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Aunque el título pueda sonar absurdo, en realidad es posible disparar con mucha precisión a largas distancias utilizando una pistola. Se necesita paciencia, algo de talento, destreza y mucha práctica. Este artículo te dará los puntos de partida para que aprendas a disparar mejor a una distancia de 90 metros, 180 metros e incluso un poco más. Recuerda (especialmente si se trata de armas de mano) que puedes medir tus logros basándote en el tiempo que te tomas para accionar el gatillo y la paciencia que le dedicas a estos ejercicios.
Pasos
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Elige una buena pistola. Si bien todas las pistolas se pueden sujetar con facilidad, el tipo de arma que tengas puede limitar tu éxito a la hora de mejorar tu puntería. El criterio más importante a la hora de adquirir una pistola es la precisión del disparo a distancia. Esto no incluye otros criterios como la defensa personal, la durabilidad o el precio del arma. Sin embargo, no se trata de directrices concretas, ya que hay excepciones; cualquier pistola que te haga sentir cómodo es una buena opción.
- Las pistolas largas son más precisas que las cortas.
- Las pistolas largas se adaptan mejor a las manos que las cortas.
- Los cañones largos se traducen en una mayor velocidad de salida y por ende en una trayectoria favorable de la bala.
- Las balas livianas de alta velocidad son más precisas en los rangos comunes de disparo (más de 40 metros).
- Las balas pesadas son más precisas a largas distancias (más de 90 metros).
- Las balas de determinados calibres son más económicas, lo que significa que podrás practicar más.
- Los calibres pequeños aseguran un menor retroceso al momento de disparar, lo que se traduce en mejores tiempos de disparo y en una mayor comodidad.
- En el caso de las pistolas semiautomáticas, las pistolas de doble acción (DAO) son menos precisas que las de doble/simple acción (DA/SA) o las de simple acción (SA).
- Un arma costosa no significa necesariamente precisión a la hora de disparar, generalmente por limitaciones del usuario.
- Tu pistola tiene más precisión que tú.
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Es decir que, tomando en cuenta lo anterior, las pistolas de doble acción con cañones largos serían las mejores. Algunos ejemplos de estos tipos de pistolas son las H&K USP Elite, la Desert Eagle de 14 pulgadas o las Hammerli, entre otras pistolas de calidad. Estas no son pistolas económicas, pero son bastante precisas y cumplirán correctamente con su función.
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Si bien los lugares públicos de entrenamiento son un lugar muy común para practicar disparos, no es necesario tener el mejor escenario para mejorar tu larga distancia. Tener un amigo que sea propietario de mucha tierra y un lugar seguro suelen ser suficiente. Esto te permitirá fijarte tus propios objetivos de disparo y adaptarte a cualquier distancia y tamaño.
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Realiza estiramientos antes de practicar. Suena realmente extraño, pero aligerará tus músculos y te dará mayor firmeza para sostener tu cuerpo y tus manos.
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Realiza disparos de calentamiento (a unos 12 metros). Fíjate en el lugar que estás ubicado. Si no te sientes capaz de realizar varios disparos seguidos a esta distancia, practica lentamente y sé paciente hasta que tu mira esté sobre tu objetivo. Una vez que descubras en qué posición está tu mira en relación al lugar al que disparas (en el mejor de los casos la bala debe terminar clavada en el objetivo a la altura de tu mirada o ligeramente más arriba; un armero profesional puede ayudarte a corregir tu puntería), podrás continuar practicando.
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Cuando comiences a dispararle a objetivos lejanos, es mejor irse alejando paulatinamente. Una buena distancia para comenzar es 20 metros. A pesar de que mucha gente no está acostumbrada a esta distancia, si deseas ser bueno disparando de lejos, debes practicar desde tales distancias. Cuando comiences, puede que no le aciertes ni a un objetivo del tamaño de una persona, pero con el tiempo, podrás alcanzar el 90% de objetivos ubicados a dicha distancia.
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Tu postura debe ser lo más cómoda posible. Si eres diestro, es mejor colocar tu pie izquierdo hacia adelante y el derecho detrás, a la altura del hombro y en posición diagonal. Lleva tu mano derecha hacia adelante como si trataras de tocar al objetivo, mantén firmes tus codos y el dedo con que apretarás el gatillo. Tu brazo izquierdo debe formar un ángulo de 120 grados. Tu brazo derecho controla al ángulo vertical del arma y el izquierdo la posición horizontal. Tu codo izquierdo debe apuntar directamente hacia el suelo.
- Disparo a rastras: necesitas practicar recostado sobre el suelo. Tu postura debe ser la siguiente: apoya todo tu cuerpo sobre tu abdomen, luego gira suavemente hacia el lado por el que abrirás fuego. Coloca tu rodilla de apoyo y tu codo sobre el suelo. Debes estar un poco reclinado hacia dicho lado, pero el arma debe estar al ras de suelo con tu atención fija sobre el punto de mira. Esto te permitirá respirar con libertad y contar con una plataforma estable de disparo.
- Disparo de cuclillas. Esta postura puede brindarte una plataforma de disparo bastante estable. Coloca la pierna del lado por el que vas a disparar detrás de tu cuerpo y apóyate sobre el talón. La rodilla de dicha pierna debe estar sobre el piso. Luego descansa tu codo de apoyo sobre la rodilla. Esta es la postra del trípode (pie de apoyo, tobillo y rodilla), que te permitirá movilizarte con facilidad. Practica muy a menudo en esta postura.
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Inclina ligeramente tu cabeza hacia la derecha para alinear tu ojo derecho con la mira del arma. Puede que necesites mover tu muñeca derecha para equilibrar la mira. Para fijar el objetivo, muévete (en esta posición) hasta que la mira del arma esté alineada con el objetivo.
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Respira suavemente, relájate e intenta fijar tu mira sobre el objetivo. Para lograr un disparo certero, es mejor mantener la mira del arma fija sobre el objetivo, pero prestando más atención a la mira o a un punto intermedio entre ambos. No te concentres en el objetivo sino en la mira en sí misma, forzando tu mente a crear una imagen perfecta del objetivo en el punto de mira. El objetivo debe verse borroso a la distancia. El 99% de las veces resulta más efectivo concentrarte en el punto de mira y no en el objetivo.
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Con el tiempo aprenderás que tu respiración y la habilidad de permanecer calmado al momento de apuntar serán tus primeros retos a la hora de mantener la mira fija sobre el objetivo. Esto solo puede lograrse mediante la práctica. Respira con normalidad antes de disparar, luego toma una bocanada profunda antes de exhalar y relaja tus pulmones. Tus disparos tienen que salir del arma durante este momento de relajación (no forzada).
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La “imagen visual del objetivo” debe tener el aspecto de una línea triple (III) en las miras tradicionales de hierro, cuya parte delantera debe estar perfectamente enmarcada por los bordes de la misma. Ten en cuenta que esto significa una postura horizontal y vertical al mismo tiempo. Luego, esta imagen debe posicionarse debajo del objetivo (para no interponerse y ensombrecerlo) y, finalmente, debes accionar el gatillo.
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El arma debe estar ajustada para apuntar con precisión a la “imagen global”, si esta se encuentra por debajo del objetivo. Es por ello que es mejor evitar los ajustes técnicos artificiales (como apuntar más hacia la izquierda o hacia arriba). Una pistola apuntada con firmeza y alineada perfectamente con la imagen global brindará la precisión que se espera.
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Cada tipo de munición ofrece distintos disparos (algunos más o menos precisos). Ensaya con diversos tipos de munición y determina cuál es la mejor para ti.
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Los tiradores novatos suelen enorgullecerse cuando aciertan al punto medio del tiro al blanco, aunque sus disparos estén desperdigados por aquí y por allá. Incluso, aunque una manotada de municiones acierte al objetivo, se demostraría suerte en lugar de habilidad. Concéntrate en reunir todas las municiones en el mismo punto; esta es la prueba de que estás convirtiendo en un buen y consistente tirador.
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Una vez que hayas alineado la mira correctamente y hayas fijado tu vista sobre el objetivo, acciona suavemente el gatillo con tu dedo índice, disparando de manera consistente tiro tras tiro. Con una pistola de doble/simple acción, ya deberías haber accionado el percutor (en modo semiautomático). Dependiendo del arma, necesitarás ejercer una presión entre 2 y 8 libras. Entre más ligero sea el gatillo, más preciso será el disparo (aunque las pistolas de doble acción tienen un “punto suave” para presionar el gatillo; encuéntralo disparando y sin dejar que el gatillo retorne a su posición original; mueve tu dedo lentamente de regreso hasta que el gatillo suene y luego dispara nuevamente).
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Fíjate dónde termina incrustada la bala (si arriba, debajo, a la derecha, izquierda, etc. ). Tomará práctica, pero te ayudará a determinar si tus disparos fallan porque la mira está mal calibrada, si estás sudando, si no calculaste el tiempo correctamente o si te anticipaste al disparo.
- Si el disparo termina a la izquierda del objetivo (tratándose de un tirador diestro), significa que están apretando toda el arma y no solo el gatillo al momento de disparar.
- Si por el contrario, termina a la derecha del objetivo (en un tirador diestro), significa que hay demasiados dedos apretando el gatillo o lo están haciendo con los dedos de sostén de la otra mano.
- Casi nunca los disparos terminan siendo demasiado altos, pero cuando sucede, es porque el tirador se está anticipando al retroceso.
- Si por el contrario termina por debajo del objetivo, suele ser porque el tirador está apretando demasiado fuerte el gatillo (tomando el arma y el gatillo y jalando demasiado fuerte), o también porque se anticipan al retroceso y por ello el arma se inclina hacia abajo antes de disparar.
- Anticiparse al retroceso es una de las razones más comunes por las que no se puede disparar con precisión. El tirador estará esperando que el arma retroceda y, antes de disparar, moverá su muñeca apuntando el arma hacia arriba o hacia abajo. Una manera muy sencilla de identificar este error es dándole un arma al tirador con la que se sienta cómodo. Asegúrate de que esté descargada, pero dile que tiene municiones. Apenas comience a alinear la mira y jale el gatillo, terminará moviendo el arma.
- A continuación algunas técnicas para romper este mal hábito.
- La más sencilla consiste en concentrarse en el movimiento del gatillo. Apunta a tu objetivo y aprieta suavemente el gatillo. Mantén la presión y hazlo tan lentamente como puedas. Puedes tardarte unos 10 segundos en accionar el arma. El objetivo es tener un “momento sorpresa”, es decir, que no sepas cuándo se disparará la pistola y que por ende no puedas hacer nada al respecto. Un arma con gatillo suave que ofrezca una pausa clara es más efectiva para prevenir este tipo de situaciones, puesto que eres menos capaz de percibir cuando el arma disparará al momento de accionar el gatillo.
- La segunda técnica es esencialmente igual a la primera, a excepción de que en esta resulta imposible anticiparse al retroceso. Apunta a tu objetivo y mantén la mirada fija sobre él lo mejor que puedas. Haz que un amigo ponga su dedo sobre el gatillo y que lo accione por ti (aunque tengas que poner tu dedo bajo el suyo). Asegúrate de que tu amigo accione el gatillo suavemente y que mantenga su mano (sobre todo el pulgar) lejos de la parte trasera del arma, donde el movimiento de desliz puede lastimarlo. Es un método bastante extraño, pero servirá para probar que accionar el gatillo es uno de los pasos más importantes para disparar un arma.
- Muchos tiradores, incluso los más experimentados, emiten sonidos sin darse cuenta. El hecho de anticiparse al retroceso puede manifestarse en forma de movimientos sutiles atenuados por el verdadero movimiento de retroceso del arma y, por lo tanto, pasar desapercibidos por el tirador o el observador. Puedes medir esto utilizando un dispositivo conocido como snap cap . Como señala el enlace web, un snap cap es “un dispositivo parecido a un cartucho normal, pero que no contiene proyectiles, y que se utiliza para simular disparos sin la necesidad de tener balas. Por lo general contienen un resorte amortiguador que absorbe la fuerza del disparo, permitiéndote realizar pruebas de fuego de manera segura y sin necesidad de otros componentes”.
- Haz que tu amigo recargue el arma por ti, pero tiene que reemplazar la rueda de cartuchos por un snap cap del mismo calibre (que en pistolas se encuentra en la recámara y en revólveres en el cilindro). Una vez que abras fuego, te encontrarás con el snap cap, pero no lo sabrás “hasta” que hayas accionado el gatillo. A partir de ese punto, lo siguiente será obvio: si permaneces firme como una roca, has superado la etapa de retroceso del arma. Pero si el arma salta en tu mano como si dispararas cartuchos verdaderos, aún necesitas practicar. Este es un test simple y económico, aunque puede llegar a sorprenderte.
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Practica a esta distancia hasta que estés notablemente capacitado para alcanzar objetivos del tamaño de un tórax (unos 40 centímetros de diámetro). Aleja el objetivo unos 10 metros. Repite el ciclo. Mantén los mismos patrones de respiración mencionados anteriormente. Si tu mira está inhabilitada para el uso, reemplázala o haz que un armero la arregle. La mira triple (3-dot) es de las mejores, pero algunos prefieren diferentes tipos de mira. Las ajustables también facilitan el trabajo de movimiento del punto cero a cualquier otro punto.
- Después de regresar el objetivo a su posición original un par de veces más, te darás cuenta de que eres capaz de alcanzar objetivos del tamaño de un tórax a distancias cada vez mayores.
- En algún punto, regresa al objetivo inicial e impresiónate de la manera en que eres capaz de acertar varios blancos en el mismo punto. Así te darás mayor confianza y estarás mejorando.
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Si tu disparo alcanza el objetivo en el punto correcto (no más arriba o más abajo) a una distancia de 40 o 50 metros, te darás cuenta al disparar desde 60 o 70 metros que necesitarás apuntar más arriba para compensar la distancia. Puede ser un par de centímetros, pero necesitarás acostumbrarte.
- El residuo de disparo es alto a una distancia de 100 metros (unos 25 o 40 cm para pistolas estándar de calibre .45) y el viento se convierte en un factor a considerar. Cuando estés de pie, te darás cuenta de que puedes ir más allá de los 100 metros. Encuentra tu límite. Si disparas al ras del piso o de cuclillas, te darás cuenta de que puedes realizar disparos precisos a una distancia de 200 metros.
- Las habilidades de balística terminal son muy cuestionables en la mayoría de pistolas comunes cuando se realiza un disparo a más de 200 metros. Las balas pesadas conservan un mayor porcentaje de su energía debido a su coeficiente aerodinámico.
Anuncio - El residuo de disparo es alto a una distancia de 100 metros (unos 25 o 40 cm para pistolas estándar de calibre .45) y el viento se convierte en un factor a considerar. Cuando estés de pie, te darás cuenta de que puedes ir más allá de los 100 metros. Encuentra tu límite. Si disparas al ras del piso o de cuclillas, te darás cuenta de que puedes realizar disparos precisos a una distancia de 200 metros.
Consejos
- La seguridad ante todo. Cerciórate de que el arma esté descargada y con la recámara de municiones vacía antes de transportarla.
- Práctica y más práctica. Aunque la teoría sea la mitad del conocimiento, debes ser capaz de aplicarla en la práctica.
- Limpia el interior del cañón con frecuencia (con aceite y algún disolvente). Después de algunos cientos de disparos podría estar bastante sucio, aunque no lo notes.
- Otra razón por la que tu arma no es capaz de efectuar disparos certeros es por causa del cañón. Aunque esto influya más en rifles que en pistolas, es bueno probar distintos tipos de municiones para superar el problema. Pero una vez hayas encontrado un tipo de balas adecuado, no vuelvas a cambiar. Practica con un solo tipo de bala y ten a la mano un abastecimiento importante.
- Asegúrate de limpiar el arma antes de utilizarla. La mugre y la humedad pueden dañar el arma.
- No bebas alcohol o incluso cafeína antes de ir a practicar disparos. El alcohol debilitará tus capacidades y tu toma de decisiones; la cafeína no te permitirá controlar del todo tus funciones motrices (es decir que podrías presentar mayor sudoración o temblores al consumir cafeína).
- Como te lo mencionamos anteriormente, tu arma es mucho más precisa que tú (en el caso de la mayoría de pistolas regulares). Es decir que si estás fallando, hay probabilidades de que sea tu culpa. Practica para asegurarte de que no estás anticipando el disparo o que no realices movimientos bruscos.
- El temblor de manos es un problema común que suele estar asociado al consumo de cafeína, al estrés, los nervios o la emoción. Si tus manos comienzan a temblar sin detenerse, siéntate por unos minutos, bebe un poco de agua y piensa en algo que no tenga nada que ver con armas (pero no pienses en tus manos). Después de una pausa, intenta tomar el arma nuevamente.
- Jala el pestillo de seguridad si no tienes intenciones de disparar.
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Advertencias
- Las armas de fuego son peligrosas. Utiliza una solo si estás preparado o si tienes un instructor de disparo supervisándote.
- Asegúrate de conocer el alcance de tu arma. Las balas pueden viajar kilómetros y rebotar en varias direcciones.
- Una pistola puede causar mucho daño e incluso la muerte. Asegúrate de apuntar en una dirección segura y nunca fijar la mira sobre un objetivo que no quieres alcanzar.
- Solo debes disparar en áreas seguras y donde sea legal hacerlo. Tienes que estar al tanto de las leyes locales de posesión de armas. Las leyes cambian repentinamente de un estado o país a otro, incluso entre ciudades.
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Cosas que necesitarás
- Una pistola (de cualquier calibre y tamaño, pero toma en consideración todo lo mencionado anteriormente)
- Municiones del calibre del arma: solo asegúrate de que estas municiones provengan de una fuente confiable (mejor si son hechas a mano); las municiones de auto-recarga pueden ser perjudiciales para el arma
- Si vas al campo a entrenar, utiliza ropa adecuada, cálida por si el clima lo demanda (siempre es mejor llevar pantalones); por último, si vas a un lugar donde practican más personas, es mejor ir vestido de color naranja llamativo
- Los protectores de ojos y oídos son esenciales; los metales ardientes y el ruido que liberan las pistolas semiautomáticas pueden afectar seriamente tu vista y tu audición.
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