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Si después de pasar la aspiradora por tus pisos o muebles estos ya no parecen limpios, quizás sea hora de considerar una limpieza más completa. Puedes alquilar o comprar un limpiador a vapor y utilizarlo para limpiar a profundidad muchas superficies distintas, entre las que se encuentran los pisos alfombrados, de madera dura y azulejos. El proceso es relativamente sencillo, pero es necesario utilizar diferentes métodos dependiendo de la superficie a limpiar. Saber cómo realizar una limpieza con vapor adecuada te permitirá eliminar todas las manchas, alérgenos, moho y suciedad posibles sin dañar los pisos o muebles.

Método 1
Método 1 de 3:

Limpiar a vapor alfombras y tapetes

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  1. De esta manera, eliminarás la suciedad, los pelos de mascotas, las pelusas y otros materiales que queden sueltos en la alfombra. Este paso es fundamental para obtener los mejores resultados posibles al realizar la limpieza con vapor. [1]
    • Mueve todos los muebles en la habitación lejos de la alfombra o tapete, de modo que puedas aspirar bien cada zona que vayas a limpiar.
    • Utiliza la manguera y los accesorios de la aspiradora para limpiar los zócalos y las esquinas de la habitación, los cuales pueden ser difíciles de alcanzar con una aspiradora vertical estándar.
    • Antes de comenzar a aspirar, reemplaza el filtro de la aspiradora y vacía el contenedor (en el caso de una aspiradora sin bolsa) o cambia la bolsa (en caso de que la tenga). Esto garantizará que el poder de succión de la aspiradora sea el más alto posible con la finalidad de obtener los mejores resultados previos a la limpieza.
    • Pasa la aspiradora dos o más veces sobre las mismas zonas para recoger cualquier cosa que hayas omitido en el primer paso.
    • No intentes realizar la limpieza con vapor en una alfombra sin pasar primero la aspiradora. Si no cuentas con una, alquílala o pídesela prestada a un amigo.
  2. Vierte una cantidad pequeña del limpiador que planeas utilizar en un balde pequeño con agua caliente y deja que se mezclen. Frota un poco de la solución en una zona pequeña de la alfombra (51 cm 2 u 8 pulgadas cuadradas) a modo de prueba. Deja que la solución se asiente en la alfombra durante unos 10 o 15 minutos y luego verifícala. Si la alfombra parece estar completamente descolorida, diluye un poco más la solución y luego haz otra prueba. [2]
    • Lo ideal sería que utilices un pedazo inservible de la alfombra o una zona que normalmente queda oculta (como la esquina de un clóset) donde puedas realizar la prueba. Si la solución pierde color o quema la zona, no deberás utilizar en un lugar notorio.
    • Si la alfombra reacciona violentamente ante la solución de limpieza, considera la posibilidad de utilizar una más suave. Algunas alfombras podrían no soportar bien algunos tipos de limpiadores, y no deberás arriesgarte a destruir la tuya.
  3. Para este paso, sigue las instrucciones que aparecen en el limpiador a vapor y en el envase (en caso de que utilices uno comercial). Vierte agua caliente en el tanque de la máquina de limpieza a vapor hasta llegar a la línea máxima. Mezcla la cantidad adecuada de limpiador de acuerdo con el volumen de agua que utilizarás, tal como se indica en el envase del limpiador (p.ej., 28 ml por cada 2 L de agua [1 oz líquida por cada ½ galón]).
    • Algunas máquinas de limpieza a vapor podrían no contar con un tanque de agua, sino una manguera que puedes conectar al lavabo de la cocina o baño. Si optas por este tipo de dispositivo, asegúrate de utilizar el agua caliente.
    • Asegúrate de añadir el limpiador y el agua en el tanque correcto de la máquina. Si no prestas atención, podrías confundir fácilmente el depósito de agua sucio con el de agua limpia.
    • Sigue todas las indicaciones de seguridad en el envase del limpiador y, si este entra en contacto con tu piel, lávate las manos inmediatamente.
    • También puedes preparar una solución de limpieza casera que pueda tener un efecto más suave en tu alfombra, y que sea más segura para las mascotas y los niños pequeños en comparación con las mezclas químicas convencionales que puedas adquirir en la mayoría de las tiendas de artículos para el hogar. Algunas personas utilizan un detergente o jabón lavavajillas (muy diluido), o incluso más ingredientes naturales, tales como limpiadores orgánicos a base de cítricos. [3]
  4. Asegúrate de que la máquina esté conectada a una toma de corriente que permita que el cable de alimentación no estorbe y luego enciéndela. La mayoría de los limpiadores a vapor tienen la forma de una aspiradora vertical y cuentan con un mecanismo de activación o mango que puede presionarse y mantenerse así para liberar la solución de limpieza caliente en la alfombra a medida que desplazas la máquina. Para aspirar la solución suelta el mecanismo de activación y pasa la máquina lentamente hacia atrás sobre la zona que acabas de cubrir.
    • Comienza en una esquina alejada de la habitación para que puedas retroceder en dirección hacia la puerta. De esta manera, no pisarás la alfombra recién limpia.
    • Vuelve a pasar la máquina más de una vez sobre las zonas especialmente sucias o manchadas con la finalidad de obtener resultados de limpieza óptimos.
    • Vigila el tanque de agua limpia para que sepas si es momento de volver a llenarlo. También podrías notar si la máquina chisporrotea un poco en un intento por distribuir la solución cuando está agotándose.
  5. Si es posible, no la pises mientras sigue húmeda, pues podría absorber la almohadilla que se ubica debajo de la alfombra y promover la formación de moho. La suciedad y los residuos se adhieren con facilidad a las fibras húmedas de la alfombra, por lo que esta es otra razón para mantenerte alejado mientras se seca.
    • Si no está lloviendo ni hace mucho frío afuera, abre una ventana en la habitación para aumentar el flujo de aire. Esto ayudará a que la alfombra se seque con más rapidez.
    • Si tienes un calentador pequeño con un ventilador, podrías acelerar el proceso de secado al colocarlo en una silla o mesa y apuntarlo hacia la habitación que acabas de limpiar. Por motivos de seguridad, no dejes los calentadores sin supervisión.
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Método 2
Método 2 de 3:

Limpiar la tapicería con vapor

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  1. Al igual que con la limpieza de alfombras, es necesario limpiar previamente los muebles antes de utilizar el vapor. De esta manera, la suciedad, los cabellos y los residuos sueltos no se adherirán a la tela cuando apliques el vapor. Utiliza una aspiradora con un accesorio especial para muebles.
    • Si no tienes una aspiradora o la tuya no cuenta con accesorios específicos para muebles, utiliza un rodillo para quitar pelusa que pueda servirte para sacar la mayor cantidad posible de residuos visibles en la tela. Es posible que necesites hacer varias pasadas para limpiar por completo.
    • Asegúrate de limpiar en las grietas de los muebles, pues estas zonas tienden a atrapar la mayor cantidad de suciedad.
  2. Si los muebles tienen alguna mancha o suciedad en particular que quieras limpiar, encárgate de realizar un tratamiento previo en esta zona al rociarla con un limpiador diseñado para este propósito. Probablemente necesites dejar que el aerosol se asiente durante 3 a 5 minutos antes de proseguir (o según lo recomendado en el producto).
    • No apliques una cantidad excesiva de limpiador en la tapicería. Lo más recomendable es seguir las recomendaciones señaladas en el envase.
    • Una vez que el limpiador se haya asentado, seca la zona con una toalla limpia y que no destiña. De esta manera, absorberás el exceso de humedad, pero la mancha seguirá húmeda.
    • Podrías esperar hasta que la mancha se seque y analizarla antes de proseguir. De esta manera, podrás determinar si el limpiador fue suficiente para eliminar la mancha y si aún es necesario realizar una limpieza con vapor.
  3. Después de limpiar las manchas específicas, realiza una limpieza previa con un acondicionador para telas, como un emulsionante o un champú para tela. [4] Utiliza un cepillo de mano con cerdas suaves (uno que no dañe la tapicería) para frotar suavemente el acondicionador sobre la tela. Solo será necesario en muebles que estén demasiado sucios. Puedes adquirir estos artículos en ferreterías que vendan o alquilen limpiadores de vapor.
    • Antes de hacerlo, revisa la etiqueta del mueble para asegurarte de que la tela no se arruine al mojarse. Si existe alguna instrucción de limpieza especial impresa en ella, síguela. Si no es posible mojar la tapicería, no podrás limpiarla con vapor.
    • Utiliza una esponja en lugar de un cepillo para limpiar la tapicería de microfibra, pues los cepillos (incluso los de cerdas suaves) pueden dañar este material.
    • Retira todos los cojines desmontables para limpiar con más facilidad y profundidad todas las superficies de tela.
    • No es necesario que enjuagues o limpies el acondicionador de tela antes de realizar la limpieza con vapor.
  4. No todos los limpiadores con vapor son iguales, por lo que deberás escoger uno diseñado específicamente para limpiar muebles tapizados. Los limpiadores de alfombras podrían no contar con los accesorios específicos para muebles, así que no servirán para este propósito. Por lo general, los vaporizadores específicos para tapicería tendrán un tanque independiente unido a una manguera larga con un accesorio en forma de tubo.
    • Asegúrate de que el vaporizador que escojas tenga un accesorio que puedas utilizar de manera segura en los muebles. Algunos podrían incluir cerdas rígidas alrededor de la boquilla, lo que podría ser demasiado perjudicial para la tapicería delicada.
    • Mientras que algunos vaporizadores de alfombras pueden alquilarse en los supermercados, los limpiadores con vapor específicos para las tapicerías son un poco más raros. Probablemente tengas que ir a una tienda de suministros para el hogar para alquilar uno.
  5. Los limpiadores diseñados para alfombras también podrían ser demasiado fuertes para la tela de los muebles. Escoge un limpiador hecho específicamente para tapicería y mézclalo con agua caliente en el tanque del vaporizador. Sigue todas las instrucciones del envase y de la máquina para asegurarte de utilizar las proporciones correctas de agua y limpiador.
    • Prueba la solución de limpieza en la parte inferior de un cojín o en algún otro lugar donde el color no sea visible. Frótala en una zona pequeña de la tapicería y deja que se asiente durante algunos minutos. Asegúrate de que no provoque una decoloración en la tela.
    • Asegúrate de sentirte a gusto con el olor del limpiador antes de aplicarlo en la tapicería. Algunos limpiadores son perfumados y podrían hacer que la tapicería adopte su olor. Evita utilizar uno cuyo olor consideres muy fuerte.
  6. Coloca el mueble en un lugar donde pueda secarse con facilidad y nadie lo toque mientras está húmedo. Asegúrate de poder cubrir todas las superficies de tela y de retirar todos los cojines o cubiertas desmontables. Utiliza el mecanismo o botón de activación del vaporizador para liberar la solución de limpieza mientras pasas la vara por toda la tela. Suelta el mecanismo y desliza la vara por la misma zona para aspirar la solución.
    • Comienza con los cojines, de modo que tengan más tiempo para secarse.
    • Empieza en una esquina del mueble o con uno de sus cojines y continúa gradualmente hacia el resto de la tela para no omitir algún lugar.
    • Observa el tanque del vaporizador para que sepas si es necesario recargarlo. Si la máquina se queda sin solución, verás que la tela ya no luce húmeda al presionar el mecanismo de activación.
  7. Si es posible (y el clima no es demasiado extremo), abre una ventana o la puerta cerca de donde se encuentra el mueble para hacer que se seque con mayor rapidez. En el caso de los cojines, considera la posibilidad de apoyarlos contra una superficie limpia en un lugar donde les dará la luz solar directa.
    • Si vives en un clima húmedo o lluvioso, utiliza un calentador pequeño o un ventilador para acelerar el proceso de secado. No coloques los calentadores demasiado cerca de la tapicería, pues podrían dañarla o quemar la tela. Tampoco los dejes sin supervisión.
    • Mantén los cojines y cubiertas separados de los muebles hasta que todo haya secado bien. Podría tardar un día o más para que los cojines o las superficies acolchadas sequen por completo, pues tienden a absorber agua.
    • Si es posible, cuelga los cojines mientras secan para que no se asienten en un borde húmedo durante mucho tiempo, o tardarán más tiempo en secar. Si no te es posible, dales la vuelta cada hora o cada vez que se asienten con la finalidad de hacer que todas las superficies se expongan al aire.
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Método 3
Método 3 de 3:

Limpiar con vapor los pisos de madera dura, laminados y azulejos

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  1. Quita todos los muebles y objetos de la zona que limpiarás. Barre o aspira el piso para asegurarte de que no quede ningún residuo, suciedad, cabello, etc. en las esquinas y lejos de los zócalos. [5]
    • Es importante que quites la gravilla, rocas, arena y otras partículas del piso antes de realizar la limpieza con vapor, puedes pueden dejar arañazos.
    • Si vas a aspirar, utiliza la configuración de “piso duro” para quitar la mayor cantidad de suciedad posible. Quizás necesites utilizar los accesorios para llegar hasta las esquinas o los zócalos.
    • Si el piso que vas a limpiar se encuentra justo al lado de una puerta al exterior, pon una nota en la parte externa de esta para indicarles a las personas que no lo pisen mientras haces la limpieza.
  2. Los limpiadores con vapor diseñados específicamente para superficies duras brindarán los mejores resultados, así que debes elegir uno que esté hecho para este propósito al momento de comprar o alquilar una máquina. La mayoría son verticales y se parecen a una aspiradora común. Por lo general, los limpiadores con vapor para piso duro son más livianos y menos voluminosos que los diseñados para alfombras, y no rocían agua directamente en el piso. [6]
    • No todos los limpiadores de vapor para pisos duros son seguros para los pisos de madera, si quieres limpiar un piso de este tipo, asegúrate de que el vaporizador esté específicamente diseñado para esa función.
    • Por lo general, la limpieza de pisos duros con vapor se lleva a cabo únicamente con agua caliente (sin solución de limpieza). No obstante, si necesitas quitar las manchas persistentes o desinfectar el piso, puedes mezclar un limpiador de pisos con pH neutro. Hazlo únicamente si el vaporizador indica específicamente que puede utilizarse junto con soluciones de limpieza.
    • Si decides utilizar un limpiador para este tipo de limpieza, asegúrate de no decolorar o pelar el acabado de los pisos laminados o de madera.
    • Asegúrate de que los pisos de madera estén correctamente sellados antes de realizar la limpieza con vapor. Si hay alguna zona de desgaste donde la madera no tiene acabado, la humedad podría penetrar y provocar manchas o deformación.
  3. Cuando estés listo para empezar con la limpieza, quita el contenedor de agua de la máquina y llénalo con agua caliente. Revisa el filtro para asegurarte de que esté limpio y, en caso de no estarlo, enjuágalo en un fregadero o una tina. Vuelve a colocar el contenedor y enciende la máquina, calentando el agua hasta que comience a formar vapor. [7]
    • A diferencia de los vaporizadores de alfombras, los de pisos duros comenzarán a emitir un vapor tras haberse calentado lo suficiente, lo que indicará que están listos para utilizarse.
    • Si mezclaste un producto de limpieza en un vaporizador, evita respirar el vapor, pues podría contener partículas del limpiador.
  4. Si vas a limpiar un piso de azulejos que tiene una lechada manchada o sucia, podrías realizar una limpieza previa de esta antes de aplicar el vapor. Utiliza un limpiador específicamente diseñado para la lechada y frótalo con un cepillo de cerdas duras (p.ej., hechas de nailon o latón). Después de haber frotado lo suficiente, limpia la superficie con un paño húmedo.
    • Este procedimiento puede tomar mucho tiempo además de ser tedioso. En muchos casos, la limpieza con vapor será suficiente para limpiar la lechada, así que solo realiza el pretratamiento si está muy sucia o presenta una condición antihigiénica.
    • No es necesario que limpies completamente la superficie antes de aplicar el vapor, pues este proceso limpiará cualquier residuo que quede en el pretratamiento de la lechada.
    • Algunos vaporizadores para pisos tienen accesorios específicamente diseñados para la limpieza de la lechada. [8] A menudo, incluyen accesorios portátiles con cerdas duras en el extremo de una vara estrecha que puedes utilizar para frotar la lechada mientras la máquina emite el vapor. Esta es una buena forma de pretratar la lechada antes de aplicar el vapor en el resto del piso.
  5. Una vez que la máquina esté caliente, presiónala lentamente contra el piso como lo harías al pasar una escoba. Mientras desplazas la máquina, el vapor saldrá por la base de la máquina y humedecerá el piso (sin mojarlo). Pasa el trapeador por la zona vaporizada con la finalidad de limpiar el exceso de residuos.
    • Ve de un lado de la habitación hacia el otro, moviéndote en retroceso mientras lo haces para no pisar la superficie recién limpiada.
    • Deja que el piso se seque por sí solo antes de caminar en él o pongas los muebles o tapetes nuevamente en su lugar. No es necesario que lo seques con una toalla.
    • Abre puertas y ventanas (si el clima lo permite) para acelerar el proceso de secado. También puedes colocar un ventilador cerca del piso limpio con la finalidad de mejorar el flujo de aire hacia la habitación.
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Consejos

  • Siempre revisa las indicaciones del producto de limpieza antes de aplicar el vapor en los pisos o la tapicería.
  • La limpieza con vapor puede quitar la caspa, las bacterias y el moho, por lo que es un procedimiento especialmente eficaz para las personas sensibles a muchos alérgenos.
  • Las máquinas que puedes alquilar en las tiendas de suministros para el hogar tienden a ser grandes y estar diseñadas para uso industrial. Por lo general, pueden contener un mayor volumen de solución de limpieza que las personales y de uso doméstico.
  • El mayor poder de succión que poseen las máquinas industriales puede ayudar a que las alfombras o la tapicería sequen con mayor rapidez.
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Advertencias

  • Utiliza protección ocular y guantes de goma mientras manipulas los limpiadores químicos tóxicos con la finalidad de evitar el contacto.
  • Utiliza cinta de enmascarar u otra cubierta para la boca y nariz en caso de que utilices productos químicos con olores fuertes.
  • Algunas soluciones de limpieza para alfombras y tapicería contienen químicos fuertes. Si tienes niños o mascotas, utiliza estos limpiadores con cuidado o considera la posibilidad de utilizar soluciones más suaves que no contengan peróxido de hidrógeno o jugo de limón diluido en lugar de cloro o lejía.
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Cosas que necesitarás

  • una máquina de limpieza a vapor
  • agua caliente
  • solución de limpieza
  • una fuente de electricidad

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