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¿Alguna vez viste a alguien balancear un refresco de forma que quede en un ángulo? Es un truco genial que puedes hacer usando una lata regular de refresco y nada más. Es más fácil de lo que parece y, con la práctica, podrás asombrar a tus amigos en la mesa con el poder de la física.

Método 1
Método 1 de 3:

Balancear una lata de refresco

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  1. La cantidad precisa en la lata marca toda la diferencia en cuanto a su capacidad para balancearse. Debido a que esta cantidad no es precisa (no sin una dosis generosa de matemáticas), tendrás que ajustarla según sea necesario. [1]
  2. Debes inclinarla de forma que quede apoyada sobre la muesca que rodea la parte inferior de la lata. Ten cuidado, debido a que el movimiento del líquido hará que el equilibrio de la lata se tambalee hasta que el líquido se detenga.
    • Estás apuntando a llegar al centro de equilibrio entre la lata y el líquido en su interior. En la mayor parte de las latas de refresco, la cantidad de líquido necesario será la misma, aunque esto puede depender del tamaño de la lata.
    • Sigue intentándolo hasta hacerte una idea en cuanto a la inclinación y el equilibrio. ¡Trabaja con lentitud! Si te mueves muy apresuradamente, derramarás el refresco por todas partes.
  3. Mantén las manos cerca de la lata en tus primeros intentos de forma que no la derrames por todas partes. En caso de que la lata no se balancee, es posible que debas verter más líquido de la lata o incluso añadirle más.
    • Inclina la lata hacia "atrás", en dirección opuesta a la abertura por donde bebas. Esto permitirá que, en caso de que la lata llegue a caerse, vuelvas a recogerla antes de que se derrame mucho.
  4. Después de dominar el balancear la lata en un ángulo de 45 grados, haz el intento empujarla suavemente. Rodará sobre el borde con lentitud y se verá aún más sorprendente. ¡Observa el poder de la ciencia!
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Método 2
Método 2 de 3:

Balancear un salero

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  1. Servirá un salero similar a uno estándar que encontrarías en la mayor parte de los restaurantes. Asegúrate de que el salero tenga un poco de sal, ya que este truco no funciona si no tiene sal.
    • Es posible que sea más difícil realizar este truco con un salero que no tenga un borde biselado debido a que es más difícil que la sal se calce debajo del salero y lo sostenga en el aire. Asimismo, los saleros con una parte superior pesada podrían presentar un problema.
  2. No se necesita mucha sal para balancear el salero. Vierte apenas una pequeña cantidad sobre la mesa, aproximadamente del tamaño de una moneda. Evita verter demasiado, ya que no querrás hacer un desorden, y solo se necesita una pequeña cantidad.
  3. Presiona el salero completamente contra la sal, soltando de vez en cuando para fijarte si el salero se ha balanceado. Evita desanimarte en caso de que no funcione al principio, ya que esta parte en gran medida involucra ensayo y error. ¡No hay un truco!
    • Esto también puede funcionar con cristales de azúcar. Sin embargo, no es tan fácil lograr el equilibrio debido a que los gránulos de azúcar son más finos a pesar de su forma similar.
  4. Después de que el salero esté estable y en su lugar, sopla el resto de la sal para quitarlo. Esto eliminará cualquier rastro de sal salvo por los pocos gránulos que sujeten el salero en su lugar. Parecerá que el salero está parado torcido por su cuenta. ¡Confunde a tus amigos con el poder de la ciencia!
    • Esto también puede funcionar con un pimentero, aunque no puede balancearse sobres pimienta.
    • Los gránulos de sal tienen una forma cuadrada, lo que significa que sus lados son planos y pueden sostener con facilidad el salero en su lugar. [2]
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Método 3
Método 3 de 3:

Balancear utensilios en la mesa

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  1. Consigue varios utensilios que no te preocupen en particular. Empujarás un tenedor contra una cuchara y los balancearás sobre un vaso, por lo que están destinados a caerse unas cuantas veces y es posible que se abollen o doblen a medida que vayas agarrándole el truco. Necesitarás lo siguiente en total:
    • dos tenedores
    • un mondadientes
    • un vaso de agua
    • un corcho de vino
    • fósforos
    • una cuchara (opcional) [3]
  2. Empuja los dientes de cada tenedor uno contra otro de forma que queden entrelazados ajustadamente. Debes poder operar los dos utensilios como una "unidad". Al tomar el mango de un utensilio, el otro también debe levantarse.
    • Si deseas, es posible usar una cuchara y un tenedor en lugar de dos tenedores. Ten en cuenta que esto podría doblar los dientes de uno de los tenedores.
  3. Apoya sobre tu dedo el centro del punto de unión de los utensilios. Muévelos de un lado a otro sobre tu dedo hasta que estén balanceados a la perfección sin necesitar ninguna otra ayuda para permanecer posados allí. Este constituye el centro de masa.
  4. Fuerza el mondadientes en el centro de masa calzándolo dentro del punto de unión de los dientes de los dos tenedores. Utiliza apenas la fuerza suficiente como para introducir el mondadientes en los tenedores sin separar el agarre entre ambos. Es posible que esto tome varios intentos.
    • En caso de que el mondadientes se rompa o no pueda encontrar un espacio, haz el intento de separar los tenedores y volver a unirlos de una forma un poco menos ajustada esta vez.
  5. Busca el lugar del cuerpo del mondadientes que vaya a balancear a la perfección los tenedores sobre el borde. Los tenedores quedarán apoyados horizontalmente a lo largo del borde del vaso rodeando la parte superior.
    • Lo único que se necesita es un poco de ensayo y error. Puedes hacer el intento de empezar con un mondadientes más largo en caso de que esto te sea de ayuda para lograr el equilibrio necesario.
    • Asimismo, puedes balancear utensilios de este modo sobre superficies que no sean vasos. Prueba con los saleros o pimenteros en caso de que los tengas. [4]
  6. Con un fósforo, prende fuego al extremo del mondadientes que cuelgue sobre el vaso. El mondadientes se quemará con lentitud. Sigue haciéndolo hasta que queden únicamente las partes del mondadientes que toquen el borde y cuelguen por encima de él. Completa la ilusión limpiando las partes quemadas del mondadientes.
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Consejos

  • Al practicarlo las primeras veces, empieza por una lata vacía y llénala con agua. Esto te servirá para hacerte una idea en cuanto a la cantidad de líquido que debe haber dentro de la lata.
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Advertencias

  • En caso de que seas niño y quieras probar con el truco de los utensilios, asegúrate de contar con la supervisión de un adulto.
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Cosas que necesitarás

  • una lata de refresco
  • una superficie relativamente estable
  • utensilios
  • fósforos o un encendedor
  • mondadientes
  • un vaso
  • salero
  • sal

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