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Las investigaciones muestran que tomar descansos durante el estudio ayuda a mejorar la productividad, la concentración, la energía y la creatividad; y revitaliza el cerebro para así aprovechar mejor la sesión de estudio. Hay muchas formas eficaces de tomarte estos descansos, las cuales dependerán de tus preferencias personales y lo que te dé mejores resultados.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Emplear los descansos del estudio con eficacia

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  1. Tómate un descanso de 15 minutos cada 50 a 90 minutos para así reposar y revitalizar la mente. El cerebro solo podrá concentrarse por un máximo de 90 minutos, y requerirá un descanso luego de este tiempo. Esto se deberá al ritmo ultradiano, el cual consiste en un ciclo de concentración que las personas experimentan varias veces en el transcurso del día. [1]
    • Los resultados exactos pueden variar en cada persona. A algunas les irá mejor si toman descansos cada 50 minutos, mientras que otras podrían estudiar aproximadamente 90 minutos sin agotarse. Prueba diversos periodos de tiempo dentro de este rango a fin de identificar lo que te funcione mejor.
    • La duración del descanso también podría variar un poco dependiendo de cada persona, pero 15 minutos suele ser un buen punto inicial. Evita los descansos de menos de 10 minutos o de más de 25 minutos, e incluye el tiempo entre cada uno de ellos al determinar la duración de los mismos. Por ejemplo, uno de 25 minutos podría ser adecuado si pasas 90 minutos entre cada descanso; por otro lado, uno de 10 minutos sería más adecuado si solo estudias por 50 minutos seguidos.
  2. Quizás tengas que experimentar al principio para así identificar la frecuencia y la duración apropiadas para los descansos. No obstante, una vez que elabores un horario con ellos, será importante que te ciñas a él. Estudia solo hasta encontrar un punto de pausa natural y luego toma un descanso, incluso si aún no has terminado el material por completo.
    • Por ejemplo, si estás leyendo un capítulo de un libro, deberás detenerte al llegar al final de la página o de una sección (si se trata de un material más complejo), en lugar de esperar al final del mismo o de la unidad.
    • Si postergas el descanso, esto podría hacer que te esfuerces hasta un punto en el que tu cerebro no pueda concentrarse, o incluso peor, que omitas los puntos por completo sin darte cuenta.
  3. Esto evitará que pierdas la noción del tiempo durante ellos, así podrás retomar el estudio según lo hayas programado. Podrías programar una alarma en tu teléfono al salir o un reloj de cocina si tomas una pausa para comer.
    • Asimismo, incluso podría ser beneficioso que programes una alarma en tu teléfono para recordarte el momento en el que deba empezar el descanso. El uso de alarmas hará que puedas concentrarte con más facilidad, ya sea en el material que estudies o la actividad que realices durante el descanso.
  4. Si bien esto no será necesario, podría ser beneficioso, ya que así podrás estimular vías cerebrales diferentes. Planifica tu horario de estudio de antemano para incluir esta opción o cambia de asignatura o tarea siempre que el descanso de 15 minutos no baste para solucionar las dificultades para concentrarte generadas por la asignación previa.
    • Si estabas estudiando química antes del descanso, podrías cambiar a lengua y literatura luego del mismo.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Practicar actividades saludables para los descansos del estudio

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  1. El aire fresco te ayudará a despejar la mente, mientras que los ejercicios fomentarán el flujo de sangre y te harán sentir más energía. Da una caminata breve, haz series de flexiones o saltos de tijera, o practica tu deporte o actividad física favoritos.
    • Si te ejercitas o practicas un deporte, no deberás sentirte demasiado sudoroso, cansado o incómodo luego de ello. Lo mejor será que realices una actividad moderada, en lugar de una vigorosa. Por ejemplo, podrías encestar una pelota de baloncesto un par de veces, pero quizás no sea una buena idea que juegues todo un partido.
    • Si hay un mal tiempo o no quieres ejercitarte al aire libre por algún motivo, podrás realizar alguna actividad física dentro de casa. Incluso marchar o trotar en tu posición por unos minutos podría mejorar un poco tus niveles de energía.
  2. Podrías distraerte debido al desorden generado por los papeles sueltos, las tazas de café y la basura. Esto también puede evitar que te concentres por completo y que te relajes mientras estudias. Aprovecha el tiempo de descanso para botar la basura y retirar del escritorio los artículos que no necesites.
    • Asimismo, deberás tener en cuenta que este tiempo será de descanso. Si la limpieza de tu área de estudio te parece un proceso largo o agotador (algo que aborreces), quizás lo mejor sea omitir esta actividad durante el descanso y llevarla a cabo al culminar esta sesión de estudio o antes de iniciar la del día siguiente.
  3. Si conversas con alguien en persona o por teléfono, esto será de utilidad para detener la monotonía del estudio silencioso, y te distraerá para que no pienses en ello cuando necesites un descanso.
    • Tan solo cerciórate de que puedas dejar de hablar cuando termine el tiempo asignado. Elige a alguien que sea comprensivo y que esté dispuesto a culminar la conversación en un momento temprano (p. ej., uno de tus padres o un amigo que pueda coordinar su horario de estudio con el tuyo). Explica brevemente que tienes un límite de tiempo, programa el cronómetro de la forma habitual y evita las conversaciones extensas que podrían superar la duración del descanso.
  4. Los bocadillos saludables (como las nueces, las frutas y los vegetales) contienen muchos antioxidantes, vitaminas y minerales que les dan al cerebro y al cuerpo los nutrientes que requieren para recuperar energías y así ayudarte a retomar el estudio.
    • Puedes comer un puñado de nueces o semillas para obtener un poco de vitamina E energizante, o un bocado de un chocolate negro (el cual también contiene antioxidantes y cantidades pequeñas de cafeína). No obstante, estos alimentos suelen ser ricos en calorías y grasa, por lo que solo deberás consumir 30 g (1 oz) al día. [2]
    • Otras opciones podrían incluir a las palomitas de maíz integrales, las galletas saladas o las papas fritas, los aguacates, y los arándanos.
  5. Practica la meditación y la respiración profunda. Estos ejercicios te ayudarán a sentirte tranquilo y relajado de forma natural, y revigorizarán el cerebro con eficacia para que así pueda captar más información. [3]
    • Luego de programar el cronómetro, deberás sentarte en un lugar tranquilo y cómodo con los ojos cerrados o centrados en un espacio blanco (como una pared sin adornos). Inhala profundo por 5 segundos, aguanta la respiración hasta la cuenta de 5 y exhala nuevamente por 5 segundos. Deberás concentrarte en lo que sientas al tener los pulmones llenos de aire y al expulsarlo.
    • Hay otros tipos de meditación que también podrás probar. Por ejemplo, podrías practicar la meditación con mantras , en la cual repetirás una palabra o un sonido cortos y relajantes (como “om”) a fin de despejar la mente y eliminar la tensión.
  6. Lee un libro o una revista que te gusten, o cualquier otro contenido que no guarde relación con los estudios. Esto te ayudará a lograr que tu cerebro se concentre en otro tema, de modo que puedas retomar los estudios en otro momento con una perspectiva renovada.
    • Al igual que cualquier otra actividad de descanso, deberás escoger un material de lectura que puedas dejar con facilidad cuando tu tiempo haya transcurrido. Este no será el momento adecuado para tomar la novela interesante y cautivadora que has querido leer desde hace un tiempo. En lugar de ello, elige algo como una recopilación de historias cortas o una revista.
  7. Las investigaciones indican que escuchar tu música favorita fomenta la liberación de dopamina, el cual es un químico que produce sensaciones agradables y que puede hacerte sentir recompensado luego de las sesiones intensas de estudio. [4]
    • Asimismo, puedes bailar o cantar al ritmo de tu música, si esto te gusta. Esto también podría mantenerte activo a nivel físico, lo que fomentará el flujo de sangre de una manera que le brinde energía a tu mente.
  8. Las duchas refrescarán y revitalizarán el cuerpo y la mente, y te ayudarán a sentirte más tranquilo y relajado. Si te sientes frustrado o agotado, puedes tomar una ducha breve para renovar tu mente.
    • Según la duración de tu “rutina de aseo” normal, es probable que debas postergar esta opción para un descanso durante una hora de la noche en la que puedas omitirla sin preocuparte por salir de casa y que te vean con el cabello desarreglado y la ropa arrugada.
  9. Cuando estés estudiando en la escuela o un lugar como una biblioteca, no será sencillo ni adecuado que salgas a dar una caminata o que te levantes y bailes, así que busca actividades que puedas hacer y que no molesten a los demás. Podrías estirarte un poco, reposar los ojos, levantarte para sacarle punta a un lápiz o pedirle a tu profesor permiso para ir al baño o tomar un poco de agua. Podrías tomarte un tiempo para garabatear un poco u organizar tu mochila o tus materiales de estudio.
    • Emplea tu criterio en torno a lo que puedas hacer en el descanso y consulta con el profesor si no estás seguro de algo. Si el profesor no parece entenderte, trata de explicar que aprendes mejor si puedes tomarte algunos descansos del estudio.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Evitar las actividades negativas para los descansos del estudio

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  1. Los alimentos sin nutrientes (como las comidas rápidas y los bocadillos de las máquinas expendedoras) podrían parecerte convenientes, pero podrían quitarle energía al cerebro y al cuerpo durante el estudio. Los alimentos fritos y los ricos en azúcares procesados son mucho más perjudiciales. Solo deberás consumir bocadillos y comidas saludables para así mantenerte alerta y con energía.
    • También deberás limitar tu consumo de cafeína. Esta brinda un efecto estimulante temporal y puede hacerte sentir más cansado una vez que este transcurra. Solo toma 1 o 2 tazas de café o té, y recurre a los alimentos saludables, el ejercicio y las siestas breves para obtener energía. [5]
  2. Las siestas breves pueden ser de utilidad para revitalizarte, pero las de más de 20 minutos pueden hacer que te sientas más cansado, perezoso y desmotivado. Programa una alarma siempre que tomes siestas, así garantizarás que no superes el límite de tiempo.
    • En el caso de las sesiones de estudio que requieran más de un descanso (como una de 4 horas en la que tomes 3 descansos), tendrás que limitarte a una siesta para un descanso y tratar de compensarla haciendo ejercicios por unos minutos durante uno de los demás descansos.
  3. No pases el tiempo en la computadora, un dispositivo móvil o la televisión durante los descansos. Navegar en las redes sociales, jugar videojuegos y mirar televisión podrían parecerte actividades relajantes; sin embargo, estas pueden perjudicar tu productividad y cansarte más. Solo deberás practicar aquellas que no requieran el uso de pantallas.
    • Mirar la pantalla con iluminación artificial puede cansarte los ojos y, como consecuencia, agotará el cerebro. Si necesitas socializar mientras descansas, deberás evitar los mensajes y, en su lugar, hacer una llamada telefónica.
  4. Sin importar lo que hagas durante el descanso, ¡recuerda que se supone que deberás descansar! No podrás reposar y revitalizar la mente con eficacia si sigues pensando en el material de estudio. Por ello, la actividad que practiques tendrá que ser lo suficientemente interesante como para distraerte y no seguir pensando en lo que has terminado o lo que vas a empezar a estudiar.
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