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Cuando tus padres gritan, puede darte miedo, intimidarte o simplemente molestarte. Sin importar si hiciste algo para merecer que te gritaran, es importante que escuches lo que tus padres digan, mantengas la calma lo suficiente como para no atacarlos verbalmente también y que respondas de una forma que evite que empiecen de nuevo los gritos. Los siguientes pasos te ayudarán a responder correctamente a los gritos.

Parte 1
Parte 1 de 2:

Mantener la calma mientras escuchas atentamente

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  1. Puede parecer que tus padres continúan gritando durante dos o tres horas, pero si te fijas en el reloj, verás que muy pocos padres tienen la energía para hacerlo. Si respondes de forma correcta a los gritos, verás que no se prolongarán.
    • Esto te animará porque sabrás que eres lo suficientemente fuerte para soportar el tiempo que duren los gritos.
  2. Permanece en silencio. Si hablas, aunque tus palabras y tu voz suenen educadas, lo más probable es que tus padres, debido a que están enojados, lo tomarán como insolencia, grosería o falta de respeto filial.
  3. Respira . Trata de prestarle atención a la sensación de tu cuerpo mientras te griten. Es probable que te sientas tenso y profundamente ofendido. Si este es el caso, respira de forma profunda y moderada para ayudarte a estar más calmado y ser más flexible.
    • Inhala durante al menos cuatro tiempos y exhala durante todo el tiempo que puedas. Asegúrate de que el aire que inhales viaje hasta tu vientre y expanda tu abdomen. [1]
  4. Algunas veces, distanciarte del trato severo es una buena forma de asegurarte de no tomar los gritos de forma demasiado personal. [2] Es importante que no tomes los gritos de forma personal porque cuando los padres lidian con otros problemas de otras áreas de la vida, pueden enojarse por cosas relativamente menores. Esto no es tu culpa.
    • La mejor forma de desconectarte mientras escuchas es concentrarte en los rostros de tus padres. Observa los detalles de sus rasgos y la tensión mientras gritan.
    • En lugar de tratar de buscarle el sentido a lo que tus padres estén diciendo, observa su desesperación y su frustración.
    • De esta forma, recordarás que a pesar de que eres tú a quién le están gritando, tus padres también pasan por un momento difícil. De nuevo, esto puede deberse incluso al estrés que tú no les causaste directamente.
  5. Por ejemplo, llévales un vaso de agua mientras estén gritando y diles: "Espero que su voz no se haya dañado de ninguna forma" sin ser sarcástico, cruel o descortés. Esto hará que se sientan arrepentidos y vean que han hecho mal al gritarte, sobre todo si no tuviste la culpa.
  6. Asegúrate de no tener la mente completamente en las nubes; de lo contrario, no sabrás por qué están molestos tus padres. Si los gritos se calman durante el tiempo suficiente para intervenir, trata de parafrasear o replantear lo que dijeron tus padres para demostrarles que los escuchas. Un beneficio adicional es que tus padres tendrán la oportunidad de escuchar lo que estén gritando reflejado hacia ellos. [3]
    • Envíales señales a tus padres de que los escuchas: asienta con la cabeza, levanta las cejas o diles: "Veo lo que quieren decir con eso".
    • Trata de detectar palabras clave que te den una pista sobre la causa de la decepción de tus padres. Si te gritan por un caso en particular, trata de detectar los detalles en los que parecen insistir. Si se trata de una larga secuencia de momentos, trata de identificar el tema que los conecta.
  7. [4] Esto incluye abstenerte de responderles con gritos, lanzar cosas o cerrar la puerta de golpe. Ten en cuenta que las reacciones fuertes de tu parte simplemente aumentarán la tensión y harán que continúen los gritos y quizás incluso aumenten su intensidad. Tus padres están molestos por alguna razón y aunque estén equivocados, los gritos son un signo de que están frustrados y quieren que los escuches. Si les respondes con agresión, harás que se sientan incomprendidos, por lo que es probable que vuelvan a gritarte.
    • A veces, los padres incluso consideran que los signos sutiles de desacuerdo son agresiones (rodar los ojos, el sarcasmo, los rostros ligeramente burlones, etc.). [5] Así que, también debes reconsiderar esto.
    • Recuerda las reacciones que, por experiencia, sepas que tus padres no pueden soportar. Aunque sientas la tentación de repetirlas para hacerte sentir incómodo e inferior, no tengas un comportamiento que sepas que les provocará más ira.
  8. Si los gritos continúan hasta un punto en el que no puedas responder con calma, opta por salir de la habitación. [6] Pregúntales si pueden hablar del problema después y explícales brevemente que los gritos hacen que sea difícil pensar con claridad sobre el tema. Trata de no sonar como si los acusaras, al decirles cosas como: "Sus gritos son tan molestos que me están volviendo loco".
    • En lugar de eso, di algo como: "Quiero aclarar este problema, pero me siento demasiado aturdido para poder tener una buena discusión. Me gustaría ir a mi habitación para pensar".
    • Salir de la habitación puede ser difícil, ya que algunos padres pueden interpretarlo como una falta de respeto. Haz todo lo posible para dejar en claro que aún quieres discutir sobre el problema.
    • Evita sugerir que tus padres también necesitan calmarse. Esto podría parecer irrespetuoso.
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Parte 2
Parte 2 de 2:

Responder para evitar que vuelvan a gritarte

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  1. Defiende tu postura. Si te disculpas aunque no hayas hecho nada malo, te asignarás una injusticia. Si sabes que no eres culpable, pero te sientes arrepentido por enfurecer a tus padres, en la mayoría de las situaciones es aceptable decir: "Mamá o papá, siento que te hayas enojado y espero que te sientas mejor muy pronto".
    • Puede ser útil crear un plan para liberar cualquier agresión persistente, al hacer algo activo en cuanto puedas. Por ejemplo, podrías limpiar tu habitación o salir a correr por el vecindario.
  2. Haz que tus respuestas sean simples, amables y con un tono de voz moderado. No permitas que ningún sarcasmo o ira intervenga en la forma en que respondas, porque tus padres podrían pensar que tu comportamiento es reacio o pasivo-agresivo. También evita tratar de dar tu opinión o explicación de lo que sucedió mientras te griten. Tendrás la opción de hacerlo cuando todos estén calmados.
    • En lugar de eso, trata de usar una respuesta afirmativa simple, como: "Entiendo" o "Ya veo".
    • Está bien que no estés de acuerdo o no comprendas completamente lo que digan tus padres. Estas son cosas que deben discutirse cuando todos estén lo suficientemente calmados para poder expresarse con amabilidad.
  3. Asegúrate de demostrarles a tus padres que te das cuenta de que están molestos por lo que hiciste. Aunque no te sientas culpable por el asunto, no discutas el hecho de que tus padres estén molestos. Sin importar cuáles son los hechos, reconocer los sentimientos de tus padres no significa que admitas que tengan la razón o estén equivocados. [7]
    • Discúlpate si hiciste algo malo. Sé sincero. Si eres culpable, es bueno que expreses tu arrepentimiento por lo que hiciste.
  4. Pregúntales a tus padres qué puedes hacer para mejorar la situación. Sin embargo, ¡recuerda que debes defender tu postura si no hiciste nada malo! [8] Puedes dramatizar una solución rápida para asegurarte de que tus padres no se queden de mal humor y puedan gritarte más por otras cosas.
    • Cuanto más puedas resolver sobre el incidente, mejor. Si aún tienes pensamientos para expresar, que van más allá de lo que piensas que tus padres comprenderán, ¡escríbelos! Es importante aclarar el enfado persistente, para que no les hables a tus padres con enojo de forma inesperada más adelante.
  5. Una vez que tus padres y tú se hayan calmado un poco, trata de explicar tu versión de los hechos. Con un tono claro y respetuoso, diles a tus padres por qué hiciste lo que hiciste. Cuanto mejor puedas explicar tus pensamientos y sentimientos en el(los) momento(s) del(los) incidente(s), tus padres estarán más dispuestos a comprender y a perdonarte con prontitud.
    • Asegúrate de no tratar de convencer a tus padres de que tienes la razón; esto solo le agregará más leña al fuego. Demuestra la diferencia entre tu comprensión del problema en ese entonces y ahora, sobre todo si tus acciones no tienen justificación.
    • También puedes aprovechar esta oportunidad para decirles a tus padres que es difícil para ti que te griten. Explícales cómo te hace sentir que te griten y el hecho de que impide usar otras formas de comunicación. Luego, si los gritos te lastimaron profundamente, pídeles a tus padres de forma firme pero amable que se disculpen contigo.
  6. ¿Te parece que tus padres no pueden calmarse? ¿Tienen algún historial de problemas de ira o de violencia doméstica? Si sientes que los gritos se convertirán en un abuso físico, no dudes en contactar a los servicios de emergencia. Si el peligro es inminente, puedes llamar al número de emergencia (que es el 911 dependiendo del país donde vivas). [9]
    • La línea de ayuda de los Estados Unidos contra el abuso infantil de Childhelp está activa las 24 horas del día, los 7 días de la semana y ofrece la ayuda de terapeutas profesionales para las crisis, que tienen acceso a una base de datos de recursos de apoyo y servicios de emergencia. El número de teléfono es el 1.800.4.A.CHILD (1.800.422.4453), si vives en los Estados Unidos. [10]
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Consejos

  • Considera hablar con un terapeuta si tus padres te gritan con frecuencia. Los gritos puede ser muy perjudiciales si tienes que escucharlos con regularidad y a veces, incluso causan depresión en los niños. [11]
  • Trata de mantener las cosas en perspectiva. Piensa en los demás factores que afectan la vida de tus padres que también hacen que quieran gritar. Déjalos que liberen un poco de ese estrés como un favor para ellos, teniendo en mente que definitivamente no eres la única causa.
  • Concéntrate en perdonar. Será fácil reconciliarte con tus padres, si ellos y tú están dispuestos a superar el problema rápidamente.
  • No seas demasiado orgulloso para aceptar o ceder ante lo que quieren tus padres. A veces, esto puede ser mejor que tratar de negociar, lo que puede causar más gritos y confusión.
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