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Las mochilas son fundamentales para los niños, los estudiantes y los viajeros que llevan sus tareas y provisiones de un lado a otro. Con el tiempo, los alimentos, la humedad y el desgaste de todos los días pueden hacer que estas se pongan sucias y tengan un mal olor. Por suerte, la mayoría de las mochilas están hechas para soportar dicho desgaste cotidiano y no es tan difícil limpiarlas. La mayor parte de ellas se puede lavar con detergente en una lavadora normal, pero otras requieren que lo hagas a mano, dependiendo de su material de fabricación. Con la ayuda de algunos productos suaves de limpieza y un poco de esfuerzo, podrás mantener tu mochila limpia y, con suerte, harás que dure más.

Método 1
Método 1 de 2:

Lavar a mano

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  1. No querrás lavar ningún artículo que esté adentro y que pueda dañarse con el agua. Voltea tu mochila por el revés y utiliza una aspiradora de mano para quitar la suciedad y la basura en su interior. [1] Una vez que hayas terminado de vaciar tu mochila, deja los bolsillos sin cerrar.
    • Coloca todas las pertenencias que tengas dentro de la mochila en una bolsa plástica, de modo que puedas regresarlas después de la limpieza; pues así, no perderás nada importante.
    • Si te das cuenta de que alguno de tus objetos personales está sucio, límpialo ahora que vas a lavarla. No sería bueno que después pongas objetos sucios en una mochila limpia.
  2. Quita la suciedad que esté por desprenderse del exterior de la mochila con las manos y frota con cuidado la parte exterior con un paño húmedo. Esto evitará que los residuos grandes y sólidos se mezclen con el agua jabonosa limpia. [2]
    • Si tu mochila tiene algún tipo de marco (o soporte), no te olvides de retirarlo antes de lavarla.
    • Retira los bolsillos y asas desprendibles, y límpialos separados de la sección principal de la mochila. Esto garantizará que limpies cada parte de la mochila de forma minuciosa.
    • Corta los hilos sueltos, en especial los que estén alrededor de los cierres. [3] Esto garantizará que además de que tu mochila quede limpia, también esté libre de cierres enredados y atascados.
  3. Sigue estas instrucciones de cuidado (si las tienes) en todo momento para que estés seguro de lavarla de una manera que no la dañe. Estas etiquetas por lo general están ubicadas dentro de la mochila, al lado de una de las costuras laterales. Lo más probable es que estén en el compartimento del cierre principal. En las etiquetas de cuidado de las mochilas generalmente hay recomendaciones para su lavado y secado, con el fin de asegurar su durabilidad.
    • Algunos químicos y métodos de lavado pueden dañar la mochila (por ejemplo, su capacidad de impermeabilidad), así que lo mejor es seguir las instrucciones que vengan con ella.
    • Si la tela no tiene una etiqueta de cuidado y lavado, haz una prueba en una pequeña zona de la tela para ver cómo reacciona frente a los agentes limpiadores que quieres utilizar.
  4. Utiliza algún tratamiento previo al lavado para quitar manchas, pero evita la lejía. Usa un cepillo suave (un cepillo de dientes viejo) para sacar los residuos de las manchas frotando, y deja que el producto se asiente hasta por 30 minutos. La mayor parte de las manchas deben salir cuando laves la mochila.
    • Si no tienes ninguno de estos productos, puedes remojar tu cepillo en una solución de detergente líquido y agua en una proporción de 50:50.
  5. También puedes hacerlo en un batea o un lavabo de lavandería. Cerciórate de tener mucho espacio para poder lavar bien todos los bolsillos y secciones de la mochila.
    • Evita el agua caliente, porque esta puede provocar que los colores se destiñan.
    • Si la etiqueta de cuidado indica que no se debe sumergir la mochila por completo, prueba humedecerla y limpiar algunas partes con un paño húmedo.
  6. Asegúrate de que este sea un limpiador para ropa delicada y que no tenga tintes, fragancias o químicos que puedan dañar tu mochila (desgastando las capas impermeables de la tela) o irritar tu piel. [4]
  7. Puedes sumergirla completamente en el agua o utilizarla para remojar el cepillo o el paño de limpieza. El primero te ayudará a limpiar áreas que estén especialmente sucias y el último será más adecuado para la limpieza general de toda la mochila.
    • Puedes utilizar un cepillo de dientes para sacar manchas difíciles de la tela de la mochila y alcanzar áreas complicadas.
    • Si tu mochila está hecha de un material delicado, como la malla, sería mejor que utilices una esponja en lugar de un cepillo para no dañarla.
  8. Enjuaga el jabón y el detergente con agua tibia a fin de que no quede ningún residuo jabonoso en la tela.
    • Exprime la mochila lo mejor que puedas. Puedes extender la mochila en una toalla grande de cuerpo y envolverla con ella hasta que parezca un tubo. Este proceso absorberá grandes cantidades de agua.
    • Ten especial cuidado con los cierres, las asas y las partes de espuma al momento de exprimir la mochila, para que no los malogres.
  9. Deja que la mochila se seque al natural en vez de ponerla en la secadora. De ser posible, deja la mochila colgando por el revés con los bolsillos abiertos mientras seca.
    • Asimismo puedes secar la mochila en el sol, lo que también ayudará a quitarle los malos olores.
    • Antes de usarla nuevamente o guardarla, asegúrate de que esté completamente seca. Dejarla húmeda cuando está en uso o al guardada puede aumentar las probabilidades de que le crezcan hongos.
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Método 2
Método 2 de 2:

Lavarla en la lavadora

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  1. Saca de tu mochila todos los objetos que puedan dañarse con el agua al momento del lavado. Si quieres sacar residuos y migas pequeños del fondo de la mochila, voltéala por el revés y utiliza una aspiradora de mano para limpiar las ranuras y los rincones difíciles de alcanzar. [5] Después de que termines, deja abiertos los bolsillos de modo que todas las áreas se puedan limpiar durante el lavado.
    • Para que todas tus pertenencias estén juntas, colócalas de inmediato en una bolsa de plástico, pues así tendrás todo en un solo lugar seguro.
    • Si alguno de los objetos que se encuentran en tu mochila están sucios, este sería un buen momento para limpiarlos. Después de todo, es ilógico poner objetos sucios en una mochila limpia.
  2. Quita la suciedad o el polvo que esté en el exterior de la mochila. Después de que la suciedad de la superficie ya no esté, utiliza un paño húmedo para frotarla nuevamente y así limpiar la tierra o el polvo que quede. De esta manera estarás seguro de que ningún residuo grande y sólido se mezcle con el agua jabonosa limpia. [6]
    • Retira cualquier marco (o soporte) de metal que tenga la mochila antes de lavarla.
    • Cualquier bolsillo o asa desprendible debe quitarse y limpiarse por separado. Esto se debe a que estas partes son más pequeñas, y en consecuencia, podrían engancharse en la lavadora y causar estragos.
    • Corta cualquier hilo suelto que esté cerca de los cierres. En esta área, suelen desprenderse hilos, lo que provoca que la tela de la mochila se enganche o se rasgue.
  3. Casi todas tienen una etiqueta que contiene instrucciones para limpiarla. Estas por lo general tienen información sobre lo que se recomienda con respecto al lavado y al secado, de modo que puedas limpiar tu mochila de una manera que no dañe el material y las uniones, y mantenga sus funciones de durabilidad, como conservar la impermeabilidad. Puedes encontrar esta etiqueta en el interior de la mochila, por lo general en una costura lateral del compartimiento del cierre principal.
    • Los agentes limpiadores fuertes y los métodos de limpieza demasiado fuertes pueden dañar la mochila, así como su capacidad y efectividad para resistir al agua, por lo que debes seguir las indicaciones de limpieza que vengan con tu mochila. Asimismo, si tienes dudas, utiliza limpiadores suaves en un ciclo de lavado a máquina suave, o lava a mano con delicadeza.
    • La mayoría de las mochilas están hechas de lona o nailon, los cuales normalmente las hacen aptas para la lavadora.
  4. Aplica un tratamiento previo al lavado para quitar manchas a cualquier área manchada de la mochila, pero evita la lejía. Saca cualquier residuo de mancha frotando con un cepillo suave (un cepillo de dientes viejo) y deja que el tratamiento se asiente por unos 30 minutos. Las manchas saldrán de inmediato cuando laves la mochila.
    • Una solución de mitad detergente líquido y mitad de agua puede funcionar como un tratamiento previo para retirar manchas si no tienes uno en casa. Simplemente remoja un pequeño cepillo de dientes en la solución y frota hasta sacar las manchas.
  5. Colócala en una funda de almohada vieja o una bolsa para lavadora y ponla en la máquina. Agrega una cantidad pequeña (1 o 2 cucharadas) de un detergente suave mientras esta se vaya llenando de agua. Lava con agua fría o tibia, en un ciclo suave o para ropa delicada. [7] Cuando termine dicho ciclo, saca la mochila de la funda y frota los bolsillos interiores y exteriores.
    • La funda de almohada ayudará a que las tiras y los cierres no se atasquen en la lavadora, y así no dañen la mochila o la máquina. [8] Otra opción es voltear la mochila por el revés.
    • La mochila podría amontonarse durante el ciclo de centrifugado. Deberás moverla y extenderla para evitar que la lavadora se desequilibre. Luego de extender la mochila, reinicia el ciclo. [9]
  6. Hazla secar por el revés en interiores o exteriores, en vez de ponerla en la secadora. Deja que los bolsillos permanezcan abiertos, de modo que se seque por completo y de manera uniforme.
    • Asegúrate de que la mochila esté completamente seca antes de usarla otra vez o guardarla. Dejarla húmeda puede incrementar las probabilidades de que le crezcan hongos.
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Consejos

  • Si tu mochila es muy cara, grande, bonita o tiene un gran valor sentimental, quizás sea mejor que la lave un profesional. Pregunta en la lavandería de tu localidad para saber más al respecto.
  • No laves la mochila junto con otros artículos la primera vez que lo hagas, pues podría desteñirse.
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Advertencias

  • Estas instrucciones no aplican para las mochilas de cuero, gamuza o vinilo.
  • Estas instrucciones tampoco aplican para mochilas de acampar con marco interno o externo.
  • Si tu mochila ha sido tratada con un repelente de agua o un sellador de telas (de uso frecuente en las mochilas de nailon), lavarla con jabón y agua podría disolver estos productos, lo que ocasionará que el nailon se vea menos brillante y más viejo. Puedes comprar un repelente de agua en aerosol para tratar la tela y volverlo a aplicar después de limpiar la mochila.
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