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El té de kombucha es una infusión endulzada obtenida por fermentación. La kombucha sin saborizar tiene un sabor ácido, a vinagre además del sabor dulce original del té. La potencia del sabor del té puede graduarse con la cantidad de bolsitas de té que se echa a determinado volumen de agua. La kombucha se vende en casi todas las tiendas de productos saludables y en la sección orgánica de algunos supermercados comunes. Los pasos a continuación describen su elaboración en casa. [1]

Ingredientes

  • Un “hongo madre” de kombucha, también llamado “SCOBY” (acrónimo proveniente del inglés que significa “colonia simbiótica de bacterias y levaduras”) (y que en ocasiones llamaremos “cultivo” en este artículo). Puedes conseguir un hongo de kombucha en muchos lugares por internet. O si tienes suerte, ¡un amigo puede darte uno que le sobre! Cuando tengas la madre, nunca más tendrás que comprar ni pedir otra si sigues unos pasos sencillos para conservarla.
  • Un poco de kombucha ya hecha como cultivo iniciador; si no tienes, puedes usar vinagre obtenido por fermentación.
  • Té. Puedes usar bolsitas de té o hebras de té suelto. Algunas veces, los tés comunes de bajo grado salen con mejor sabor que los tés costosos. Los tés que contienen aceites, como los de bergamota en el Earl Grey, pueden dañar el hongo, lo que se traduce en un mayor tiempo de fermentación para obtener resultados satisfactorios. Se pueden usar muchos tés, por ejemplo:
    • verde
    • negro
    • equinácea
    • toronjil
  • Fuentes de azúcar. Puedes usar sin problema azúcar blanca refinada común o azúcar de caña orgánica. Puedes experimentar con otros alimentos fermentables, como jugo reconstituido con té. Muchos fermentistas prefieren lo orgánico, si está disponible. Por ejemplo, puedes buscar un jugo de bayas con té.
Parte 1
Parte 1 de 3:

Preparar el té

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  1. Lávate las manos muy bien con agua caliente, pero NO uses jabón antibacteriano, ya que puede contaminar la kombucha y destruir las bacterias beneficiosas proporcionadas por el cultivo. El vinagre de sidra de manzana o el vinagre común son una buena alternativa a los jabones antibacterianos para lavarse las manos y cualquier otro material que vaya a usarse. También se recomienda usar guantas que no sean de látex, sobre todo si se toca el cultivo directamente. [2]
  2. Hierve el agua durante 5 minutos como mínimo para purificarla. [3]
  3. Según tus gustos personales, puedes retirar el té inmediatamente después de introducirlo al agua o dejarlo dentro durante los siguientes dos pasos. [4]
  4. El cultivo se alimentará del azúcar, lo cual es un paso necesario del proceso de fermentación. El azúcar empezará a caramelizarse si el agua sigue hirviendo, por eso hay que apagar el fuego. [5]
  5. La espera quizá te parezca muy larga, pero echar el cultivo cuando el agua está demasiado caliente lo matará. [6]
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Añadir el cultivo

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  1. Si no cuentas con mucha agua adicional para lavar y enjuagar, echa 2 gotas de yodo al tarro, échale agua y hazla girar para desinfectarlo. Enjuaga el tarro, tápalo y sigue esperando. También puedes poner el tarro en el horno durante unos 10 minutos a 140 °C (285 °F) si solo está hecho de vidrio o cerámica. [7]
  2. Cuando el té haya enfriado, viértelo al tarro de vidrio y añádele el té iniciador, el cual debe ser un 10 % del líquido. También puedes usar aproximadamente ¼ de taza de vinagre por galón de té. Esto mantendrá el pH bajo para impedir el crecimiento de mohos o levaduras foráneas mientras el té arranca la fermentación. [8]
    • Para asegurarte que esté lo suficientemente ácido, mide el pH (opcional). El pH debe ser menor que 4,6. De lo contrario, sigue añadiendo el té, vinagre o ácido cítrico (no vitamina C, pues es demasiado débil) iniciador hasta que alcance el pH deseado.
  3. Introduce el SCOBY cuidadosamente en el té, cubre la boca del tarro con un paño y asegúralo muy bien con una goma elástica. [9]
  4. La temperatura debe ser constante y de por lo menos de 21 °C (70 °F). Lo ideal es que esté a 30 °C (86 °F), si es posible. Si la temperatura es menor, crecerá más lentamente, pero si es menor que 21 °C (70 °F), será más probable que también empiecen a crecer organismos no deseados. [10]
  5. Cuando el té empiece a oler como a vinagre, podrás empezar a probarlo y a revisar su nivel de pH. [11]
    • El cultivo estará en el fondo, flotando o en un punto intermedio. Es mejor que el hongo esté flotando para bloquear la contaminación por aspergillus.
    • Para tomar una muestra, lo ideal es hacerlo con una pajilla. No tomes el té directamente de la pajilla, ya que podrías contaminarlo si se regresa. Tampoco introduzcas la tira reactiva en el recipiente fermentador. Más bien, introduce la mitad de la pajilla en el té, tapa el extremo con un dedo, retira la pajilla y bebe el líquido a su interior o empapa la tira reactiva con el líquido.
    • Si la kombucha está muy dulce, es probable que el cultivo necesite más tiempo para consumir el azúcar.
    • Un pH de 3 indica que el ciclo de fermentación ha culminado y el té está en el punto correcto para beber. Claro que esto puede variar un poco según tus necesidades y gustos personales. Si este pH final es demasiado alto, entonces habrá que dejar pasar unos cuantos días más para que el té termine el ciclo de fermentación o tendrá que ser desechado.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Dar los pasos finales

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  1. Retira cuidadosamente la madre y los cultivos bebé con las manos limpias (usa guantes que no sean de látex, si los tienes) y ponlos en un tazón limpio. Ten presente que es probable que estén pegados. Viérteles un poco de kombucha y cubre el tazón para mantenerlos protegidos. [12]
  2. Opcional : llénalo hasta el final. De lo contrario, tomará muchísimo tiempo en carbonatarse . Si no hay suficiente, puedes hacerlo en recipientes más pequeños o, si solo falta un poco de líquido, llena lo que falte con jugo o más té. Usa solo un poco, si no el té quedará muy diluido. Deja un 10 % del té ya hecho en el tarro de vidrio para que sea el cultivo que arranque la siguiente tanda de kombucha. Iniciar el ciclo de nuevo: vierte té recién hecho, introduce el cultivo otra vez, cúbrelo, etc. [13]
    • Puedes usar cada capa de cultivo para hacer una nueva tanda de té. Algunos recomiendan usar la capa nueva de cultivo y desechar la anterior. No es necesario colocar ambas capas de cultivo en una tanda nueva. Bastará con una.
    • En cada ciclo de fermentación, la madre crea un nuevo bebé. Así que, después de fermentar la primera tanda, tendrás dos madres: una es la madre original y una es el cultivo bebé nuevo. Esta multiplicación se dará en cada fermentación subsiguiente.
  3. No las tapes demasiado fuerte por motivos de seguridad o tápalas fuerte para que se forme la carbonación y déjalas reposar durante unos 2 a 5 días a temperatura ambiente. [14]
  4. Lo ideal es beber la kombucha fría.
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Cosas que necesitarás

  • Recipiente fermentador o de incubación. Lo recomendable es que esté hecho de vidrio para usos alimentarios. El uso de otros materiales (por ejemplo, la cerámica, el metal o el plástico) puede ocasionar el desprendimiento de químicos (incluido el plomo si se usa cerámica) que terminarán en la bebida debido a la formación natural de ácido como parte del proceso de fermentación de la kombucha. Algunos aseguran alcanzar buenos resultados usando acero inoxidable y plástico para usos alimentarios, pero el vidrio es el material de preferencia. Puedes empezar haciendo entre 1 a 4 litros (1 galón). La mayoría empieza bebiendo 30 ml (1 oz) al día, ya que el tracto digestivo puede necesitar un tiempo de adaptación a la kombucha. Por lo tanto, el volumen del recipiente debe ajustarse a la frecuencia con la que consumirás la bebida y al área que tienes disponible para dejarla fermentar. También puedes usar otros equipos de fermentación, como los garrafones de 5 galones (20 litros) para hacer cerveza o vino.
  • Paño tupido sin pelusa (por ejemplo, una camiseta limpia). Este servirá para cubrir el recipiente fermentador con el fin de evitar que insectos (en especial, moscas de la fruta), polvo y demás partículas foráneas contaminen el cultivo sin impedir que los microorganismos respiren. El paño tendrá que ser más grande que la boca del recipiente fermentador.
  • Goma elástica o cordel. La goma elástica o el cordel servirán para asegurar el paño que cubrirá la boca del recipiente fermentador.
  • Vinagre de sidra de manzana para limpiar.
  • Olla grande para hervir el agua y añadir el té y el azúcar. Puedes usar una de acero inoxidable. Debe ser del tamaño suficiente para que entre el volumen de líquido del recipiente fermentador
  • Botellas de vidrio con tapón para la kombucha final. Necesitarás el número suficiente de botellas para servir toda la bebida fermentada. El tamaño de las botellas debe ser acorde al tamaño de la porción que prefieras beber.
  • Embudo. Para transferir la kombucha fermentada a las botellas finales.
  • Tiras reactivas para medir el pH.
  • Pajilla, gotero mediano o pipeta (para ayudar a medir el pH).

Consejos

  • Algunos prefieren el método de fermentación continuo , en el cual hay que servir la cantidad que se desea beber y verterle inmediatamente la misma cantidad de té dulce a temperatura ambiente. La ventaja es que el proceso se simplifica (en especial si la fermentación se realiza en un recipiente con un grifo en la parte inferior), pero la desventaja es que la fermentación no llega a término ni se controla detenidamente, así que la bebida siempre queda con un poco de azúcar sin procesar y un poco de té altamente fermentado. Con este método, igual hay que vaciar y lavar el recipiente periódicamente para evitar su contaminación.
  • Si quieres acelerar el proceso, puedes emplear el método de enfriamiento rápido : haz el té dulce solo con 1 o 2 litros de agua, pero con la misma cantidad de azúcar y té. Dilúyelo con agua purificada o filtrada (no agua de grifo) en el recipiente para enfriarlo y lograr la solución correcta. Luego, añade el SCOBY, cúbrelo y guárdalo como de costumbre.
  • Recuerda que algunos productos naturales con propiedades antibacterianas (como la miel) no necesariamente matan el SCOBY, pero extienden drásticamente el tiempo de fermentación.
  • Ten presente que los hongos de kombucha varían muchísimo de aspecto. Observa este de color púrpura, por ejemplo.
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Advertencias

  • Antes de empezar, asegúrate de lavarte bien las manos, de limpiar muy bien tu espacio de trabajo y mantener todo desinfectado y limpio mientras trabajas. Si una kombucha joven se contamina, podrías terminar cultivando algo no deseado. Esto generalmente solo arruina la bebida, aunque puede ser peligroso.
  • A la hora de hacer kombucha, no uses recipientes de plástico, metal, cerámica ni de vidrio no apto para usos alimentarios, porque pueden (con casi toda seguridad) desprender toxinas, tales como el plomo. Un tarro de vidrio para usos alimentarios o un refractario de vidrio grande es tu mejor opción.
  • No tapes los tarros, incluso después de culminada la fermentación. Si quieres hacer una fermentación anaeróbica, tapa los tarros no muy fuerte para que el dióxido de carbono reemplace al oxígeno.
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