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Los enemas pueden componerse de soluciones distintas y aplicarse a causa de una variedad de razones. Hay enemas que ya vienen preparados y que puedes comprar en cualquier farmacia, o puedes utilizar una bolsa de enema. De cualquier modo, el proceso de aplicación es el mismo y consiste en la introducción de una sustancia líquida en la parte baja del colon a través del recto. Antes de aplicarte el enema, consulta con tu médico para determinar si es una buena alternativa para ti y si es el tipo de enema que debes utilizar.

Método 1
Método 1 de 2:

Aplicar un enema

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  1. Determina el momento adecuado para aplicar un enema. Sea cual sea el propósito, la manera de aplicarlo es la misma. No obstante, si tu objetivo es la retención, es mejor aplicar el enema después de una deposición. Si quieres tratar el estreñimiento, el enema te ayudará a defecar.
    • Vacía tu vejiga antes de aplicar el enema con la finalidad de reducir el malestar relacionado con la presencia de líquido en el intestino.
    • Compra una bolsa de enema en la farmacia o incluso una botella de enema. La primera utiliza un líquido preparado en casa, mientras que la segunda es una unidad autónoma de venta en las farmacias.
    • Pon un paño de plástico debajo del área donde te recostarás en caso de que liberes el líquido de manera inadvertida antes de llegar al baño.
  2. En caso de que la hayas utilizado anteriormente, es necesario que la limpies con agua jabonosa caliente. Nunca la compartas con otra persona, aun cuando la hayas lavado. Cada miembro de la familia debe tener la suya propia. Llena la bolsa de enema con la solución elegida según te lo recomiende el médico y luego vierte agua caliente (lee la segunda sección). Asegúrate de que la abrazadera de la bolsa esté fija para contener el líquido. Una vez que esté llena, sujétala con el extremo de la manguera hacia abajo y abre la abrazadera por un momento para permitir que el líquido deje salir cualquier burbuja de aire presente en la manguera con la finalidad de que no entre aire que pueda provocar cólicos. Posteriormente, cierra la abrazadera. [1]
    • En general, para los enemas de retención hay que utilizar cantidades menores de líquido a fin de que el recto no se sature con demasiado y de que la persona pueda retenerlo sin sufrir malestares. Tu médico te indicará cómo llenar la bolsa de manera adecuada.
    • Asegúrate de contar con un método para colgar la bolsa de modo que nadie tenga que sostenerla. La aplicación del líquido en una bolsa depende de la gravedad. Lo mejor que puedes hacer es colgarla en un soporte cerca de donde la vas a aplicar. Debe estar a una altura suficientemente alta para que el tubo permita que el líquido fluya con facilidad, aproximadamente a 60 cm (2 pies) por encima del recto, pero no más de 90 cm (3 pies).
  3. Mide y marca una distancia de 10 cm (4 pulgadas) en el tubo del enema para que te asegures de no introducirlo a una mayor profundidad que esa en el recto. [2]
    • Lubrica el extremo del tubo con un gel lubricante para que la introducción sea más sencilla.
  4. Recuéstate de lado izquierdo, con las rodillas flexionadas en dirección hacia el pecho. Esto cambiará la posición de la parte inferior del colon para que pueda recibir una mayor cantidad de líquido desde el recto. La posición anatómica de la parte inferior del colon y la gravedad ayudarán a que el líquido vaya a una mayor profundidad del colon. Gira la cabeza hacia un lado con el brazo izquierdo debajo de la cabeza. [3]
  5. Separa las nalgas y busca el ano, o la parte exterior del recto, donde introducirás el tubo. Introduce lentamente el extremo del tubo a una profundidad aproximada de unos 9 cm (3,5 pulgadas). [4]
    • Mientras introduces el tubo en el ano, puja tal como si defecaras.
    • Nunca fuerces el tubo para que ingrese. Si no puedes introducirlo, no sigas intentándolo. Comunícate con tu médico para que te indique las siguientes medidas a tomar.
  6. Si vas a utilizar una bolsa de enema, suelta la abrazadera y deja que el líquido llene el interior. Si vas a utilizar una botella de enema, presiona suavemente la botella. Enrolla la botella con delicadeza desde la parte inferior hacia la superior de modo que el líquido no vuelva hasta la botella. [5]
  7. Respira por la boca en caso de que sientas cólicos. Cierra la abrazadera temporalmente hasta que los cólicos disminuyan y luego reanuda el procedimiento. Presta atención a la bolsa hasta que esté vacía y luego retira la boquilla. Si vas a utilizar una botella de enema, mantenla enrollada y retira el tubo con delicadeza. [6]
  8. Si tienes estreñimiento, intenta permanecer recostado al menos unos cuantos minutos y hasta 1 hora antes de ir al baño y expulsar el líquido. [7]
    • Si se trata de un enema de retención y absorción, puedes permanecer recostado de lado izquierdo durante 10 minutos, ponerte boca arriba durante otros 10 minutos y luego girar hacia el lado derecho otros 10 más para hacer que el líquido se desplace por el colon mayor.
  9. Al igual que con cualquier tratamiento médico, existe la posibilidad de que puedas sufrir algunos efectos secundarios después de aplicar el enema. Durante el procedimiento, podrías sentirte lleno y con malestar. Los cólicos y los gases también podrían perdurar durante algunas horas después de aplicar el enema. Si estos síntomas continúan durante varias horas después de la aplicación del enema, lo mejor es que te comuniques con tu médico. [8]
    • Si utilizas enemas con demasiada frecuencia, podrías deshidratarte y sufrir un desequilibrio de electrolitos. Si bien el cuerpo puede absorber líquidos a través del recto, también puede perder electrolitos de la sangre, en caso de que el líquido sea hipotónico (o tenga menos electrolitos que en la sangre), o irritar el colon para que expulse más desechos de lo previsto.
    • La deshidratación puede tener efectos secundarios graves tanto para el corazón como para los riñones. Una menor cantidad de orina, resequedad en la boca, un mayor nivel de sed, carencia de lágrimas, mareos, aturdimiento o piel pálida o arrugada pueden ser síntomas de una deshidratación.
    • No es común sufrir una reacción alérgica a cualquiera de los medicamentos utilizados en los enemas. No obstante, si sufres una (con síntomas como erupciones, picazón, hinchazón, mareos intensos o dificultad para respirar), comunícate con tu médico inmediatamente.
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Método 2
Método 2 de 2:

Informarte sobre el uso de enemas

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  1. Por lo general, las personas recurren a los enemas para tratar el estreñimiento. Si no puedes defecar adecuadamente, un enema podrá estimular el colon para que se contraiga, forzando así a las heces a salir del cuerpo. El enema también puede suavizar las heces para facilitar su expulsión. No obstante, el estreñimiento es solo una razón por la que un enema puede aplicarse y no debe considerarse como un método continuo para solucionar este problema. El uso constante de enemas para aliviar el estreñimiento puede provocar un daño grave en los intestinos, así como la capacidad para defecar de manera natural. [9]
    • La terapia Gerson también se compone del uso de enemas. Se trata de un método terapéutico que consiste en limpiar el cuerpo de toxinas y que no tiene el respaldo de un estudio científico sólido. Este método pretende tratar el cáncer con la dieta y la ingesta nutricional, y también incluye el uso de enemas de café, los cuales constituyen una parte fundamental del régimen. [10]
    • Los enemas de retención son otros tipos de enemas que se han utilizado durante mucho tiempo para aplicar medicamentos (incluidos los antibióticos y los medicamentos anticonvulsivos) y líquidos en el cuerpo cada vez que no es posible hacerlo por vía oral. El recto es una cavidad en el cuerpo capaz de absorber nutrientes y líquidos. [11] Los medicamentos se aplican por medio de supositorios, pero el cuerpo absorbe con mayor facilidad los líquidos por medio de supositorios a base de aceite. En los casos donde no es posible administrar medicamentos por vía intravenosa, los enemas de retención pueden servir para tratar la deshidratación producida a causa de los vómitos. [12]
    • Los enemas de limpieza se utilizan para ayudar al cuerpo a eliminar los desechos intestinales o para administrar hierbas específicas que puedan absorberse en el cuerpo. Los enemas de limpieza pueden ser grandes o pequeños, los cuales están diseñados para irritar el colon con la finalidad de producir la perístasis y la evacuación del recto y del intestino grueso.
  2. Puedes prepararlas en casa o comprarlas en una tienda. El líquido empleado puede ser un medicamento o agua común, dependiendo del objetivo del tratamiento. Consulta con tu médico para que te indique la mejor opción para ti. Los siguientes son algunos tipos distintos de soluciones para un enema:
    • Los enemas aplicados con agua de grifo siempre emplean volúmenes pequeños debido a que el líquido es hipotónico, es decir, extrae los electrolitos de la sangre para luego dirigirlos hacia el enema, lo que luego expulsarás. Esto aumentará el riesgo de sufrir un desequilibrio de electrolitos. [13]
    • Un enema de agua jabonosa solo debe estar hecho con jabón de Castilla. Otros jabones más fuertes pueden ser peligrosos para un enema. [14]
    • Los enemas de retención hechos con aceite se aplican para suavizar las heces presentes en el recto con la finalidad de facilitar su desplazamiento. Los adultos pueden usar un enema de hasta 150 ml (5 oz) mientras que los niños, uno de hasta 75 ml (2,5 oz). Es necesario retener el enema durante 30 a 60 minutos a fin de darle tiempo al aceite para que penetre y cubra las heces. [15]
    • La leche en polvo y la melaza conforman un enema cómodo de usar y uno de los mejores tratamientos para el estreñimiento grave. Puedes aplicar este tipo de enema hasta 4 veces al día. Añade 85 g (3 oz) de leche en polvo en 170 ml (6 oz) de agua caliente y mézclalo bien. Luego, añade 130 ml (4,5 oz) de melaza y agítalo hasta que el color esté uniforme. [16]
    • Los enemas de café sirven para desintoxicar y limpiar los intestino. Cuando el café se administra por vía rectal, estimula la producción de bilis para eliminar las toxinas y mejorar la actividad del hígado. Utiliza un café que hayas hervido durante 10 minutos y luego enfriado hasta que llegue a temperatura ambiente o uno que hayas dejado remojar durante la noche y luego hayas molido. En ambos casos, el agua debe estar filtrada antes de utilizar el líquido. Procura utilizar un café orgánico para reducir tu exposición a los pesticidas. Te en cuenta que los enemas de café no proporcionan la cafeína que se recibe al tomar la bebida oralmente. [17] [18]
  3. Es importante que tengas en cuenta las contraindicaciones de utilizar un enema, las cuales son condiciones o factores que harían que el tratamiento sea inadecuado o perjudicial. En general, los enemas no son perjudiciales, pero hay algunas personas que no deben usarlos, en especial si son medicamentos. [19]
    • No utilices enemas medicados en caso de que tengas una enfermedad renal grave, insuficiencia cardiaca congestiva, obstrucción estomacal o intestinal, íleo paralítico, megacolon o enfermedad intestinal activa. Si estás deshidratado, tampoco uses un enema.
    • Las mujeres embarazadas o en etapa de lactancia deben consultar con el médico antes de tomar algún medicamento para determinar si es seguro para el bebé.
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Consejos

  • Los enemas pueden ser un método eficaz para aliviar el estreñimiento y brindarle líquidos al cuerpo.
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Advertencias

  • El enema solo es un remedio ocasional. Si lo utilizas continuamente, corres el riesgo de perder tu capacidad natural para defecar. [20]
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