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Uno de los principales motivos de que los trabajadores sean infelices en su trabajo es la mala gestión. Un mal jefe puede transformar un buen ambiente laboral en un lugar de trabajo incómodo e infeliz. El jefe tiene la capacidad de delegar buenas o malas tareas y por último, de despedirte. Este desequilibrio de poder es la razón por la cual tener una buena relación con él es muy importante. No estás obligado a aceptar en silencio a un mal jefe y tienes la responsabilidad de expresar lo que piensas para tratar de cambiar la situación. Sin embargo, es necesario reconocer que algunos jefes son malos deliberadamente debido a que reciben beneficios correspondientes a su posición y podrían considerarte como una amenaza, en cuyo caso debes saber cómo defenderte. Si quieres aprender a lidiar con un mal jefe y mejorar tu ambiente laboral, empieza leyendo el paso 1.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Mejorar tu relación

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  1. Si estás luchando para tener una buena relación con tu jefe, no debes quedarte callado. Habla con él sobre los problemas que tienes de una manera tranquila, respetuosa y profesional con el fin trabajar en conjunto para resolverlos. Por supuesto, el tipo de relación que tienes y el tipo de persona que es tu jefe puede afectar tu forma de abordar la conversación. Pero en general, decir algo para tratar de mejorar la relación es mejor que molestarse y frustrarse y ser incapaz de cumplir con tu trabajo. [1]
    • Aunque te parezca increíble muchos jefes no tienen ni idea de que las personas que dirigen se sienten ignorados, enojados, frustrados o que reciben mensajes contradictorios. Si expresas tus inquietudes a tu jefe, apreciará que le hayas hablado.
    • Pero si nunca le dices nada al respecto, prácticamente no hay ninguna probabilidad de que mejore tu relación o ambiente laboral. Decirle algo al jefe es desagradable, pero valdrá la pena a largo plazo.
    • Debes planear con cuidado lo que vas a decir, pedirle a tu jefe que fije una hora para hablar e ir preparado con pruebas y ejemplos de las veces en que estabas frustrado con tu situación.
  2. Aunque podría sentirse bien hacer quedar mal a tu jefe o hacer que parezca tonto o incompetente, a largo plazo es mucho mejor ayudarle a mejorar y a alcanzar metas favorables para ti y la compañía. Si pasas tu tiempo haciendo que tu jefe parezca incompetente en las reuniones o saboteando sus esfuerzos por completar el trabajo, solo envenenarás tu relación y ambiente laboral. En vez de empeorar las cosas, trata de ayudarle a alcanzar metas y todo irá bien. [2]
    • Obviamente, lo último que quieres hacer es trabajar con alguien que no respetas mucho. Pero esto es mucho mejor que estar constantemente en desacuerdo con alguien que trabaja contigo.
  3. Aunque registrar todas las cosas molestas u horribles que ha hecho tu jefe puede parecerte la peor forma de pasar tu tiempo, debes empezar a hacerlo una vez que sientas que la situación está fuera de control. Conserva todos los correos electrónicos negativos, guarda las notas que muestran que tu jefe envía mensajes contradictorios y simplemente haz todo lo posible por registrar todos los problemas que has enfrentado en tu relación profesional. Hay dos motivos para ello: [3]
    • Primero, si tú y tu jefe discuten su relación problemática y este actúa como si no supiera de lo que hablas, tendrás algo que mostrarle como prueba. Si tu jefe solo escucha que recibes mensajes contradictorios, es menos efectivo que mostrarle dos correos electrónicos con mensajes totalmente distintos.
    • Si tu jefe es del tipo que presenta acusaciones falsas contra ti, registrar todas tus interacciones o incluso conversar con él delante de tus colegas, puede ayudarte a dejar las cosas claras.
  4. Decirles a tus colegas cosas negativas sobre tu jefe solo le echará más leña al fuego en el mejor de los casos o te meterá en problemas en el peor de los casos. Aunque puedes verte tentado a criticar el estilo de gestión de tu jefe, debes reservarte tus sentimientos negativos para ti mismo. Hacer que tus colegas se unan a ti para quejarse de tu jefe no desaparecerá el problema y si el colega equivocado se entera de lo que estás diciendo, ello puede llegar a oídos de tu jefe de una forma muy desagradable.
    • En especial, debes evitar decir algo negativo sobre tu jefe a tus superiores. Esto no ayudará a tu reputación. Recuerda que quieres dar la impresión de ser la persona agradable que se lleva bien con todos, no el cascarrabias que siempre se queja de todos en la oficina.
  5. Otra forma de mejorar la relación con tu jefe es detectar los problemas futuros y tratar de resolverlos antes que surjan. Piensa en ello como anticipar el berrinche de un niño pequeño: si oyes a tu jefe gritar al otro lado del pasillo, debes estar preparado para decirle algo que lo tranquilice o encontrar una forma de permanecer al margen de la situación. Si lo conoces muy bien, debes saber qué cosas lo ponen furioso y tener un plan antes de que las cosas estallen. [4]
    • Si sabes que un colega va a crear un problema mayor en la oficina durante una reunión, puedes hablar de antemano con tu jefe sobre dicho problema para que esté preparado.
    • Si sabes que se pone de mal humor cada vez que llueve y está atorado en el tráfico, prepárate para darle buenas noticias cuando entre por la puerta.
  6. Por supuesto, podría ser tentador aprovecharse de las debilidades de tu jefe, pero eso no te permitirá avanzar en tu compañía o ambiente laboral. En vez de ello, trabaja para ayudarle a contraatacar sus debilidades de modo que todo funcione con más eficiencia y menos conflictos. Si tu jefe a menudo llega tarde a las reuniones, ofrécele iniciar la próxima reunión en su lugar. Si es desorganizado, ofrécete a preparar el próximo informe antes de presentárselo a tus clientes. Busca áreas donde puedas ayudarle y aprovecha la oportunidad. [5]
    • Si ayudas a tu jefe a poner las cosas en orden, tu relación mejorará. Incluso podría estar agradecido contigo.
  7. Muchos jefes nunca reciben felicitaciones porque se cree erróneamente que estas solo deben provenir de los jefes hacia sus empleados. Tal vez te pone nervioso acercarte a tu jefe para ofrecerle tus consejos, pero los buenos jefes estarán verdaderamente agradecidos al recibir opiniones constructivas y útiles y apreciarán cualquier oportunidad que tengan para aprender a hacer un mejor trabajo. Sin embargo, ten cuidado de no halagar a un mal jefe, ya que eso no te llevará a ningún lado.
    • Tu jefe quedará impresionado al ver que tratas de animarlo respecto a su estilo de gestión, lo cual permitirá que todo marche bien.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Tener la mentalidad adecuada

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  1. Un mal jefe es alguien que es deliberadamente malo o poco ético y que no está dispuesto a lidiar contigo de una forma honesta y abierta. Una mala relación es la incapacidad de comunicarse o trabajar en conjunto para alcanzar metas beneficiosas para ambas partes. Cuando abordes tu situación con tu jefe, debes centrarte en la relación en vez de la persona. Esto te ayudará a mantener la calma y a encontrar una forma productiva de manejar la situación.
  2. Antes de ir y culpar a tu jefe de todos los problemas en tu relación, debes preguntarte si hay o no aspectos de tu propio desempeño que puedas mejorar. Tal vez sientes que actúas muy bien, pero debes asegurarte de cumplir realmente las metas que se supone debes cumplir, esforzándote en los proyectos y comunicándote de forma efectiva. Pregúntate si hay algo que puedas hacer para mejorar tu propia conducta y si ello podría resolver algunos de los problemas que tienes con tu jefe. [6]
    • Por supuesto, tal vez tu jefe es completamente irracional y no hay nada que puedas hacer para mejorar la forma en que te trata. Pero es mejor explorar todas las posibilidades (por si acaso).
  3. Una dosis saludable de humor puede ayudarte a manejar la relación con tu jefe y a no tomar todo muy en serio. Aunque es posible que no haya nada divertido respecto al conflicto en el lugar de trabajo, debes dar un paso atrás y recordarte que al final del día tu trabajo no es toda tu vida y que tienes muchas relaciones significativas e intereses externos además de tu lugar de trabajo que le dan un significado a tu vida. La próxima vez que tu jefe te haga sentir frustrado o molesto, aprende a reírte de ello, a restarle importancia y a no tomar todo tan en serio todo el tiempo. [7]
    • Obviamente, si tu jefe es realmente ofensivo, discriminador o sobrepasa los límites, no hay nada de gracioso al respecto. Pero aprender a reírte de algunas de las molestias cotidianas puede ayudarte a mejorar tu actitud frente a tu relación.
  4. Aunque podrías verte tentado a difamar a tu jefe, actuar de forma infantil, llegar tarde al trabajo solo para molestarlo o incluso a hacer algo tan tonto como robar su engrapadora, estas conductas absurdas no te llevarán a ningún lado. Incluso si notas que tu jefe es infantil o inmaduro, no debes rebajarte a su nivel; sino más bien debes mantenerte profesional en todo momento. Después de todo, debes recordar que estás en el trabajo, no en una pelea de bar o gritándole a tu amigo por teléfono. Esfuérzate por mantener la calma y tu dignidad, de modo que tu jefe se vea como alguien poco profesional en caso de tener un conflicto. [8]
    • Si no actúas de forma profesional, eso te afectará de forma negativa, a ti y tus proyectos futuros en la compañía. No te agradará que tus colegas crean que eres infantil solo porque tu jefe te vuelve loco.
  5. Si tú y tu jefe tienen una disputa, podría ser tentador responderle con palabras fuertes o lenguaje abusivo, pero solo de forma temporal. Incluso si tu jefe se enoja contigo, debes evitar usar un lenguaje ofensivo, ser agresivo, lanzar ataques personales o hacer cualquier otra cosa que se te ocurra para liberar tu frustración. Aunque ello podría sentirse bien a corto plazo, a largo plazo solo dañarás aún más tu relación y quedarás mal. Debes salir de allí haciendo lo correcto y no involucrarte en la conducta ridícula de tu jefe.
    • Si sientes que estás tan enojado que podrías decir algo que luego lamentarás, excúsate, sal un momento y regresa cuando te sientas listo para retomar la conversación.
  6. Si te concentras en tu jefe en vez del problema en cuestión, serás propenso a frustrarte y a tomar las cosas como algo personal. En vez de enojarte con tu jefe por ser desorganizado, contradictorio o distante, debes esforzarte para solucionar el problema en el trabajo, ya sea que tengas dificultades para organizar reuniones de forma eficiente o que a tus colegas les cueste trabajar juntos en un proyecto porque tu jefe les da mensajes contradictorios. Mira cómo puedes abordar este problema trabajando con tu jefe y trabajando sin él.
    • Analizar el problema en el trabajo en vez de la conducta potencialmente frustrante de tu jefe hará que tus acciones mejoren tu situación. Si te centras más en la forma de actuar de tu jefe, es probable que tomes las cosas como algo personal.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Pasar a la acción

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  1. Si el problema realmente está fuera de control, tu mejor opción podría ser hablar con el supervisor de tu jefe o alguien con un puesto superior en la compañía. Si lo has intentado todo o lo has pensado muy bien y te has dado cuenta de que ya no hay nada más que puedas hacer, tal vez la mejor opción es llevar el problema al siguiente nivel. Habla con tu supervisor sobre el problema. Déjale claro que realmente deseas que las cosas marchen bien en tu compañía, pero que no has podido trabajar con tu jefe. Sé lo más calmado y profesional que puedas, incluso si estás molesto.
    • Enfócate en la productividad, no en las emociones. No te quejes sobre la forma en que tu jefe es malo o rudo, sino concéntrate en los aspectos relacionados con el trabajo, como el hecho de que tu falta de comunicación hace difícil completar las tareas.
    • No hables mal de tu jefe a tu supervisor. Sé lo más amable posible mientras expones tus inquietudes. No digas que tu jefe es idiota o que está completamente loco. En vez de ello, habla de lo poco flexible que se muestra o de la frecuencia con que cambia los objetivos. No debes terminar diciendo algo que dé la impresión de que te cuesta mantener la calma o llevarte bien con los demás.
  2. Tu jefe no debe ser lo más importante para ti cuando estés en el trabajo. Si quieres permanecer en tu empleo, pero sabes que tienes una relación difícil con tu jefe, lo mejor es tratar de buscar a alguien más en la compañía con quien sea agradable trabajar y tenga mucho para enseñarte, de modo que puedas enfocarte en otras relaciones positivas. Si has trabajado con alguien que admiras de verdad, ve si puedes encontrar una forma de pasar más tiempo con dicha persona para aprender más de ella. Esto te permitirá tener una experiencia laboral más positiva. [9]
    • Si tú y dicha persona son amigables y cooperativas, tal vez esta puede aportar estrategias para trabajar mejor con tu jefe. No es necesario hablarle mal de él para aprender a manejar tu relación con él. Dicha persona puede ofrecerte algunos consejos valiosos al respecto, sobre todo si ha estado en la compañía más tiempo que tú.
  3. Otra forma de lidiar con un mal jefe, una vez que te des cuenta de que ya no puedes trabajar con él, es simplemente pedir que te transfieran a un departamento distinto de tu compañía. Si quieres permanecer en la compañía, pero has determinado que ya no puedes seguir trabajando con tu jefe, tu mejor opción podría ser hablar con tu supervisor para encontrar un mejor puesto para ti en la compañía. De este modo, tendrás un nuevo inicio con una mejor relación laboral y un jefe más comprensivo.
    • Si has trabajado bien con otros en el pasado y has descubierto que es imposible trabajar con este jefe en particular, eso no te afectará de forma negativa. De hecho, tu situación será mucho mejor gracias a que has tomado la iniciativa de mejorarla.
  4. Si este es tu caso, es importante que consultes con la Comisión para la igualdad de oportunidades en el empleo (EEOC, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos (sin costo alguno) o con un abogado (a cambio de sus honorarios) si crees que has sido víctima de discriminación y si perteneces a una clase protegida. Algunos conflictos involucran discrepancias sobre lo que es legal. Las personas que denuncian violaciones podrían tener protecciones legales y podrían considerar llevar sus inquietudes fuera de la jerarquía normal. [10]
    • Si el conflicto surge a causa de un fraude para obtener dinero del gobierno, es posible que los denunciantes necesiten seguir procedimientos especiales para proteger sus derechos. La Ley de reclamos falsos (de Estados Unidos) requiere que los denunciantes con conocimiento original de este fraude sean los primeros en presentar su reclamo y se abstengan de divulgar públicamente cierta información sobre dicho reclamo.
  5. Si la situación con tu jefe ha empeorado al punto que la única salida que ves es renunciar a tu empleo, debes reflexionar bien para averiguar cuál es lo correcto. Si tu situación laboral está afectando tu salud, autoestima y tu bienestar general y no hay forma de obtener una transferencia o mejorar dicha situación, podría ser hora de renunciar. Sin embargo, ten en cuenta que puede ser muy difícil encontrar otro trabajo, sobre todo en la economía de hoy en día. Además, debes considerar si vale la pena arriesgarse. [11]
    • Obviamente, puedes hacer lo que hacen muchas personas cuando están descontentas con su empleo: empiezan a postular a otros empleos mientras aún permanecen en el actual. Esto te hará un candidato más deseable porque ya tienes un trabajo y te dará una noción de cómo funciona el mercado laboral.
    • Sin embargo, si tu situación laboral es verdaderamente intolerable, no puedes tomar como excusa el mercado laboral para forzarte a permanecer en tu empleo actual. Tú sabes muy bien cuál es tu límite.
  6. Algunas personas están tan ansiosas de dejar su situación laboral actual que son capaces de aceptar la primera oferta que se les presente. Sin embargo, antes de hacerlo, debes hablar con otros trabajadores de la nueva compañía, hablar con tu futuro jefe e investigar para asegurarte de no pasar de una situación laboral terrible a otra peor. Aunque puedes tener muchas ganas de irte, no te beneficiará en nada empezar una situación que no es mejor que la que estás dejando. [12]
    • Si aceptas una nueva oferta laboral, debes hacerlo sin tener ninguna duda sobre tu futuro jefe. Una vez que hayas hecho tu elección, estarás en camino a tener una vida laboral productiva y saludable.
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Advertencias

  • Todas las demandas legales tienen plazos y algunos son muy cortos. Por ejemplo, el plazo para que los denunciantes de delitos medioambientales entablen una demanda contra represalias es de solo treinta (30) días. Algunos empleados públicos tienen plazos de tan solo diez (10) días.
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