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Los niveles elevados de amilasa en sangre (hiperamilasemia) no son un problema de salud en sí. Más bien, son un síntoma de diversos problemas médicos subyacentes. Más frecuentemente, se deben a una pancreatitis aguda o crónica, la enfermedad de Crohn, obstrucciones intestinales o a infecciones en la vesícula biliar o en los riñones. La única manera verdadera de bajarlos consiste en tratar la causa subyacente. En la mayoría de los casos, solo tendrás que colaborar con un doctor o profesional de la salud para controlar el problema médico y recuperar los niveles adecuados de amilasa.

Método 1
Método 1 de 3:

Bajar los niveles con ayuda médica

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  1. La única manera de bajar los niveles de amilasa es tratar la afección subyacente que causa su elevación. Si una prueba de sangre reciente arrojó que tienes hiperamilasemia, consulta con tu doctor para saber qué otras pruebas se necesitan para determinar la causa. [1]
    • Algunas causas comunes de los niveles elevados de amilasa son la presencia de pancreatitis, tumores, infecciones de la vesícula biliar, infecciones renales y el uso de ciertos medicamentos.
    • Las pruebas adicionales pueden ser más pruebas de sangre, una prueba de orina y una ecografía o tomografía del abdomen.
  2. Si tus niveles elevados de amilasa se deben a una pancreatitis, tendrás que elaborar junto con el doctor un plan de tratamiento y control. Al inicio, quizá se te pida ayunar, tomar analgésicos y recibir líquidos por vía intravenosa para controlar la inflamación. [2]
    • Una vez que la pancreatitis esté controlada, el doctor te ayudará a tratar la causa subyacente. Dependiendo de la causa, el tratamiento podría consistir en una cirugía para retirar las obstrucciones biliares, cirugía de vesícula biliar, cirugía de páncreas o un tratamiento para la dependencia del alcohol.
  3. La colecistitis es la inflamación de la vesícula biliar, que generalmente se produce por la presencia de cálculos o infecciones. Si tus niveles de amilasa están elevados debido a complicaciones de la vesícula biliar, el doctor podría recomendarte un plan de control conservador, un tratamiento del dolor causado por los cálculos o una cirugía para extraértela. [3]
    • Un plan de control conservador puede incluir ayunos para minimizar el trabajo de la vesícula biliar, la administración de líquido por vía intravenosa y de medicamentos para controlar los síntomas de dolor.
    • La extracción de la vesícula biliar no se recomienda en todos los casos. Una vez que la inflamación inicial esté controlada, el doctor podría recomendar hacerte más pruebas y análisis para ver saber si la extracción es recomendable.
  4. Si tus niveles elevados de amilasa se deben a una infección renal , es probable que el doctor te recete antibióticos para tratar la infección. Toma los medicamentos exactamente como te lo indique el doctor. Además, podría recomendarte tomar más líquido para prevenir una posible deshidratación y fiebre. [4]
    • La cantidad de líquidos que necesitarás dependerá de tu estado de salud general, síntomas e historial médico. Consulta con tu doctor para saber cuánto tomar.
    • Asegúrate de tomar la batería completa de antibióticos, aunque empieces a sentirte mejor antes de terminarla.
  5. Si tus síntomas te causan diarrea persistente, dolor abdominal, fiebre, sarpullido o si afectan tu capacidad para comer, busca ayuda médica inmediata. Estos pueden indicar la presencia de una infección aguda u otros problemas de salud graves que necesitarán tratamiento inmediato. [5]
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Método 2
Método 2 de 3:

Controlar los efectos secundarios

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  1. Si los medicamentos son los causantes de tus niveles elevados de amilasa, deja de tomarlos o cámbiate a otros. Si son de venta bajo receta médica o si los tomas para controlar un problema de salud crónico, consulta con tu doctor antes de descontinuar su uso. [6]
    • Los medicamentos que pueden elevar los niveles de amilasa son los opiatos, las píldoras anticonceptivas, los fármacos colinérgicos, los diuréticos tiazídicos, la asparaginasa, la aspirina, el ácido etacrínico y la metildopa. [7]
    • Quizá tengas que pedirle a tu doctor otra receta si tomas medicamentos para controlar un problema de salud crónico.
    • Si estás tomando medicamentos como parte de un tratamiento a corto plazo, se recomienda continuar con él y dejar que los niveles de amilasa regresen a la normalidad una vez terminado el tratamiento. Consulta con tu doctor antes de descontinuar cualquier medicamento.
  2. Si tus niveles de amilasa se elevaron debido a una inflamación del páncreas o de la vesícula biliar, tomar AINE, como naproxeno o ibuprofeno, puede ayudan a controlar el dolor. Toma la medicación según lo indique el doctor o esté indicado en el envase del producto. [8]
    • Si no puedes tomar AINE, es posible que puedas tomar un máximo de 4000 mg de paracetamol al día.
    • Consulta siempre con tu doctor antes de empezar a tomar un medicamento nuevo.
  3. Si tus niveles elevados de amilasa se deben al consumo excesivo de alcohol, proponte dejar de bebe alcohol de inmediato. Aunque el alcohol no sea la causa de los niveles elevados, igual procura reducir la cantidad de alcohol que consumes, porque la bebida puede exacerbar las afecciones subyacentes que los causan. [9]
    • Lo idea es dejar de beber totalmente si tienes estos niveles elevados. Si no puedes hacerlo, procura que el número de tragos que tomas por semana sea lo más bajo posible.
    • Si necesitas ayuda para controlar un problema de alcoholismo, busca en tu localidad grupos de apoyo, centros de recuperación y terapeutas especializados en adicciones. Estos pueden ofrecerte apoyo y recursos para ayudarte en el camino a tu recuperación. [10]
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Método 3
Método 3 de 3:

Prevenir la hiperamilasemia

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  1. Llevar una dieta saludable puede ayudar a reducir el riesgo de sufrir de cálculos biliares y pancreatitis. Haz lo posible por llevar una dieta que consista como mínimo en 5 porciones de frutas y vegetales todos los días. Opta por granos integrales en vez de carbohidratos procesados cada vez que puedas. Evita los azúcares añadidos y las comidas grasas con un alto contenido de colesterol. [11]
    • Consulta siempre con tu doctor antes de hacer cualquier cambio considerable en tu dieta, en especial si estás recibiendo tratamiento para algún problema de salud crónico.
  2. Tanto la obesidad como los trastornos alimenticios restrictivos, tales como la anorexia y la bulimia, pueden aumentar las probabilidades de sufrir de cálculos biliares y complicaciones renales. Procura mantener un peso saludable para reducir este riesgo. Dependiendo de tu estilo de vida e historial médico, quizá tengas que modificar tu dieta, hacer ejercicio regular y hacer otros cambios en tu estilo de vida. [12]
    • Las necesidades calóricas y los planes de ejercicio varían de persona a persona. No existe una dieta o rutina de ejercicio únicos para todos. Consulta con tu doctor o dietista titulado para saber qué combinación de dieta, ejercicio y cambios en el estilo de vida son los adecuados para ti.
    • Si bien perder peso es importante si eres obeso, asegúrate de evitar las dietas de bajo contenido calórico, ya que en realidad podrían aumentar tu riesgo de tener cálculos biliares.
  3. Al igual que el consumo de alcohol, el cigarrillo aumenta considerablemente el riesgo de sufrir de pancreatitis. Si eres fumador actualmente, de marihuana y cigarrillos electrónicos incluidos, proponte dejar de fumar de inmediato. Busca grupos de apoyo locales y busca ayuda de un terapeuta especializado en adicciones, si es necesario. [13]
    • Si vives en los Estados Unidos, puedes llamar a la línea telefónica nacional de ayuda para las adicciones del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades para conectarte con los recursos disponibles en tu localidad.
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