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Los nabos crecen en lugares donde otros vegetales no pueden crecer y últimamente han venido recobrando protagonismo en todo tipo de cocina: desde recetas caseras hasta de alta cocina. Al igual que otros vegetales, hay muchas maneras de almacenar nabos, entre ellas, en el refrigerador, en el congelador o expuestos al aire, pero, al igual que muchos tubérculos, los nabos se pudren mucho más rápido si se los deja con todo y sus hojas, o si se los pica antes de almacenar.

Método 1
Método 1 de 4:

Almacenar las hojas de los nabos

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  1. Almacenar nabos con todo y sus hojas hace que se pudran mucho más rápido que sin ellas. Al cortárselas, haz el corte lo más cerca posible de la base de la hoja, donde salen del nabo.
    • Las hojas de nabo son útiles: las puedes comer tal cual, agregar a una ensalada o incluirlas como ingrediente en un caldo de verduras.
  2. Abre el grifo de agua fría sobre las hojas para quitar el exceso de tierra, pesticidas y cualquier bicho grande. Corta toda raíz de nabo restante que esté adherida a la parte inferior de las hojas y luego sacude las hojas para eliminar el exceso de agua.
    • No uses agua caliente, porque puede afectar el sabor y dañar la textura de las hojas.
  3. Pon las hojas de nabo en un tazón y llénalo con suficiente agua hasta apenas cubrirlas. Luego, añade 2 cucharadas de sal y mezcla la solución hasta disolver la sal. Remoja las hojas durante 5 minutos para matar cualquier insecto pequeño o germen que todavía pueda quedar en ellas. Posteriormente, enjuágalas con agua del grifo para quitar el agua salada.
    • Lo que estarás haciendo básicamente es una solución salina, la cual mata gérmenes y ayuda a mantener las hojas frescas durante su almacenamiento.
    • Si quieres evitar la sal, lava las hojas con agua fría para quitar por completo el agua salada. La solución salina es necesaria para matar organismos pequeños, pero puedes quitar toda la sal con un buen enjuague.
  4. Introduce las hojas en bolsas plásticas con cierre y luego ponlas en el cajón de verduras del refrigerador. Puedes guardar varias hojas en la misma bolsa, pero procura no llenarla demasiado, sino las hojas podrían magullarse.
    • Las hojas de nabo duran menos de 1 semana en el refrigerador antes de que empiecen a echarse a perder, ¡así que úsalas rápido!
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Método 2
Método 2 de 4:

Refrigerar nabos

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  1. Escoge los nabos y busca los que estén magullados, cortados o dañados de algún modo. Estos no durarán mucho tiempo almacenados, así que ponlos a un lado y úsalos dentro de los próximos días.
    • Pica los nabos dañados, pero quítales las partes magulladas o cortadas, y úsalos en un guiso o caldo para darle un sabor agridulce.
  2. Abre el agua fría y lava las raíces de nabo durante unos segundos para quitarles la tierra y los pesticidas. [1] No uses agua tibia ni caliente, ya que la pulpa de la raíz puede absorberla más fácilmente, y dejarla esponjosa y poco apetitosa.
    • No se recomienda lavar los nabos si quieres almacenarlos por más de 2 semanas, pero si tienes pensado usarlos dentro de ese periodo de tiempo, ayudará a mantenerlos frescos. Si quieres que duren más tiempo, almacénalos fuera del refrigerador en un recipiente.
  3. Envuelve los nabos con un paño húmedo y luego almacénalos en bolsas plásticas por separado, ya que el proceso de descomposición se acelera si los nabos están en contacto unos con otros. [2] Usa bolsas de plástico del tamaño justo para que entre un nabo sin dejar mucho espacio extra con el fin de maximizar su frescura.
    • Haz una última revisión para ver si hay alguna hoja o tallo sobrante. Si los ves, córtalos lo más cerca que puedas de la raíz antes de almacenar los nabos, ya que las hojas hacen que se descompongan muy rápidamente.
  4. Los nabos se mantendrán frescos y listos para cocinar hasta por 2 semanas si se los almacena por separador en el refrigerador. Tenlos en el cajón de verduras para mantenerlos en un ambiente más húmedo, lo cual conservará su pulpa y textura de manera más efectiva. [3]
    • Si tu refrigerador tiene opciones que puedes regular, configura la humedad a 95 % y la temperatura de 0 a 4 °C (32 a 40 °F) para crear las condiciones para que los nabos duren hasta por 6 meses. [4]
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Método 3
Método 3 de 4:

Almacenar nabos a largo plazo

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  1. El recipiente debe tener el tamaño suficiente para que entren cómodamente todos los nabos dejando espacio extra. Llénalo a la mitad con arena o aserrín húmedos, ya que estos materiales les brindarán a estos vegetales el aislamiento térmico que necesitan. [5]
    • El musgo de turbera también es otro buen material aislante, pero el musgo fresco y sin tratar puede contener bichos pequeños que podrían dañar los nabos.
  2. No los laves antes de ponerlos en el recipiente, porque esto acelera el proceso de descomposición. Ponlos en el material aislante con la parte superior hacia abajo y cúbrelos por completo. Mantenlos a 5 cm (2 pulgadas) de distancia unos de otros y repite el proceso hasta que todo el recipiente esté lleno. [6]
    • Es importante que los nabos estén separados dejando 5 cm (2 pulgadas) de material aislante, puesto que se descompondrán más rápidamente si están en contacto unos con otros.
  3. Tapa el recipiente no muy fuerte para dejar que el aire circule por dentro y por fuera. Luego, lleva el recipiente a un lugar fresco, oscuro y bien ventilado, como un garaje o un cobertizo de jardín. Pon el recipiente alejado del suelo para prevenir que bichos pequeños lo contaminen.
    • Así se conservarán por un máximo de 6 meses si los mantienes en estas condiciones, especialmente en el otoño e invierno, ya que el aire es naturalmente más frío y hace más viento. [7]
    • Esta es una versión modernizada de la manera en que los europeos del medioevo conservaban nabos durante el invierno, quienes dependían de sus depósitos de nabo para sobrevivir cada año.
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Método 4
Método 4 de 4:

Congelar nabos

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  1. Corta sus hojas y luego lava cada raíz de nabo con agua fría para eliminar los pesticidas y la tierra, que pueden afectar el proceso de congelamiento. [8] Pela la capa externa de la cáscara con tus manos. Quizá te resulte más fácil agarrar bien la cáscara si le haces primero una incisión muy superficial.
  2. Llena una olla con agua de grifo y luego ponla a hervir al máximo con el fuego más alto de la estufa. A continuación, con un cuchillo de cocina, pica los nabos en cubos de 1 cm (0,5 pulgadas) y ponlos a un lado. [9]
    • Una manera fácil de hacerlo es hacer cortes longitudinales cada centímetro (0,5 pulgadas), girar el nabo 90 grados y luego picar los cubos en ángulo recto a los cortes previos cada centímetro (0,5 pulgadas).
  3. Echa los cubos al agua hirviendo no más de 2 minutos para suavizarlos y prepararlos para su congelación. Pasados los 2 minutos, cuela el agua de la olla y echa los cubos a agua fría para enfriarlos rápidamente. Escurre el agua fría después de unos 2 minutos más. [10]
    • El proceso de blanqueado ayuda a conservar los nabos, pues suaviza su cáscara y humedece su pulpa, con lo cual saldrán del congelador suaves y listos para cocinar.
  4. A diferencia del almacenamiento en el refrigerador o expuestos al aire, no pasa nada si los nabos están en contacto unos con otros. Echa los cubos a un recipiente plástico con tapa o con cierre y deja aproximadamente 1 cm (0,5 pulgadas) de espacio en la parte superior para evitar quemaduras por congelamiento. Por último, pon el recipiente en el congelador.
    • Los cubos pueden durar hasta 1 año en el congelador si se los almacena de esta manera, pero revísalos de vez en cuando para ver si se han deteriorado o presentan quemaduras por congelamiento. [11]
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Consejos

  • Revisa los nabos almacenados como mínimo 1 vez a la semana para ver si presentan alguna deformación o señal de deterioro. Retira cualquier nabo que se haya echado a perder con el tiempo.
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Cosas que necesitarás

Cortar y almacenar las hojas de los nabos

  • cuchillo de cocina
  • bolsas plásticas con cierre
  • 2 cucharadas de sal
  • 4–6  c (950–1,420 ml)

Almacenar nabos en el refrigerador

  • paño húmedo
  • bolsas plásticas con cierre

Almacenar nabos en un recipiente

  • recipiente grande de plástico con tapa no hermética
  • arena o aserrín húmedos
  • musgo de turbera (alternativa opcional)

Acerca de este wikiHow

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