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El envenenamiento accidental de un perro es algo común, en parte porque muchos productos de uso habitual son tóxicos para este. Si sabes qué tipo de sustancias químicas, alimentos y otros productos suponen un riesgo para tu perro, así como los síntomas asociados, podrás determinar si se ha envenenado. Si crees que podría estar sufriendo un envenenamiento y no conoces la causa, no des por sentado que se pondrá bien. En cualquier caso de envenenamiento confirmado o potencial, llama a un veterinario inmediatamente y sigue sus instrucciones.

Método 1
Método 1 de 3:

Cuidar a un perro envenenado

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  1. El hecho de que el perro sufra, puede ser extremadamente aterrador. Además, debes actuar rápidamente para determinar la causa de los síntomas del perro y actuar en consecuencia. Si es necesario, tómate un momento para tranquilizarte y evitar el pánico, pues podrás ayudar mejor al perro si mantienes la calma. [1]
  2. Si no es obvio inmediatamente que el perro está envenenado o qué es lo que pueda haberlo envenenado, observa atentamente los síntomas que presenta. Anótalos e incluye la frecuencia y el grado de cada síntoma. [2]
    • Por ejemplo, si el perro vomita, anota cuántas veces vomita, cuánto vomita y el color y la consistencia del vómito.
    • Esta información puede ayudarles a ti y al veterinario a determinar la causa de los síntomas y a tomar las medidas adecuadas para tratar al perro.
    • Si sospechas que ha ingerido algo en particular, anota a qué hora crees que lo ingirió.
  3. Si sorprendes al perro comiendo una barra de chocolate o un arreglo floral de la estación, tal vez debas inducirle el vómito para asegurarte de que estos productos potencialmente venenosos no lo lastimen. Como regla general, es probable que convenga inducirle el vómito si acaba de comer alimentos o plantas potencialmente peligrosos para los humanos. Sin embargo, no debes hacerlo automáticamente si sospechas que se trata de un envenenamiento.
    • No le induzcas el vómito si ha ingerido algo cáustico (como lejía o desatascador), algo ácido (como ácido de batería), algo puntiagudo o afilado, o cualquier producto derivado del petróleo. Además, no le induzcas el vómito si tiene problemas para respirar, si tiene un ritmo cardíaco lento, si sufre convulsiones o si está visiblemente deprimido, conmocionado o inconsciente.
    • Si no estás seguro, llama al veterinario y pregúntale qué hacer. También hay varias líneas telefónicas para el control del envenenamiento de animales a las que puedes llamar, aunque el servicio tiene un costo.
  4. Si estás seguro de que el vómito no supondrá un riesgo adicional para el perro o si el veterinario o el personal de control de envenenamiento te indica que lo hagas, puedes provocarle el vómito al perro de forma fácil y segura. Una solución con una proporción de 1 parte de peróxido de hidrógeno al 3 % y 1 parte de agua será suficiente. [3]
    • Una cucharadita de esta solución por cada 4,5 kilos (10 libras) del peso corporal es lo ideal. Usar una pera de succión puede facilitar la medición y la administración de la solución.
    • Dale otra dosis de la mezcla cada 15 minutos aproximadamente, hasta tres veces y hasta que el perro vomite.
    • Usa peróxido de hidrógeno que no haya caducado y que esté en una botella sin abrir para lograr la máxima eficacia. Si no tienes peróxido de hidrógeno, vierte una cucharadita de sal de mesa en la parte posterior de la garganta del perro.
    • Guarda el vómito para llevárselo al veterinario. Dependiendo de lo que haya comido el perro, es posible que el veterinario tenga que examinarlo.
  5. A menos que puedas determinar que los síntomas del perro no están relacionados con un envenenamiento, debes llevarlo al veterinario inmediatamente. Si el veterinario no puede atenderlo, llévalo a un centro de atención de emergencia para animales que funcione las 24 horas del día. [4]
    • Si sabes o sospechas que el perro ha ingerido algo venenoso, pero que aún no muestra síntomas, busca atención veterinaria inmediatamente. Aunque algunos venenos no producen síntomas de inmediato, cuando los síntomas sean evidentes puede ser demasiado tarde para salvar al perro.
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Método 2
Método 2 de 3:

Buscar asistencia profesional

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  1. Si crees que el perro sufre un envenenamiento, lo más probable es que necesite atención veterinaria. Llama al veterinario antes de que vayas a verlo con el fin de que pueda prepararse para tu llegada (además, te permitirá asegurarte de que atienda a esa hora). [5]
    • Si el veterinario está cerrado, lleva al perro a un centro de atención de emergencia para animales que funcione las 24 horas del día.
    • Llévale las pruebas al veterinario. Lleva el envase y los restos de cualquier producto venenoso que el perro haya comido. Esto ayudará al veterinario a determinar el tratamiento.
  2. Llama al Centro de Control de Envenenamiento de Animales de la Sociedad Americana para la Prevención de la Crueldad hacia los Animales (ASPCA, por sus siglas en inglés). Si vives en Estados Unidos, este centro está a tu disposición todos los días del año mediante una llamada. Aparte del veterinario, es el mejor recurso para cualquier emergencia relacionada con el envenenamiento de animales. El número del centro es (888) 426-4435. Tendrás que pagar una tarifa de consulta de 65 dólares por la llamada telefónica. [6]
  3. El perro puede seguir vomitando y teniendo diarrea , incluso después de ver al veterinario. Trata de hacer que el perro esté tan cómodo como sea posible y tenlo en algún sitio en el que sea fácil limpiar cualquier estropicio. Dale abundante agua y aliméntalo según las recomendaciones del veterinario. Pero, sobre todo, adminístrale los medicamentos exactamente como se te ha indicado.
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Método 3
Método 3 de 3:

Determinar si el perro está envenenado

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  1. Hay muchos síntomas que pueden indicar que el perro ha ingerido o inhalado algo venenoso. Por desgracia, estos síntomas varían significativamente. No asumas que la presencia de algunos de estos síntomas indica con seguridad un envenenamiento, pero toma medidas para asegurarte de que el perro esté a salvo si observas alguno. [7]
    • Los síntomas pueden incluir, entre otros, vómitos, problemas para respirar, tos o estornudos en exceso, tejidos inflamados, hiperactividad, temblores, convulsiones, fiebre, frecuencia y ritmo cardíacos anormales y coma.
    • Si alguno de estos síntomas está presente y sospechas de envenenamiento, llama al veterinario y explícale las circunstancias.
  2. Muchos medicamentos para humanos pueden ser muy perjudiciales, incluso mortales, para un perro. Por ejemplo, las anfetaminas, como el Adderall y la cocaína, pueden ser muy peligrosas para un perro. Llama inmediatamente a un veterinario si el perro ha consumido medicamentos para humanos. [8]
    • Los analgésicos humanos (como ibuprofeno, naproxeno y paracetamol) son peligrosos para los perros. La aspirina, aunque se prescribe ocasionalmente a los perros en dosis mínimas, puede ser peligrosa en grandes cantidades.
    • Los medicamentos contra el malestar estomacal, como Kaopectate y Pepto Bismol, pueden ser peligrosos para los perros si se administran en la dosis incorrecta o con otros medicamentos.
    • Los descongestionantes son particularmente peligrosos. Entre estos se encuentran los productos para el resfrío y la gripe que contienen pseudoefedrina, así como cualquier producto que contenga antihistamínicos.
    • Las pomadas y las cremas que contengan baclofeno, flurbiprofeno, diclofenaco, ketamina, lidocaína, dibucaína, 5-fluorouracilo y calcipotrieno pueden causar daños graves al perro, incluso si las ingiere en pequeñas cantidades al lamerse la piel después de que le hayas aplicado el producto.
    • Los medicamentos contra el cáncer, los antidepresivos y los medicamentos para adelgazar, así como las vitaminas (especialmente los comprimidos de hierro) también son peligrosos para los perros.
  3. Hay varias cosas que el perro puede haber tomado del baño que pueden provocarle un envenenamiento. La ingestión de jabón de cualquier tipo, por ejemplo, es posible que le cause vómitos y diarrea. [9]
    • La ingesta de vaselina también puede provocarle diarrea al perro. El enjuague bucal también puede ser peligroso para este.
    • Los aromas artificiales, incluidas las velas perfumadas, también pueden ser tóxicos para los perros.
    • Ten cuidado con el consumo de lechada no curada. Los materiales empleados para sellar los accesorios del baño o los azulejos colocados varían mucho en cuanto a su nivel de toxicidad. Muchos pueden provocar salivación, vómitos y úlceras. Por lo general, cuando se secan, estos materiales solo causan un ligero malestar estomacal.
    • Mantén al perro alejado del retrete. Si el perro toma agua de un retrete que ha sido tratado recientemente con una pastilla de limpieza, es poco probable que le produzca algo más que un malestar estomacal leve. Sin embargo, el agua estancada del retrete puede causarle infecciones bacterianas.
  4. Los cigarrillos, los parches de nicotina y el líquido usado en los cigarrillos electrónicos pueden ser extremadamente perjudiciales para el perro. No dudes en llevarlo al veterinario si crees que ha comido alguno de estos productos. [10]
  5. Si el perro ha tomado algo almacenado en otra área de la propiedad, asegúrate de verificar si hay evidencia de algo venenoso. El anticongelante es particularmente peligroso, pues su olor y sabor atraen a algunos perros, a pesar de que su ingestión suele ser mortal. [11]
    • Algunos otros productos que pueden envenenar al perro incluyen fundidor de hielo, sustancias químicas para la piscina, ablandador de agua, veneno para ratas o ratones, cebo o veneno para insectos, fertilizantes y productos de citronela.
  6. Es probable que haya muchas sustancias en tu casa que puedan suponer un riesgo de envenenamiento para el perro. Muchos productos de limpieza, por ejemplo, pueden causar irritación de la piel y vómitos. Aunque la mayoría de los productos domésticos no dañen gravemente al perro (si se usan correctamente o se consumen en pequeñas cantidades), puede ser útil identificar el origen exacto de cualquier posible envenenamiento. [12]
    • Si crees que el perro ha ingerido algún desodorante o champú para alfombras, puedes prever que experimente un malestar estomacal leve, pero que por lo demás esté bien.
    • El hecho de que la lejía se derrame en un lugar con mala ventilación en el que esté encerrado el perro o de que el perro la ingiera de alguna manera puede provocar un envenenamiento.
    • La inhalación o la ingestión de aceites esenciales puede ser tóxica para el perro.
    • Lleva al perro al veterinario si ha ingerido hojas de suavizante que no hayas utilizado. Las sustancias químicas que contienen estas hojas pueden causar salivación, vómitos, úlceras y fiebre. Las hojas usadas también pueden ser peligrosas si las ingiere en grandes cantidades.
  7. Varias plantas que se cultivan habitualmente en los hogares y los jardines pueden ser venenosas para los perros. Estas plantas incluyen flor de pascua, acebo, aloe vera, narcisos, crisantemos, azaleas, lirios, tulipanes, begonias, etc. [13]
    • El muérdago y las agujas de pino también pueden envenenar al perro.
    • Además, algunas hierbas pueden ser venenosas para el perro. Si observas una planta que parezca haber sido masticada o ingerida, o si el perro vomita materia vegetal, llévalo al veterinario.
  8. Es probable que ya sepas que el chocolate es peligroso para los perros. Incluso una pequeña cantidad puede dañarlo gravemente. Algunos otros alimentos que pueden estar presentes en la cocina también pueden envenenarlo. [14]
    • De manera particular, los caramelos duros, los chicles, los caramelos con xilitol, las pasas, las uvas, los aguacates y las nueces de macadamia son venenosos para los perros.
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