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Instalar rodapiés es una de las mejores decisiones que puedes tomar para cambiar significativamente la apariencia de una habitación. No solo proporcionan un aspecto más profesional, sino que también pueden utilizarse para cubrir los vacíos naturales entre el piso y la pared que aparecen con el paso del tiempo. Este proceso es sencillo y rápido, y para llevarlo a cabo necesitas herramientas muy simples. Asegúrate de leer las instrucciones hasta el final antes de ponerte a trabajar.

Parte 1
Parte 1 de 4:

Extraer la moldura original

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  1. Antes de comenzar, debes reunir las herramientas que vas a utilizar. Por suerte, no necesitas demasiadas. Consigue una cuchilla, una espátula, una cinta métrica, una clavadora neumática, clavos (lo suficientemente largos como para atravesar el rodapié y los zócalos o travesaños de la pared), una caja de ingletes (o una escuadradora, si cuentas con una) y una sierra. [1]
    • Además, puedes conseguir pintura, barniz, masilla, un punzón de clavos y pintura a la cera si deseas darle un acabado profesional al rodapié.
    • Cuando el rodapié es muy frágil o muy fino, algunas personas hacen agujeros piloto para introducir los clavos (ya que algunas molduras tienden a agrietarse). Si este es el caso de tu rodapié, necesitarás un taladro con clavos más pequeños.
  2. Si vas a extraer un zócalo antiguo, toma la cuchilla y corta cuidadosamente la pintura que se ha adherido desde la moldura hasta el zócalo. Esto evitará que la pintura se astille sobre el zócalo a medida que sacas la moldura. [2]
  3. Utiliza una espátula rígida para aflojar la moldura empujándola desde atrás y por debajo. Ten cuidado de no dañar la moldura ni el piso. Separa por completo la moldura del zócalo utilizando una barra plana. Luego, retira todos los clavos. [3]
  4. Al retirar la moldura, tendrás una excelente oportunidad para lijar y pintar los zócalos. Si estás en buena forma, continúa con la instalación del rodapié.
  5. Antes de cortar las molduras para que alcancen en la pared, debes prepararlas y hacerles los acabados. Toma las nuevas molduras de madera y líjalas ligeramente. Colócalas sobre unos caballetes y hazles los acabados para que coincidan con el piso. Este proceso puede ser tan simple como colocar un par de capas de barniz. [4]
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Parte 2
Parte 2 de 4:

Cortar las piezas

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  1. Mide el área que necesitas cubrir con el rodapié. Utiliza una cinta métrica para medir la pared. Anota las medidas exactas de esquina a esquina. Las medidas generales te servirán para saber cuántos metros de rodapié debes comprar y las medidas exactas te servirán para saber la longitud en la que debes cortar cada sección. [5]
    • Si tienes algunas esquinas exteriores en tu habitación, debes hacer la moldura para esa sección más larga que la pared. Agrega alrededor de 2,5 a 5 cm (de 1 a 2 pulgadas). Esto es necesario para asegurarte de que las dos piezas sean lo suficientemente largas como para dar toda la vuelta a la esquina y mantenerse conectadas.
    • Es probable que tengas una pared que sea más larga que una pieza individual de rodapié. Si es así, no te preocupes. Te mostraremos cómo juntar dos piezas utilizando la menor unión posible.
  2. Para las esquinas interiores (que son el tipo más común de esquina en una habitación) tienes algunas opciones diferentes para cortar la moldura. La mejor opción es enfrentar un lado del rodapié para ajustar la esquina si no se encuentra en un ángulo perfecto de 45 grados y dejar que la moldura se desplace naturalmente a medida que la madera cambia con el tiempo. [6]
    • Para el frente, debes cortar una de las dos piezas de moldura a la longitud exacta de la pared (para ese lado) para que los extremos choquen contra la pared contigua. Luego, corta la segunda pieza en un ángulo de 45 grados, dejando que la parte trasera sea la más larga. A continuación, debes tomar la sierra de marquetería y cortar el extremo en un ángulo de 45 grados opuesto, haciendo que la sierra siga cuidadosamente el borde de la cara frontal. Lija el borde una vez que cortes el interior. Esto debe dejar una pieza que parezca normal por delante pero que esconde un vacío por detrás. Esto te permite ajustarla contra la otra pieza del rodapié como si armaras un rompecabezas, creando una buena unión. [7]
    • Si no puedes conseguir o no quieres buscar una sierra de marquetería, o si estás realmente apurado (o no te importa mucho), simplemente puedes hacer una unión al inglete con los extremos. Una vez que cortes el lado largo del tablero, este debe quedar en la parte de atrás y a la medida de la longitud de la pared.
  3. Para una esquina exterior simplemente realiza una unión al inglete en ambos extremos de las dos piezas de moldura. La parte posterior de la moldura debe encajar a la medida de la pared y ser el lado más corto de la escuadradora. Coloca un poco de pegamento sobre el punto en el que se juntan ambos lados para asegurarte de que la unión se mantenga firme y no se forme un vacío. [8]
    • Corta las esquinas exteriores diagonales. A veces, los zócalos o la pared pueden no encontrarse en un ángulo de 45 grados, sino que tienen una esquina plana diagonal. Si este es el caso, reduce las piezas de moldura a 22,5 grados y asegúrate de que el lado posterior de la pieza central coincida con la longitud de la cara diagonal.
  4. Si tienes un recorrido largo que requiera de dos piezas de moldura, no empalmes ambos extremos de la moldura. En vez de eso, corta a inglete (45 grados) ambos extremos en direcciones opuestas, de modo que ambas piezas se superpongan en la unión. Esto evitará un vacío visible a medida que la madera se contraiga y se expanda con el tiempo.
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Parte 3
Parte 3 de 4:

Instalar la moldura y crear los retornos

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  1. Cuando tengas lista la moldura, puedes comenzar a clavarla en su sitio utilizando la clavadora neumática. Clava en la línea central de la moldura para ayudar a prevenir las grietas. La distancia de los clavos dependerá de qué tan seguro quieres que sea el rodapié, pero trata de no pasarte de 30 o 60 cm (1 o 2 pies). [9]
    • Asegúrate de que los clavos entren directamente a los zócalos y no en ángulo hacia abajo (ya que probablemente dejará un vacío). Para lograr esto, es probable que tengas que dejar la clavadora en el piso.
  2. Si cuentas con un punzón de clavos lograrás conseguir una apariencia más profesional. Coloca el punzón contra los clavos y golpéalo con un bloque o tu mano para hundirlos. [10]
  3. Los extremos del rodapié se toparán con las puertas y algunos rincones. Debes decidir cómo deseas que luzca el extremo, ya que a menudo se pegará fuera del resto de la moldura. Tienes las siguientes opciones: [11]
    • Considera la posibilidad de un retorno al inglete. Este es el método más común y probablemente el más sencillo. Corta al inglete el extremo de la última pieza de moldura. Luego, cuidadosamente corta al inglete una pequeña pieza única. Colócalos juntos para que la moldura regrese a la pared, brindando un aspecto mucho más limpio.
    • Considera la posibilidad de un retorno con punta redondeada. Esta opción requiere más herramientas. Esencialmente, debes cortar la moldura a la longitud que deseas que alcance y luego utilizar la sierra y la lija para redondear el extremo hacia abajo hasta que se vea bien.
    • Considera la posibilidad de colocar una envoltura sin retorno. En algunas circunstancias, puedes omitir los retornos y colocar una envoltura de moldura alrededor de una puerta y continuar a la siguiente habitación. Sin embargo, esto no es ideal para todas las casas, por lo que debes realizarlo solo si tiene sentido y se ve bien.
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Parte 4
Parte 4 de 4:

Agregar toques de acabado

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  1. Una vez que tengas instalada toda la moldura, utiliza masilla para rellenar los vacíos en las esquinas y otros espacios. Sin embargo, debes tener en cuenta que, si existen diferencias entre la moldura y los zócalos, probablemente se deba a que separaste demasiado los clavos. Agrega un clavo intermedio para resolver el problema. [12]
  2. Si deseas, puedes utilizar pintura a la cera para rellenar los agujeros creados al encastrar los clavos. [13]
  3. Lo último que te queda por hacer es teñir o pintar la moldura de la forma en la que quieras que se vea. Esto es más sencillo cuando a los zócalos también les faltan los acabos, pero si ya están pintados, debes pintar la moldura antes de instalarla. Una vez que la pintura o el tinte se seque, ya está todo listo. Llegó el momento de disfrutar de tu nueva habitación con aspecto profesional. [14]
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Consejos

  • Si en la actualidad tienes un cuarto de moldura redonda e instalas el rodapié, solo vas a cubrir una cuarta parte del piso. La parte recién expuesta puede no coincidir con el resto del piso.
  • Necesitas tener acceso a todo el perímetro de la habitación en la que estás trabajando. Mueve todos los muebles que puedas hacia el centro de la habitación para que no interfieran con tu proyecto.
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Advertencias

  • Utiliza siempre protección para los ojos cuando trabajes con herramientas eléctricas y para golpear.
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Cosas que necesitarás

  • una cinta métrica
  • una escuadradora
  • un taladro
  • brocas
  • una sierra de marquetería
  • un punzón de clavos
  • una cuchilla
  • una espátula
  • una barra plana
  • un rodapié o un cuarto de moldura redonda
  • clavos de 5 cm (2 pulgadas) sin cabeza
  • relleno de madera
  • pintura
  • barniz
  • papel de lija

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