Descargar el PDF Descargar el PDF

Distanciarte de tu hijo o hija adultos puede ser muy doloroso. Las relaciones pueden arreglarse, pero esto requiere tiempo y paciencia. Como su padre, deberás reconocer que las primeras medidas a adoptar para arreglar la relación dependerán de ti, ya que tendrás que iniciar la comunicación, sin importar si consideras o no que has hecho algo malo que ha provocado el distanciamiento. Respeta los límites que tu hijo adulto haya establecido para su relación y no los sobrepases, mientras que también estableces algunos límites propios. Aprende a aceptar a tu hijo adulto por quien es, y reconoce su independencia y capacidad de tomar sus propias decisiones.

Método 1
Método 1 de 4:

Comunicarte con tu hijo

Descargar el PDF
  1. Antes de tratar de volver a vincularte con tu hijo, podría ser de utilidad que averigües el motivo por el que tu hijo adulto esté molesto contigo. Quizás puedas conseguir la información de forma directa a través de tu hijo, o tal vez tengas que averiguarlo mediante otra persona que conozca la situación. Para mejorar la relación, primero averigua cuál es el problema. [1]
    • Luego de tener una noción de lo que anda mal, tendrás un tiempo para pensar sobre las siguientes medidas que adoptarás, y lo que tendrás que decirle a tu hijo o hija.
    • Acude a tu hijo adulto y pregúntaselo. Podrías decir algo como “René, sé que no quieres hablarme en estos momentos, y me gustaría saber qué he hecho para lastimarte. ¿Podrías decírmelo por favor? No hay problema si no quieres hablar conmigo, pero escríbemelo o envíame un correo electrónico. No puedo solucionar el problema si no sé qué anda mal”.
    • Si no obtienes una respuesta de tu hijo o hija, podrías comunicarte con otro familiar o amigo en común que pueda saber qué es lo que ocurre. Podrías decir algo como “Jack, ¿has hablado con tu hermano últimamente? No quiere hablarme y no puedo averiguar cuál es el problema. ¿Sabes qué ocurre?”.
    • Descubrir el motivo del distanciamiento sería lo mejor, pero ten en cuenta que quizás no puedas averiguarlo. Sin embargo, no dejes que esto evite que vuelvas a establecer un vínculo con tu hijo.
  2. Dedica un tiempo a pensar en los motivos del distanciamiento. ¿Se debe a algo del pasado? ¿Ha habido un gran cambio reciente en su vida que pueda haber provocado el distanciamiento (como la muerte de un familiar o el nacimiento de un hijo)? Quizás incluso te hayas rehusado a comunicarte con tu hijo por un periodo, y ahora notas que tu hijo no está dispuesto a hablar contigo.
    • Ten en cuenta que muchos hijos adultos se distancian de sus padres si estos últimos se divorcian. Los hijos de padres divorciados atraviesan una situación en la que sus padres le dan prioridad a su propia felicidad en lugar de las necesidades del hijo (incluso si el divorcio ha sido la mejor opción). Por lo general, en estos tipos de situaciones, los padres podrían hablar mal del otro sin darse cuenta de que los hijos absorben todo lo que dicen. Esto puede tener un efecto negativo drástico en el tipo de relación que un hijo adulto puede tener con sus padres. Esto sucede en especial si hubo algún padre que tuvo poco o ningún tipo de contacto durante la crianza del niño. Los hijos adultos de padres divorciados podrían experimentar el dolor de sentir que sus padres les dan poca prioridad.
  3. Sin importar si has hecho algo malo o no, los padres suelen ser quienes deben tomar las primeras medidas para reconciliarse con un hijo distanciado. Olvida lo injusto que es el problema y deja tu ego atrás. Si quieres volver a establecer un vínculo con tu hijo, ten en cuenta que tendrás que ser quien inicie la comunicación, y deberás mantenerla. [2]
    • Sin importar si tu hijo tiene 14 o 40 años, aun así querrá saber que sus padres lo aman y lo valoran. Una manera de mostrar tu amor y valorarlo es estar dispuesto a luchar por su relación. Tenlo en cuenta si tienes dificultades con lo injusto y la carga del trabajo que se requiere para volver a vincularse.
  4. Quizás quieras reunirte con tu hijo o hija en persona de inmediato; no obstante, si te comunicas por teléfono, correo electrónico o una carta; es probable que ellos lo consideren menos invasivo. Respeta su necesidad de distancia y dales la oportunidad de responder en el momento que deseen. Ten paciencia y bríndale unos días a tu hijo para que te dé su respuesta.
    • Practica lo que deseas decir antes de llamar por teléfono. También alístate para dejar un correo de voz. Podrías decir algo como “Tommy, me gustaría mucho que nos reunamos para conversar sobre lo que sientes. ¿Estarías dispuesto a reunirte conmigo en algún momento?”.
    • Envía un correo electrónico o un mensaje de texto. Podrías escribir algo como “Entiendo que estás lidiando con mucho dolor en este momento, y lamento mucho haberte lastimado. Cuando te sientas listo, espero que estés dispuesto a reunirte conmigo para hablar de ello. Avísame cuando lo estés. Te quiero y te extraño”.
  5. Escribe una carta. Quizás tu hijo no esté dispuesto a reunirse contigo. Si es así, podrías escribirle una carta. Pide disculpas por el dolor que le has provocado, y reconoce que comprendes el motivo por el que se siente así.
    • Si escribes una carta, esto también puede ser terapéutico para ti. Esto aclarará tus sentimientos y te ayudará a controlar tus emociones. Además, podrás tomarte todo el tiempo que necesites para ordenar tus palabras tal como lo desees. [3]
    • Sugiérele reunirse cuando esté listo. Podrías escribir algo como “Sé que estás molesto en estos momentos, pero espero que en el futuro podamos reunirnos y hablar de ello. Mis puertas siempre estarán abiertas”.
  6. Quizás tu hijo adulto esté dispuesto a comunicarse contigo, pero no está listo para reunirse en persona (y tal vez nunca lo esté). Es probable que solo quiera enviarte un correo electrónico o hablar por teléfono. No hagas que se sienta culpable y al mismo tiempo mantén la puerta abierta para futuros encuentros.
    • Si tu hijo adulto y tú tienen una relación en la que solo se comunican por correo electrónico, podrías escribir algo como “Estoy muy feliz de que nos comuniquemos por correo electrónico en estos días. Espero que puedas llegar al punto en el que nos sintamos cómodos volviendo a establecer un vínculo entre nosotros, pero no deseo presionarte”.
    Anuncio
Método 2
Método 2 de 4:

Tener una primera conversación

Descargar el PDF
  1. Si tu hijo adulto está dispuesto a hablar contigo en persona, reúnanse en un lugar público para comer. Será una buena idea que coman juntos en público, ya que será más probable que mantengan sus emociones bajo control. Además, compartir una comida con alguien es un acto que permite desarrollar una comunidad. [4]
    • Solo deben reunirse los dos. No lleves a tu cónyuge ni a otra persona que te apoye. Esto podría hacer que tu hijo tenga la sensación de que lo están atacando en grupo.
  2. Escucha las inquietudes de tu hijo sin argumentar en contra de ellas ni ponerte a la defensiva. También es probable que acuda a su reunión esperando una disculpa inmediata. Si sientes que será así, discúlpate. [5]
    • Quizás sea de utilidad iniciar su reunión con una disculpa para indicarle a tu hijo adulto que entiendes que le has causado dolor, y darle la sensación de que “han nivelado el campo de juego”. Luego de disculparte, podrías pedirle que te hable más sobre lo que ha estado sintiendo.
  3. Ten en cuenta que su punto de vista es válido, incluso si estás en desacuerdo con él. La recuperación puede ocurrir si la persona siente que la han escuchado y entendido, y que permaneces receptivo con su perspectiva. [6]
    • Escuchar sin juzgar ni ponerse a la defensiva permite que la persona sea sincera con sus respuestas. Lo que escuches podría ser muy doloroso para ti; no obstante, debes tener en cuenta que es probable que tu hijo necesite decirlo y expresar sus sentimientos.
    • Podrías decirle “Me siento muy mal por haberte hecho sentir de esa forma, y deseo entenderte. ¿Puedes contarme más?”.
  4. Ten en cuenta que no podrás llegar muy lejos en su reconciliación si no reconoces la forma en la que podrías haber contribuido con el problema. Los hijos adultos desean que sus padres asuman la responsabilidad de sus acciones. Debes estar dispuesto a hacerlo, sin importar si crees que estás o estabas equivocado. [7]
    • Tal vez no entiendas el motivo por el que tu hijo o hija estén molestos contigo, pero debes reconocer que se sienten así. No intentes defender tu comportamiento. En lugar de ello, escucha y pide disculpas por haber provocado ese dolor. [8]
    • Trata de entender lo que tu hijo siente. Mostrar empatía no significa que debes estar de acuerdo con la persona, sino que comprendes su perspectiva. Comprender su perspectiva es una parte importante de la resolución de un conflicto. [9]
    • Podrías decir algo como “Sé que te presione mucho durante tu crecimiento. Quería que seas exitoso. Sin embargo, puedo entender que pensaras que nunca estuve feliz contigo. Esta no era mi intención en lo absoluto, y no es para nada cierto. Aun así puedo entender que mi comportamiento te haya hecho pensar así”.
  5. Podría parecerte injusto, pero este no es el momento de mencionar tu tristeza y el dolor que sientes por no haber podido comunicarte con tu hijo. Reconoce que necesitaba un poco de espacio para lidiar con sus emociones y solucionar las cosas. Si mencionas tus sentimientos de tristeza, furia y resentimiento; esto podría hacer que tu hijo adulto tenga la impresión de que deseas hacerlo sentir culpable, lo que haría que esté menos dispuesto a volver a tener una relación contigo.
    • Podrías decir algo como “Extrañaba hablar contigo, pero sé que a veces necesitas un poco de espacio”.
    • No digas algo como “Estaba tan deprimido porque no me habías llamado” ni “¿Sabes la agonía que he atravesado por no saber nada de ti?”.
  6. Pide disculpas. Una buena disculpa debe mencionar con claridad lo que has hecho mal (así el interlocutor sabrá que lo entiendes), expresar remordimiento y ofrecer algún tipo de solución. Dale una disculpa sincera a tu hijo o hija, la cual reconozca el dolor que les has causado. Debes disculparte incluso si crees que tus acciones eran correctas. El punto ahora es el dolor de tu hijo, no si alguno de los dos está en lo correcto o equivocado. [10]
    • Podrías decir algo como “Tina, lamento haberte lastimado tanto. Sé que has tenido que lidiar con mucho cuando bebía. Me siento muy mal por haber cometido muchos errores en tu infancia. Entiendo que desees mantenerte distanciada de mí, pero espero que podamos solucionarlo”.
    • Nunca intentes justificar tus acciones cuando te disculpes, incluso si crees que tienes una excusa válida. Por ejemplo, si dices “Lamento haberte golpeado hace 5 años, pero lo hice porque me respondiste”, esta no será una disculpa y hará que la otra persona se ponga a la defensiva.
    • Ten en cuenta que una disculpa auténtica y eficaz consiste en pedir perdón por tus acciones, en lugar de la reacción de la otra persona. Por ejemplo, “Lamento que mi comportamiento te haya lastimado” es una disculpa eficaz; “Lo siento si esto te lastimó” no lo es. Nunca emplees la palabra “si” en una disculpa. [11]
  7. Si tu hijo adulto está dispuesto a hacerlo, podrían acudir a terapia familiar juntos para hablar sobre sus sentimientos en presencia de un profesional capacitado. Un terapeuta familiar y matrimonial orientará a los miembros de la familia para que identifiquen los comportamientos familiares disfuncionales y desarrollen sus propias soluciones para un problema. La terapia familiar también permite reconocer y mejorar los vínculos que los miembros de la familia tienen entre sí. [12]
    • Por lo general, la terapia familiar se da a corto plazo y se centra en un problema que afecte a la familia. Es probable que a tu hijo o a ti les recomienden acudir a un terapeuta por separado para centrarse en inquietudes individuales.
    • Para encontrar un terapeuta familiar y matrimonial, podrías pedirle a un doctor general que te recomiende algunos, consultar en un centro de recursos comunitario o departamento de salud, o buscar en Internet uno que esté cerca.
    Anuncio
Método 3
Método 3 de 4:

Respetar y establecer límites

Descargar el PDF
  1. Resiste la necesidad de retomar con prisa la relación. Por lo general, una relación quebrantada no se solucionará de la noche a la mañana. Podrían requerir semanas, meses o incluso años para volver a la “normalidad”, lo que dependerá de la gravedad del motivo principal del distanciamiento. Asimismo, podrían volver a la normalidad pero de una nueva forma. [13]
    • Ten en cuenta que podrías tener que llevar a cabo muchas conversaciones difíciles sobre el distanciamiento a medida que ambos asimilen sus sentimientos. Es poco probable que solo tengan una conversación y luego todo vuelva a la normalidad, tal como antes.
    • Aumenta el contacto poco a poco. Al principio, reúnete solo con tu hijo en lugares públicos. No lo invites a eventos familiares concurridos (como fiestas por festividades), salvo que parezca estar listo y dispuesto a asistir.
    • Podrías decir algo como “Nos encantaría que vengas con nosotros el Día de Acción de Gracias, pero definitivamente te entiendo si no deseas asistir. No te guardaremos rencor alguno si así lo prefieres, sé que necesitas tomarte tu tiempo”.
  2. Tu hijo ahora es un adulto capaz de tomar sus propias decisiones. Quizás no estés de acuerdo con algunas de sus decisiones; sin embargo, tienes que dejar que sea independiente y viva su propia vida. Entrometerte en la vida de tu hijo adulto podría haber hecho que se distanciara un poco de ti. [14]
    • No ofrezcas consejos que no te hayan pedido. Resiste la necesidad de arreglar la vida de tu hijo, y deja que cometa sus propios errores.
  3. Los padres pueden molestarse con facilidad por consejos de paternidad de otras personas, sin importar si estos tienen buenas intenciones. No des tu opinión si no te la piden. Ya has criado a tus hijos, ahora deja que la próxima generación tenga la oportunidad de criar a los suyos. [15]
    • Dile a tu hijo que respetarás, y cederás a sus valores y deseos relacionados con la paternidad. Por ejemplo, si tu nieto tiene un límite de una hora al día para ver la televisión, indícales a sus padres que también seguirás esta regla en tu casa, o primero pregúntales si la regla debe eliminarse.
  4. Lidiar con un hijo distanciado puede ser un evento muy doloroso y estresante en tu vida. Quizás valga la pena buscar a un profesional de la salud mental capacitado que pueda ayudarte a afrontar tus emociones y desarrollar estrategias eficaces para comunicarte y lidiar con los problemas. [16]
    • Quizás desees buscar a un consejero que se especialice en problemas familiares. No obstante, debes tener en cuenta que tu terapeuta individual podría derivarte a un terapeuta diferente si te gustaría que tu hijo y tú solucionen sus problemas en presencia de un consejero. Esto permitirá que el consejero se mantenga objetivo.
    • Asimismo, quizás puedas encontrar ayuda en foros de grupos de apoyo en Internet. Podrás encontrar a otras personas que afronten problemas similares, y podrás hablar de tus problemas y compartir historias de éxito.
  5. Si tu hijo o hija se rehúsa a responder a tus intentos de comunicarte, sigue intentándolo. Envíale tarjetas, escríbele correos electrónicos o déjale correos de voz, lo que le demostrará que piensas en él y quieres hablar. [17]
    • No obstante, debes darle un poco de espacio a la persona y respetar su necesidad de privacidad y distancia. Comunícate con ella como máximo una vez a la semana, y disminuye el contacto si descubres que tu hijo adulto lo considera invasivo, pero sigue comunicándote con él.
    • Podrías decir algo como “Hola, Marisa, tan solo quería saludarte y decirte que estaba pensando en ti. Espero que estés bien. Te extraño. Sabes que puedes acudir a mí siempre que quieras hablar. Te quiero”.
    • No lo visites. Reconoce sus límites y mantén formas de comunicarte que sean menos invasivas.
  6. Tu hijo adulto podría considerar que incluso tus intentos menos invasivos de comunicarte son una manera de sobrepasar sus límites y excederte. Quizás aún no desee saber nada de ti, incluso si te has disculpado y has reconocido tus acciones. En este caso, quizás lo mejor sea aceptarlo por el bien de tu propia salud mental, y dejar de buscar una relación.
    • Deja que tu hijo tome la decisión. Envíale una nota o déjale un correo de voz diciendo algo como “Peter, entiendo que deseas que deje de comunicarme contigo. A pesar de que me entristezca, lo respetaré y no me comunicaré contigo luego de este mensaje. Si alguna vez deseas volver a formar un vínculo conmigo, estaré aquí, pero respetaré tus deseos y no volveré a comunicarme contigo. Te quiero”.
    • Ten en cuenta que la reconciliación podría ser difícil en los casos de abuso de substancias, enfermedades mentales o una relación poco saludable en el matrimonio o el compromiso de tu hijo (p. ej., si tu hijo está casado con una pareja controladora). Tal vez su distanciamiento solo se deba a estos problemas, pero quizás no puedas hacer nada al respecto, hasta que tu hijo aborde estos problemas subyacentes.
    • Si tu hijo te pide que no te comuniques con él en lo absoluto, puedes buscar a un terapeuta que te ayude a superar tu pena. Esta es una opción difícil, y es probable que necesites apoyo adicional.
    Anuncio
Método 4
Método 4 de 4:

Aceptar su identidad

Descargar el PDF
  1. Es probable que hayan vivido en la misma casa y hayan pasado la mayoría de sus días juntos; pero aun así la perspectiva de una persona sobre una situación podría ser totalmente diferente a la de otra. Reconoce que los recuerdos o la perspectiva de tu hijo adulto son tan válidos como los tuyos.
    • El punto de vista de una persona sobre una situación podría ser totalmente diferente según la edad, la dinámica de poder o la cercanía de las relaciones. Por ejemplo, mudarse a otra ciudad podría haber sido grandioso para ti, pero quizás tus hijos hayan tenido dificultades debido a que no han tenido más opción que seguirte. [18]
    • La vida familiar está compuesta por realidades diferentes. Por ejemplo, cuando eras un niño, tus padres podrían haberte llevado al museo. Sus recuerdos del día podrían ser exhibiciones interesantes y un paseo familiar divertido. Quizás tú recuerdes que tenías demasiado calor con tu chaqueta puesta y que los esqueletos de los dinosaurios te asustaron. Ni tus recuerdos ni los de tus padres son inválidos, tan solo son puntos de vista diferentes. [19]
  2. Quizás se hayan distanciado porque uno de ustedes o ambos no aprueban las decisiones en la vida del otro. Tal vez no puedes hacer mucho en relación con la actitud que tu hijo tenga hacia ti, pero puedes mostrarle que lo aceptas por quien es, sin importar nada. [20]
    • Adopta medidas para mostrarle a tu hijo tu cambio de opinión. Por ejemplo, si tu hijo es gay y perteneces a una congregación conservadora, busca una congregación que sea más liberal y receptiva.
    • Podrías indicarle a tu hijo que estás leyendo un libro para tratar de entender su punto de vista.
    • Si tu hijo no te habla porque desaprueba las decisiones de tu vida, la situación será más difícil. Sé firme y seguro sobre tu persona, y sigue mostrándole que lo amas. Haz tu mejor esfuerzo por comunicarte con él y buscar oportunidades para verlo.
  3. No tienes que cambiar tus opiniones o creencias, tan solo evita faltarles el respeto a las suyas. Puedes estar en desacuerdo con alguien y aun así respetarlo y quererlo. No todos tienen que opinar lo mismo. [21]
    • Respeta sus opiniones diferentes lo mejor que puedas. Por ejemplo, si eres una persona religiosa y tu hijo adulto es ateo, podrías optar por no acudir a la iglesia el fin de semana que vaya a visitarte.
    • Busca temas de conversación que no sean cuestiones polémicas. Si tu hijo adulto empieza a conversar contigo sobre temas que han hecho que discutan en el pasado, podrías decir algo como “Will, aceptemos que estamos en desacuerdo en este tema por el momento. Creo que lo único que hacemos cuando hablamos de ello es molestarnos el uno con el otro”.
    Anuncio

Acerca de este wikiHow

Esta página ha recibido 210 518 visitas.

¿Te ayudó este artículo?

Anuncio