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La mayoría de las perras se agachan para orinar. Sin embargo, los animales con el lomo, la pelvis o una pata trasera lesionados puede tener muchas dificultades para hacerlo. Asimismo, algunas lesiones pueden interferir con la inervación a la vejiga, lo que significa que la perra no podrá orinar por su cuenta sin importar la posición en la que esté. Ambas situaciones requieren cuidados y ayuda por parte del dueño, para mantenerla cómoda y saludable.

Método 1
Método 1 de 2:

Darle soporte en una posición agachada

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  1. Esto requerirá compromiso de tu parte. Sin embargo, solo recuerda que agacharse ejerce tensión en los huesos y los músculos, y si uno de esos huesos o músculos no puede soportar el peso de la perra, es probable que colapse. Esto evitará que vuelva a tratar de orinar, y podría recostarse en su cama y ensuciarla.
  2. Puedes usar una toalla de mano para una perra pequeña, una de baño para una de tamaño mediano, y una más grande para una perra grande. También puedes improvisar con algo largo y angosto, pero si vas a usar un cinturón o algo similar, evita que se le clave en la piel o la irrite a causa de la fricción. [1]
    • Puedes hacer una eslinga simple con una bolsa de compras de algodón. Corta las uniones laterales para que la bolsa quede totalmente plana. El cuerpo de la misma formará la eslinga, la cual debes colocar debajo de su vientre. Luego une las asas, una en cada lado, para sostenerlas por encima de su lomo a fin de elevarla con ellas.
  3. Sostén un extremo por encima de su lomo, pasa el otro por debajo de su vientre y por encima del otro lado, y sujeta los dos extremos juntos por encima del lomo. Esto formará un lazo con la perra apoyada en la “U” del mismo. Mueve la eslinga hacia atrás para que repose tan lejos de sus caderas y rodillas como le parezca cómodo. Al sujetar los extremos de la toalla, podrás evitar que deposite su peso en las patas traseras si tiene problemas para caminar hacia el área en donde va al baño.
  4. Cuando se agache, deja que adopte esta posición, pero sostén parte de su peso para que no se caiga si sus patas ceden. Tan solo darle soporte en la posición agachada para que no colapse puede marcar una gran diferencia para ella. [2]
Método 2
Método 2 de 2:

Ayudar a una perra postrada en cama a orinar

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  1. Si no puede levantarse, podría hacer sus necesidades y ensuciarse por accidente. Para mantenerla lo más limpia y cómoda posible, asegúrate de que esté recostada en una cama bien acolchada. VetBed es lo ideal, ya que absorbe la humedad de la perra. Por lo tanto, si se orina, este absorberá la orina de su cuerpo. [3]
    • Otra opción es recostarla en almohadillas de entrenamiento para cachorros, ya que absorberán la orina y reducirán la irritación en su piel.
  2. No la dejes recostada en la orina por más de unos minutos. Ella también apreciará que le laves el trasero con agua para eliminar la orina de su pelaje y piel mientras sigue recostada. Esto no solo la mantendrá con buen olor, sino que también reducirá las probabilidades de que se le infecte la piel debido a las escaldaduras por orina y las infecciones secundarias. [4]
  3. Esto podría ser necesario para animar a una perra postrada en cama a hacer sus necesidades en un momento conveniente, para que puedas limpiar lo que ensucie, o si tiene lesiones en los nervios que le causan dificultades para orinar. Nunca trates de exprimirle la vejiga hasta que el veterinario te enseñe a hacerlo. Esto se debe a que hacerlo de la forma incorrecta o aplicar demasiada presión podría causar lesiones graves, como romperle un órgano o reventarle la vejiga. [5]
  4. El objetivo de la técnica es aplicar una presión suave en la vejiga para superar la resistencia de la válvula que detiene la filtración de orina de la vejiga. La primera habilidad que debes aprender es identificar la vejiga. Esta se encuentra en la parte posterior del vientre, a lo largo de la pared del cuerpo. En los perros pequeños, puedes palparla con una mano, formando una “C” con el pulgar y los otros dedos, y colocándolos en ambos lados del vientre. En los perros grandes, tienes que usar ambas manos, una en cada lado de la pared del cuerpo. Presiona con cuidado hasta que sientas algo que se parezca a una toronja. [6]
    • Ahora exprime la vejiga de manera uniforme. No uses las yemas de los dedos, ya que estos ejercen mucha presión en las áreas localizadas. En su lugar, usa las partes planas de los dedos (en los perros pequeños) o las palmas de las manos (en los perros grandes).
    • Aplica una presión cada vez mayor hasta que veas que expulsa un chorro de orina de la vulva. [7]
    • Solo aplica una presión moderada o la intensidad indicada por el veterinario. Si tienes que ejercer una presión fuerte, esto significa que la perra no quiere ir al baño, estás presionando el punto incorrecto o que tiene un problema que no le permite orinar. Detente de inmediato y comunícate con el veterinario para que te aconseje. [8]
  5. Es importante que lo hagas con frecuencia, por lo general de 2 a 4 veces al día. Sigue los consejos del veterinario sobre la frecuencia.
  6. Una perra con una lesión en el lomo, la pelvis o una extremidad tendrá dolor. Este dolor hará que no quiera moverse y quizás no le permita agacharse para hacer sus necesidades. No se debe dejar a los animales con dolor; por ello, además de tratar el problema de movilidad, es importante que le administren un analgésico adecuado. El veterinario debe recetarle medicamentos para el dolor. Si el nivel del medicamento es el adecuado, la perra podrá moverse mejor, y se agachará para orinar por su cuenta o aceptará que la ayudes a hacerlo.
    • Los antiinflamatorios no esteroides (AINE) son los más usados, como Metacam (meloxicam), Rimadyl (carprofeno) y Onsior (robenacoxib). Estos medicamentos tienen un alto margen de seguridad cuando se administran con comida, y nunca debe consumirlos con el estómago vacío, ya que pueden causar úlceras gástricas. [9] Siempre sigue al pie de la letra las indicaciones y las dosis que el veterinario recomiende. Si la perra no come o tiene náuseas o diarrea, no le des el medicamento. Los AINE son más eficaces contra el dolor leve o moderado.
    • Los huesos fracturados suelen causar mucho dolor, por lo que la perra podría necesitar un analgésico más fuerte. Si ya está tomando un AINE, otro medicamento en conjunto con él por lo general le brindará suficiente alivio como para poder moverse más. Una adición común es tramadol, ya que es seguro junto con un AINE y brinda alivio al nivel de los opiáceos. [10]
    • Si la perra tiene un dolor intenso, podrían recetarle un parche de fentanilo. Estos parches se colocan en la piel para brindarle un analgésico de liberación lenta. Por lo general, se utilizan en los hospitales veterinarios, en lugar de los hogares. Sin embargo, algunos veterinarios permitirán que se usen en las casas de las mascotas, bajo la supervisión minuciosa de los clientes que conozcan y en quienes confíen. La supervisión es vital cuando se usan estos parches, ya que los perros podrían sufrir una sobredosis si los muerden y los ingieren.

Advertencias

  • El fentanilo es un opiáceo y un medicamento controlado de clasificación II en los EE. UU. Esto significa que el veterinario tendrá que llevar un registro escrito que indique todos los usos de los mismos. Estos deben adquirirse de una manera especial, y los parches sin usar deben guardarse en un botiquín con seguro. Además, los parches usados deben desecharse de una forma autorizada por el Gobierno.
  1. Plumbs veterinary drug handbook. Donald Plumb. Editorial: Wiley-Blackwell

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