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Cada año, sesenta flamantes jugadores profesionales surgen del Draft de la NBA (es un procedimiento por el cual, cada año, a finales de junio, los equipos de la liga de básquetbol estadounidense incorporan a los jugadores menores de veintitrés años, procedentes de las universidades nacionales o de las ligas extranjeras). ¿Por qué, finalmente, no podrías ser uno de ellos? Empieza desde ahora a perfeccionar tus habilidades de tiro, defensa y juego en equipo, y podrás serlo. Practica constantemente. Come, duerme, sueña y respira básquetbol; una vez que el deporte fluya por venas, probablemente estés listo para jugar con los mejores del mundo.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Perfeccionar tus habilidades

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  1. Podrás jugar mejor cuanto más conozcas el deporte, porque sabrás qué esperar y cómo trabajar en los problemas potenciales. Puedes preguntarle a cualquier persona que sepa de básquetbol, pero también podrías consultar en algunas páginas web, preguntarles a los entrenadores y unirte a un equipo. Juega, juega y juega un poco más hasta que el básquetbol sea parte de ti.
    • Entiende que el básquetbol es un deporte que exige resistencia tanto física como mental y que ambos aspectos son muy importantes. Si tienes problemas en un área, concéntrate en tratar de mejorarla sin olvidar la otra. Por ejemplo, si tienes que trabajar en el drible, cuando termines de practicarlo, dribla desde la media cancha hasta el aro y encesta.
  2. Ve al gimnasio y empieza a trabajar. Los jugadores más jóvenes pueden vencer a los más talentosos si corren más rápido y si tienen más resistencia que sus oponentes. Tal como lo dijo Michael Jordan, los mejores jugadores son buenos anotadores, buenos en la defensa y buenos jugadores de equipo. [1] Y para ser las tres cosas, tendrás que estar en gran forma. Estos son algunos ejercicios que podrían ayudarte:
    • Flexiones de pecho . Haz muchas flexiones y en diferentes variedades, como las que se hacen con la punta de los dedos. Te sorprenderá lo bien que se puede palmear la pelota si se tienen dedos fuertes. Incluso si crees que tus manos no son lo suficientemente largas para palmear la pelota, podrás hacerlo si tienes los dedos más fuertes.
    • Rutinas para fortalecer la espalda y el abdomen . Para fortalecer estos músculos, haz abdominales, levantamientos de piernas, planchas, estiramientos lumbares, etc. Si fortaleces esa zona, podrás recibir un pase y aún tendrás fuerzas para encestar.
    • Saltar la soga . ¡Parece una actividad delicada, pero funciona! Salta la soga tanto como puedas, con la mayor rapidez e intensidad que alcances. Cuanto mejor lo hagas, tendrás un mejor juego de pies en la cancha.
    • Saltar . Mejora tu salto vertical. Si eres rápido, ágil y puedes saltar, podrás atajar más rebotes que los jugadores más altos, inclusive. La mayoría de los jugadores súper altos no se esfuerzan mucho en los rebotes, porque no tienen que hacerlo. Si trabajas en tu salto vertical, podrías ganarles.
  3. Dribla como loco. Si todavía tienes que concentrarte o enfocarte en el dribleo, entonces no eres lo suficientemente bueno para ser un jugador profesional. Debes ser capaz de sentir dónde está la pelota en todo momento, de tener un control perfecto sobre ella y de hacer todo lo que puedas con ella en todo momento.
    • Dedícale muchísimo tiempo a driblar la pelota. Dribla de un lado a otro de la cancha o de donde quiera que practiques. Oblígate a driblar más rápido, más bajo, más fuerte o, incluso, más descontroladamente. Tu movilidad en la cancha mejorará, así como tu capacidad para jugar con los mejores.
    • No dejes que la pelota toque la palma. Sostenla con la punta de los dedos, sobre todo cuando dribles.
  4. Trabaja en tus técnicas de lanzamiento . Fíjate en los mejores lanzadores y copia sus acciones. Pon la mano derecha en la parte de atrás de la pelota mientras la guías lateralmente con la izquierda. Una forma de practicar podría ser acostarte y lanzar la pelota al aire, de forma tal que caiga nuevamente a tus manos. Puedes ejercitar así por horas, mientras escuchas música o cuando no estés durmiendo. Debes sentir que la pelota es una parte de tu brazo que se extiende hasta embocar en la canasta.
    • Practica los tiros libres hasta que puedas lanzar incluso en sueños. No hay ninguna razón para que pierdas cualquier tiro indefenso. Practica los lanzamientos cuando estés frío y cuando estés totalmente sin aliento. Después de hacer los ejercicios de lanzamiento y cuando estés tan cansado que no veas bien, será el momento perfecto para lanzar tiros libres.
  5. En ese momento, este pequeño y extraño acrónimo es lo único que debería estar en tu mente. Esto es lo que significa:
    • E = Equilibrio . Asegúrate de estar equilibrado antes de lanzar.
    • O = ojos . Cuando lances, mantén los ojos en el aro.
    • C = codo . Mantén el codo hacia el cuerpo cuando lances.
    • A = Avanzar . Asegúrate de seguir adelante con el lanzamiento: la mano con la que lances deberá verse como si estuviera a punto de meterse en un frasco de galletas. Aunque quizá no tengas fuerza en el codo, inténtalo siempre.
  6. La C representa la concentración y la conciencia y es la parte más importante del lanzamiento. Concéntrate en el destino de la pelota y no te distraigas con lo que esté alrededor, ni pienses si debes lanzarla o pasársela a alguien más. La conciencia es algo "encubierto y complicado"; se le conoce como juego "inconsciente" (como si volaras con un piloto automático interno). Con juegos así, conoces a los otros jugadores, las opciones y las jugadas, pero no exteriorizas tu preocupación cuando "sientes pasos". Las opciones se vuelven instintivas cuando las practicas y las aplicas.
    • Evita obsesionarte demasiado con lo que pasa detrás de ti o en tus puntos ciegos. Quizá tengas que inclinarte un poco al driblar y luego desarrollar la visión periférica para ver esas áreas sin concentrarte conscientemente en ellas. Como cualquier otra habilidad o talento que deba utilizarse automáticamente, la visión periférica se aprende y se amplía o aumenta.
  7. Para lanzar correctamente con una sola mano, primero asegúrate de flexionar las piernas, para obtener fuerza, y las manos, para tocar y hacer girar la pelota ("toque inglés").
    • Alinea las manos con las líneas negras de la pelota. Usa las yemas de los dedos y sostén la pelota en el centro solo con la mano con la que escribes. Asegúrate de que puedas ver la luz por entre tus dedos. Esa es la posición ideal.
    • El "toque" se refiere a los lanzamientos o a los pases con más o menos fuerza, acorde a la situación y, debido al control de la pelota, al lado de la canasta desde el cual la lances o la pases. La "flexibilidad" implica no ser rígido ni prolongar demasiado las cosas.
  8. Coloca esa mano a un lado de la pelota y sé consciente de que la dirigirá de forma diferente, y de que el toque inglés será distinto. Lanza la pelota (aplica el CEOCA) y asegúrate de que la mayor parte de la fuerza provenga de la mano con la que escribes y lanzas.
    • Si el toque inglés es nuevo para ti, tendrás que practicar y la experimentar para ver de qué manera esto afectará tus lanzamientos "fuera de la canasta" y también tendrás que revisar los tiros que sí encestes. Este efecto dependerá de tu toque y del lado de la canasta desde el cual suelas lanzar.
    • Practica los giros desde ambos lados de la canasta. Si eres medianamente ambidiestro (que puedes utilizar cualquiera de las manos), practica con ambas manos y prueba la fuerza de la mano no dominante para los tiros fuera del área (en el lado de la canasta que coincida con el de la mano con la que no escribes).
  9. La práctica te ayudará a convertirte en el mejor jugador que puedas ser. La práctica no logra la perfección, pero la práctica perfecta sí. Estos son algunos ejercicios con los que podrías comenzar:
    • El ejercicio de Superman . Funciona mejor si dispones de una cancha, si no tendrás que estimar las distancias. En la cancha, empieza en una línea de base (por debajo de una de las canastas) y corre hasta la primera línea perpendicular (la línea de tiros libres más cercana); luego, agáchate y haz cinco flexiones. Después, párate y corre hacia la línea de base original; a continuación, corre hasta la siguiente línea perpendicular (la línea de que divide los ¾ de la cancha), agáchate y haz diez flexiones. Haz lo mismo en cada línea de la cancha, avanzando y retrocediendo, hasta que llegues nuevamente a la primera línea. Una vez más, lo mejor es lances por lo menos diez tiros libres después de este ejercicio, mientras estés cansado.
    • El ejercicio asesino . Es un ejercicio cronometrado que se hace avanzando y retrocediendo por toda la cancha. Si francamente estás fuera de forma, comienza subiendo y bajando por ella, de cuatro a seis veces en sesenta y ocho segundos (empieza en una línea de base, corre hacia la siguiente y regresa a la primera). Esta parece ser una cantidad de tiempo suficiente para que puedas correr los 50 m (160 pies). Cuando hayas desarrollado algo de resistencia, trata de avanzar y retroceder trece veces en sesenta y ocho segundos. Una vez más, lanza por lo menos diez tiros libres mientras estés cansado.
    • El ejercicio con un compañero . Pide a un amigo que tome la pelota y que, empezando en una de las esquinas de la línea de base, drible mientras tú lo marcas. Si te sientes cómodo, mantén las manos detrás de la espalda. Haz que drible diagonalmente por la cancha y, mientras lo hace, fuérzalo a cambiar de dirección. Tendrás que aprender a "deslizarte" en la cancha para mantenerte adelante y controlarlo.
  10. Busca al jugador que esté mejor ubicado y pásale la pelota aunque quieras ser tú mismo quien lance. Cuanto mejor le vaya a tu equipo, mejor te irá a ti. No solo debes ser un lanzador, sino también un jugador de equipo. No acapares la pelota; finalmente, eso molestará a tus otros compañeros de equipo y a los entrenadores, y te etiquetarán como un jugador egoísta que arriesga todo por la borda.
    • Y, hagas lo que hagas, no pierdas la confianza. Si eres un tirador, ¡lanza la pelota hasta que logres tu toque o ritmo! Si te juegas la vida en un tiro, despeja tu mente hasta que puedas anticipar el movimiento. Si te sientes desanimado, come una comida rica en proteínas y carbohidratos, date un respiro, y concéntrate nuevamente. El camino hacia la grandeza nunca ha sido fácil.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Comenzar tu carrera

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  1. Hay bebés que, prácticamente, nacen con la pelota de básquetbol entre sus manos y esos son los niños que se desarrollan hasta convertirse en profesionales. Lo mejor es empezar tan joven como se pueda, para obtener la mayor cantidad de experiencia. Empieza joven y el básquetbol fluirá por tus venas.
    • Es genial ser parte del equipo escolar y del de la comunidad; pero, si estás en los Estados Unidos, considera la posibilidad de asistir a los campamentos de básquetbol como Five Star Basketball Camp , National Basketball Academy y Elite Hoops Basketball . [2] Cada temporada, por unos pocos cientos de dólares, trabajarás con lo mejor de lo mejor en tu región y empezarás a pulir tus habilidades hasta llevarlas a un nivel superior.
  2. Para llamar la atención en el nivel universitario (el siguiente paso), tendrás que destacar como una pepita de oro en el equipo de básquetbol de la escuela secundaria. Eso no significa que debas acaparar la pelota (de hecho, no jugar en equipo te perjudicaría), simplemente significa que deberás arriesgarte, buscar la pelota, apoyar las fortalezas de tus compañeros y hacer que las cosas sucedan.
    • Además de ser un gran jugador, también debe ser fácil entrenarte y trabajar contigo. Si impides que los demás jueguen lo mejor que puedan, no te reclutarán. Tampoco lo harán si el entrenador trata de mejorar tus debilidades, pero tu actitud no te permite escucharlo. Trabaja en tus habilidades como jugador, pero hazlo también en las de un miembro del equipo que todavía está aprendiendo.
  3. Si eres el mejor basquetbolista que haya pisado la tierra, quizá te recluten aunque tus notas sean terribles; sin embargo, la mayoría de las universidades busca jugadores que también puedan manejarse académicamente. No es necesario que tus notas sean las más altas, pero debes demostrar que puedes ir a la escuela y practicar un deporte al mismo tiempo. Lo anterior vale tanto para la escuela secundaria como para la universidad. Tus notas serán lo que te permita jugar.
    • Y cuanto más altas sean tus notas, tendrás mejores probabilidades de conseguir una beca para jugadores de básquetbol (o, para el caso, cualquier beca). Serás un modelo a seguir y el estudiante ejemplar que cualquier universidad querría reclutar.
  4. Cuando los entrenadores hablan de los jugadores que les llaman la atención, no se refieren solo a su dulce tiro de tres puntos o a su capacidad guiar la pelota como si apenas tocara el suelo; también buscan a los jugadores con una alta inteligencia para el básquetbol, es decir, que no solo jueguen bien sino que entiendan (a un nivel muy intrincado) como funciona este deporte. [3] Son los jugadores aplomados, que mantienen un tempo rítmico y calmado, y que constantemente piensan en todas las formas posibles de lanzar el siguiente tiro y en cómo superar los obstáculos. Hay mucho más en el básquetbol que solo básquetbol.
    • Nunca “salirse del juego” es parte de tener una gran inteligencia para el básquetbol. Incluso si el árbitro ordena un tiro con el que no estás de acuerdo, regresa a la cancha inmediatamente, en posición para la siguiente jugada. Un jugador inteligente maneja todos los obstáculos con dignidad y en la cancha, en todo momento, respeta a los demás.
  5. Si tienes una suerte increíble, los reclutadores llegarán a ti. Si no, tendrás dos opciones básicas:
    • Habla con el entrenador. ¿Tiene alguna conexión con las universidades? ¿Cree que eres material para los reclutadores? ¿Qué tienes que hacer para llamar la atención?
    • Envía cartas a los entrenadores de las universidades que te interesen. Expresa tu interés en su programa, explica por qué te interesa y por qué crees que serías un buen activo para este. Alcánzales una grabación en la cual destaques e invítalos para que vayan a verte jugar. Asegúrate de incluir tu información de contacto por si se requieren conversaciones adicionales.
  6. Muy rara vez, los jugadores pasan directamente de la secundaria a la liga profesional. La mayoría juega por alguna universidad o ya terminó sus cuatro años de estudios. Durante este tiempo jugarás contra un oponente de mayor calibre y perfeccionarás realmente tus habilidades para jugar bajo presión. En esta etapa, dependerá de ti tratar de convertirte en jugador profesional antes de acabar los estudios o esperar hasta culminarlos.
    • Mientras estés en la universidad, entrenar pese a que la temporada haya acabado, seguir asistiendo a los campamentos y siempre jugar y mantenerte en forma son buenas ideas. Aunque la temporada no dure todo el año, si tomas el deporte en serio, deberás hacerlo.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Convertirte en jugador profesional

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  1. Si eres demasiado bueno y te han moldeado seriamente para jugar a nivel profesional, evalúa la posibilidad de contratar un agente. Ellos tienen las conexiones necesarias para hacer que tu nombre destaque y para que, potencialmente, puedas ser parte del Draft de la NBA el año que viene. Ellos darán a conocer tu nombre y, con suerte, te conseguirán contratos. [4]
    • No obstante, si consigues un agente durante tu carrera universitaria, perderás la elegibilidad universitaria aunque no consigas que te seleccionen para el Draft . [5] Antes de comprometer por los dos siguientes años de tu vida, evalúa esta opción con mucho cuidado.
  2. Con el apoyo de un agente, probablemente te inscribirás en estos campamentos. Allí harás muchas conexiones y conseguirás que tanto tu nombre como tu rostro se conozcan. Si puedes manejar la presión, quizá esta sea la exposición que necesites para convertirte en un jugador profesional.
    • También tendrás la oportunidad de obtener información sobre tu posición en el Draft , sobre quienes te observen y sobre las posibilidades de que te seleccionen. Lo único que puedes hacer en esa situación es mantener la calma y jugar lo mejor que puedas.
  3. El Draft tiene dos rondas. En ellas se elige a los jugadores, por equipos e individualmente, uno por uno. En otras palabras, tienes una oportunidad de que te elijan. Si estás dispuesto a aceptarlo, fantástico. Si no, podría intentar ser un agente libre partir de ese momento o podrías optar por jugar en la NBA o no hacerlo.
    • Si estuvieras medianamente de acuerdo con esto, podrías negociar el sueldo o los términos del contrato y hacerlo más más corto en caso quisieras retirarte antes. Sin embargo, es bastante raro que un jugador no esté dispuesto a aceptar lo que se le ofrece.
    • Si te eligen durante la segunda ronda, no estarás en la lista de la noche inaugural. Antes de asumir algo, entiende para qué estás allí y en qué términos.
  4. Si no te escogiesen para el Draft o no estuvieras satisfecho con el resultado de los acontecimientos, podrías jugar para la liga menor de la NBA o en el extranjero. La liga menor de la NBA es similar a las demás liguillas y, en teoría, podría conducirte a la NBA.
    • Sin embargo, jugar en el extranjero es una historia completamente diferente y una maquinaria totalmente distinta. El agente te ayudará a pactar una entrevista y podrían elegirte para ir a un lugar exótico (o no tan exótico) el año próximo. Si estás dispuesto a mudarte, podría ser una oportunidad muy buena para jugar.
  5. Entiende que, en cualquier disciplina, son increíblemente pocas las personas que logran convertirse en deportistas profesionales. Así que, de plano, tus probabilidades de lograrlo simplemente no son buenas. Claro, es posible, pero las probabilidades no te favorecerán, precisamente. De hecho, cerca del 1 % de todos deportistas universitarios (hombres y mujeres, aunque el porcentaje es ligeramente mayor en el caso de los hombres) se convierten en profesionales. Eso significa que solo seleccionarán a una persona de entre tú y otras noventa y nueve. Así que si no te eligen, estarás bien acompañado.
    • Muchas estrellas talentosas del básquetbol convierten su pasión en una forma de vida y son entrenadores o enseñan en los campamentos o juegan en otros países y en otras ligas diferentes. El hecho de que te no te profesionalices de la forma que previste no significa que tengas que renunciar a tu carrera.
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Consejos

  • Inmediatamente después de correr o hacer cualquier ejercicio, lanza algunos tiros libres. Esto te ayudará lanzar mejor después de subir y bajar unas cuantas veces por toda la cancha.
  • Bebe mucha agua antes y después del partido.
  • Uno de los aspectos más importantes del básquetbol es controlar la pelota, aprender a hacer trucos y moverla hacia donde quieras. Sé creativo, no tengas miedo de lanzar un tiro de tres puntos. Trata de controlar la pelota con las dos manos, es fácil.
  • La clave para convertirse en un jugador profesional de básquetbol es entrenar duro, incluso cuando llueva.
  • ¡No temas pedir ayuda! En algún momento, todos la necesitamos.
  • Ve muchos partidos de básquetbol de la NBA y de otras ligas profesionales; te ayudará a aprender movimientos nuevos.
  • Siempre motívate (anímate) antes de un juego. Escucha un poco de música que te anime, luego reprodúcela en tu mente mientras juegas.
  • Hacer malabares podría ayudarte a mejorar tu habilidad para usar ambas manos, la coordinación entre las manos y los ojos, la percepción de la profundidad, la visión periférica, el equilibrio neuromuscular, la rapidez bajo control y la concentración para algunas actividades, como lanzar tiros libres en el básquetbol.
  • Siempre estírate antes y después de jugar.
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