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El suicidio constituye la tercera causa de muerte en las personas entre los 15 y los 24 años de edad y la sexta causa de muerte en los niños y adolescente entre los 5 y los 14 años de edad y esto es solo en los EE.UU. [1] Cuando un hijo intenta suicidarse, toda la familia pasará por un momento particularmente angustiante lidiando quizás con emociones como la confusión, la vergüenza, la tristeza, el remordimiento, entre otras. Si bien el suicidio constituye una situación aterradora, puedes aprender a darle apoyo a tu hijo junto con tu familia para mejorar su relación en el futuro.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Buscar ayuda

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  1. Es posible que hayas tenido que llevarlo a la sala de urgencias o internarlo en el hospital para recibir un cuidado intensivo, aunque esto dependerá de las circunstancias en cuanto al intento de suicidio de tu hijo. En algunos lugares, quizá sea obligatorio que los pacientes que hayan intentado suicidarse deban quedarse durante una noche o durante tres días. En cualquier caso, lo primero en lo que hay que enfocarse es en estabilizar el problema médico de tu hijo. Luego, se realizará una evaluación psiquiátrica completa y se observará muy de cerca a tu hijo en caso de que vuelva a intentar suicidarse. Estos son los objetivos de la evaluación: [2]
    • determinar la historia clínica de tu hijo (es decir, problemas médicos, medicamentos, antecedentes de consumo de sustancias, lesiones en la cabeza, etc.)
    • llevar a cabo un examen sobre el estado mental
    • solicitar exámenes de laboratorio (es decir, exámenes toxicológicos, el nivel de glucosa en la sangre, un hemograma completo, etc.)
    • evaluar a tu hijo para determinar la presencia de los trastornos mentales que comúnmente conllevan intentos de suicidio, como la depresión o el abuso del alcohol
    • evaluar el sistema de apoyo de tu hijo
    • evaluar sus recursos de afrontamiento
    • evaluar la probabilidad de que vuelva a intentarlo
  2. Debes saber que tu hijo corre un mayor riesgo de suicidarse más adelante después de haberlo intentado una vez. Ten en cuenta que hasta un 20 % de aquellos que intentan suicidarse una vez lo logran más adelante. Por tanto, no debes permitir que se le dé de alta sin haber establecido un plan sobre cómo proceder. De esta forma, tu hijo tendrá la mejor posibilidad de recuperarse. [3]
    • Asegúrate de conseguir una recomendación o de programar una cita con un psicólogo, psiquiatra o consejero ambulatorio y llevar contigo las recetas médicas para poder conseguir los medicamentos lo más pronto posible.
  3. Tanto tu hijo como el resto de tu familia deben tener el conocimiento y los recursos adecuados para poder identificar los pensamientos suicidas y buscar ayuda en el futuro. Tu proveedor de servicios de salud debe pedirle a tu hijo que llene un formulario en papel sobre su plan de seguridad. [4] [5]
    • En este formulario, figurarán las estrategias que tu hijo podrá poner en práctica por su cuenta cuando tenga pensamientos suicidas (por ejemplo, hacer ejercicio, orar, escuchar música o escribir en un diario). En este plan, también figurará la red de apoyo a la que tu hijo podrá pedir ayuda, como sus amigos, su familia y sus asesores espirituales, así como también los números de contacto de los proveedores de servicios de salud mental y líneas directas de ayuda para el suicidio.
    • Asimismo, el plan mencionará las formas en las que tu hijo podría suicidarse y las alternativas para evitar que tenga acceso a estas armas potenciales. También se le preguntará a tu hijo si es probable que se ciña al plan de seguridad y se enfatizará la importancia de que así sea.
  4. . A menos que tu hijo pueda conocer y comprender cuáles son las señales de alarma del suicidio, el plan de seguridad no servirá de nada. Tu hijo debe poder evaluar sus propios pensamientos y comportamientos de una forma minuciosa para poder determinar en qué momento aplicar los recursos que figuran en el plan. Estas son algunas de las señales de alarma (aunque no se limitan solo a esta lista):
    • la depresión o un ánimo particularmente bajo durante un periodo de tiempo prolongado
    • la pérdida del interés en actividades de las que solía disfrutar
    • los sentimientos de culpa, inutilidad o desesperanza
    • los cambios notables en la personalidad
    • el consumo de sustancias
    • el retraimiento de su familia, sus amigos y sus actividades regulares
    • el desprendimiento de sus posesiones
    • hablar o escribir sobre la muerte o el suicidio
    • una disminución en el desempeño en la escuela o el trabajo
  5. Lo que también podría ayudar a tu hijo a medida que repasa periódicamente su plan de seguridad y asiste a psicoterapia ambulatoria o grupal es la participación en un grupo de apoyo local para sobrevivientes de intentos de suicidio. En este tipo de grupos, tu hijo podrá establecer relaciones con otras personas que hayan pasado por algo similar a él, asimilar mejor su trastorno mental o intento de suicidio como una parte de su concepción de sí mismo o de su identidad y obtener apoyo para lidiar con los pensamientos relativos al suicidio o la depresión. [6] [7]
    • También puedes encontrar grupos de apoyo que ayuden a las familias durante los momentos difíciles que conlleva el intento de suicidio de un ser querido.
  6. Algunos factores que podrían contribuir a los pensamientos relativos al suicidio en los adolescentes son los conflictos familiares, el abuso y las barreras en la comunicación. El enfoque de la mayoría de los métodos tradicionales de tratamiento se centra en trabajar con el adolescente para desarrollar estrategias de afrontamiento y habilidades para la resolución de problemas. Sin embargo, según las investigaciones, la influencia familiar puede llegar a ser fundamental para reducir los síntomas de depresión y suicidio en los adolescentes. [8]
    • La terapia familiar basada en el apego es uno de los tipos de terapias que han resultado efectivos para mejorar el funcionamiento y las relaciones de una familia después del intento de suicidio.
    • Mediante este tipo de terapia, los adolescentes trabajan en conjunto con sus familias para resolver problemas y mejorar la comunicación. Primero, se realiza una reunión privada con el adolescente para identificar cuáles son las barreras de la familia que impiden que se lleve a cabo la comunicación y desarrollar habilidades que le permitan superar estas barreras. Luego, se realiza una reunión privada con los padres para enseñarles estrategias más saludables de crianza y formas de ser más cariñosos y comprensivos con sus hijos. Por último, se realiza una reunión con todos para desarrollar estrategias que les permitan mejorar el funcionamiento y la comunicación.
    • Es importante que, durante este proceso, dediques tiempo a trabajar en tus relaciones con todos tus hijos, ya que los demás podrían sentirse desatendidos emocionalmente después del intento de suicidio de su hermano. Puedes abordar algunos de estos problemas durante la terapia familiar pero, de todas formas, debes esforzarte por tener un diálogo con todos tus hijos en cuanto a su forma de afrontar ese momento difícil.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Controlar tu reacción emocional

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  1. Tu reacción al intento de suicidio de tu hijo podría variar. Por ejemplo, podrías sentir una ira intensa o sentir la tentación de no volver a dejar solo a tu hijo. También podrías sentir culpa o irritación debido a la creencia de que tu hijo solo lo hace por portarse mal. Independientemente de cómo te sientas, debes mantener tus emociones bajo control en presencia de tu hijo. Si la única forma que encontró tu hijo para lidiar con sus sentimientos fue tratando de quitarse la vida, es obvio que realmente te necesita, ya sea que lo haya hecho como una "llamada de auxilio" o como algo más. [9]
    • Resiste la tentación de preguntarle a tu hijo por qué lo hizo o de encontrar culpables inmediatamente después del intento, ya que los detalles se harán evidentes a lo largo de los días y semanas posteriores. Lo que importa en ese momento es que tu hijo está vivo. Por tanto, debes mostrar amor, preocupación y aprecio por el hecho de que aún tengas contigo a tu hijo y de que tienes una segunda oportunidad.
    • Exprésale a tu hijo de una forma abierta el miedo y la tristeza que hayas sentido empleando oraciones en primera persona. Estas son algunas pautas que puedes seguir para hablar con tu hijo:
      • "Me siento muy mal porque no te pareció que podías recurrir a mí cuando tuviste un problema. Estoy aquí ahora".
      • "Quiero que sepas que te amo y vamos a superar esto en familia, pase lo que pase".
      • "Sé que debes sentir mucho dolor. Dime qué puedo hacer para ayudarte".
  2. Cuidar de un hijo que haya intentado suicidarse puede llegar a ser emocionalmente agotador. Por tanto, recuerda que también debes cuidar de ti mismo, ya que, si tú mismo estás agotado, no podrás ayudar a nadie. [10]
    • En este momento, entrar en pánico, castigar, encontrar culpables y criticar no será útil ni para tu hijo ni para tu familia. Si sientes ansias de ello, debes tomarte un tiempo para ti mismo. Puedes pedirle a un pariente o amigo que cuiden de tu hijo mientras tú pasas un tiempo a solas anotando tus pensamientos, meditando, orando, escuchando música relajante, dando una caminata, etc. Si es necesario, llora hasta más no poder.
  3. Conforme tú y tu familia vayan lidiando con las repercusiones del incidente, pueden obtener ayuda de sus amigos cercanos y parientes. No debes tener miedo de pedir ayuda si la necesitas. Acepta el apoyo de un amigo, un pariente o un colega que puedan ser comprensivos. Evita sucumbir al estigma generalizado en cuanto al suicidio y la salud mental. Si hablas con alguien, podrás obtener ánimos y asumir tus sentimientos en cuanto a la situación por la cual estén pasando tanto tú como tu familia. Asimismo, a otra persona le será más fácil identificar el comportamiento suicida en un adolescente si compartes tu historia con ella. De esta forma, podría salvar una vida. [11] [12]
    • Debes reunirte con un consejero si te cuesta trabajo asumir la situación, si no puedes mantener bajo control tu ira ni tus sentimientos heridos o si no dejas de culparte a ti mismo y a tus habilidades de crianza por el incidente. Ponte en contacto con un grupo de apoyo o comunícate con uno de los proveedores de servicios de salud mental de tu hijo para que te recomiende un profesional con quien puedas trabajar para comprender mejor estas emociones.
  4. En las siguientes semanas, será importante tener a una persona o un proveedor de servicios de salud mental con quien hablar, ya que es posible que salga a la luz información devastadora sobre tu hijo, su salud y su bienestar. Lo más probable es que te enteres de cosas sobre tu hijo o sobre su vida que hayas desconocido hasta ese momento. Por tanto, debes estar preparado para ello y tratar de ser comprensivo independientemente de lo que opines al respecto. [13]
    • Por ejemplo, podría darse el caso de que el intento de suicidio de tu hijo se haya debido al bullying o al acoso o abuso sexual, o de que tu hijo esté teniendo dificultades con su identidad sexual o algún problema con las drogas o el alcohol. Entre los adolescentes, es entre dos y tres veces más probable que aquellos que se identifican como homosexuales intenten suicidarse de una forma letal, así como también corren un gran riesgo los que lidian con el abuso de sustancias.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Evitar otros intentos en el futuro

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  1. Debes revisar minuciosamente todos los dormitorios, el baño, la cocina y cualquier otra habitación, como los armarios de depósito o los garajes, para ver si contienen armas potenciales antes de que tu hijo regrese a casa de su estadía en el hospital. En el plan de seguridad, tu hijo discutirá las posibles formas de suicidarse con su proveedor de servicios de salud pero, aun así, debes minimizar las posibilidades de que vuelva a intentarlo deshaciéndote de las armas, los cuchillos, las cuerdas, los objetos afilados y los medicamentos que tengas en casa. Si es necesario tener medicamentos en casa, guárdalos bajo llave o en cantidades limitadas. [14]
  2. Habla honestamente con tu familia sobre el suicidio en lugar de actuar como si fuera un secreto vergonzoso que haya que ocultar. Haz énfasis en el hecho de que la forma de superarlo será manteniéndose unidos. Habla también individualmente con cada uno de los miembros de la familia para delegar tareas o preguntar sobre lo que cada uno puede hacer para colaborar durante este periodo. Por ejemplo, uno de tus hijos mayores podría ofrecerse para cuidar de uno de tus hijos más pequeños (no al que haya intentado suicidarse, ya que a este debería colocársele bajo supervisión adulta lo más posible) mientras llevas a tu hijo a terapia o a sus grupos de apoyo. [15]
    • Esfuérzate por reducir las discusiones y por que el entorno emocional de la casa se mantenga tranquilo y alentador. Puedes estimular la formación de vínculos entre ustedes organizando actividades divertidas en familia, como noches de juegos de mesa o de películas.
  3. Recuérdale lo importante que es tanto para ti como para la familia. Escúchalo sin juzgarlo cuando llegue el momento en el que quiera hablar contigo. Monitorea el progreso de su tratamiento hablando periódicamente con él en persona y aprovecha este tiempo para preguntarle también sobre cómo sobrelleva la situación. De esta forma, podrás detectar con anticipación las señales de alarma en caso de que tu hijo vuelva a intentar suicidarse . [16]
    • Cuando son más pequeños, los niños son "libros abiertos" pero empiezan a cerrarse cuando llegan a la primaria. Por tanto, si quieres que tu hijo hable contigo, no le hagas preguntas cerradas ni tampoco preguntas que empiecen con "por qué". Estas últimas podría ponerlo a la defensiva o hacer que se cierre.
    • Emplea en cambio las preguntas abiertas cuya respuesta deba ser más extensa que apenas un "sí" o un "no". Por ejemplo, es más probable que logres que tu hijo se sincere contigo si le preguntas "¿Qué cosas buenas te pasaron hoy?" en lugar de "¿Qué tal tu día?". Esta última podría provocar una respuesta monosilábica como "bien", la cual tiende a dar por terminada una conversación.
    • También es recomendable iniciar un diálogo con toda la familia. Haz que todos se sientan cómodos al hablar sobre sus interacciones cotidianas en el trabajo o la escuela. De esta forma, a tus hijos les será más fácil hablar sobre las áreas potencialmente problemáticas, como los problemas que tengan en la escuela, el bullying o su orientación sexual. Esto, a su vez, será de gran ayuda para la prevención de otros intentos de suicidio en el futuro.
  4. La recuperación después de un intento de suicidio puede llegar a ser un proceso largo y arduo. Si observas que tu hijo muestra síntomas de depresión o pensamientos relativos al suicidio, debes estimularlo a que haga un poco de ejercicio, ya que la actividad física podría distraerlo de los patrones negativos de pensamiento. Asimismo, la actividad le brindará endorfinas a tu hijo, las cuales realmente necesita. Estas son químicos que el cuerpo produce después del ejercicio que crean una sensación de bienestar y ayudan a aliviar el estrés, la ansiedad y la depresión, así como también a mejorar la actitud de tu hijo.
    • Según nuevas investigaciones, los estudiantes que fueron víctimas de bullying experimentaron una disminución del 23 % en los pensamientos o intentos de suicidio practicando alguna actividad física por lo menos cuatro veces por semana. [17]
  5. Escribir en un diario puede proporcionar una gran cantidad de beneficios para la salud mental, como aliviar el estrés, disminuir la depresión y ayudar a quien lo escriba a identificar los detonantes y los patrones negativos de pensamiento. Hablar sobre sus problemas (o bien escribirlos en papel) podría ser muy catártico para tu hijo y ayudarlo realmente a disminuir los pensamientos y los síntomas del suicidio. [18] [19]
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Advertencias

  • Ten en cuenta que la información proporcionada en este artículo no constituye asesoría médica y, por tanto, no debes tratarla como tal. Si consideras que tu hijo o que tú mismo suponen un peligro para sí mismos o para los demás, debes buscar ayuda externa de inmediato. Puedes comunicarte con un hospital para preguntar sobre la vigilancia en caso de suicidio.
  • Es probable que tu hijo tenga una razón verdadera para intentar suicidarse, como una enfermedad mental o estrés crónico. Por tanto, no seas condescendiente ni asumas que sabes cuál es el problema. En cambio, si de verdad quieres saber la razón, pregúntaselo directamente y no lo abandones apenas sepas la respuesta.
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