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Andar con pies de plomo es muy agotador. Es posible que termines haciéndolo si vives con una persona controladora. Ya sea tu pareja, familiar o amigo, las personas controladoras son absorbentes. Convive a diario al mantenerte calmado y sin tomar las cosas de manera personal. Debes establecer límites claros con esa persona controladora e imponerte cuando sea necesario. Encuentra libertad cuando no estés en casa al pasar tiempo con tus amigos.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Convivir a diario

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  1. Si tratas a una persona controladora con hostilidad, solo estarás agregando más leña al fuego. Si alguien te intenta controlar, mantén la calma. Ser controlado es lógicamente frustrante, pero una respuesta calmada es más eficaz que una enojada. [1]
    • Las personas con ansias de control a menudo son agresivas. Ellas usarán esta táctica para intimidarte y lograr su voluntad. Si les demuestras que no te intimidan, es menos probable que seas su objetivo.
    • Mantén la calma cuando te confronten o critiquen. Antes de responder, respira profundamente y espera unos segundos. No respondas de inmediato porque podrías decir algo que lamentarás.
    • En lugar de responder con una crítica negativa, dile algo como “Voy a pensar en ello” o “Hablemos de esto después”. Esto te dará tiempo para pensar en formas saludables de establecer límites.
  2. Si una persona te está controlando, no lo hace por ti. Incluso si una persona controladora te culpa por su comportamiento, no es así. Una persona controladora tiene sus propias razones y problemas que no tienen nada que ver contigo. En momentos de frustración, intenta simpatizar con esa persona controladora. [2]
    • Por ejemplo, imagina que vives con tu novio que suele ser muy controlador. Una noche, le dices que vas a salir con un amigo y que volverás tarde. Él te dice que quiere que regreses a cierta hora que para ti es exageradamente temprana.
    • Ante esto, no te sientas mal. No has hecho nada malo. En lugar de eso, considera por qué tu novio se comporta de esta manera. Por ejemplo, puedes pensar “Mi novio es muy controlador, pero su padre lo presionó mucho de pequeño. Entiendo que se sienta incómodo si no tiene el control, pero no puedo renunciar a mi vida por su comodidad temporal”.
    • Ten en cuenta que controlar a otra persona nunca es bueno. Reconocer cómo y por qué ocurre este comportamiento no lo justifica. Tener perspectiva sirve para mantener tu autoestima intacta en el momento. Esta no es una solución permanente. En el futuro, tendrás que trabajar en establecer límites saludables.
  3. Un buen sentido del humor puede aliviar la tensión causada por la hostilidad. Si es posible, intenta usar un humor apropiado para calmar la situación. No obstante, ten en cuenta que esto funciona mejor en situaciones agradables. Si alguien se está volviendo muy hostil, es posible que no tomen bien el humor. [3]
    • Por ejemplo, imagina que vives con tu madre que suele ser muy controladora. En ocasiones, ella sobreactúa al ignorarte cuando desafías sus órdenes. Un día, vas a casa y dices algo como “¿Cómo estuvo tu día?”. No obstante, tu madre no responde.
    • Si esto ocurre, responde de forma despreocupada y humorística. Por ejemplo, podías decir “¿Te comió la lengua el ratón?” o “¡Tierra llamando a mamá!”. Es posible que esto ayude a mejorar la situación.
  4. No querrás pelear por el poder con una persona controladora. Por naturaleza, las personas controladoras destacan en este tipo de enfrentamientos. Deja de lado los asuntos sin importancia. [4]
    • Por ejemplo, imagina que vives con tu padre, a quien no le gusta que dejes vasos medio llenos en el refrigerador. Él suele regañarte por eso, lo cual te parece frustrante.
    • Si bien es molesto, probablemente puedes desconectarte de esta crítica. Se trata de un problema pequeño y no vale la pena pelear por ello. Intenta dejar los vasos en el refrigerador con menos frecuencia. Guarda tu energía para asuntos más importantes.
  5. Una persona controladora no solo intentará controlarte, sino que también puede intentar controlar tu entorno, amigos, familiares y otras personas. Una persona controladora a menudo te pedirá ayuda para realizar cosas poco saludables. Hacerlo no ayudará a ninguno de los dos. [5]
    • Por ejemplo, imagina que tu pareja se vuelve muy controladora cuando se trata de hacer planes sociales. Cada vez que haces planes con amigos en común, ella siempre tiene una razón para cambiarlos en el último momento. Es posible que ella espere que estés de su lado cuando te pida cambiar a última hora el lugar en que te reunirás con tus amigos.
    • Si esto ocurre, no aceptes hacerlo si no lo deseas. Sé firme y dile algo como “Creo que a Luis le gusta mucho este bar. Hemos realizado estos planes desde hace un tiempo, así que encontrémonos ahí. El lugar al que quieres ir está un poco lejos para todos”.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Establecer límites claros

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  1. Esto puede ayudarte a abordar mejor el problema. Recuerda que las razones que una persona tiene nunca justifican su comportamiento. No obstante, conocer estas razones puede ayudarte a que sea más sencillo establecer límites. [6]
    • Por lo general, controlar el comportamiento de alguien es algún tipo de mecanismo de defensa. Las personas lo usan como una forma de ocultar las emociones que les preocupan. Evalúa a la persona que te controla. ¿Qué problemas tiene que se manifiestan como una necesidad por tener el control?
    • La mayoría de las personas controladoras tiene problemas de ansiedad. Estas personas se sienten incómodas en el mundo y tratan de aliviar sus nervios a través del control. Intenta entender cómo se puede sentir por dentro esa persona controladora. Quizás no tuvo una infancia sólida o tal vez ha tenido malas relaciones en el pasado. Todo esto puede manifestarse como una necesidad por tener el control.
  2. Si vives con una persona que es controladora crónicamente, puede ser fácil que olvides tus propios derechos. Las personas controladoras a menudo culpan a otros por su comportamiento y hacen que la gente a su alrededor sienta que sus exigencias son razonables. No obstante, no es así. Tienes derechos fundamentales como persona, y las personas controladoras suelen violarlos. [7]
    • Toda persona tiene derecho a ser tratada con respeto. Si sientes que alguien no te respeta, aunque no haya tenido la intención de hacerlo, no es aceptable.
    • Tienes derecho a tener independencia básica. Debes ser capaz de expresar tus propios sentimientos y deseos. Tienes permitido tener diferentes opiniones que los demás.
    • Tienes derecho a tener tus propias prioridades. Puedes decirle “No” a alguien sin sentirte culpable.
  3. Debes aclarárselo a la persona controladora. Parte de establecer límites es definir hasta dónde llegan. Cuando hables con esta persona, aclárale qué cosas no tolerarás. Dile qué comportamientos te parecen irrespetuosos y perjudiciales para su relación. [8]
    • Las personas controladoras suelen traspasar los límites, así que sé firme. Una persona controladora puede discutir contigo o lograr que los límites desaparezcan con el tiempo. Cuando te impongas, sé muy claro y mantén los límites en su lugar. Por ejemplo, puedes establecer un límite al decirle a tu novio “Me siento incómoda y lastimada cuando me insultas durante las discusiones. No quiero que me insultes más”. Luego, establece un límite como “Si comienzas a insultarme, terminaré la conversación o saldré de la casa hasta que te calmes”.
    • Si tu novio responde con algo como “Las personas insultan cuando hablan. Es una parte aceptada del discurso hoy en día. Es así como me expreso”, reafirma tus límites. Di algo como “Entiendo que pienses así, pero me parece irrespetuoso y no lo voy a tolerar más”.
    • En el futuro, es posible que tu novio sobrepase los límites. Quizás no te insulte directamente, pero puede usar palabras fuertes al intentar recuperar el control. Cuando esto ocurra, recuerda el límite que estableciste. Por ejemplo, dile “Me estás insultando. Te dije que no es aceptable”.
  4. No puedes hacer que una persona cambie. Aunque establezcas tus límites, muchas personas controladoras no tienen la fuerza mental para cambiar. Si alguien no quiere renunciar al control, debes considerar terminar la relación y mudarte. [9]
    • Recuerda que no se trata de ti. Las personas controladoras pasan por problemas con los que no pueden lidiar y que, a menudo, se manifiestan como una necesidad por tener el control.
    • Tienes una opción en la situación. Puedes aceptar sus reglas o desistir. Desistir a menudo significa terminar la relación o disminuir el contacto tanto como sea posible.
  5. El control puede cruzar la línea y transformarse en abuso, sobre todo en las relaciones románticas. Si te sientes controlado y aislado en tu propio hogar, piensa en si este comportamiento es realmente abusivo. [10]
    • El control económico puede ser una importante señal de alerta ¿Esta persona controla cómo gastas el dinero? ¿Te hace problemas sobre tus gastos o retiene tu tarjeta de crédito en ocasiones? También puede hacer cosas como leer las facturas de las tarjetas de crédito o extractos bancarios, y obligarte a explicar todos tus gastos.
    • ¿Esta persona te aísla? Muchos abusadores te intentarán apartar de las formas de apoyo. Es posible esta persona que te sientas culpable por pasar tiempo con tu familia y amigos, o por hacer algo que no esté directamente relacionado a ella.
    • Una persona abusadora es buena para negar su mal comportamiento. Es posible que culpe a las circunstancias (por ejemplo, puede decir “¡Estaba entrando en pánico cuando te insulté! ¡No puedes culparme!”). También puede culpar experiencias pasadas (por ejemplo, puede decir “He sido engañado en el pasado, por eso es difícil para mí que salgas sin mí”). Asimismo, es posible que te eche la culpa (por ejemplo, pueden decir “Si me dieras más razones para confiar en ti, no sería tan controladora”).
  6. No puedes permitir que te controlen en todas las situaciones. Si sientes que tus límites están siendo quebrantados en verdad, imponte en ese momento. Sé firme, pero no agresivo, mientras indicas claramente tu caso. [11]
    • Cuando sientas que cruza un límite, díselo claramente. Permite que esta persona sepa qué hizo mal y explícale las consecuencias de este comportamiento.
    • Recuerda mantener la calma. Ser hostil solo le demostrará al agresor que está consiguiendo una reacción. Por ejemplo, si tu novio te regaña por haber llegado a casa demasiado tarde y te dice algo como “No me gusta que salgas con tu amiga Ana. No creo que sea una amiga adecuada para ti”, no respondas diciéndole algo de forma enojada como “Eres un idiota por decirme quién debería ser o no mi amigo. Esto es ridículo”.
    • En vez de eso, di algo como “Tengo derecho a elegir a mis amigos. Ellos no tienen que agradarte, pero no puedes obligarme a evitar pasar tiempo con ellos”.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Escapar de esa situación

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  1. Si no tienes a dónde ir, busca un lugar cuando puedas. Intenta pasar mucho tiempo fuera de casa tanto como sea posible por tu propia salud mental. [12]
    • Puedes pasar tiempo en lugares públicos. Por ejemplo, puedes llevar tu laptop a una cafetería y navegar en Internet toda la tarde.
    • Pasa tiempo con tus amigos. Si no eres feliz estando en casa, ve a la casa de un amigo por una noche o invita a algunas personas a pasear por la ciudad contigo.
  2. En ocasiones, esto no es fácil de hacer, sobre todo si la persona controladora es un padre o cónyuge. No obstante, trabajen en conseguir su propio dinero y finanzas juntos. No querrás depender financieramente de una persona controladora ya que esto no te permitirá tener mucha independencia. [13]
    • También debes protegerte emocionalmente. No le reveles tus sentimientos y secretos más profundos a una persona controladora ya que es posible que los use para controlarte más adelante. Mantente en contacto con tu grupo de amigos y sistema de apoyo.
  3. Es posible que tengas que mudarte si la situación se ha salido de control. Intenta quedarte con un familiar o amigo. Hazle saber a la persona controladora que no estás interesado en tener una relación con ella por más tiempo. [14]
    • Pensar en lo que le aconsejarías hacer a alguien en tu situación puede ser de ayuda. Imagina que alguien más se acerca a ti y te describe estos problemas. ¿Le pedirías que se fuera?
    • Piensa en lo que obtendrías al terminar la relación. ¿Tendrías menos estrés en su vida? ¿Te concentrarías mejor en tus propios objetivos?
    • Piensa en por qué permaneces en esa situación. ¿Sientes pena por esa persona? A menudo, el sentimiento de culpa hace que las personas permanezcan en relaciones negativas.
  4. Después de mudarte, es posible que esta sea una buena opción. Las personas controladoras son muy buenas manipulando. Una persona controladora puede continuar causándote estrés incluso después de que ya compartas un hogar con ella. Considera evitar eventos en donde estará, bloquear su número telefónico y no volverla a ver en un futuro. [15]
  5. Algunas veces, las personas controladoras pueden ser peligrosas. Si alguien te impide salir de manera física o te acosa después de haberte mudado, informa este comportamiento a la policía.
    • Si eres menor de edad y estás en una situación controladora, comunícate con un abogado de derecho familiar. Muchos abogados de derecho familiar ofrecen una consulta gratis si estás siendo maltratado. Puedes investigar en la emancipación legal si necesitas escapar de una situación abusiva. [16]
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Consejos

  • Mantén tus relaciones con los demás. Una persona controladora querrá que cortes todo tipo de contacto con tus amigos y familiares.
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Advertencias

  • Si tu vida exterior se ha deteriorado debido a esta persona, ella no vale la pena.
  • Las relaciones controladoras pueden convertirse rápidamente en abusivas. Busca terapia inmediatamente si sientes que no puedes escapar.
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