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Puede ser difícil lidiar con un gato agresivo; no obstante, es importante recordar que el gato podría tener miedo o que no tuvo mucha socialización cuando fue pequeño. Podría atacarte a ti, a otras personas o a otros animales de tu casa. A fin de calmar a un gato agresivo durante un ataque, tendrás que darle espacio y distraer su atención de la pelea. A fin de cambiar el comportamiento de un gato agresivo en general, tendrás que ir a la raíz del comportamiento del animal y hacer que se sienta seguro y cómodo. Si no puedes calmar a tu gato agresivo por tu cuenta, también puedes buscar ayuda de un profesional especializado en animales, por ejemplo, de un veterinario o de un conductista animal.

Método 1
Método 1 de 3:

Poner fin a los arrebatos agresivos

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  1. Si un gato agresivo te ataca activamente, debes protegerte lo mejor que puedas. Recuerda que las mejores armas de un gato son sus dientes y sus garras, por lo tanto, procura evitar el contacto con ambas partes del animal. Tu mejor opción será mantenerte alejado del gato y evitar tocarlo si es posible.
    • Si tienes que tocar al gato, trata de sujetarlo del cuello de tal forma que no pueda tocarte con sus garras o dientes. También puedes tratar de envolverlo con una toalla o manta, ya que así puedes inhabilitarlo.
    • Protege las partes más vulnerables de tu cuerpo con tus brazos si un gato trata de aferrarse de ti. Debes priorizar tus partes más sensibles, incluyendo tus ojos y cara.
  2. Si un gato muestra un lenguaje corporal agresivo o si te ataca, debes alejarte de él. Salir de la distancia de ataque puede mantenerte seguro y además reducir la ansiedad del animal.
    • Si te acercas para tranquilizar al gato o para tratar de calmarlo, es probable que solo aumentes su actitud defensiva. Esto podría dar lugar a un ataque mucho más agresivo.
    • Evita ver directamente a los ojos del gato, ya que esto es una señal de un desafío agresivo.
    • Si el gato está en tu regazo cuando se vuelve agresivo, levántate para que se caiga de ti. Después aléjate rápidamente de él.
  3. Si es posible, distrae a un gato que actúa de forma agresiva. Algunas veces, lo puedes lograr al hacer que interactúe con un juguete que le guste. También puedes hacer un ruido agudo que lo asuste o impacte, por ejemplo, una palmada o un siseo. [1]
    • También puede dejar caer algo que haga ruido en el piso, por ejemplo, un recipiente lleno de monedas. Es bueno tener a la mano un objeto que haga un ruido como este si tienes un gato que con frecuencia se vuelve agresivo.
    • Si el gato está obsesionado con una cosa específica, trata de romper su contacto visual. Pon algo entre el gato y aquello que lo vuelve agresivo.
  4. Si tu gato actúa de forma agresiva con otro animal, debes tratar de interrumpir la pelea y llevar al otro animal a un espacio seguro. Sin embargo, nunca debes meterte entre los animales, ya que es peligroso para ti y podrías sufrir una lesión. En muchos casos, esto lo puedes lograr al dar a los animales una ruta de escape lejos de la pelea, por ejemplo, al abrir una puerta.
    • También puedes tratar de sorprender al gato agresivo y desorientarlo al lanzarle una toalla o un balde con agua. Esto debe darte la oportunidad de sacar al otro animal de la situación.
    • Es importante que evites que todos tus animales se peleen. No debes dejar que simplemente tengan una pelea. Esto a largo plazo puede causar lesiones graves y rencores entre los animales. [2]
    • Resulta especialmente importante separar animales que tratan de acostumbrarse entre sí, por ejemplo, cuando llevas una nueva mascota a tu casa. Una pelea al inicio puede provocar que la relación sea tensa en el futuro.
    • Trata de poner algo entre unos gatos agresivos a fin de evitar que entren en contacto. Por ejemplo, puedes poner una almohada entre los animales antes de que hagan contacto físico.
  5. Incluso un ligero castigo físico, como golpear al animal en su nariz, puede aumentar su ansiedad. Así, en vez de reducir la agresividad, este tipo de reacción puede aumentar su intensidad. [3]
    • Nunca le pegues a un gato. Un gato agresivo necesita tu ayuda y no que añadas más agresión a la situación.
  6. Después de un episodio agresivo, es mejor que dejes que el gato se relaje y se calme por sí solo. No interactúes con él hasta que se calme y se acerque a ti para buscar interacción o atención. [4]
    • Tal vez incluso desees mantener aislado al gato en una habitación con comida, agua y una caja de arena. No obstante, a algunos gatos no les gustará esto y aumentarás su agresividad.
    • Algunos gatos simplemente necesitan estar solos la mayor parte del tiempo. Si tienes un gato malhumorado que simplemente quiere que lo dejen solo, permítele estar así. Dale su propio espacio en el que pueda estar lejos de las personas y otros animales en tu casa, por ejemplo, en una habitación libre.
    • Asegúrate de que el gato tenga un lugar para esconderse en cada habitación de tu casa, por ejemplo, una caja de cartón en la cual pueda aislarse. Esconderse ayuda a los gatos a lidiar con el estrés.
  7. Trata cualquier arañazo o mordedura de un gato de forma adecuada. Si tú, tu gato u otro animal sufren una lesión, debes asegurarte de que dicha lesión se trate de forma adecuada. Debes limpiar, desinfectar y vendar los arañazos y mordeduras de los gatos para que no se infecten. Si las lesiones se infectan, trátalas con un médico o veterinario.
    • Las señales de infección en un arañazo o mordedura de un gato incluyen dolor, enrojecimiento, hinchazón y pus que sale de la parte lesionada. [5]
    • Las mordeduras y arañazos de los gatos son propensos a infectarse, por lo tanto, es importante que los limpies y desinfectes muy bien, incluso si parecen pequeños.
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Método 2
Método 2 de 3:

Conseguir ayuda profesional

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  1. En algunos casos, la causa de la agresividad del gato puede ser un problema de salud subyacente. Si tu gato se siente enfermo, podría actuar con agresividad para hacerte saber que está enfermo. A fin de eliminar esto como una posible causa de la agresividad de tu gato, haz que un veterinario lo examine. [6]
    • Algunas afecciones médicas que pueden causar agresividad son artritis, problemas dentales e hipertiroidismo. Algunos síntomas comunes que están asociados con estas enfermedades son falta de apetito, dificultad para moverse, vómitos y diarrea. [7]
    • Si tu gato actúa de forma agresiva, es posible que el veterinario tenga que restringirlo mientras lo examine. Ten en cuenta que este tipo de restricción será para proteger al veterinario y al gato en sí mismo.
  2. Incluso si tu veterinario no encuentra ningún problema médico con tu gato, es posible que todavía pueda ayudarte con el asunto. Pregúntale sobre los medicamentos que podrían ayudar a tu gato a calmarse y sobre cualquier otra solución que pueda tener. [8]
    • Pregúntale al veterinario sobre los productos de venta libre que también podrían ser útiles. Tal vez el veterinario conozca los mejores espráis y difusores calmantes del mercado.
  3. Hay profesionales especializados en animales que pueden ayudarte si tienes un gato muy agresivo. Un conductista de mascotas puede trabajar en modificar el comportamiento y también puede enseñarte la forma de interactuar de manera segura y positiva con tu gato. [9]
    • Por lo general, puedes encontrar un especialista en comportamiento de mascotas en tu zona al consultar a tu veterinario o refugio de animales local o al investigar en línea.
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Método 3
Método 3 de 3:

Cambiar el comportamiento agresivo

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  1. Si un gato muestra un comportamiento agresivo a una edad temprana en su vida, debes tratar de cambiarlo rápidamente. Eliminar el comportamiento agresivo en un gatito o gato joven puede evitar que lo convierta en un hábito. [10]
    • Incluso si un gato es mayor, valdrá la pena dedicar tiempo a tratar de reducir su agresividad. El gato simplemente se demorará más tiempo que uno joven en cambiar su comportamiento.
  2. A fin de minimizar la agresividad del gato, tendrás que llegar a la raíz del problema. Empieza por pensar en qué ha cambiado en la vida del animal que podría estar causándole ansiedad. También mantente atento a lo que pasa cerca y alrededor del gato justo antes de un episodio. Si puedes determinar de dónde proviene la agresividad, podrías mitigarla. Algunas razones comunes para la agresividad son: [11]
    • miedo
    • actitud defensiva
    • conflicto con otros animales
    • ira redirigida
    • sensación territorial
    • agresión depredadora
    • sobreestimulación
    • emoción al jugar rudo
    • protección maternal
    • irritabilidad general
    • dolor
    • problemas de tiroides
    • falta de atención
    • cambio de ubicación
    • trauma del pasado
  3. Por lo general hay algunas señales de advertencia de que un gato está por ponerse agresivo antes de que estalle. Al identificarlas las señales y detener el estímulo que causa tal comportamiento, algunas veces, podrás evitar por completo el incidente. Si bien el comportamiento de cada gato antes de un episodio agresivo puede diferir, algunas señales comunes son: [12]
    • agacharse o ponerse en cuclillas
    • agachar la cabeza
    • tener los ojos muy abiertos con las pupilas dilatadas
    • retraer los bigotes
    • sisear y botar saliva
    • poner sus pelos en punta
    • aplanar y poner hacia atrás sus orejas
  4. Si ya determinaste que la agresividad de tu gato tiene una causa específica, haz los ajustes posibles que eliminen dicha causa. Existen algunos problemas que puedes eliminar al hacer cambios en la situación de vida o interacciones del gato. Por ejemplo, si tu gato se pone agresivo cuando juegas bruscamente con él, detén ese tipo de juego. [13]
    • Si tu gato tiene problemas con otros animales, podría ser mejor mantenerlo como única mascota.
  5. A medida que trates de cambiar el comportamiento de tu gato, es importante que le avises cuándo hace un buen trabajo. Así, recompensarlo con premios o con un juego que le gusta cuando se porta bien es una buena forma de mostrarle el tipo de comportamiento correcto. [14]
    • Por ejemplo, si tu gato se pone agresivo cuando lo acaricias por mucho tiempo, recompénsalo cuando no muestre ese comportamiento. Acarícialo ligeramente por un momento en tu regazo y ponlo en el piso antes de que la interacción se torne mala. Después de ello, dale un premio por su buen comportamiento. Si repites este proceso, al final el gato aprenderá que conseguirá algo que le gusta si no se enoja.
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