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Con todo lo que sucede en el mundo, puede ser fácil creer lo que dice la gente sin conocer los hechos por ti mismo. Pensar por uno mismo puede ser difícil, pero hay maneras de hacerlo. Empieza al mejorar tus habilidades de pensamiento crítico. Puedes examinar nuevamente las cosas que piensas y empezar a cuestionar todo lo que te dicen. Mantenerte fiel a tus creencias también puede ayudar. Puede ser una buena idea anotar estos pensamientos para que puedas revisarlos cuando te sientas inseguro. Finalmente, confía en el conocimiento de los expertos y reúne tu propia evidencia para informar tus opiniones.

Método 1
Método 1 de 3:

Practicar el pensamiento crítico

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  1. Todos enfrentan problemas o inconvenientes en su vida diaria, ya sea por quién votar, qué oferta de trabajo aceptar o cómo lidiar con un miembro de la familia. Cada día, analiza uno de estos problemas en tu tiempo libre. [1]
    • Identifica el problema y decide si es algo sobre lo cual tienes control, como qué oferta de trabajo aceptar o si tu tía se niega a recibir ayuda para solucionar un problema médico. Si no puedes controlarlo, no te obsesiones con él.
    • Reúne la información que necesitas para tomar una decisión. Por ejemplo, si tienes muchas ofertas de trabajo, considera el salario, los paquetes de beneficios y el entorno laboral.
    • Usa la información que reuniste para tomar una decisión. Por ejemplo, si un trabajo tiene mejor paga y beneficios, posiblemente sea lo mejor aceptar ese puesto.
    • Continúa con tu curso de acción, pero sé consciente de que tu estrategia podría cambiar a medida que reúnas nueva información.
  2. Empieza al escribir una situación que sea emocionalmente significativa para ti. Luego, escribe en detalle cómo respondiste a la situación. Analiza lo que la reacción podría decir acerca de ti y cómo te puedes haber sentido por dentro. A continuación, anota de qué manera podrías haber respondido diferente en el futuro. [2]
    • Asegúrate de que todas tus anotaciones tengan el mismo formato. Mantén la constancia.
  3. Posiblemente te sorprendas al saber cuántos de tus puntos de vista han sido moldeados por el origen de tu familia, un grupo cultural, la ubicación geográfica, las escuelas, las organizaciones o los empleadores para los que trabajas, ya sean religiosos o culturales. Anota una lista de las cosas que debes (o no) creer como miembro de ese grupo. Luego, decide si realmente crees esas cosas o no. [3]
    • Por ejemplo, algunas religiones prohíben el aborto. Considera tu punto de vista acerca del aborto y si estás de acuerdo con este. Puedes llegar a la misma conclusión que tu religión, pero asegúrate de que sea porque realmente lo crees.
  4. Una de las mejores maneras de pensar por ti mismo es reunir información por tu cuenta en lugar de confiar en los demás. Haz muchas preguntas, particularmente en situaciones que te afectan directamente, como votar para asignar cargos en la oficina o la escuela a la que asistirás. No dejes que la gente te diga qué hacer. [4]
    • Asegúrate de usar fuentes confiables cuando realices una investigación.
  5. Si tuviste problemas para pensar por ti mismo anteriormente, es posible que otras personas influyan en tus decisiones las primeras veces que trates de pensar por ti mismo. ¡Está bien! Cambiar el hábito de los pensamientos es uno de los hábitos más difíciles de cambiar. Date un tiempo para aprender a resistir las opiniones de los demás y pensar por ti mismo. [5]
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Método 2
Método 2 de 3:

Mantenerte fiel a tus creencias

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  1. Para poder mantenerte fiel a tus creencias y valores, tienes que saber cuáles son. Escribe una lista de valores y cosas que son las más importantes para ti. Revisa esa lista cuando sea que te sientas inseguro acerca de cómo sentirte con respecto a algo.
    • Algunos valores comunes son la autenticidad (ser tan genuino como persona como puedas ser), la fe, la bondad, la justicia, el amor y el respeto.
  2. Aprender a pensar por ti mismo no va a tener mucho impacto si no actúas consecuentemente a esos pensamientos. Una vez que hayas tenido el tiempo de pensar acerca de las cosas, toma una decisión acerca de cómo actuarás, y cíñete a ella. [6]
    • Por ejemplo, si tratas de decidir por quién votar, investiga para saber cómo los candidatos cumplen con tus valores. Si crees en la autenticidad, la bondad y el respeto, pero uno de los candidatos va en contra de todo eso, ¡probablemente no sea alguien por quien quieras votar!
    • Cuando establezcas metas por ti mismo, asegúrate de sean consecuentes con tus valores.
  3. Si vas a hacerle preguntas a un amigo acerca de un tema, o si le vas a pedir evidencia que sustente tu punto de vista, es posible que trate de presionarte para que veas las cosas a su manera. Resiste ceder antes esa presión grupal, sobre todo si estás con muchos amigos que dicen lo mismo. Algunas veces es mejor simplemente no responder, ya que cuanto más lo hagas, más intentará convencerte de su punto de vista. [7]
    • Por ejemplo, si tu amigo dice que las vacunas son malas, debes pedirle que sustente su afirmación. Si se niega a hacerlo, no lo escuches e investiga por tu cuenta.
    • Está bien no estar de acuerdo respetuosamente con otras personas. Por ejemplo, después de dar tu propia opinión, podrías decir: “Tienes derecho a dar una opinión, así que apreciaría que respetes la mía”.
  4. Si vas a tomar una decisión o vas a discutir acerca de algo, y sientes que no está bien, ¡escúchate! Por lo general, sabes qué es lo mejor para ti y para tu vida, así como también cómo te sientes en el fondo acerca de ciertas cosas. No pases por alto esa vocecita. Escúchala con mayor frecuencia, ya que podría ayudarte a pensar por ti mismo. [8]
    • Por ejemplo, cuando tengas que escoger entre dos ofertas de trabajo, es posible que sientas la presión de aceptar la que tiene una mejor paga, pero tus instintos te dicen que aceptes el trabajo donde serás más feliz.
    • Asimismo, elige tus batallas. Si sientes que la persona con quien hablas no responderá bien a tu opinión, es posible que quieras guardarla para ti.
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Método 3
Método 3 de 3:

Desarrollar una opinión informada

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  1. En algunas situaciones, simplemente no tiene sentido “pensar por ti mismo”. Si estás en una situación en la que sabes que hay expertos en el campo que saben más de lo que podrías, confía en su investigación y juicio. En ese caso, está bien escuchar a lo que otras personas dicen.
    • Por ejemplo, si el médico te dice que tienes una enfermedad, y hay ciertos medicamentos que tienes que tomar, entonces por lo general es mejor seguir sus recomendaciones.
    • Si tu fuente es menos confiable, haz un poco de investigación adicional. Por ejemplo, si lees un artículo acerca de la eficacia de ciertos tratamientos médicos, investiga acerca de esos tratamientos, prestando atención a fuentes de buena reputación, como las páginas web de Cleveland Clinic y Mayo Clinic.
  2. Una buena manera de formar tu propia opinión es asegurarte de recibir información de diferentes puntos de vista. Si solamente vas a escuchar a una persona, con una opinión, incluso pensar por ti mismo estará influenciado por la opinión de otra persona o la evidencia que te proporcione. Asegúrate de obtener información o evidencia de ambos lados, y date la oportunidad de analizarlo todo. Luego, toma tu propia decisión.
  3. Si alguien trata de convencerte de algo, pídele evidencia. Es posible que esta sea diferente dependiendo de la situación y cuán convencido tienes que estar de algo. Luego, tómate el tiempo para examinar la evidencia que te da. ¿Parece convincente? ¿Las fuentes son confiables, como organizaciones de noticias serias o sitios web profesionales? [9]
    • Por ejemplo, si alguien trata de convencerte de cambiar el tipo de teléfono celular que tienes, pregúntale por qué, y luego compara su respuesta con tus necesidades.
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