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Tener un matrimonio perfecto es una mezcla de compromiso y de honestidad, no de comportamiento servil. ¿Entonces, tú eres de los que piensas que esta buena relación será la última de tu vida y estás listo para usar unas buenas habilidades de comunicación esta vez? ¡Felicitaciones! Tener una comunicación buena y respetuosa, es fundamental para llegar a ser feliz en tu vida de casado. El matrimonio es un compromiso donde se comparten momentos que pueden ser los más importantes de la vida, pero por otra parte, puede llegar a ser difícil. Hay muchas personas que dedican más tiempo de su vida en estudiar una carrera, que en prepararse para el matrimonio: solo porque no saben lo que les espera. Antes de que leas más adelante en este artículo, ten presente que todo lo que viene a continuación no será una carga para ti, si quieres y amas a tu cónyuge .

Método 1
Método 1 de 5:

Realiza cosas que ayudan a una buena relación

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  1. El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
  2. Si los dos trabajan y pasan muchas horas de la semana fuera de la casa, ¿por qué tiene que ser la mujer la que tenga que hacer y tener la responsabilidad de la comida y la limpieza? Los trabajos no deben distribuirse "a priori" de una cierta manera por el hecho de que uno sea hombre o sea mujer.
    • Trata de encontrar una combinación y distribución de trabajos que cada uno haga mejor, por ejemplo, fregar los platos, planchar, comprar la comida, cuidar de los niños, cortar el césped.
    • Se pueden encontrar tareas que impliquen a ambos, por ejemplo, "tú recoges las cosas que hayan por el medio y yo voy pasando la aspiradora detrás de ti". Esto evitará el síndrome de ama de casa sometida.
    • Recuerda también que van a vivir juntos para siempre (hasta que la muerte los separe) y se puede dejar alguna tarea para mañana. El mundo no se acabará si no se terminan todos los quehaceres hoy.
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    Comparte tiempo con tu cónyuge. Pasen tiempo juntos, para las parejas es primordial compartir momentos que vayan más allá de la rutina diaria. Incluso si son solo diez minutos antes de dormir: hablan, abrácense y disfruten de su mutua compañía.
    • Prueba hacer un 'resumen de la noche del domingo'. Vayan a la cama antes de tiempo el domingo y siéntense para hablar sobre el fin de semana, así como sobre los proyectos correspondientes a la semana entrante. Es una buena forma de avanzar en sus asuntos personales y metas.
    • Prueba también establecer una norma, por ejemplo, escoger los lunes para pasar tiempo juntos como familia que son. Reúnan a los niños, compartan un mensaje de superación, descubran cosas de sí mismos, poniendo fin a la charla con ellos con unas golosinas.
    • ¡Ten una cita con tu pareja una vez por semana! Queda con tu cónyuge todos los viernes o sábados. Esto les dará tiempo, sin los niños de por medio, de tener una cierta calidad de tiempo juntos. Si es preciso, dejen a los niños al cuidado de niñeras y salgan a divertirse juntos, sin preocupaciones u obligaciones. Tengan al menos una noche romántica de vez en cuando.
  4. Siempre tendrás en mente tratar de que todos los momentos sean buenos y felices, pero muchas veces las circunstancias de la vida se oponen a tus intenciones. Tendrán mucho menos estrés si trabajan juntos en planificar un presupuesto o en acumular una pequeña cuenta de ahorros. Si se preparan juntos para los tiempos en que las cosas vayan mal, la vida será mucho más suave.
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Método 2
Método 2 de 5:

Realiza cosas que contribuyen a un matrimonio feliz

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  1. Sé honesto en todos los aspectos de tu relación. Si nunca has sido así, ¡comienza ahora! Sé responsable. He aquí una nueva definición: responsable es una persona que responde. NO significa que eres la persona que tiene la culpa. Si has estado colérico y nervioso con tu pareja, acéptalo. Luego, busca la forma de no serlo la siguiente vez.
    • Si no te encuentras a gusto en tu relación, investiga cuál es la diferencia entre ahora y cuando todo iba bien, averigua cómo mejorar tu relación en vez de intentar cambiar a tu pareja.
    • Cuando digas 'lo siento', ¡que sea en serio! Eso significa que tienes que intentar no repetir la acción. Si se piden disculpas y luego se repite el comportamiento, estarás demostrando a tu pareja que no lo sientes después de todo y eso erosionará la confianza con el tiempo.
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    Sé tú mismo desde el principio de la relación. Si comienzas la relación presentando una versión híbrida entre tú y una estrella famosa que tu cónyuge pueda admirar, ¿qué sucederá cuando empiecen a aparecer las diferencias de lo que eres y lo que mostrabas de ti? Sé tú mismo desde el primer día y tu cónyuge te aceptará y amará por cómo eres tú realmente (sería una mala cosa que llegara a quererte por aquello que no eres ¿no?)
  3. Pregúntate si vale la pena pelear por esa cosa que te está irritando tanto. ¿Es algo que está mal hecho?, o ¿te está molestando solo porque es una manera diferente a como lo harías tú?
    • A pequeños problemas, pequeñas soluciones. No transformes los inconvenientes pequeños en grandes disturbios que pueden ser mucho más difíciles de solucionar.
    • Concéntrate en la solución y no en el problema. Verás cómo cambia tu forma de ver las cosas y tu estado de ánimo al encarar el problema sabiendo que se puede solucionar.
    • Asegúrate de que mantienes una muy clara y abierta participación en los asuntos de las finanzas. Muchas personas tienen problemas en su matrimonio debido a asuntos de dinero.
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Método 3
Método 3 de 5:

Haz feliz a tu cónyuge

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    Pregúntate qué es lo que puedes hacer hoy para hacer a tu cónyuge feliz. Si encuentras cada día una manera para hacerle un poco más agradable la vida, tu cónyuge no olvidará que tú estás verdaderamente cuidando de ella.
    • Hacer cosas buenas para tu pareja te hace pensar en las cosas agradables que posee. ¡Es un buen hábito!
    • Tu cónyuge querrá devolverte la felicidad que le estás brindando y este hábito se transformará en una actividad diaria totalmente beneficiosa para la pareja.
  2. Trata de encontrar a menudo algo bueno en tu pareja, ¡y díselo! Ya sea un cumplido sobre su ropa, o una sonrisa por llevar un gran peso que tú llevabas.
    • Es importante sentirse reconocido y saber que tu pareja se da cuenta de tus virtudes o de tus esfuerzos.
    • Ver las cosas buenas de tu pareja ayuda a que no te resientas demasiado con sus cosas malas.
    • Haz un cumplido al otro todos los días. No se necesita mucho para hacer que tu cónyuge se sienta bien. Sé sincero y cuando te den un cumplido a ti, incluso si no estás de acuerdo, simplemente di "gracias".
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    Aprecia los puntos fuertes y ofrece apoyo en las debilidades de tu pareja. Tu cónyuge eligió estar contigo porque hay aspectos de tu personalidad que le pueden fascinar y uno de ellos puede ser ese, que seas capaz de exteriorizar tus sentimientos.
    • Demuestra lo mucho que la amas, apoyándola en sus puntos flacos, y animándola cuando es fuerte.
    • Escucha lo que diga, podrías aprender algo. Muestra aprecio cuando hayan hecho cosas por ti y no des por sentado actitudes que te parecen normales, y que en realidad requieren un poco de esfuerzo por la otra parte.
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    Evita ser demasiado crítico o mantenerte demasiado a la defensiva. Si estás discutiendo y tu cónyuge hace un gesto para poner fin a la discusión, a través de una broma o con disculpas, trata de aceptarlo. Siempre podrás hablar del problema cuando estés más tranquilo.
  5. Si estás pasando una mala racha sentimental y te parece como si no pudieras recordar lo que te atrajo de tu cónyuge cuando la conociste y comienzas a preguntarte qué tenía como para casarse con ella... sólo sonríe e intenta comportarte de una forma gentil. Actúa como si todo estuviera normal. De hecho, la mejor manera de salir de ese bache será comportándote de una manera amable, considerada y con cuidado hacia tu compañera. Puede sonar extraño, pero si vas dando un paso detrás del otro y actúas como si nada estuviera mal, al final, todo será realmente normal, e incluso podrá ir mejor.
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    Practica diferentes actividades con tu pareja. Intenta caminar, bailar, hacer ejercicio. El ejercicio es bueno para la salud física, ya que hace que la sangre se bombee a través de tu cerebro y te ayuda a pensar con más claridad. Las vistas y los olores de la naturaleza les ayudarán a relajarse a los dos. Las mentes claras y los efectos calmantes, crearán un gran ambiente para ser abiertos y honestos y poder hablar de todo.
    • También es conveniente que cada uno tenga alguna actividad que no involucre a su pareja. Recuerda que todos somos seres individuales y necesitamos desarrollarnos como tales.
    • Una salida con tus amigos o clases de gimnasia con sus compañeros los mantendrán despejados y con diferentes expectativas.
    • Ve a bailar más de un fin de semana con tu esposa, es una gran diversión y un sano ejercicio. Si no sabes, toma lecciones de baile y disfruta aprendiendo con el otro.
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    Vete a la cama al mismo tiempo que tu cónyuge. Esto lleva a muchos interludios felices y también ayuda a superar sentimientos de aislamiento y separación.
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    Muéstrate cariñoso y ten detalles con tu cónyuge. Abraza y mantén las manos unidas con tu pareja, a menudo, todos los días. Besa a tu cónyuge por lo menos cinco segundos antes de salir por la mañana y cinco segundos antes de acostarte por la noche.
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Método 4
Método 4 de 5:

Maneja con cuidado las discusiones y diferencias

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  1. Aunque las diferencias entre ambos hayan llegado a ser una molestia, recuerda que hubo un tiempo en que eso parecía emocionante. Piensa en ello antes de enfrentarte a tu pareja.
    • Las diferentes perspectivas son importantes, ya que ellas permiten ver múltiples caras de una misma historia. Escucha la posición de tu pareja, y comparte las suyas también. #*No trates de que sobresalga o sea más importante tu punto de vista que el de la otra parte, ya que generalmente eso no lleva a nada. Nunca trates de 'ganar' a la otra persona.
    • Eventualmente, ambos pueden estar equivocados en alguna cosa que están tratando, independientemente de tus apreciaciones.
    • Asume la responsabilidad de las cosas que hayas hecho mal. Exterioriza que te arrepientes de tu error y pide disculpas si es necesario. Pide siempre disculpas por los errores o malas acciones. Sin embargo, un simple "lo siento" no es suficiente. También tienes que hacer un esfuerzo para evitar cometer el mismo error en el futuro.
  2. No asumas las cosas ni prejuzgues, opta por hablar. No importa cuánto tiempo han estado juntos, siempre habrá cosas que no saben el uno del otro.
    • Más que eso, todos nosotros crecemos y cambiamos con el tiempo y no somos fieles a nosotros mismos. Lo que pudo haber sido la manera preferida de tu cónyuge de hacer algo hasta hace cinco años, ahora puede haberse convertido en una tarea repetitiva.
    • No des por sentado que las cosas son estáticas y siempre perfectas. Deja espacio a los demás para crecer y cambiar, y que puedan variar su forma de pensar a lo largo de los años ¡ten en cuenta que todo esto también te pasa a ti!
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    Haz de la comunicación un ingrediente fundamental de la relación. La falta de comunicación es un gran problema en muchas relaciones y, conforme pasa el tiempo, la pareja tiende a hablar cada vez menos. Pero tienes que tener en cuenta que la comunicación es la mejor manera de decirle a tu ser querido lo mucho que lo amas, de resolver las cosas en la vida diaria y de conocerse mutuamente.
    • Recuerda, la mitad de la comunicación consiste en hablar y la otra mitad en escuchar. #*Por otro lado, si te has convertido en el felpudo de tu matrimonio, es hora de empezar a decir cómo te sientes, ofreciendo tus razonamientos y dando tu opinión sobre cómo te gustaría hacer de ahora en adelante ciertas cosas.
    • Puede que te lleve tiempo desarrollar el coraje para practicarlo, pero hacerlo en pequeños pasos y poco a poco, empezará a cambiar tu enfoque de las cosas y no aceptar simplemente las cosas tal como siempre han parecido ser.
  4. No te tomes tus propios errores demasiado en serio. Nadie es perfecto, ríete siempre que puedas. Ríete con tu pareja, no del otro. Los errores son muy a menudo compartidos, especialmente si hay decisiones conjuntas y puede uno luego reírse de ellos.
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    Ten cuidado de las palabras que pronuncias. No menosprecies a tu pareja, por ejemplo: se rompe el florero de cristal por accidente. No digas: '¡Mira que eres torpe!'. Esas palabras son dolorosas y degradantes. Analiza los hechos y piensa, primero, que ya no se puede hacer nada, segundo, que lo mismo te podría haber pasado a ti y, tercero, que no te hubiera gustado que te tildaran por una persona inepta solo por haber tenido un accidente.
  6. Aprenderás muchas más cosas y te irá mejor con la boca cerrada y con la mente abierta. Recuerda que tienes una boca y dos orejas, para escuchar el doble de lo que hablas. Si se ha llegado a tener el hábito de decirle a tu cónyuge lo que debe hacer, es hora de parar de señalar el camino y dejar a tu pareja que comience a hacer.
  7. ¿Crees de verdad que es más importante cómo dices las cosas (gritando, en voz baja,...) que lo que quieres decir? #*Mantén la calma y habla en un tono de voz normal. Recuerda que una persona es dueña de sus pensamientos y esclava de sus palabras.
    • Puedes llegar a decir cosas que pueden ser malinterpretadas solo porque te expresas abruptamente.
    • En el momento en que expreses tus pensamientos, procura hacerlo con las palabras correctas, sobre todo si es un asunto problemático.
    • No discutan de pie, elijan un lugar donde se puedan sentar y discutir un problema como adultos maduros. El permanecer de pie altera más los nervios y no ayuda a razonar y desarrollar bien un tema.
    • Y por supuesto, no debes faltar o insultar a la otra persona, ya que a partir de ese momento, la discusión se centrará, no en el problema por el que suscitó la discusión, sino en que "tú me dijiste..., tu me has insultado..., tú has dicho que yo era..." y ya no se podrá resolver el problema original, tomando el mismo un alcance inmensurable.
  8. Herir en público a la otra persona puede molestar profundamente y causar una gran humillación. No es necesario resaltar errores o importunar a tu pareja cuando están frente a alguien más, seguramente se trate de un asunto que lo pueden remediar en privado.
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    Trata de mantener comunicación frecuente, profunda y honesta. Asegúrate de que tu pareja es la prioridad en tu vida. Toma interés en la vida y sentimientos de tu cónyuge. Pregúntale cómo le fue durante el día o cómo se encuentra. Comparte tus pensamientos y sentimientos con ella. Asegúrate de que no se sienta abandonada y que siempre estarás allí para comunicarte con ella.
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Método 5
Método 5 de 5:

Actúa cuando las cosas han llegado a un punto bajo

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  1. Esto significa que trates realmente de encontrar una zona donde te puedas comunicar abiertamente con tu cónyuge, en donde tu pareja esté convencida de que eres una persona abierta, que tienes un gran deseo de comunicarte plenamente con ella y que cualquier cosa que ella tenga que decir estará bien, que la escucharás y que no habrá repercusiones después de este debate.
    • Cumple con tu palabra en la promesa dada. La primera vez que tengas un diálogo abierto con tu pareja, ella probablemente te va a probar. Tal vez no sea consciente de ello, pero querrá comprobar si es realmente seguro comunicarse contigo y si mantienes tu palabra después, aunque sea en tu contra.
    • Cumple con la palabra dada y de esa manera ganarás de nuevo la confianza que es esencial para una comunicación abierta.
  2. Muchas personas bien intencionadas dicen que no se debe dejar una discusión para el día siguiente. Pero es mucho mejor simplemente dejar la discusión en un punto que no sea muy difícil reanudar la conversación/confrontación e irse a dormir. Eso es mejor que pelear hasta que los dos se traten mal, lleguen a insultarse y a decir cosas que luego no siempre se pueden recuperar. Dormir también puede permitir que los sentimientos negativos residuales tal vez lleguen a disiparse, a levantarse de diferente ánimo, a enfriar la discución y volver a los sentimientos de cariño.
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    Comprométete con tu cónyuge. ¿Estás siempre sintiéndote como un títere a la hora de tomar decisiones con tu cónyuge? O ¿tal vez eres tú quien lleva siempre la voz cantante, y tu pareja obedece mansamente, hasta el punto en que sientes que no contribuyes ya con entusiasmo a esa relación? De cualquier manera, el compromiso entre los esposos es una habilidad clave esencial de toda una vida de cooperación, un amor cada vez mayor y el continuo respeto hacia el otro. Tanto si has sido el iniciador como si eres el que ha aceptado que las cosas se hagan mejor, aprender a comprometerse es la clave para una relación feliz de aquí en adelante. Aprende a hacer sugerencias que tengan en cuenta ambas partes. Considera posibilidades tales como:
    • Estar de acuerdo en hacer una actividad que tu cónyuge quiere hacer en un horario dado, siempre que la próxima vez se haga una actividad que tú propongas y ¡fija una fecha!
    • Estar de acuerdo o hacer parte de la actividad que tu cónyuge quiere hacer, pero añadiendo tus ideas, de modo que la actividad en su conjunto, sea una verdadera combinación de las perspectivas y deseos de ambos.
    • Estar de acuerdo en darle a cada uno tiempo regularmente, fuera de las obligaciones de la casa y de la educación de los hijos. Esto les dará a ambos cónyuges una esperanza de tiempo libre en vez de tener asumido que "algún día mi pareja se dará cuenta de cómo estoy ocupado/a siempre…”. Estos acuerdos se han de realizar de manera explícita y claramente.
    • También ayuda mucho comunicar al otro la cantidad de sexo y formas de contacto íntimo que esperas de tu pareja, ya que esto es generalmente un notable punto que dificulta otras atracciones entre los dos.
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    Toma las riendas y mejora tu matrimonio. Todos los matrimonios llegan a un punto en el que, las personas involucradas, se sienten frustradas con su pareja, o miran a la persona que eligieron para pasar el resto de su vida y se preguntan qué es lo que estaban pensando en aquellos momentos. Pero no te preocupes, hay una manera de salir de esa rutina y volver de nuevo a renacer en el amor que una vez compartieron.
  5. A menudo es difícil recordarlo cuando los tiempos son duros, pero solo el hecho de ponerse a pensar en el amor que una vez compartieron es suficiente para motivarse y para tratar de hacerlas con ilusión de nuevo.
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    Da a tu pareja el beneficio de la duda. Tú has construido una relación basada en la confianza. No supongas que tu cónyuge está haciendo las cosas con el fin de molestarte (tal vez, ella ni se esté dando cuenta de que algo te está molestando). Hazle saber a tu cónyuge las cosas que te molestan, sin asumir o presumir lo peor de ella y, una vez explicada la situación, darle tiempo para que haga los ajustes y correcciones necesarios para acercarse a ti.
  7. Mientras estás planeando la boda y hasta que te casas, puedes entretenerte con las bonitas frases de los cuentos de hadas "...-y vivieron felices para siempre". La realidad es que a veces, el matrimonio es sólo un día duro tras otro día duro, y uno o los dos pueden estar tensos, o aburridos, o no estar contentos con el otro, o no te sientes tan cálido y tierno. Una gran parte del tiempo, el matrimonio no es romántico en absoluto, en esos momentos se trata de trabajar en equipo e intentar hacer bien el trabajo todos los días.
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Consejos

  • No tengas secretos y evita esas palabras que puedan dar lugar a celos.
  • Ser transparente con tu pareja es importante, porque muestra que cada uno puede confiar en el otro en los pequeños detalles de la vida. Si tienes secretos de cosas dudosas, ten en cuenta que tarde o temprano saldrán a la luz y significarán, seguramente, un problema para tu matrimonio.
  • Mantén las cosas claras y abiertas, evitando las sospechas y los celos. Si alguien en tu oficina, por ejemplo, te está 'atacando' y no tiene intensiones de detenerse, díselo a tu jefe y pide que uno de los dos sea trasladado a otro puesto. Si mantienes una apariencia limpia y una comunicación honesta y abierta con tu pareja, tú tendrás realmente su confianza cuando resulte imprescindible.
  • No esperes la perfección. Recuerda que tu cónyuge es humano y tú también. Ten presente que las tres cosas más importantes para un buen matrimonio son perdonar, perdonar y perdonar. Deben hacer concesiones a nuestra condición humana: cansancio, exceso de trabajo, exceso de estrés, enfermedades familiares, enfermedades personales, o simplemente la fragilidad humana.
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Referencias

  1. Esta página es una selección y resumen de las páginas citadas a continuación, así como de las aportaciones propias del autor

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