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Si tratas de vivir la vida de una manera que honre a Dios, es algo natural también que desees tener una relación que le honre. Para asegurarte de que Dios sea una parte importante de la relación con tu pareja, escoge a una persona que ame a Dios, trata de poner en práctica el amor de Dios en la manera en que la tratas y programa tiempos de adoración conjunta todos los días. Si ambos ponen a Dios por delante, fortalecerán la relación con Él y, al mismo tiempo, desarrollarán una conexión profunda como pareja.

Método 1
Método 1 de 2:

Tener citas como Dios manda

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  1. Si quieres que Dios esté en el centro de la relación, debes escoger a alguien que sienta pasión con respecto a seguir a Dios. Antes de que empieces a salir con alguien, ora para que Dios te ayude a encontrar a la persona correcta. No te dejes llevar por tus emociones o por la atracción física. Busca una pareja que tenga cualidades piadosas, como paciencia, bondad y humildad. [1]
    • Aunque es posible seguir sirviendo a Dios si sales con una persona que no sea creyente, será difícil hacer que Dios sea realmente el centro de la relación.
  2. Las citas informales pueden ser populares en el mundo moderno, pero si tratas de servir a Dios, debes buscar a la pareja que Dios ha escogido como tu cónyuge. Solo sal con una persona si la ves como una pareja potencial para toda la vida. Por supuesto, eso no significa que tengas que casarte con la primera persona con la que salgas, sino que debes pasar el tiempo evaluando críticamente si es adecuada para ti. [2]
    • Por ejemplo, pueden comparar sus valores, sus métodos de adoración y sus metas a largo plaza para asegurarse de que sean compatibles.
  3. Si sales con una persona por la que sientes atracción, puede ser difícil resistir la tentación de estar cerca de ella físicamente. Sin embargo, Dios ordena a sus seguidores que esperen hasta el matrimonio para tener intimidad física. Para que puedan mantenerse puros, establezcan límites con los que se sientan seguros, dignos y respetables.
    • Por ejemplo, pueden ponerse de acuerdo para besarse solo en la mejilla hasta que se casen.
    • Traten de evitar actividades aparentemente inocentes que puedan tentarlos a tener pensamientos impuros, como sentarse en el regazo del otro o darse masajes mutuamente.
  4. Este es uno de los pasajes más conocidos de la Biblia en el que se describe el amor puro y es una descripción excelente de la manera en que debes esforzarte por tratar a tu pareja en una relación. Describe el amor como paciente, esperanzado, confiado y abnegado. Trata de estar a la altura de este ejemplo a medida que construyas una relación saludable y centrada en Dios. [3]
    • El pasaje dice lo siguiente: “El amor es paciente, es bondadoso; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no es arrogante; no se porta indecorosamente; no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal recibido; no se regocija de la injusticia, sino que se alegra con la verdad; todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser…”
    • Incluso si tu fe tiene un texto sagrado distinto, de todas formas puedes usar este versículo hermoso como recordatorio de la manera en que debes tratar a tu pareja.
  5. Inevitablemente en la relación, tendrán que enfrentar dificultades juntos. Pueden ser discusiones debido a que no están de acuerdo en ciertos puntos o pueden tener que superar problemas y dolor como pareja. Independientemente de lo que surja, no se den la espalda el uno al otro. Confíen en que Dios los cuidará y trabajen juntos para encontrar la solución que Él provee para cualquier problema. [4]
    • Recuerda, si tú y tu pareja se casan, tendrán que enfrentar situaciones difíciles juntos a través de la vida. Si tienen problemas para trabajar juntos durante las citas, es posible que también tengan problemas para estar en la misma página de forma posterior.
  6. Si quieres que Dios sea el centro de la relación, es una buena idea que ambos eviten personas, lugares y situaciones en las que puedan sentirse tentadas a hacer cosas que saben que desagradan a Dios. Es posible que ya lo hagas por tu cuenta, pero puede ser más difícil cuando sales con alguien y ambos tratan de planificar cosas para hacer juntos. [5]
    • Por ejemplo, puedes decidir no asistir a una fiesta si sospechas que habrá bebidas y drogas, o puedes evitar ir a discotecas en las que las personas tiendan a bailar de forma sugestiva. Puedes sugerir otra actividad divertida, como ir a un juego de béisbol o hacer un pícnic.
    • También es posible que no deban mirar películas o programas de televisión que contengan sexo, violencia o lenguaje gráficos. Es mejor que busquen formas de información saludables que los enriquezcan o los eduquen.
  7. Salir en grupo puede ayudarles a evitar la tentación de la intimidad física, pero también es una manera de fortalecer su identidad en Dios, pues estarásn rodeados de otras personas que también le busquen. Traten de encontrar a otra pareja o a un grupo de parejas que sean aproximadamente de la misma edad y pasen tiempo juntos de forma regular.
    • Pueden tomar la decisión de tener un servicio de adoración semanal en grupo, hacer misiones de servicio en equipo o simplemente pasar el tiempo y hacer cosas informales como hacer una parrillada, salir a comer o hacer deportes.
    • Encontrar mentores dentro de la iglesia también puede ayudar a fortalecer tu relación. Por ejemplo, puedes sentarte con una pareja que haya estado casada por varios años y hacer preguntas acerca de algunos de los desafíos que enfrentaron cuando pasaron por la etapa de las citas. [6]
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Método 2
Método 2 de 2:

Dar prioridad a la adoración

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  1. Para que Dios sea el centro de tu relación amorosa, primero debe ser el centro de tu propia vida. Pasa tiempo todos los días orando, leyendo las Escrituras y escuchando Su llamado en tu vida. Esto estimulará a tu pareja para que también se concentre en su crecimiento espiritual, lo cual los beneficiará como pareja. [7]
    • Traten de apartar un poco de tiempo cada mañana para hacer un devocional. Empezar el día con Dios como el centro hará que sea más fácil tenerlo en la mente todo el día.
  2. Aunque tú y tu pareja asistan a distintas iglesias, traten de hacer un esfuerzo para ir juntos, al menos de vez en cuando. Escuchar la Palabra de Dios y adorar juntos los fortalecerá como pareja y hará que sea más fácil que Dios sea el centro de la relación.
    • También pueden asistir a otras actividades de la iglesia juntos, como cenas, grupos informales de oración o actividades de servicio.
    • Túrnense para asistir a las iglesias de cada uno si son parte de diferentes comunidades religiosas.
  3. Si leen la Palabra de Dios juntos, pueden encontrar dirección como pareja. Además, fortalecerá la sensación de que Dios es el centro de la relación. Este acto íntimo también ayudará a que se sientan más cerca el uno del otro de una manera saludable y espiritual. [12]
    • Traten de leer juntos un devocional diario o túrnense para escoger pasajes que sean significativos para ustedes.
    • También pueden unirse a un estudio bíblico juntos.
  4. Oren juntos con frecuencia. Orar es una de las cosas más importantes que puedes hacer para construir una relación con Dios y debe ser parte central de tu relación. Al principio puede parecer un poco extraño orar juntos en voz alta; sin embargo, si lo hacen con frecuencia, se volverá una parte natural y hermosa de su rutina como pareja.
    • Oren juntos cada vez que tengan oportunidad, como antes de las comidas, al final del día o cuando hablen por teléfono.
    • Recuerda también orar por tu pareja durante tus oraciones personales.
  5. Apóyense el uno al otro a medida que sirven a Dios . Las personas se sienten llamadas a servir a Dios en una variedad de formas. Puedes servirle siendo un mentor, ayudando a las personas en crisis o simplemente viviendo de una forma que agrade a Dios. No solo debes buscar tu propio camino individual para servirle, sino que también debes animar a tu pareja a alimentar sus dones y talentos con el fin de que pueda usarlos para glorificar a Dios. [9]
    • Por ejemplo, si sales con una persona que canta muy bien, puedes animarla para que se una al coro y luego a asistir a las presentaciones del grupo de canto.
    • También pueden buscar oportunidades para servir juntos, como yendo a viajes misioneros, cocinando comidas para familias necesitadas o enseñando una clase juntos.
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