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Todos los jardineros en ocasiones deben hacerle frente al desafío de mejorar el suelo de una porción de tierra. No todos los suelos presentan buenas condiciones para el cultivo. Sin embargo, el mejoramiento del suelo constituye una tarea habitual para los trabajadores agrícolas (ya sea que estén comprometidos en un proyecto pequeño o en uno grande). Es necesario aplicar habilidades y estrategias específicas para mejorar el suelo de forma efectiva. A continuación presentamos algunos de los métodos más recomendados para mejorar el suelo y aumentar el rendimiento efectivo de una porción de tierra.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Mejorar los nutrientes del suelo

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  1. Hay tres nutrientes muy importantes para la jardinería: nitrógeno (N) para el crecimiento de las hojas y los tallos, fósforo (P) para las raíces, las frutas y las semillas y el potasio (K) para la resistencia contra las enfermedades y la salud general de las plantas. Los plantones podrían necesitar más fósforo para enfocarse en el crecimiento de las hojas y las plantas normalmente necesitan mucho menos de dichos nutrientes cuando no es temporada de cultivo. Para obtener mejores resultados, examina las plantas específicas que estás cultivando para averiguar sus necesidades. Estos normalmente se presentan como tres valores "NPK", los cuales indican la proporción o las cantidades totales de dichos nutrientes en ese orden.
    • Si quieres un informe detallado de los nutrientes existentes en tu suelo, envía muestras de suelo a tu oficina local de extensión o a un laboratorio de pruebas de suelo. Esto no es necesario para los jardines domésticos, a menos que tus plantas sufran de un crecimiento lento o cambios de color.
  2. La materia vegetal y la materia animal (como la emulsión de pescado o el hidrolizado de pescado) proporcionan el mejor tipo de fertilizante para el crecimiento microbiano a largo plazo, lo cual mantiene el suelo rico en nutrientes y poroso. Los fertilizantes sintetizados en laboratorios usualmente alimentan la planta sin mejorar el suelo y en algunos casos, incluso podrían causar efectos negativos.
    • Siempre protégete las manos y el rostro al momento de trabajar con aditivos para el suelo, ya que estos contienen algunas bacterias y otras amenazas para la salud.
  3. En vez de los fertilizantes fabricados, podrías encontrar otros más económicos y sin procesar en una tienda de suministros de jardinería o en una granja. Estas son algunas opciones comunes:
    • Debes dejar que el estiércol se descomponga durante al menos un mes antes de usarlo, para evitar dañar las plantas. El estiércol de pollo o pavo es económico, pero puede provocar problemas de escorrentía en campos grandes. El estiércol de vaca, oveja, cabra y conejo son de mayor calidad y tienen un olor menos fuerte.
    • Añade harina de huesos para el fósforo o harina de sangre para el nitrógeno.
  4. Haz tu propio compost . El compost nuevo normalmente tarda de cuatro a ocho meses en madurar, a menos que aceleres el proceso añadiendo bacterias especiales. Este proyecto a largo plazo beneficiará en gran manera tanto a la textura del suelo como a sus nutrientes, si estás dispuesto a continuar con el proceso. Aparta un recipiente grande para exteriores que esté herméticamente cerrado para protegerlo de los animales, pero con agujeros para que circule el aire. Cuídalo con las siguientes técnicas:
    • Empieza con 20 % de tierra, estiércol o compost maduro; 10 a 30 % de restos de alimentos crudos derivados de plantas; y 50 a 70 % de hojas secas, recortes de hierba y césped. Mézclalos bien.
    • Mantén el compost caliente y húmedo y añade alimentos no cárnicos (crudos) provenientes de restos de pollo.
    • Da vuelta al compost con una horquilla o pala al menos una vez por semana o cada dos semanas con el fin de introducir oxígeno que estimule el crecimiento de bacterias beneficiosas.
    • Busca lombrices en las áreas húmedas que se encuentran por debajo de las rocas y añádelos al recipiente de compost.
    • El compost estará maduro (listo para su uso) cuando se amontone al momento de apretarlo, pero debe separarse fácilmente. Las fibras de la planta deben seguir siendo visibles, pero el compost debe ser predominantemente homogéneo.
  5. Ya sea que utilicen un fertilizante sólido, estiércol descompuesto o compost, la mayoría de los jardineros mezclan por completo el material fertilizante en la tierra. Muchos cultivos se desarrollan bien con una mezcla de 30 % compost y 70 % tierra, pero las verduras y las frutas a menudo se desarrollan mejor con cantidades inferiores de compost. Las cantidades de fertilizante varían considerablemente dependiendo de la concentración. Sigue las instrucciones para tu planta en particular.
    • Los defensores del método "labranza cero" o "siembra directa" recomiendan añadir el material a la superficie, lo cual permite que se descomponga poco a poco en el suelo. Los profesionales lo consideran como un método más natural y menos invasivo de mejorar el suelo, aunque los resultados completos podrían tardar años y requerir abundante materia orgánica.
    • Agrégalo en otoño para obtener mejores resultados. Muchas plantas se benefician de una "recarga" cada mes o cada dos meses durante la temporada de cultivo, pero esto varía según las especies y las variedades.
    • Si crees que el estiércol o el compost podría no estar lo suficientemente descompuesto, mantén un círculo de tierra regular alrededor de las plantas para evitar quemarlas.
  6. Hay muchos oligoelementos que tienen un efecto menos importante o menos directo, pero pueden provocar enfermedades en las plantas o un suelo pobre si se encuentran por debajo de los niveles requeridos. Si quieres asegurarte de incluirlos, mezcla arena verde, harina de algas marinas o azomite en la tierra antes de plantar. Para jardines domésticos pequeños, es posible que no lo consideres necesario a menos que tus plantas presenten enfermedades.
    • Los oligoelementos más importantes son: hierro, boro, cobre, manganeso, molibdeno y zinc.
    • Los aditivos que se describen aquí son naturales y adecuados para la agricultura ecológica.
  7. Si plantas el mismo tipo de planta en la misma ubicación año tras año, esto agotará más rápido los nutrientes del suelo. Algunas plantas usan menos nutrientes o incluso añaden nitrógeno al suelo. Por lo tanto, rotar las plantas anualmente mantendrá más estables los niveles de nutrientes.
    • Para la jardinería doméstica, empieza con esta guía simple para la rotación de los cultivos. Para la agricultura, consulta con un agricultor local experimentado o una oficina de extensión agrícola, ya que el plan de rotación varía según los cultivos disponibles.
    • Los agricultores también pueden considerar usar "cultivos de cobertura" de invierno, los cuales se siembran con el fin de proporcionar nutrientes para el cultivo real. Planta un cultivo resistente al frío al menos 30 días antes de la primera helada esperada o 60 días si el cultivo solo es ligeramente resistente al frío. Corta el cultivo al menos tres o cuatro semanas antes de plantar el cultivo regular y deja que el cultivo de cobertura se descomponga en el suelo.
  8. Si tu suelo permanece bien aireado y provisto de nutrientes, las poblaciones de microbios crecerán por sí solas y descompondrán la materia muerta de la planta en nutrientes que tus plantas pueden reutilizar. Para mejorar aún más la salud del suelo, podrías comprar adiciones bacterianas o fúngicas en una tienda de suministros de jardinería (si son adecuadas para tus especies de plantas). El suelo que ya se descompone con rapidez no necesita dichas adiciones, aunque no existe una regla general para la cantidad que debes usar o cuándo dejar de usarla. [1]
    • Una de las adiciones más comunes es un tipo de hongo llamado micorriza. Este se adhiere a las raíces de la planta y las ayuda a absorber más nutrientes y agua. Todas las plantas, excepto las que pertenecen al género Brassica (incluyendo la mostaza y las verduras crucíferas como el brócoli y el bok choy), se benefician de este, a menos que el suelo ya se encuentre en buenas condiciones. [2]
    • Las bacterias llamada rhizobium a menudo ya están presentes en el suelo, pero puedes comprar un inoculante de rhizobium para estar seguro. Estas forman una relación simbiótica con las legumbres como las papas y los frijoles para añadir nitrógeno al suelo.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Mejorar la textura del suelo

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  1. Los científicos del suelo dividen las partículas que conforman el suelo en tres categorías. Las partículas de arena son las más grandes, las de cieno son algo más pequeñas y las partículas de arcilla son las más pequeñas. La proporción de estos tres tipos determina el tipo de suelo que tienes, lo cual se describe en un cuadro llamado el "triángulo del suelo". Para la mayoría de las plantas, debes aplicar una "marga" o aproximadamente una mezcla de 40-40-20 de arena, cieno y arcilla respectivamente.
    • Las suculentas y los cactus a menudo prefieren una "marga arenosa" con 60 o 70 % de arena.
  2. Saca una masa pequeña de tierra, de debajo de la capa superficial superior. Humedécela, luego trata de formar una bola y aplánala hasta formar una cinta. Este método rápido puede detectar problemas mayores, en base al siguiente diagnóstico: [3]
    • Si tu cinta de tierra se rompe antes de llegar a los 2,5 cm (1 pulgada), significa que tienes marga o cieno. (Si no puedes formar una bola o cinta, tienes un suelo arenoso).
    • Si tu cinta mide 2,5 a 5 cm (1 a 2 pulgadas) antes de romperse, significa que tienes marga de arcilla. Es probable que tu suelo se beneficie más de la arena y el cieno.
    • Si tu cinta sobrepasa los 5 cm (2 pulgadas), significa que tienes arcilla. En ese caso tu suelo necesitará más aditivos, según se describe al final de esta sección.
  3. Si aún no estás seguro de tu suelo, puedes obtener información más precisa con veinte minutos de trabajo y unos cuantos días de espera. Para empezar, desecha la tierra de la superficie, luego saca una muestra de tu suelo que comprenda más o menos 15 cm (6 pulgadas) de profundidad. Extiéndela sobre un periódico para que seque y retira toda la basura, las rocas y otros desechos grandes. Forma varias masas de tierra, separándola lo más que puedas.
  4. Una vez que la tierra esté seca, colócala en un frasco grande y alto hasta llenar ¼ de la capacidad del frasco. Agrega agua hasta llenar ¾ de la capacidad del frasco, luego añade 5 ml (1 cucharadita) de detergente para lavavajillas no espumoso. [4] Sella el frasco y agítalo durante al menos 5 minutos para separar la tierra en más fragmentos.
  5. Deja reposar el frasco durante al menos un par de días y marca la parte exterior con un marcador o cinta adhesiva en los siguientes intervalos: [5]
    • Después de 1 minuto, marca el frasco en la parte superior de las partículas asentadas. Estas son arena, la cual se asienta primero debido a su tamaño grande.
    • Después de 2 horas, vuelve a marcar el frasco. Para este momento, la mayor parte del cieno se habrá asentado por encima de la arena.
    • Una vez que el agua esté transparente, marca el frasco por tercera vez. La tierra con arcilla pesada puede tardar una o dos semanas en asentarse, mientras que la tierra más margosa puede mostrar un frasco transparente después de un par de días.
    • Mide la distancia entre cada marca para obtener la cantidad de cada partícula. Divide cada medida por la altura total de las partículas para obtener el porcentaje de dicho tipo de partícula. Por ejemplo, si tienes 5 cm (2 pulgadas) de arena y la altura total de la capa de partículas es 10 cm (4 pulgadas), tu suelo es 5 ÷ 10 = 0,5 = 50 % arena.
  6. Si descubres que ya tienes marga, no es necesario alterar el suelo. Los suelos de arcilla se benefician mucho del compost maduro, según se describe en la sección sobre los nutrientes del suelo. Otras adiciones naturales como las hojas secas o los recortes de hierba sirven para propósitos similares.
    • Las astillas de madera desgastada, las ramitas o las cortezas aumentarán la retención de agua y nutrientes, creando poros en el suelo y remojando los materiales para su liberación lenta. Evita la madera nueva ya que puede reducir los niveles de nitrógeno del suelo.
  7. Si tienes un suelo con arcilla pesada (más del 20 % es arcilla) o un suelo muy arenoso o cienoso (más del 60% es arena o cieno), puedes mezclar los otros tipos de suelo para lograr una mezcla casi homogénea de arena y cieno y no más de 20 % arcilla. Esto puede ser trabajoso, pero es más rápido que elaborar tu propio compost. El objetivo es crear un suelo poroso que pueda retener mucha agua, aire y nutrientes.
    • Ten en cuenta que solo debes usar arena sin sal y muy angulosa. [6]
    • La perlita (disponible en tiendas de suministros de jardinería) es útil para todos los tipos de suelo, pero sobre todo para los suelos arcillosos, la cual actúa esencialmente como partículas muy grandes.
  8. Mantén al mínimo el tráfico peatonal y el tráfico vehicular para mantener aireado el suelo. Si el suelo se ve denso o con costras en la parte superior, usa una horquilla para darle vuelta a la tierra y separar las masas grandes. Si tu suelo está muy compactado, usa un arado cincel o haz agujeros con un aireador de césped. Incluso si la retención de agua no constituye un problema, el suelo densamente compactado puede matar las bacterias y hongos beneficiosos y promover el desarrollo de bacterias anaeróbicas dañinas.
    • Mezclar material orgánico también es útil, según lo descrito en la sección sobre los nutrientes del suelo.
    • El diente de león y otras plantas con raíces primarias largas pueden ayudar a evitar la granulación y la compactación del suelo.
    • Otra alternativa es seguir las técnicas de la "labranza cero" o "siembra directa" para dejar el suelo inalterado, lo cual permite que se forme como lo hace el suelo natural durante algunos años. Minimizar el tráfico (peatonal o vehicular) sigue siendo recomendado para este método.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Ajustar el pH del suelo

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  1. Para obtener resultados precisos, desecha el mantillo hasta que obtengas un suelo con un color y textura consistente (normalmente es cerca de 5 cm o 2 pulgadas hacia abajo). Cava un agujero de 15 cm (6 pulgadas) de profundidad. Repite el proceso varias veces a lo largo de tu jardín o campo para obtener un conjunto representativo de muestras.
  2. Puedes enviar dichas muestras de suelo a una oficina local de extensión o a un laboratorio de pruebas de suelo y págales para que midan el pH o acidez del suelo. Sin embargo, puedes comprar a un precio económico un kit para medir el pH del suelo en las tiendas de suministros de jardinería o en viveros y son fáciles de utilizar en casa.
    • Si eres agricultor, es más recomendable enviar las muestras a un profesional, de modo que puedas recibir una recomendación precisa respecto a la cantidad de aditivo que debes usar. En el caso de los jardineros domésticos, es mejor elegir un kit más económico y más rápido, además de usar el método de ensayo y error con los aditivos.
  3. Muchas plantas prefieren un suelo ligeramente ácido, tu suelo debe tener un pH de 6,5 si no cuentas con ninguna otra información. Lo ideal es averiguar las preferencias de tu planta en Internet o consultando con un jardinero experimentado.
    • Si no puedes encontrar niveles específicos de pH, debes asumir que un "suelo ácido" implica un pH de 6 a 6,5, mientras que un "suelo alcalino" implica un pH de 7,5 a 8.
  4. Si el pH de tu suelo es muy bajo para tu planta, aumenta el pH del suelo con estas adiciones alcalinas. Compra cal de jardín, conchas de ostras trituradas u otros suplementos de calcio en una tienda de suministros de jardinería o tritura cáscaras de huevo hasta convertirlas en polvo. Mezcla el aditivo en una cantidad grande de suelo (un puñado a la vez) y verifica el pH del suelo cada vez.
  5. Si necesitas disminuir el nivel de pH de tu suelo, será necesario añadir ácido. Mezcla sulfato de aluminio o azufre que puedes adquirir en una tienda de suministros de jardinería y vuelve a medir el pH después de cada adición (un puñado a la vez).
    • No existen métodos caseros consistentes para aumentar el pH del suelo. Las pruebas científicas muestran que las agujas de pino y los desechos de café no tienen un efecto confiable ni significativo en la acidez del suelo, a pesar de las recomendaciones generalizadas que afirman lo contrario. [7] [8]
  6. Con el tiempo, el pH de tu suelo volverá poco a poco a sus niveles usuales, lo cual depende mayormente del tipo de minerales que se encuentran en tu zona. A menos que tengas problemas para ajustar el pH o que tus plantas desarrollen problemas de crecimiento, será suficiente con probar el suelo cada tres años. [9]
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Consejos

  • Los químicos tóxicos presentes en el suelo no son un problema común, pero vale la pena investigar si vives cerca de una zona industrial, un vertedero o un vertedero de desechos tóxicos o si cultivas plantas comestibles al borde de la carretera. Envía muestras de suelo a una oficina de extensión agrícola para que hagan las pruebas respectivas y recibas los consejos necesarios para tu tipo de suelo. Los químicos peligrosos podrían requerir contención profesional, mientras que otros solo podrían necesitar ser diluidos con mantillo adicional.
  • Si hay gatos que están usando tu jardín como su letrina, disuádelos esparciendo una capa fina de paja por todo tu jardín y deja círculos descubiertos alrededor de las plantas. La paja también aumentará la retención del agua y la temperatura del suelo, lo cual puede ser beneficioso o dañino dependiendo de las características de tu suelo y del clima.
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Advertencias

  • No olvides protegerte siempre el rostro, las manos y otras partes del cuerpo de la contaminación que producen ciertos materiales para mejorar el suelo. Lee bien las etiquetas de advertencia de los productos e infórmate sobre cómo usar los químicos para mejorar el suelo sin correr ningún peligro.
  • Cuando uses cualquier tipo de materia orgánica para mejorar el suelo, trata de limitar la inclusión de vainas de semillas para los tipos de mala hierba en las adiciones del suelo. Muchas de estas semillas podrían germinar durante el ciclo de jardinería y provocar problemas.
  • Nunca uses heces de gato o perro como abono, ya que estas pueden albergar enfermedades peligrosas para los seres humanos.
  • El desperdicio de cítricos no es ideal para el compost, ya que tarda mucho tiempo en descomponerse y reduce la actividad de las lombrices.
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