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Incluso si te emociona un tema, saber cómo aprender el material de manera efectiva puede ser un desafío. Por fortuna, hay pasos básicos que puedes seguir para ayudarte a concentrarte y absorber información de manera más efectiva. Si quieres perfeccionar tus habilidades aún más, trata de identificar los estilos de aprendizaje más importantes y tus fortalezas. Piensa de manera crítica sobre lo que estás aprendiendo y busca conexiones que te ayuden a entender el tema con mayor profundidad.

Método 1
Método 1 de 4:

Absorber y recordar información

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  1. Si tratas de absorber todo lo que hay que saber sobre el tema de una sola vez, pronto te verás sobrecargado. Sea que estés leyendo un capítulo en un libro de texto de historia o estés tratando de aprender a tocar el piano, enfócate en una información a la vez antes de pasar a la siguiente. Cuando hayas dominado todas, puedes tratar de unirlas en un todo coherente. [1]
    • Por ejemplo, si estás leyendo un capítulo en un libro de texto, empieza con una revisión rápida de todo el capítulo o incluso échales un vistazo a los títulos para hacerte una idea del contenido. Luego, lee atentamente cada párrafo y trata de identificar los conceptos claves.
  2. Toma apuntes mientras aprendes. Tomar apuntes puede ayudarte a involucrarte de una manera más íntegra con el material que estás aprendiendo, lo que hace que sea más fácil para tu cerebro entenderlo y absorberlo. Si estás escuchando una clase o la explicación de un tema, apunta las ideas principales mientras vas escuchando. Si estás leyendo, escribe las palabras clave, resume los conceptos importantes y toma apuntes de las preguntas que tengas sobre el material. [2]
    • Se ha demostrado en estudios que tomar apuntes a mano es más efectivo para la mayoría de las personas que escribirlos a computadora. Cuando escribes tus apuntes a mano, es más probable que te concentres en las ideas importantes en lugar de tratar de escribir todo lo que escuchas o ves. [4]

    Consejos: si te gusta garabatear mientras tomas apuntes, ¡hazlo! Tal vez incluso te ayude a concentrarte en lo que estás escuchando. [3]

  3. Resumir es una buena forma de poner a prueba tus conocimientos y te ayuda a aclarar tu propia comprensión del tema. Después de aprender algo nuevo, sea que lo hayas escuchado en una clase o lo hayas leído en un libro, tómate un momento para escribir un párrafo breve o unas cuantas viñetas que resuman las ideas claves. [5]
    • También puedes tratar de resumir la información oralmente. Si estás trabajando con un profesor, este puede darte retroalimentación directa en base a tu resumen para ayudarte a saber si entiendes el concepto correctamente o no.
    • Por ejemplo, podrías decir lo siguiente: “Entonces, para encontrar el área de un rectángulo, multiplico el ancho por el largo. ¿Correcto?”.
  4. En lugar de pasar horas de tu tiempo estudiando un solo tema al día, divídelo en varias sesiones de 30 a 60 minutos cada día en el transcurso de unas cuantas semanas o días. Esto te ayudará a no extenuarte y además, a la larga, te ayudará a retener mejor la información. [6]
    • Separar tus sesiones de estudio también puede ayudarte a superar la postergación . Si le dedicas un poco de tiempo a una tarea o un tema en particular cada día, se sentirá menos abrumador a la larga, así que sentirás una tentación menor de dejarlo para después.
  5. La mayoría de las personas aprenden mejor si combinan técnicas o modos de aprendizaje diferentes. [7] Si puedes, combina diferentes enfoques de aprendizaje que aprovechen todos tus sentidos. Por ejemplo:
    • Si estás tomando un curso con ponencias, prueba tomar apuntes a mano y también grábalas para que puedas reproducirlas nuevamente mientras estudias. Refuerza el conocimiento con lecturas apropiadas y con los apoyos visuales que tuvieras disponible (como gráficos e ilustraciones).
    • Si fuera posible, trata de aplicar el conocimiento que hayas aprendido también. Por ejemplo, si estás aprendiendo a leer griego antiguo, prueba traducir un pasaje corto por tu cuenta.
  6. Hablar sobre lo que estás aprendiendo puede darte más perspectivas o crear conexiones que quizás no se te hagan evidentes solo al leer o estudiar por tu cuenta. Además de hacerles preguntas a tu profesor o compañeros, comparte tu perspectiva y comprensión de lo que has aprendido. [8]
    • Enseñarles a otras personas es una gran forma de solidificar lo que entiendes del tema. Puede ayudarte también a identificar áreas donde puedas mejorar tu conocimiento. Prueba explicarle algo que hayas aprendido a un amigo, pariente o compañero de clase.
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Método 2
Método 2 de 4:

Mantener la concentración mientras aprendes

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  1. Si te das cuenta de que estás perdiendo la concentración, prueba dividir tu tiempo de estudio en sesiones de 25 minutos con 5 minutos de descanso entre una y otra. A esto se le llama Método Pomodoro. Usarlo mantiene tu cerebro despierto y te ayuda a concentrarte más profundamente. [9]
    • Durante los descansos, no te concentres en lo que estás estudiando. Más bien, prueba meditar o visualizar una escena relajante.

    Consejo: prueba usar una aplicación como Pomodoro Time para ayudarte a cronometrar los periodos de descanso y concentración.

  2. Cada noche, ten entre 7 y 9 horas de un sueño de buena calidad . Estar bien descansado te ayudará a mantener la concentración y la energía mientras estudias. Sin embargo, el sueño también juega un rol clave en aprender y recordar la información. [10] Ve a acostarte a la hora necesaria como para que puedas dormir entre 7 y 9 horas (u 8 y 10 si eres adolescente). También podrás dormir mejor si:
    • apagas las pantallas brillantes al menos media hora antes de acostarte.
    • estableces una rutina de acostarte relajante, por ejemplo, leyendo un capítulo de un libro, escuchando música pacífica o tomando una ducha tibia.
    • te aseguras de que tu habitación esté silenciosa, oscura y cómoda en la noche.
    • evitas la cafeína y otros estimulantes hasta por 6 horas antes de la hora de acostarte.
  3. Consumir alimentos nutritivos y energizantes te puede ayudar a mantenerte alerta y absorber la información de manera más efectiva. Empieza el día con un desayuno nutritivo, como un huevo duro, un bol de avena y un poco de frutas frescas. Cuando estés estudiando, come alimentos buenos para el cerebro como arándanos, bananas o un poco de salmón rico en omega 3. [11]
    • Asegúrate de mantenerte hidratado también. Consumir suficiente agua te ayudará a luchar contra la fatiga y mantenerte enfocado.
  4. Estudiar en un área ruidosa, incómoda o con mala iluminación puede que te dificulte la concentración y la absorción lo que estás aprendiendo. Cada persona diferente aprende mejor en un ambiente diferente, así que experimenta estudiando en diversos lugares y fíjate lo que funciona para ti. [12]
    • Por ejemplo, si el ruido suele distraerte, prueba trabajar en un estudio silencioso en lugar de una mesa en un café lleno de gente.
    • Busca un área de estudio donde puedas sentarte y expandirte de manera cómoda, pero no te pongas tan cómodo que te quedes dormido. Sería mejor que evites estudiar en el sofá o en la cama, por ejemplo.
  5. Es fácil quedarte atrapado en las aplicaciones de redes sociales y juegos o revisar el correo electrónico a cada momento cuando deberías estar estudiando. Si tu teléfono u otro dispositivo te está distrayendo, apágalo o ponlo en un lugar fuera de tu alcance (como el interior de la bolsa o el cajón de un escritorio). Puedes usar aplicaciones de productividad, como BreakFree o Flipd, que limitan la capacidad de usar el dispositivo durante las horas de trabajo o estudio. [13]
    • Evita estudiar donde haya una televisión que pueda distraerte.
    • Si sientes la tentación de perder el tiempo en sitios web en tu computadora, prueba instalar una extensión del navegador como StayFocusd para ayudarte a no desviarte de la tarea.
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Método 3
Método 3 de 4:

Evaluar tus necesidades de aprendizaje

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  1. La metacognición o habilidad de reconocer lo que sabes y lo que no, es una parte importante de aprender. Reflexiona en el tema o la habilidad que estás tratando de aprender y pregúntate: “¿Qué sé sobre este tema? ¿Qué no sé o aún no entiendo por completo?”. Cuando hayas identificado las áreas donde aún necesitas mejorar tu conocimiento o comprensión, podrás enfocar tu atención en ellas. [14]
    • Una buena forma de evaluar tus conocimientos es tomarte un examen sobre el material. Si vas a usar un libro de texto o llevar un curso que incluya cuestionarios autoadministrados o revisión de conocimientos, aprovéchalos.
    • También podrías probar escribiendo una explicación breve del tema. Este ejercicio enfatiza el conocimiento que ya tienes, pero te ayudará a identificar las áreas que no estén muy sólidas.
  2. Toma el modelo VARK para entender tu estilo de aprendizaje . Aunque la mayoría de las personas usan una combinación de enfoques de aprendizaje, quizás notes que a ti te va mejor con el aprendizaje visual, auditivo, textual o kinestésico. Cuando entiendas los modos de aprendizaje que mejor funcionan para ti, podrás ajustar tu estilo de estudio de acuerdo a ello. [15] Para identificar el estilo de aprendizaje más importante para ti, prueba el cuestionario VARK en el siguiente enlance: http://vark-learn.com/the-vark-questionnaire/?p=questionnaire .
    • Las personas visuales absorben mejor la información de las fuentes visuales como los mapas, los gráficos, los diagramas y las imágenes.
    • Si eres de las personas auditivas, te ayudará más escuchar clases o explicaciones verbales. Decir en voz alta lo que estás aprendiendo también puede ser útil.
    • Las personas textuales aprenden mejor cuando leen información y escriben sobre lo que están aprendiendo. Enfócate en tomar apuntes y leer sobre el tema que te interesa.
    • Las personas kinestésicas absorben el conocimiento de manera más efectiva cuando aplican de manera activa lo que aprenden. Por ejemplo, se puede aprender mejor un idioma si se habla que si se lee sobre él.
  3. Aprender tus fortalezas es similar a aprender los estilos, pero se centran más en tus habilidades específicas y las áreas de inteligencia. Prueba dar un examen como la Evaluación de Fortalezas para saber cuáles son tus inteligencias principales: http://www.literacynet.org/mi/assessment/findyourstrengths.html . Después podrás adaptar tu método de aprendizaje a las áreas de fortaleza que tengas.
    • Por ejemplo, si tienes un puntaje elevado en inteligencia corporal, es posible que retengas y entiendas mejor la información si vas a caminar con un amigo y hablas con él sobre lo que estás estudiando. [17]

    ¿Sabías qué? De acuerdo a la teoría de las inteligencias múltiples, las 8 áreas claves son la lingüística, la lógica matemática, la especial, la kinestésica corporal, la musical, la interpersonal y la naturalista. [16]

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Método 4
Método 4 de 4:

Aplicar habilidades de pensamiento crítico

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  1. Para involucrarte realmente con lo que estás aprendiendo, es importante hacer más que solo absorber y recordar la información. Cuando estés aprendiendo, detente un momento y hazte preguntas. Explorarlas y buscar respuestas te ayudará a tener una mayor comprensión del material. [18]
    • Por ejemplo, si estás leyendo sobre un acontecimiento histórico, podrías preguntar lo siguiente: “¿Por qué sucedió? ¿Cómo sabemos lo que pasó y qué tipos de fuentes tenemos? ¿De qué manera las cosas serían diferentes hoy si este suceso no hubiera ocurrido?”.

    Consejo: si estudias una disciplina que es nueva para ti (como biología o derecho) escribe una lista de 25 preguntas claves que esta disciplina busque responder. Esto puede servir como una buena base para explorar sobre el tema. [19]

  2. Cuando estés aprendiendo un tema, trata de no mirarlo como una serie de informaciones que no están relacionadas. Más bien, busca formas en que las ideas y la información se relacionan entre ellas y con lo que conoces y has experimentado. Hacerlo te ayudará a poner en contexto lo que estás aprendiendo. [20]
    • Por ejemplo, quizás estés estudiando la forma en que los antropólogos físicos usan materia de esqueletos para entender de qué manera vivían las personas en las sociedades antiguas. Piensa en la forma en que tus actividades podrían afectar lo que los antropólogos o arqueólogos del futuro vean si te descubrieran, por ejemplo, ¿notarían desgaste en tus articulaciones del codo debido a tu pasatiempo de tenis?
  3. Examina las fuentes de información de manera crítica. No aceptes todo lo que escuches, veas o leas de buenas a primeras. Cuando estés aprendiendo algo, piensa de dónde proviene la información, cuán confiable es y si es actual o pasada. Por ejemplo, hazte las siguientes preguntas: [21]
    • “¿Qué evidencia proporciona este autor para sustentar los argumentos más importantes?”
    • “¿Esta información está actualizada?”
    • “¿Cuáles son las fuentes de información?”
    • “¿Cuáles son las cualificaciones de la persona que presenta la información? ¿Tiene una agenda o es parcial por algún motivo?”
    • “¿Hay interpretaciones alternativas de este asunto que también podrían ser válidas?”
  4. Sea que estés revisando un curso completo en un tema en particular o simplemente te estés enfocando en una lección, trata de extraer unas cuantas temáticas y conceptos. Hacerlo te puede ayudar a organizar tus pensamientos y definir tu enfoque conforme vayas aprendiendo y estudiando. [22]
    • Por ejemplo, si vas a tomar una clase en historia de Estados Unidos, quizás te des cuenta de que las temáticas de la identidad y la diversidad estadounidense aparecen una y otra vez. Piensa de qué manera se relaciona la información que estás aprendiendo en clase con estas temáticas.
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