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Si quieres cambiar algunas de tus cualidades personales, no eres el único; muchas personas quisieran modificar su personalidad un poco. La buena noticia es que la personalidad es modificable y, con un poco de esfuerzo, podrás mejorar. Sin embargo, necesitarás dedicación y paciencia durante el proceso, sobre todo si ya eres mayor. Primero, puedes identificar los rasgos indeseables que quieres eliminar y las cualidades positivas que quieres desarrollar para sustituirlos. Luego, puedes poner en práctica tus nuevos rasgos hasta que sean automáticos.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Identificar los rasgos negativos

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  1. Sé sincero contigo mismo. ¿Qué rasgos de tu personalidad te impiden vivir como quieres? [1]
    • Quizás valga la pena intentar cambiar los rasgos que te causan problemas, dañan tus relaciones o interfieren con tu productividad.
    • Si quieres cambiar más de uno o dos rasgos, quizás sea de utilidad hacer una lista. Por ejemplo, puedes incluir algunas cosas como mentir, postergar o dudar de ti mismo.
  2. Cuando hables con alguien que te conozca bien, pregúntale cuáles cree que son tus defectos. Una opinión externa puede ayudarte a verte de una forma más objetiva. Quizás seas demasiado estricto contigo mismo o es posible que otras personas vean rasgos indeseables que no hayas notado. [2]
    • Pídele a alguien de confianza que sea sincero contigo. Por ejemplo, podrías decirle “Estoy tratando de mejorar. ¿Podrías ayudarme a identificar algunos rasgos negativos que debería cambiar?”.
    • Pide una opinión solo si estás preparado para escuchar lo que te digan, ya sea algo positivo o negativo.
  3. Cuando sepas qué rasgos quieres cambiar, pregúntate por qué no te agradan. Anota las formas en que tu vida mejoraría si no tuvieras estas cualidades negativas. [3]
    • Sé específico. Por ejemplo, podrías escribir: “A causa de mis gastos impulsivos, el año pasado tuve que pedir dos veces dinero prestado para pagar el alquiler. Cuando logre controlar mis gastos, podré ahorrar y confiar en mí mismo”.
    • Guarda tus notas y vuelve a leerlas si tu motivación empieza a disminuir.
    • Incluso puedes hacer una lista de los beneficios y desventajas del rasgo que quieres cambiar. De esta forma, podrás determinar cómo afecta tu vida y a los que te rodean.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Establecer metas de personalidad

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  1. Pregúntate qué rasgos tiene tu ser ideal que no posees en este momento. Estas son las cualidades que deberás desarrollar para sustituir tus rasgos negativos. [4]
    • Por ejemplo, tu ser ideal podría ser más extrovertido, puntual y organizado de lo que eres ahora.
  2. Pregúntate por qué admiras a algunas personas. Es probable que tengan algún rasgo que podrías cultivar en ti. [5]
    • Ten en cuenta a las personas que admires en la vida real y a las figuras públicas, como atletas y celebridades.
    • Lee algunas autobiografías o mira algunos videos en Youtube sobre personas que te inspiren. Esto te ayudará a identificar los rasgos que admiras y te gustaría tener.
  3. Muchos rasgos que suelen considerarse negativos en realidad tienen algo positivo en ellos. Trata de conservar la parte positiva del rasgo mientras disminuyes la parte negativa. [6]
    • Por ejemplo, muchas personas tímidas son buenas para escuchar y muchas personas agresivas son líderes natos.
  4. Si tratas de cambiar muchos rasgos al mismo tiempo, no podrás concentrarte en ninguno. En lugar de eso, elige solo una o dos de las cualidades más importantes que quieras mejorar y deja las demás para después. [7]
    • Elige una meta que permita que tus metas posteriores sean más fáciles de alcanzar. Por ejemplo, si una de tus metas es dejar de ser perezoso y desarrollar una buena ética laboral, es recomendable que abordes primero esa meta antes de luchar por un ascenso en el trabajo.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Cambiar tus hábitos

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  1. Después de decidir los aspectos específicos de tus metas de personalidad, debes averiguar cómo las alcanzarás. Piensa en algunos pasos específicos que puedas dar para eliminar los rasgos indeseables de tu personalidad y crear nuevas cualidades positivas. [8]
    • Por ejemplo, si quieres superar la timidez y ser más extrovertido, podrías comprometerte a saludar a una nueva persona cada día.
    • Si quieres dejar de posponer las cosas, podrías dividir los proyectos grandes en partes más pequeñas y realizables, y luego enfocarte en al menos una de esas partes.
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    Enfócate en una meta. Tener en mente una meta de cambio puede mantenerte motivado. Trata de concentrarte en los grandes aspectos positivos del cambio en lugar de pensar en lo negativo.
    • Por ejemplo, si quieres hablar mejor en público, trata de escribir la ventaja más importante que lograrás cuando lo hagas. Quizás te permitirá convertirte en entrenador personal o emprender tu propio negocio en el futuro. Escribe todos los aspectos positivos que lleguen a tu mente para motivarte.
  3. En lugar de funcionar como un autómata, adquiere el hábito de prestarles atención a tus pensamientos y a tus acciones. Observa qué situaciones suelen provocar que aparezcan tus rasgos indeseables y crea algunas estrategias para controlar estas situaciones de forma distinta. [9]
    • Por ejemplo, si te das cuenta de que terminas discutiendo cuando alguien del trabajo te critica, una estrategia alternativa podría ser respirar profundo antes de responder.
    • Para adquirir el hábito de la autoconciencia, debes practicarlo durante una o dos semanas antes de tratar de cambiar tu conducta.
  4. Estas son declaraciones que engañan al cerebro para que crea que ya lograste el resultado, lo cual te ayudará a cambiar tus hábitos con mayor rapidez. Este enfoque se llama “fíngelo hasta que lo logres” y es muy eficaz. Crea algunas afirmaciones que te inspiren y reflejen tus metas, y repítelas a solas varias veces al día. [10]
    • Algunos ejemplos de buenas afirmaciones podrían ser “Me siento confiado y seguro de mí mismo” y “Acepto la responsabilidad de lo que hago”.
    • Repite las afirmaciones cuando te levantes, justo antes de acostarte y cuando estés desocupado durante el día.
    • Asegúrate de que tus afirmaciones estén en presente y no en futuro. Por ejemplo, en lugar de decir “Seré optimista”, di “Soy optimista”.
  5. Para cambiar tu personalidad, debes poner en práctica tu nueva conducta una y otra vez hasta que se vuelva natural. Es un proceso largo, así que no debes perder ninguna oportunidad para practicar. Busca algunas situaciones que te permitan comportarte de forma distinta a lo que solías hacer.
    • Por ejemplo, si quieres tener más oportunidades para practicar tus habilidades para conversar, puedes ir a almorzar con tus compañeros de trabajo con mayor frecuencia.
    • También puedes pedirles su apoyo a tus amigos y familiares; incluso puedes conectarte con personas que tengan ideas afines a las tuyas. Trata de contarle a un amigo cercano sobre tus metas para hacerte responsable o únete a un grupo como Meetup.com para buscar una reunión en tu localidad.
    • Incluso podrías unirte a una organización de autodesarrollo para que te ayuden a establecer tu nuevo hábito. Por ejemplo, una organización conocida y de mucha utilidad es Landmark Education. [11] Es posible que sea algo costoso, pero podría valer la pena la inversión dependiendo de la importancia del nuevo hábito.
  6. Quizás necesites varios meses o años para sentir natural tu nueva personalidad, sobre todo si tienes más de 30 años. Sé persistente aún si cometes un error o tu avance es más lento de lo que esperabas. Si mantienes las metas el tiempo suficiente, tu cerebro creará las nuevas conexiones con el tiempo. [12]
    • Ten en cuenta que tendrás contratiempos cuando trates de desarrollar un nuevo hábito. Crea un plan para lidiar con ellos y así continuar y avanzar hacia tus metas.
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