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Los niños parecen disfrutar la vida mucho más que los adultos pero eso no significa que todo sea diversión y juegos. A veces pueden sentirse tristes y tú, como padre o tutor, tienes el deber de averiguar lo que sucede con ellos y ayudarlos a sentirse mejor. Comienza conversando sobre sus problemas y luego busca formas de animarlo con soluciones a corto y largo plazo.

Método 1
Método 1 de 3:

Comenzar una conversación con tu hijo

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  1. Si tu hijo está triste probablemente te sientas preocupado. Los niños tristes lloran, hacen pucheros, muestran desinterés o generalmente actúan de manera anormal, lo cual puede ser alarmante para un padre. Existen muchas razones por las cuales tu hijo puede sentirse triste, así que comienza por preguntarle lo que le molesta.
    • No evites conversar sobre situaciones preocupantes. Si ocurre un fallecimiento, un divorcio o separación dentro de la familia, reconoce la situación y responde a las preguntas que tu hijo podría hacerte. [1]
    • A algunos niños les cuesta expresar sus sentimientos con palabras. Sé paciente y continúa preguntándole hasta que puedas detectar el problema.
    • Si tu hijo no sabe cómo hablar sobre lo que le molesta, usa un juego de 20 palabras (con respuestas "caliente" o "frío") para reducir las posibilidades de lo que podría molestarle. [2]
    • Si crees saber la razón por la cual tu hijo se siente triste, hazle preguntas que lo inciten a hablar al respecto, por ejemplo, puedes decirle: "Parece que te sientes triste porque Tomás se mudó" o "Apuesto a que Eduardo hirió tus sentimientos cuando no se sentó junto a ti". [3]
  2. Si tu hijo experimenta algo que le molesta, es importante que le hagas sentir que reconoces sus emociones. Esto comienza con la manera en la que inicias conversaciones con tu hijo y continúa con la forma en la que respondes cuando te dice lo que le molesta.
    • Deja que tu hijo hable sobre lo que le moleste. Incluso si te resulta difícil hablar con él sobre ese asunto. Es importante que lo escuches y respondas de manera honesta y afectuosa. [4]
    • Nunca le digas a un niño (o a cualquier persona en realidad) "supéralo", "anímate" o "contrólate". Decir esas cosas puede hacer que tu hijo piense que sus sentimientos no importan. [5]
    • De igual forma, nunca le digas a tu hijo que esa situación "no es tan mala", lo cual podría ser cierto desde tu perspectiva adulta, pero para tu hijo sentirse abandonado por un amigo en el almuerzo puede ser una pérdida devastadora.
    • Reconoce que mucho niños tristes también experimentan emociones coexistentes, como el enfado o el miedo. Sé paciente y conversa con tu hijo si siente miedo o está enojado con alguien.
  3. Algunos niños no saben que sus padres se sienten tristes de vez en cuando. Muchos padres esconden sus propias emociones negativas para proteger a sus hijos. Hacerlo puede ser saludable a veces pero no hasta el punto de que tu hijo piense que nunca te sientes triste.
    • Demostrar tu tristeza o hablar sobre ella puede ayudar a que tu hijo se dé cuenta de que no está solo y que a veces está bien sentirse triste. [6]
    • Dile a tu hijo que está bien llorar y no tengas miedo de llorar en frente de él de vez en cuando. Escóndelo o aléjalo de otros niños para que nadie lo llame "bebé llorón".
    • Conversa con él sobre los momentos en los que te has sentido triste y hazle saber que a veces también lloras.
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Método 2
Método 2 de 3:

Animar a tu hijo a corto plazo

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  1. Si tu hijo se siente triste, juega con él. Hacerlo le recordará que lo amas, te preocupas por él y podría ayudarlo a distraer su mente de los problemas. [7]
    • Si tu hijo aún juega con juguetes, juega con él con sus juguetes favoritos. Si juega videojuegos, juega con él algunos niveles.
    • Asegúrate de que tu hijo tenga acceso a juegos o actividades que involucren sus sentidos. Algunos expertos han descubierto que jugar con materiales táctiles como la arcilla, la plastilina, la arena, el arroz e incluso el agua puede ayudar a los niños tristes a tratar sus emociones. [8]
  2. Tu hijo se interesará en varias cosas dependiendo de su edad, sexo y personalidad. Involúcrate en lo que le interese sin importar lo que sea. Hacerlo te ayudará a vincularte con él y podría abrir la puerta a conversaciones más profundas y significativas sobre otros aspectos de su vida. [9]
    • Si a tu hijo le gustan las historietas, pregúntale cuáles son sus favoritas o pídele prestado una de las que le gusten más.
    • Si tu hijo está interesado en los dibujos animados o los programas de televisión, pregúntale si puedes verlos con él. Hacerlo puede darte una mejor idea de su sentido del humor según su edad actual, lo cual puede hacer que sea más fácil animarlo cuando se siente triste.
    • Si tu hijo está interesado en los deportes, miren un juego juntos en la televisión o compren boletos para verlo en vivo en tu ciudad.
    • Sin importar cuáles sean las cosas que le interesen a tu hijo, también debes desarrollar cierto grado de interés en ellas. De esa manera, desarrollarán un vínculo y sabrás como relacionarte con él la próxima vez que se sienta triste.
  3. Probablemente no todos los niños esté interesados en hacerlo pero a muchos de ellos les gusta actuar o simular los temas que les interesan. Estos pueden ser un problema familiar actual, como una muerte reciente, o algo a lo que tu hijo esté expuesto pero que no comprenda completamente, como las ceremonias religiosas o las responsabilidades de un trabajo. [10]
    • Simular situaciones es una buena forma de que los niños exploren un concepto en un ambiente seguro y curioso.
    • Asegúrate de apoyar la decisión de tu hijo de representar lo que sucede. Posiblemente te sientas un poco enojado si tu hijo simula estar en un funeral después de la muerte de un familiar, pero probablemente esa sea su forma de comprender la pérdida, la muerte y el duelo.
    • Participa si tu hijo te invita a actuar pero dale espacio si quiere hacerlo solo o con otros niños.
  4. El ejercicio libera endorfinas que te hacen sentir feliz. Esto es cierto sin importar qué edad tengas. Si tu hijo se siente triste o enojado por algo, hagan ejercicio ligero juntos para que él supere el estrés y se sienta mejor. [11]
  5. A veces los niños se sienten abrumados cuando están rodeados de personas todo el tiempo. Esto incluso puede suceder cuando utilizan aparatos electrónicos todo el día. Si tu hijo quiere sentarse a tu lado, debes dejar que lo haga. No obstante, asegúrate de que tenga la opción de pasar tiempo a solas sin ninguna distracción electrónica. [12]
    • No dejes que tu hijo pase más de dos horas al día viendo televisión, jugando en la computadora o jugando videojuegos. Eso significa que tu hijo debe pasar dos horas en total con los aparatos electrónicos y no dos horas con cada uno de ellos.
    • Pasar unos momentos de tranquilidad a solas les enseña a los niños a ser autosuficientes. Con el tiempo, tu niño aprenderá a procesar sus emociones y a relajarse o sentirse mejor sin recurrir a los videojuegos u otras distracciones.
  6. Aunque suene obvio, los abrazos son importantes para reconfortar a un hijo cuando se siente triste, estresado o enojado. Dale un abrazo cuando se sienta triste y no lo dejes ir hasta que te abrace. [13]
  7. Las sorpresas divertidas pueden ser una buena forma de ayudar a tu hijo a olvidar sus problemas temporalmente. Sin embargo, tienes que ser cuidadoso para que no esté a la expectativa de regalos o sorpresas cada vez que se sienta triste. También debes tener cuidado con la frecuencia con la que lo haces o hasta qué punto usas distracciones en lugar de lidiar con el problema subyacente, ya que hacerlo podría ser dañino para un niño en desarrollo. [14]
    • Escoge una sorpresa divertida y fácil que no sea demasiado costosa. No es necesario que recrees su cumpleaños o la Navidad sino que le des un regalo pequeño o hagan una actividad divertida para alegrar su día.
    • Reserva sorpresas para los peores días de tu hijo. No las uses cada vez que se sienta triste, sino probablemente evitará lidiar con sus problemas en el futuro.
  8. Tener una rutina para la hora de acostarse será importante para tu hijo, especialmente si está atravesando por un momento triste o difícil en su vida. Asegúrate de que duerma lo suficiente y tenga suficiente descanso para que se relaje antes de ir a dormir y pueda levantarse sintiéndose renovado y feliz. [15]
    • Ayuda a tu hijo a calmarse y desestresarse antes de ir a dormir. Lean un libro juntos, conversen sobre sus días o haz que tome un baño tibio.
    • Mantén su habitación a una temperatura cómoda para que duerma. La temperatura debe situarse entre los 18 a 22 °C (5 y 72 °F) pero elige la que consideres más cómoda para él. [16]
    • Recuerda que los niños necesitan dormir más que los adultos. Los niños entre las edades de 5 y 12 años necesitan entre 10 a 11 horas de sueño cada noche.
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Método 3
Método 3 de 3:

Criar un niño más feliz

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  1. Para que tu hijo se sienta feliz en el futuro ( y para que midas su felicidad), es importante que le enseñes a expresar sus emociones y sentimientos. Es posible que algunos niños tengan problemas haciéndolo por su cuenta pero puedes buscar formas que ayuden a tu hijo a identificar emociones y expresarlas según corresponda.
    • Haz que tu hijo escriba una lista de sentimientos actuales. Luego, conversa con él sobre por qué se siente de esa manera dándole tiempo para enfocarse en cada emoción o sentimiento.
    • Haz que tu hijo dibuje sus propios sentimientos. Escribir es una forma excelente de expresar lo que sucede internamente, especialmente si tu hijo se resiste a conversar sobre sus sentimientos o le cuesta mucho expresar sus emociones.
    • Al igual que los adultos, algunos niños son simplemente más reservados y retraídos que otros. Eso no significa necesariamente que haya algo malo en él o te oculte algo. No obstante, hazle saber que estarás ahí cuando necesite hablar contigo. [17]
  2. Una buena forma de ayudar a tu hijo a ser más estable en casa es que los dos se ciñan a una rutina constante. Hazle saber que siempre estarás disponible para proporcionarle apoyo emocional y asegúrate de apoyarlo siempre. Posiblemente te tome tiempo hacer que esta rutina sea constante. Sin embargo, hacerlo es importante para que tu hijo se sienta feliz y cómodo.
  3. Si nunca ha escrito un diario anteriormente, ayúdalo a comenzar uno. Si ya tiene un diario que escribe todos los días, añade un diario de inspiración a su rutina de escritura.
    • Tener un diario de inspiración puede ayudar a tu hijo a aprender que sus experiencias son importantes y significativas. También puede ayudarlo a salir adelante cuando tenga un mal día en el futuro. [18]
    • Un diario de inspiración puede ser tan amplio o tan específico como tu hijo desee. Comienza haciendo que tu hijo escriba sobre sus descubrimientos diarios, experiencias, preguntas y, por supuesto, las cosas que lo inspiren.
  4. Explorar lugares nuevos y cosas nuevas juntos puede ser una excelente experiencia vinculante. Esta experiencia puede enseñarle a tu hijo un nuevo nivel de curiosidad, así como una forma nueva de ver y pensar sobre el mundo. [19]
    • Visiten un museo, tomen una clase de baile o aprendan un pasatiempo nuevo juntos.
    • Tengan aventuras pequeñas en el parque o vayan a un paseo corto para ver algo emocionante e interesante.
    • Asegúrate de que las aventuras que pasen sean interesantes para tu hijo. Pregúntale qué opina de ellas, pídele sugerencias o comunícale tus ideas antes de ir a algún lado.
  5. Los estudios demuestran que "dominar" (adquirir una habilidad y tener éxito al realizarla) una actividad puede ser extremadamente importante para el desarrollo de un niño. Hacerlo puede ayudarlo a tener un sentido de propósito, desarrollar sus metas y sentirse orgulloso de sus logros. [20]
    • Si tu hijo disfruta ciertas actividades, como ver los juegos de fútbol en la televisión o las competencias de baile, pregúntale si le interesaría inscribirse en clases de baile o en una liga competitiva.
    • No lo presiones a integrarse en cualquier deporte o actividad recreacional que no disfrute. Deja que decida si lo desea hacer y cuándo estará listo para dedicarse a algo con seriedad.
    • Asegúrate de no desarrollar una actitud demasiado competitiva con respecto a sus actividades. Recuerda que no ganará todos los juegos o competencias, así que enfócate en premiarlo por sus esfuerzos y decirle cuán bien lo hizo.
  6. La gratitud va más allá del sentimiento de sentirse agradecido por las cosas físicas. Es importante que le enseñes a tu hijo a evaluar las experiencias positivas en su vida, la familia cariñosa que lo rodea y las habilidades y pasatiempos que disfruta. [21]
    • Incentiva a tu hijo a apreciar las "cosas pequeñas", como dar un paseo por el parque en un día lindo o tomar un vaso de su jugo favorito.
    • Mantén una tabla real sobre la pared o sobre tu refrigerador. Haz que tu hijo complete la tabla con cosas que le gusta sobre su familia, sobre sí mismo y el mundo que lo rodea.
  7. La mayoría de los niños experimenta subidas y bajadas de un día a otro pero algunos sufren de depresión clínica, problemas de comportamiento y traumas. Considera buscar un terapeuta de niños para tu hijo o hija si experimenta cualquiera de los siguientes síntomas de forma regular: [22]
    • Presenta retrasos en su desarrollo (habla, lenguaje o control de esfínteres).
    • Tiene dficultades de aprendizaje o atención.
    • Tiene problemas de comportamiento, incluyendo enfado excesivo o agresión, ataques de mal comportamiento, incontinencia nocturna o transtornos alimenticios.
    • Sus calificaciones disminuyen notablemente al igual que su desempeño académico.
    • Presenta episodios frecuentes y recurrentes de tristeza, miedo o depresión.
    • Se muestra retraído, se aisla o deja de interesarse en actividades que antes disfrutaba.
    • Es intimidado por otros niños en la escuela o intimida a otros niños.
    • Tiene insomnio.
    • Siente demasiado sueño.
    • Llega tarde o falta a clases con frecuencia y de forma excesiva.
    • Tiene cambios de humor impredecibles.
    • Presenta signos de abuso de sustancias (incluyendo alcohol, drogas, abuso de medicamentos prescritos o solventes).
    • Tiene dificultad para afrontar los cambios en la vida.
  8. Si crees que tu hijo podría beneficiarse de una terapia, es importante que busques al terapeuta adecuado. Además de los terapeutas, probablemente debas considerar a un psiquiatra (un doctor en medicina con formación en psicoterapia y farmacología), un psicólogo clínico (un terapeuta con un doctorado y formación avanzada en psicología) o un trabajador social clínico (con frecuencia entrenado en psicoterapia, aunque no necesariamente, así que verifica las credenciales requeridas según tu país).
    • Comienza solicitándole al pediatra una referencia o recomendación. Si no puede dártela, puedes preguntarle a un amigo en el que confíes, un familiar o un compañero de trabajo.
    • También puedes buscar terapeutas de niños calificados en tu área a través de Internet.
    • Una vez que encuentres un terapeuta en el que estés interesado, pregúntale si está dispuesto a reunirse contigo para una consulta breve o para hablar por teléfono. De ese modo, podrás tener una idea de la personalidad del terapeuta antes de acordar citas regulares.
    • Algunos terapeutas cobran honorarios por consultas mientras que otros no. Averigua con anticipación para que no te sorprendas cuando recibas la cuenta.
    • Asegúrate de que el terapeuta que consideres tenga autorización para ejercer en tu país. Asimismo, debes preguntar por las credenciales del terapeuta y su experiencia.
    • Averigua por cuánto tiempo el pediatra ha trabajado con niños y adolescentes.
    • Considera si tu hijo se sentiría cómodo con el terapeuta y si lo percibiría como amistoso y accesible.
    • Pregúntale al terapeuta en qué tipos de terapia (terapia cognitivo-conductual, etc.) se especializa.
    • Verifica si tu plan de seguro médico cubre las citas de terapia de tu hijo. [23]
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Consejos

  • Si tu hijo tiene una mascota, haz que juegue con ella o la sostenga (si es posible) ya que podría ser reconfortante para él.
  • Pasa tiempo con tu hijo cuando se sienta triste. Es importante que él sepa que estarás ahí para él.
  • Trata de comprender por lo que está atravesando y no lo juzgues o lo castigues por la forma en la que se siente.
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Advertencias

  • Nunca le grites por sentirse triste. Además, nunca le digas que lo "supere" o minimices lo que siente.
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