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Los perros diabéticos necesitan inyecciones diarias de insulina para estabilizar sus niveles de glucosa en la sangre. Si es la primera vez que lo vas a inyectar, es posible que hacerlo te cause temor. Para que tu perro reciba la medicina que necesita, lo primero que debes hacer es succionar la insulina correctamente y luego aplicarla como es debido.

Parte 1
Parte 1 de 2:

Succionar la insulina

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  1. Primeramente, saca la tapa de la aguja en la jeringa. La jeringa debe contar con una tapa de plástico como garantía de esterilidad. [1]
    • Una vez que hayas sacado la tapa, retrae el émbolo hasta la línea que marca la dosis necesaria en la jeringa. El veterinario te indicará la dosis adecuada para tu perro.
  2. La insulina no es una solución, sino una suspensión, por lo que es necesario mezclarla antes de aplicársela al perro. Rueda el tubo o el frasco de insulina entre tus manos rápidamente varias veces. Luego, inviértelo para asegurarte de que no queden partículas blancas de insulina en el fondo. [2]
    • Nunca agites la insulina, ya que las moléculas podrían desintegrarse. Además, podría formarse espuma, lo que haría más complicado medir la dosis adecuada con exactitud al momento de prepararla.
    • Si todavía ves partículas blancas en el fondo, vuelve a rodar el frasco hasta que la insulina se mezcle bien.
    • Si la insulina ha estado refrigerada, antes de aplicarla debes dejarla a temperatura ambiente durante una hora, ya que si está fría puede resultar dolorosa.
  3. Una vez que hayas mezclado la insulina, deberás retraer el émbolo para llenar la jeringa de aire. Luego, introduce la aguja en el frasco y presiona el émbolo para empujar el aire dentro del frasco. [3]
  4. Retrae el émbolo para succionar la insulina. Succiona un poco más de lo necesario. Luego, presiona el émbolo para volver a introducir el exceso en el frasco, de esta forma se elimina cualquier burbuja de la jeringa. [4]
    • Siempre debes medir la dosis en el borde del émbolo, en la parte más cercana a la aguja.
    • Si se forman burbujas, golpea suavemente la jeringa con los dedos hasta que se muevan hacia la parte superior; luego lo único que debes hacer es presionar el émbolo para empujar el aire fuera de la jeringa.
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Parte 2
Parte 2 de 2:

Aplicar la inyección

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  1. En los perros, la insulina siempre debe aplicarse mientras están comiendo o inmediatamente después. Esto garantiza que se absorba adecuadamente en el torrente sanguíneo. Programa la aplicación de la insulina para la hora de las comidas y ten todo listo. [5]
    • Quizá sea conveniente que anotes las horas en que aplicas la insulina en un almanaque, de tal manera que mantengas un registro.
  2. Si eres diestro, sostén la jeringa con la mano derecha. Luego, pasa tu mano izquierda alrededor del cuello de tu perro hacia su lomo. De esta manera, podrás mantenerlo quieto mientras le inyectas la insulina. [6]
    • Como alternativa, puedes pedirle a un amigo, un compañero o un familiar que sujete al perro con ambas manos por detrás. De esta manera, podrás aplicarle la insulina como es debido con más facilidad sin preocuparte porque se mueva o se cambie de sitio. No obstante, esto no será necesario si lo inyectas mientras está comiendo.
  3. También puedes coger un pliegue de piel de los costados del pecho o del abdomen. [7]
    • Cada vez que lo inyectes asegúrate de hacerlo en un lugar diferente.
  4. Presiona la aguja dentro de la piel del perro, teniendo cuidado de no pincharte el dedo. [8]
    • Recuerda que no hace falta esterilizar la zona con alcohol antes de introducir la aguja. Además de no ser necesario, no es la mejor forma de eliminar las bacterias.
  5. Retrae ligeramente el émbolo y verifica que la sangre no se introduzca en la jeringa. Luego, aplica la inyección empujando el émbolo con el pulgar. [9]
    • Si entra sangre en la jeringa, significa que has tocado un vaso sanguíneo. Saca la aguja y vuelve a colocar la inyección en un lugar distinto.
  6. Una vez que hayas aplicado la inyección, deberás retirar la aguja manteniendo el mismo ángulo y volver a colocarle la tapa. [10]
  7. Todas las jeringas de insulina se usan solo una vez y deben desecharse de manera segura. Utiliza un cortador de agujas y un dispositivo de almacenamiento, como Safe-Clip o cualquier otro de venta en tu país. En su defecto, solo coloca la aguja y la jeringa en un envase resistente a la punción. Evita arrojarlas simplemente a la basura, ya que puede ser un peligro para la salud. [11]
  8. Después de inyectarlo felicítalo rascándole la cabeza o dándole un premio. También puedes usar frases de elogio como “buen trabajo” o “bien hecho”.
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Consejos

  • Si tu perro es diabético, siempre debes seguir las indicaciones del veterinario acerca de la dosis correcta que debes utilizar. Dependiendo de su estado de salud, tu perro necesitará que le apliques insulina una o dos veces al día a la hora de las comidas.
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