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Presentar una mascota a otra puede ser emocionante pero a la vez estresante. Es importante ser cauteloso y tomarse el tiempo de garantizar una transición sin problemas, en especial en el caso de presentar un perro y un gato. Aclimatar a un perro y un gato entre sí puede llevar de unas cuantas semanas a varios meses. Puedes facilitar la aclimatación y mantener a todos a salvo si te preparas con anticipación para el proceso. Sobre todo, la clave es aclimatarlos de forma gradual de modo que ni el perro ni el gato se asusten o se vuelvan agresivos.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Crear el ambiente adecuado

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  1. Si vas a traer un gato nuevo a una casa con un perro, debes presentarle el olor del gato antes de la llegada del gato mismo. Dale al perro artículos que pertenezcan al gato para que los huela y se familiarice con su olor. [1] Por ejemplo, podrías permitirle oler una manta o una almohada en la que le guste dormir al gato.
    • Permitir que tu perro conozca el olor del gato que va a conocer con anticipación reducirá su energía en el primer encuentro. Percibir un olor que ya ha olido antes es mucho menos emocionante que oler uno nuevo.
  2. Sea que el gato ya viva en la casa o que vayas a traerlo a esta, necesitará un espacio propio donde esté lejos del perro. Sobre todo, asegúrate de que el gato tenga una habitación u otra zona donde no se permita la entrada del perro. [2]
    • Debes colocar el arenero, la comida, el agua y los juguetes del gato en esta zona privada lejos del perro.
  3. Elige un lugar de la casa que esté libre de distracciones y artículos que el perro pueda sentir como su propiedad. Así minimizarás las probabilidades de una primera interacción negativa. [3]
    • Levanta una barrera, como una puerta para bebés, en la zona donde presentarás a las mascotas. Así les permitirás olfatearse entre sí a través de la barrera a medida que los presentas de forma gradual.
    • Debes esperar unos días después de traer la nueva mascota a casa para presentar a los animales cara a cara. Esto significa que no es necesario preparar este espacio hasta que estés listo para esta presentación.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Presentar un perro y un gato

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  1. Una vez que traigas a la nueva mascota a casa, no debe reunirse con la otra mascota o mascotas durante unos días. Esto le dará a la nueva mascota algo de tiempo para adaptarse a su nuevo ambiente sin el estrés adicional de tener que lidiar con otros animales nuevos. [4]
    • Pon al gato, ya sea la nueva mascota o la vieja, en una habitación cerrada. Esta será la forma más fácil de mantenerlo lejos del perro.
  2. Debes dejar que el perro huela al gato debajo de una puerta después de uno o dos días. Dado que le has presentado a tu perro el olor del gato incluso antes de su llegada, el perro reconocerá el olor pero aún estará interesado en él.
    • Este es un buen momento para evaluar el interés y la agresión del perro hacia el gato. Si huele el olor del gato y se pone agresivo, deberás abordar la aclimatación de forma muy gradual. Si tu perro solo está un poco interesado en el olor, el proceso de aclimatación será relativamente fácil.
    • Incluso puedes alimentarlos en lados opuestos de la misma puerta. Esto los acostumbrará a los olores de ambos en una situación agradable. [5]
  3. Con la ayuda de otro adulto, deja que el gato y el perro se vean por primera vez. No sujetes ni frenes al gato, ya que esto lo hará sentirse atrapado y podría volverse agresivo. Solo sujeta al perro y deja que el gato se acerque a él si lo desea. Si el gato no quiere acercarse al perro, no están listos para ser amigos. No dejes que tengan contacto físico, pero permíteles hacer contacto visual y olerse entre sí. [6]
    • Mantén al perro con una correa cuando lo aclimates a un gato, sujetándolo con firmeza.
    • No sostengas al gato en tus brazos, ya que podría moverse y rasguñarte si se asusta.
    • Si te preocupa la seguridad de tu gato, colócalo en un transportín para asegurarte de que el perro no pueda alcanzarlo.
  4. Podría ser necesario redirigir la atención de ambos animales con una nueva actividad. Dale un juguete a tu gato y juega con tu perro, haz cualquier cosa que desvíe su atención. [7]
    • No le des golosinas al perro o al gato si se comportan mal, como gruñir o sisear. Esto solo reforzará la mala conducta.
  5. Podría ser una orden como "déjalo" o "quieto". Utiliza dicha orden cada vez que quieras que el perro deje al gato en paz. Esto puede ser útil incluso si el perro no actúa de forma agresiva, pero temes que el gato lo haga.
    • Antes de presentar un perro y un gato, es buena idea haber entrenado al perro con las órdenes básicas. Esto te permitirá controlar su conducta a pesar de los impulsos del perro.
  6. Si ambas mascotas se olfatean y no muestran agresión o miedo, deben recibir una recompensa por esa conducta. Asimismo, si el perro responde a tus órdenes verbales mientras lo presentas al gato, también recompénsalo por esa conducta.
    • Felicita al gato cuando sea amable con el perro y felicita al perro cuando esté tranquilo cerca del gato.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Evitar conflictos

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  1. Incluso si el perro y el gato se llevan bien, la mayoría de los gatos disfrutan estar solos de vez en cuando. Para asegurarte de que tu gato se mantenga feliz, debes darle una zona de tu casa que esté libre de perros.
    • Si vives en una casa, puede ser un piso de la casa. Si vives en un departamento, puede ser una habitación donde no se permita la entrada del perro.
    • Coloca una puerta para bebés de forma permanente para darle al gato su propio espacio seguro. La puerta para bebés permitirá que el gato se mueva con libertad dentro de sus límites, pero mantendrá a la mayoría de los perros fuera de habitaciones específicas.
  2. Muchos conflictos que ocurren entre los gatos y los perros empiezan con la comida. Por lo general, esto implica que el perro quiera la comida para gatos y que al gato no le guste eso. Para evitar conflictos por la comida, alimenta a las mascotas en distintas zonas.
    • Si el gato tiene una zona propia, aliméntalo allí. Es importante que el perro no tenga acceso a la comida del gato.
    • Si el gato y el perro se acostumbran el uno al otro y quieres alimentarlos en la misma habitación, alimenta al gato en una zona elevada a la que el perro no pueda llegar, como la encimera de la cocina. La altura le da al gato una sensación de seguridad.
  3. No puedes obligar al gato y al perro a amarse. En vez de eso, necesitan aclimatarse el uno al otro de forma natural. Una vez que estés seguro que no se dañarán entre sí, debes dejar que resuelvan su relación por sí solos.
    • En muchos casos, los perros y los gatos simplemente se tolerarán unos a otros. Pero si tienes mucha suerte, se volverán amigos.
    • En el mejor de los casos, el perro habrá sido entrenado para ser tranquilo y sumiso, lo que le permitirá al gato mostrar una conducta tranquila y asertiva cerca del perro. [8]
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Advertencias

  • No reacciones de forma negativa a los siseos, los ladridos o los gruñidos. Sin embargo, debes estar preparado para intervenir si las hostilidades aumentan.
  • No a todos los perros les va bien con los gatos. Algunos perros de caza, como los sabuesos y los terrier, podrían verse impulsados por un instinto de cacería muy fuerte como para coexistir de forma segura con los gatos.
  • Mantén las garras del gato cortadas. Un zarpazo repentino con una garra abierta puede provocar dolor y una reacción agresiva del perro.
  • Asegúrate de que el perro y el gato se mantengan en zonas separas mientras no estés. Incluso si todo parece estar bien en tu presencia, la agresión puede volverse mortal si no hay nadie que intervenga.
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