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Encontrar el equilibrio en la vida puede proporcionar un sentimiento de realización y significado. Usa estrategias para ganar equilibrio y perspectiva con respecto a cómo vives la vida, como al priorizar tu tiempo, hacer concesiones y ser optimista. Participa en actividades saludables y beneficiosas que le agreguen sentido a tu vida. Comienza o continúa un pasatiempo, busca un trabajo significativo, cuida tu cuerpo y lidia con el estrés diario. Sobre todas las cosas, haz tiempo para las personas y actividades que sean importantes para ti. Disfruta el tiempo con familiares y amigos, y busca formas significativas de conectarte con las personas a las que amas.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Crear un sentido de equilibrio

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  1. Una forma de tener una vida equilibrada es programar tu tiempo. Si pasas todo el tiempo en el trabajo o la mayor parte de tu tiempo libre haciendo una actividad, es difícil mantener el equilibrio en todas las áreas de tu vida. Un cronograma te ayudará a programar tu tiempo en distintas áreas que te resulten importantes. Mantenerlo te ayudará a alcanzar objetivos y crear equilibrio en la forma en que pasas el tiempo. [1]
    • Por ejemplo, escribe un cronograma en función de tus prioridades cada semana. Puedes trabajar una cantidad específica de horas cada semana, pero pasar el tiempo después del trabajo con la familia, los amigos y realizando actividades significativas. Participa en una liga de bolos semanal, programa cenas regulares con tu cónyuge y reserva un tiempo para tus hijos.
    • Piensa qué actividades tienes que hacer, qué disfrutas hacer y qué quieres hacer. Luego, clasifica esas actividades en orden de importancia y asígnales una cantidad de tiempo apropiada.
    • Establece límites entre tu vida laboral y personal para no estresarte mucho.
  2. Rara vez podrás "tenerlo todo", por lo que las concesiones son necesarias para tu felicidad y las de quienes te rodean. Encontrar el equilibrio en la vida puede ser difícil, pero, si tienes una pareja o cónyuge, niños, familiares y amigos, ten en cuenta sus necesidades además de las tuyas. Sin embargo, lo que consideres equilibrado podría tener su costo. Por ejemplo, si quieres enfocarte más en la familia y menos en el trabajo, esto podría afectar tus oportunidades laborales e ingresos. Escoge tus objetivos y enfoque principal, y comprende que probablemente tengas que hacer concesiones en el camino. [2]
    • Por ejemplo, si eres estudiante, puedes hacer concesiones para tus estudios que reduzcan el tiempo que pasas con amigos y te diviertes, al menos por un tiempo. Estas concesiones pueden ser difíciles, pero te ayudarán a obtener un empleo más adelante.
  3. Tu pensamiento puede moldear la forma en que percibes cada día y situación. Mantén un enfoque positivo de la vida y los cambios que surjan en el camino. Reduce el diálogo interno negativo (como "No puedo hacerlo" o "Nunca me escogerían") y enfócate en las cosas positivas de ti o las situaciones. Si sueles esperar lo peor, encuentra cosas que puedan salir bien y piensa cómo prevenir que las cosas malas ocurran. [3]
    • Por ejemplo, quizás temas lo peor si desapruebas un examen. En este caso, repite en tu mente "Me decepcionaré si no tengo un buen rendimiento. Sin embargo, sé que podré realizar más exámenes y mejorar mis calificaciones más adelante".
    • Si comienzas a pensar "Esta presentación será horrible" o "No puedo creer haberlo arruinado tanto", retrocede y enfócate en las cosas positivas. Repite en tu mente "Trabajé muy duro, así que no hay motivo para que las cosas salgan mal" o "Por más que lo haya arruinado, no significa que sea un fracaso. Puedo intentarlo de nuevo y hacerlo mejor".
    • Si hay algo de ti que quieras mejorar, establece objetivos positivos para lograrlos. Por ejemplo, en vez de decir "No estoy lo suficientemente motivado", puedes decir "Mañana, dedicaré cinco minutos a despejar mi escritorio antes de trabajar para comenzar bien el día".
    • Rodéate de personas comprensivas para mantenerte positivo. Pasa tu tiempo libre con personas positivas y comprensivas, y limita tu tiempo con quienes sean negativos o críticos.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Mantener un estilo de vida equilibrado

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  1. Haz tiempo en tu agenda para las actividades que disfrutes. Ya sea practicar senderismo, mirar las estrellas, tocar el piano o trabajar con madera, reserva un tiempo para realizar actividades divertidas. Tener un pasatiempo es una forma de sentirse realizado y crear un sentido de significado en tu vida. [4] Haz tiempo durante la semana para tus pasatiempos para que sea algo que ansíes en tu cronograma.
    • Participar en un pasatiempo también es una forma ideal de hacer amigos y conocer a personas con intereses similares.
    • Si no tienes un pasatiempo, piensa en algo que te interese y quieras probar. Quizás te guste patinar sobre hielo, practicar karate o tejer.
  2. Es importante que reserves un tiempo para las personas que te importan. Por más que estés ocupado o estresado, reserva un tiempo para salir con tus amigos y familiares. Las amistades pueden ayudar a reducir el estrés y mejorar tu sensación general de bienestar. [5]
    • Reserva un tiempo para tus amigos, por más que estés ocupado. Una noche de vóleibol por mes o una noche de karaoke pueden ayudarte a conectarte con los demás y divertirte.
    • Mantente en contacto con tu familia. Ya sea que tengas hijos o seas cercano a tus familiares lejanos, reserva un tiempo para las relaciones importantes en tu vida. Planifica actividades cerca de las fiestas, como cenas o noches de juegos.
  3. La relajación diaria es una salida saludable del estrés. Practicar relajación por 30 minutos cada día puede ayudarte a estabilizar tu estado de ánimo y lidiar con el estrés de forma más efectiva. [6] En vez de permitir que las frustraciones diarias se acumulen con el paso del tiempo, la relajación te ayudará a lidiar con los problemas de manera regular y te animará a sentirte calmo y centrado.
    • Encuentra una práctica que disfrutes y respétala. Practica yoga diariamente , qigong , taichí y meditación. Con el paso del tiempo, esto te ayudará a desarrollar una mentalidad más positiva.
  4. Encuentra un trabajo que cumpla con tus necesidades en distintos niveles. [7] Esto incluye tener un trabajo gratificante que disfrutes, contribuir o crear algo importante o tener un empleo que cumpla con tus necesidades y las de tu familia. Piensa en las necesidades que tu trabajo cumple por ti, y si quieres trabajar allí a largo plazo. Si disfrutas tu trabajo, pero no recibes el pago que necesitas o tienes que trabajar horas adicionales con frecuencia, evalúa si este empleo contribuye a una vida equilibrada. Mantén tu vida laboral en equilibrio al encontrar el gozo en tu lugar de empleo y mantener el trabajo y otros eventos por separado.
    • Piensa en todas las cosas que buscas en un empleo y clasifícalas en orden de importancia para guiar tu búsqueda y toma de decisiones. Enfócate en lo que realmente valores, además de lo que te haga sentir emoción y compromiso. Luego, piensa qué carreras podrán ser adecuadas en función de ello.
    • El equilibrio entre la vida y el trabajo es distinto para todos. Lo importante es determinar qué funciona para ti.
    • Deja el trabajo en el trabajo. Esto quizás signifique dejar tu computadora portátil en el escritorio y no llevarla a casa, o desconectarte emocionalmente de situaciones difíciles que ocurran en el lugar de trabajo. No te obsesiones con las disputas de la oficina o los "malos días".
    • Si tu trabajo no se siente equilibrado en tu vida, haz algunos cambios. Puedes hablar de la posibilidad de cambiar los horarios, incrementar el pago o transferirte a un departamento distinto u otro trabajo. Si esto te genera ansiedad, quizás tengas que trabajar en alguna formación de asertividad . Puedes hacerlo por cuenta propia, como al leer libros o ensayar lo que dirás con un amigo, o trabajar para ser más asertivo con la ayuda de un terapeuta.
  5. Ya sea que seas religioso o no, una práctica espiritual significativa puede contribuir a la vida de forma positiva. Esto incluye rezar, meditar, pasar tiempo al aire libre, o participar o crear una práctica espiritual por cuenta propia. Conéctate con personas que compartan creencias similares como una forma de construir una comunidad y practicar juntos. [8]
    • Si no sabes cómo conectarte con tu espiritualidad, explora distintos caminos y encuentra uno con el que te conectes bien. Visita las iglesias, sinagogas, mezquitas, centros de meditación, o lee libros de espiritualidad. Habla con personas que tengan una práctica espiritual y pregúntales cómo contribuye a sus vidas.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Cuidar tu salud física

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  1. Duerme bien . El sueño puede afectar tu productividad en el trabajo, la irritabilidad y el estado de ánimo, y el nivel de agudeza mental. Si tienes problemas para dormir, respeta un cronograma de descanso que consista en acostarte y levantarte a la misma hora, incluso los fines de semana. Tener un ritual de descanso te ayudará a sentirte calmo y relajado. Esto incluye minimizar el tiempo en pantalla, tomar un baño, meditar o leer. Haz que tu habitación sea un lugar cómodo y relajante, y asegúrate de usar un colchón y cojines de acuerdo a tus necesidades. [9]
    • Si tu mente comienza a divagar por la noche, calma tus pensamientos. Recuerda que puedes abordar los problemas por la mañana y permitir que tu mente olvide las preocupaciones y los factores estresantes. Anota lo que te moleste y podrás dormir tranquilo sabiendo que no lo olvidarás. Ten un bolígrafo y un cuaderno al lado de la cama para poder hacerlo.
  2. El ejercicio y la actividad física ayudan al cuerpo a sentirse bien y envejecer bien. El ejercicio ayuda a mantener un peso saludable, reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes, fortalece los huesos y músculos, y mejora la salud mental y el estado de ánimo. [10] Para motivarte, toma clases o haz actividades que te resulten divertidas. También puedes entrenar con un amigo. Haz algo aeróbico, como correr, andar en bicicleta, bailar o dar caminatas enérgicas, dependiendo de tu nivel de estado físico. Incluye un entrenamiento de fuerza en tu rutina al levantar pesas o hacer ejercicios con el peso corporal, como flexiones y abdominales. [11]
    • Si comienzas un programa de ejercicios o adecuación física, habla con tu médico antes de comenzar para asegurarte de que seas lo suficientemente saludable para participar. Comienza de a poco y aumenta la intensidad con el tiempo.
  3. Come alimentos nutritivos . Si bien existen muchas comidas preparadas disponibles, esfuérzate por comer comidas saludables y nutritivas. Por ejemplo, procura que la mitad del plato esté compuesta por frutas y vegetales. Incorpora cereales integrales en tu dieta, como arroz integral, quinoa, bulgur y avena. Come proteínas magras como guisantes, frutos secos, huevos y frijoles. Reemplaza las bebidas azucaradas (como los refrescos) por agua. [12] Si beber agua te aburre, agrégale pepinos, fruta o jugo de lima para darle un poco de sabor natural.
    • Si la idea de comer más vegetales te molesta, encuentra formas simples de incorporarlos en tus comidas. Por ejemplo, corta los vegetales en pedazos diminutos e incorpóralos en las pastas, las enchiladas o las salsas.
    • Si no te gustan las ensaladas, un batido diario puede ayudarte a consumir frutas y ocultar las hojas verdes. Toma un puñado de espinaca y mézclalo en tu batido. Si bien probablemente cambie su color, no afectará el sabor. Incorpora una cucharada de proteína de guisante para un impulso sostenido de energía.
    • Asegúrate de reservar un tiempo en tu agenda cada semana para realizar la planificación de las comidas y hacer las compras en el supermercado.
  4. Las adicciones como el tabaco, la cafeína, comer en exceso, apostar, salir de compras, usar las redes sociales de manera excesiva, usar drogas y beber alcohol pueden hacer estragos en tu salud y bienestar general. Si piensas que tienes una adicción, busca un tratamiento. Cualquier adicción puede causar problemas con tus amigos y familiares, en el trabajo, en tu cuerpo y en tu vida personal. Por más que no seas una persona adicta, beber mucho alcohol puede causar problemas físicos y emocionales, en especial con el paso del tiempo. [13]
    • Si tienes una adicción, busca un tratamiento. Visita a un consejero o terapeuta, o inscríbete en un programa de adicciones.
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