se viene el torneo de fútbol de tu primo? ¿Por qué no ir? ¿Hay una presentación abierta en el club de comedia de tu ciudad? ¡Claro que irás! Si frecuentas dichos lugares, te encontrarás viendo los mismos rostros y, ¡sabrás de antemano que tú y ellos tienen gustos en común!
  5. Si no lo haces, te dejarán de invitar. Así que, aunque pienses para sí: “Ay no, va a ser tan aburrido”, te recomendamos ir de todas formas. Es cierto, es probable que la fiesta sea de lo peor, pero existe la posibilidad de que conozcas a alguien que también piense lo mismo. Tal vez no seas el mayor fanático de la cerveza, voleibol o de la música folclórica, pero aun así, acepta. Si de verdad es malísima, siempre tendrás la posibilidad de irte.
    • Si estás convencido que la pasarás de lo peor, entonces lo harás. Así que no desperdicies tu tiempo yendo a sitios que te pongan de mal humor, en lugar de ello, trata de tener una mente más abierta a la posibilidad de que podrías divertirte. Sin embargo, si no es divertido, por lo menos contará como una experiencia más. ¿Qué es lo peor que podría pasar? Que la fiesta sea malísima y te vayas. ¿Qué es lo mejor que te podría pasar? Que sea increíble, que conozcas nuevas personas y que descubras algo que de verdad te gusta. ¿Qué te parece?
  6. Alerta: todos nos ponemos nerviosos a la hora de conocer gente nueva. Es tan fácil vivir la vida en nuestro mundo y esperar a que los demás se nos acerquen a nosotros. Pero el problema surge cuando todos hacen lo mismo; así que sacrifícate y toma tú mismo la iniciativa. La gente es cálida, amable (normalmente) y no te rechazará de manera vergonzosa. Lo peor que podría suceder es que conversen un rato contigo y luego se vayan. No hay nada que perder.
    • De cierta manera descabellada, tomar la iniciativa es aterrador. Para que parezca más simple, céntrate en lo siguiente: haz un comentario de la situación. ¡Eso es todo lo que necesitas! ¿Estás en la cola en el café? Conversa acerca del café, de la espera y de tu ración de cafeína. ¿Estás en una fiesta? Habla acerca del anfitrión, de la comida o de quien sea que esté haciendo el ridículo. Verás que las conversaciones surgirán naturalmente.
  7. Muchísimas veces, las personas se conocen, se divierten y ambas partes tienen deseos de ser amigos, pero ninguna hace el esfuerzo. Es probable que tengas que ser tú la persona que tenga que dar el primer paso. Pídele su nombre en Facebook, su número de celular o, en algunos casos, su dirección de correo electrónico. Y, ¡úsalo!
    • Si han tenido una conversación buena e interesante, no te preocupes de parecer un loco. Será suficiente una frase simple, tal como: “¿Cuál es tu nombre en Facebook?” o “Dame tu teléfono para que vayamos algún día a la exhibición de la gelatina”. ¡No hay necesidad de hacer una montaña de un grano de arena! Si te ves tranquilo y casual, no hay motivo para rechazarte.
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Método 3
Método 3 de 3:

Parte tres: Lograr que los contactos duren

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  1. Cuando formamos primero una amistad, lo importante es que nuestras interacciones sean positivas y amigables. Si no lo son, corres el riesgo de ser el chico o la chica que siempre anda de malas, de ser el que siempre mira el lado negativo de todo. Los amigos nuevos son con los que siempre andas riéndote, no con los que lloras…todavía.
    • Mostrar lástima es un arma poderosa, sí. Tener un enemigo en común podría unir a las partes y, los sentimientos negativos que se comparten entre dos personas pueden llegar a ser muy, pero muy unificadores. Aunque por lo general, lo mejor es ahorrarte esta arma para cuando la relación sea un poco más sólida. Empiecen a contarse chismes después, cuando ya se conozcan lo suficiente como para que sea algo normal y significativo. Cuando llegue el momento, podrían compadecerse del atuendo ridículo del jefe o del “embarazo” de Julia.
  2. ¿Cómo se llega de las conversaciones simples del trabajo a ser amigos en los fines de semanas? La respuesta es: temas un poco más serios. Debe haber un nivel alto de confianza para que esa relación se desarrolle. Para que este proceso arranque, empieza pidiéndole consejos. Menciona un problema pequeño en tu vida y pídele su opinión. La otra persona se sentirá importante y pensará que es importante para ti, lo cual logrará que le caigas aún mejor. ¡Y quizás hasta ese sentir sea correspondido!
    • Nos referimos a qué cafetera comprar, dónde ir cuando vayas de vacaciones a Brasil o cómo lidiar con un compañero de cuarto insoportable; no nos referimos a cómo lidiar con la enfermedad mortal que padeces. Debe ser un tema que la otra persona sienta que pueda resolver. Algo que pueda considerar que te será beneficioso; se supone que tu objetivo es hacerla sentir útil, no abrumada.
  3. Así como mantienes tu mente y cuerpo en forma, deberás ejercitar tus relaciones amistosas, también. Cuando las hayas logrado formar: están saliendo juntos de vez en cuando, se están empezando a sentir cómodos estando juntos, ¡no permitas que todo aquello se desvanezca! Mándale un mensaje de texto ocasional de algo divertido que hayas visto. Invítalo a un café, una fiesta o a algún evento público que creas que pueda disfrutar.
    • Y cuando tu nuevo amigo pase por tiempos difíciles, apóyalo. Sacrificar algo de tu tiempo es parte de ser amigo de alguien. Si necesita que le hagas un favor, ayúdalo en lo posible y si es razonable. Si necesita un hombro sobre donde llorar, ¡ofrécete! Hazle saber que te importa. Las amistades no siempre son de color de rosa; a veces, requieren un poco de amor sacrificial para que florezcan.
  4. A medida que crecemos, tenemos más y más responsabilidades al mismo tiempo. Si no tienes ninguna, pues vas en el camino equivocado. En otras palabras, la gente está ocupada. Los demás tienen vidas que vivir. Si tu amistad no es necesariamente una amistad de uña y carne, no hay problema. Tú también tienes tu propia vida. Si pueden contribuir a hacer de sus vidas una vida mejor de vez en cuando, perfecto. Es todo lo que necesitas.
  5. Ninguna amistad durará si no tratas bien a la otra persona. Cuando se conozcan bien, no será suficiente ser amigable, deberás ser un buen amigo: alguien que verdaderamente se preocupe por el otro y con quien valga la pena salir. En serio, cosechas lo que siembras. Así que, si quieres un amigo que confíe en ti, que se haga un tiempo para estar contigo, que te haga sentir bien, tendrás que hacerlo tú por él.
    • Ser un buen amigo cuando las cosas van bien es lindo, pero ser un buen amigo en tiempos difíciles es incluso más importante. Si tu amigo está enfermo, no tienes necesariamente que correr a su casa con un plato de sopa de pollo, pero mándale un mensaje de texto preguntándole cómo se siente y si necesita algo. Si tiene algún problema, hazle saber que lo apoyarás. Y, cuando te toque a ti los tiempos difíciles, con suerte él también estará junto a ti.
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Consejos

  • Algunas buenas preguntas para iniciar una conversación son, entre otras: “¿Cuáles son tus pasatiempos?”, “¿Qué música/películas/programas televisivos te gustan?”, “¿Trabajas? ¿En qué trabajas?” (con suerte, encontrarás algo que les guste a ambos y ¡podrán parlotear de este tema que los dos parecen conocer muy bien!).
  • Si tienes miedo al rechazo (¡todos lo tenemos!), entonces la regla general es buscar a alguien con un rostro amigable y preguntarle la hora (¡a menos que tengas un reloj!). La mayoría de las veces, acaso todas, la persona con gusto te responderá. Es ahí donde podrás presentarte y empezar una conversación. Pero, si la conversación no prospera, entonces por lo menos habrás conocido un dato importante (¡la hora!) sin estar demasiado lastimado.
  • Recuerda su nombre (entre otros datos) cuando te vayas; despídete mencionando su nombre (ej.: “Chau, Lucía”). Si te equivocas, la otra persona podrá corregirte y podrás acordarte de su nombre después. Entonces, si te gustaría conocer más a fondo a dicha persona (¡pero tienes la memoria de una hormiga!), entonces apunta en un papel aquellos datos que te gustaría mencionar la próxima vez que la encuentres. Anotar diversos datos es muy útil para tenerlo como referencia futura.
  • Es normal que te sientas un poco cohibido. Pero no desmayes, porque esto te dará una oportunidad de oro para centrarte en otro aspecto: ¡la otra persona! Siempre es una buena idea hacer que los demás hablen de sí mismos, para conocerlos mejor y por el simple hecho de que a la gente le encanta hablar de sí misma.
  • Haz una lista de tus mejores habilidades y cualidades únicas, y lleva esta lista contigo cuando sientas que tu nivel de confianza está esfumándose; o aún mejor, en la mañana, antes de salir, haz una lista de las cosas que eres capaz de hacer, además de las cosas por las cuales estás agradecido.
  • ¡Ríe, sonríe y cuenta chistes! Si no sabes ninguno, ¡búscalos! Sólo busca “chistes” en Google y memorízate algunos. Empléalos para hacerte reír o sonreír y para tratar de ver el lado gracioso de las cosas. La sonrisa es en realidad muy beneficiosa para la salud física, mental y emocional. Te ayudará a estar contento y puede hacer que te veas amigable, por lo tanto, parecerás más dispuesto a hacer nuevos amigos. La gente se ve atraída por las personas sonrientes y contentas, ¡así que adelante y deslúmbralos!
  • Trata de mejorar los puntos de interés y preocupaciones comunes. Normalmente, es posible lograrlo con el fin de desarrollar y fortalecer una amistad muy satisfactoria y duradera.
  • Cuando estés avergonzado (como cuando entraste en la habitación equivocada o cuando te caiste), sé el primero en reírte de ti mismo (y disculparte). Esto le indicará a los presentes (quienes seguro también se estarán riendo) que eres una persona relajada, divertida, lo cual podría atenuar un poco la vergüenza. Y por lo menos, los presentes estarán riéndose contigo en vez de reírse de ti.
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Advertencias

  • No seas descortés. Por más difícil que sea, trata de no interrumpir cuando estén conversando. En especial, con un amigo reciente; interrumpir da a entender que no estás interesado genuinamente en lo que dice y percibirá que no eres un buen amigo.
  • No alardees. ¡A nadie le gusta escuchar a otra persona hablar acerca de sus cuentas millonarias o de su casa de verano en las Bahamas! Podrás mencionar esto de vez en cuando, pero al principio, traer a colación tu prosperidad dará a entender que estás alardeando y, la otra persona pensará seriamente volverte a hablar la próxima vez. (Lo peor que podría suceder: la otra persona podría ponerse celosa y ¡habrás perdido una posible gran amistad!)
  • No critiques ni juzgues. ¡A ninguno le gusta que lo traten mal (en especial cuando acaban de conocer a alguien)!
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