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La personalidad es un conjunto de patrones (pensamiento, comportamiento y sentimientos) que te hacen ser quien eres, pero afortunadamente se pueden cambiar. Requiere de esfuerzo, pero si realmente te apegas a la idea, puede suceder cualquier cosa. Aquí aprenderás a comenzar a construir tu nueva personalidad.
Pasos
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Pon tu plan por escrito. Esta es una acción en dos partes: lo que quieres cambiar y lo que quieres llegar a ser. No puedes tener lo último sin conocer lo primero. Se trata de un enorme desafío: necesitas conocer el campo de batalla antes de lanzarte a la lucha.
- ¿Cómo esperas que tu nuevo carácter mejore tu desarrollo como persona? Al pensar seriamente en este punto, muchas personas llegan a la conclusión de que no necesitan realmente cambiar su personalidad, sino que en realidad es un mal hábito lo que está teniendo un efecto negativo en su relación con los demás. ¿Tal vez un pequeño cambio sea la clave?
- Si hay alguien a quien te quisieras parecer, trata de aislar qué rasgos en concreto te gustaría emular. No te limites a mirar a alguien y decir: “Si, yo quiero ser como él”. Encuentra exactamente qué es lo que admiras: ¿es la forma en que maneja las situaciones? ¿Cómo habla? ¿Cómo camina o se mueve? Más importante aún: ¿Cómo contribuye ese rasgo a su bienestar?
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Cuéntaselo a alguien. Parte del éxito de Alcohólicos Anónimos se debe a que las personas hablan abiertamente con otros con quienes nunca hablarían de ese tema. Hacer que otra persona sepa que te estás esforzando por hacer un cambio importante en tu vida, puede darte la motivación que necesitas.
- Habla con un amigo acerca de lo que estás intentando lograr. Si es un confidente, podrá empujarte en la mejor dirección (ya sea que te diga que estás exagerando o que te anime a seguir en ese camino). Un cerebro pensante más y unos ojos extra te ayudarán a ir más allá de lo obvio y te dirán si estás mejorando y qué impresión estás dando.
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Crea un sistema de recompensa. El premio puede ser cualquier cosa. Puede ser algo tan pequeño como pasar unas canicas de un bolsillo a otro o tan grande como unas vacaciones. Lo que sea, pero que valga la pena para ti.
- Y coloca puntos de control cuando estés manos a la obra. Si te acercas a una chica hermosa o un chico guapo, y consigues dirigirle una sola palabra, fantástico. Si a la semana siguiente consigues contarle una anécdota completa, ¡genial! Recompénsate por cada paso adelante. Se supone que es un reto.
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Deja de etiquetarte a ti mismo. Cuando piensas en ti mismo como una persona tímida y reservada, estás empleándolo como una muleta. ¿Por qué no fuiste a esa fiesta el viernes? Exacto. No tenías excusa. Cuando dejes de pensar en ti mismo como una persona encasillada, el mundo se abrirá ante ti.
- Estás en constante cambio. Si te ves como si estuvieras estancado, terminarás adquiriendo esa característica. Pero si te das cuenta de que en realidad siempre estás creciendo y cambiando, te abrirás oportunidades que inspirarán ese crecimiento, oportunidades que de otro modo tendrías miedo de aprovechar.
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Deja de pensar en términos “fijos”. Al igual que las etiquetas, deja de pensar en blanco y negro. Los chicos no son intimidantes, la autoridad no es malvada y los libros de texto son útiles. Cuando te des cuenta de que tu percepción de las cosas es lo que determina lo que son para ti, verás más posibilidades y por lo tanto más opciones de comportamiento.
- Por ejemplo, el que alguien vea la inteligencia como algo inalterable o como algo que se puede mejorar puede impactar enormemente su “sello distintivo” de comportamiento. Los llamados estados mentales fijos o en desarrollo, los estados mentales que cada cual establece desde muy temprana edad, impactan enormemente en la personalidad. Tienen gran influencia en la motivación, los logros, desempeña un papel en los negocios y las relaciones sociales, en cómo resolver los conflictos y en cómo recuperarse de los contratiempos. [1] X Fuente de investigación
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Desecha con firmeza los pensamientos negativos. Simplemente detenlos. Lo hermoso de tu cerebro es que forma parte de ti y por lo tanto tú puedes controlarlo. Si te pillas pensando: “Dios mío, no puedo, no puedo, no puedo”, lo más seguro es que no puedas. Cuando la voz empiece a sonar, ponle freno. No te está haciendo ningún favor.
- Cuando la voz comience a sonar, hazla sonar como el Pato Donald. Será más difícil tomarla en serio.
- Mantén la frente en alto. Cambiar tu lenguaje corporal puede cambiar cómo te sientes y por lo tanto cómo piensas.
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Finge hasta que te resulte natural. Hay un dicho en el budismo Zen: la salida es por la puerta. Si quieres ser menos tímido, practica acercándote a la gente y hablarle. Si admiras a quien lee mucho, empieza a leer. Solo da el salto. La gente cae en malos hábitos, pero hay maneras de cambiarlos.
- Nadie tiene que saber que en lo más profundo sientes que vas a morir pronto. ¿Sabes por qué? Porque muy pronto ese sentimiento pasará. La mente tiene una asombrosa habilidad de adaptación. Lo que te da repelús ahora, con el paso del tiempo se vuelve anticuado y se olvida.
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Asume otra identidad. De acuerdo, los actores del método lo hacen con mayor facilidad, pero si Dustin Hoffman lo hizo, tú también puedes. [2] X Fuente de investigación Este método consiste en sumergirse por completo en la personalidad de otro. No se trata de la apariencia, es la nueva criatura que tratas de ser.
- Tendrás que hacerlo todo el día. Debes adoptar los hábitos este nuevo personaje en cada situación. ¿Cómo se sienta? ¿Cuál es la cara que pone cuando está relajado? ¿Qué le preocupa? ¿Cómo mata el tiempo? ¿Con quién se asocia?
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Aparta tiempo para alocarte. De acuerdo, es imposible cambiar la personalidad dejando de ser quien realmente eres con el poder de los pensamientos y los hábitos. No hay forma de mantener el personaje 24 horas al día, los 7 días de la semana. Así que date un respiro de vez en cuando para ser tú mismo y sentir lo que quieras.
- Si tienes una fiesta el viernes por la noche que realmente te asusta, dite a ti mismo que el sábado por la mañana ya te darás tiempo para volverte loco pensando. 20 minutos de pensamientos ilógicos e improductivos, pero más allá de eso, nada. Apégate al plan y ¿sabes lo que pasará? Verás que no tendrás que tomarte ese tiempo después de todo.
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Ve a nuevos ambientes. De verdad, la única forma de ver cambios en ti mismo es añadiendo algo nuevo en tu vida. Para hacerlo, deberás observar nuevos comportamientos, gente y actividades nuevas. No puedes hacer siempre lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes.
- Empieza despacio. Únete a un club. Consíguete un empleo fuera de tus habilidades. Empieza a leer acerca del asunto. Además, aléjate de tus entornos habituales. No puedes seguir colgado de la gente que hace lo que quieres cambiar si quieres lograr resultados.
- Oblígate. Si tienes miedo a las arañas, enciérrate en una habitación con una. Día a día, acércate un poco más. Finalmente estarás sentado a su lado. Más adelante estarás tocándola. La exposición constante obliga al cerebro a amortiguar el sentimiento de miedo. Ahora, cambia la araña por cualquier cosa que sea tu meta.
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Escribe un diario. Necesitarás estar bien consciente de ti mismo para mantenerte en el camino. Escribir un diario te ayudará a clasificar tus pensamientos y analizar cómo estás manejando los cambios. Escribe lo que sea que esté funcionando y lo que no para afinar tu método.
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Di “sí”. Si lanzarte a nuevos entornos te resulta difícil, piénsalo de esta forma: deja de perder oportunidades. Si ves algún intento de tu viejo yo diciendo que lo ve innecesario, dale un nuevo vistazo. Si un amigo te invita a hacer algo y no sabes absolutamente nada del tema, dile que sí. Será lo mejor que puedas hacer.
- Con eso dicho, toma decisiones acertadas. Si alguien te invita a saltar de un pico, usa tu cerebro.
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Ponte la ropa adecuada. Es cierto que el hábito no hace al monje, pero te pondrá en el estado mental correcto. Si bien no cambiará tu personalidad, ayudará a recordarte qué clase de persona quieres llegar a ser.
- Puede ser tan simple como ponerse un sombrero. Si hay algo que para ti es indicativo de la nueva personalidad, tenlo en cuenta. Será más fácil mantener la sintonía si reduces las disonancias cognitivas.
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Adopta las costumbres. Es probable que la ropa y los patrones de pensamiento no sean suficientes. Piensa en lo que esa nueva personalidad haría y hazlo. ¿Buscaría interacción social? ¿Evitaría ver programas morbosos? ¿Leería el periódico de finanzas? Sea lo que sea, hazlo.
- No tienes por qué centrarte en cosas difíciles, pues las cosas pequeñas también funcionan. ¿Llevaría un bolso rosado? ¿Escucharía a cierta banda? Métete en el personaje lo más que puedas.
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Instala definitivamente tu nueva personalidad. Ahora que has adoptado nuevos patrones y hábitos, quizá también nuevos amigos y rutinas, te sentirás algo desplazado de tu sitio. Lo importante ahora es abrazarte a ti mismo, sea lo que sea que hayas llegado a ser. Aférrate a tu nueva personalidad con uñas y dientes.
- Desarraigarte sicológicamente es arriesgado. Si lo lograste, lo más seguro es que necesites tiempo para sentir que realmente ese eres tú. Relájate, porque ese sentimiento vendrá si mantienes el deseo de mejorar tu bienestar.
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Reflexiona en tu nueva personalidad. ¿Lograste lo que realmente deseabas? ¿Te ven los demás de forma más positiva ahora que te comportas y te vistes diferente? ¿Estás dispuesto a sacrificar tu autenticidad por una imitación de la persona ideal?
- Algunas personas decidirán que lo que necesitan no es un cambio de personalidad, sino aceptarse a sí mismos y un deseo de mejorar sus hábitos, en lugar de cambiar su personalidad por completo, pero serás tú quien deba tomar esta decisión personal. Cerciórate de que lo hagas por las razones correctas.
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Consejos
- No te frustres si no consigues cambiar de la noche a la mañana, porque toma algún tiempo.
- Si crees que no puedes cambiar quien eres por culpa de tus padres u otras personas en tu vida, cámbiate de formas sutiles. Corta los hábitos que no te agradan y emprende nuevos. Si tus padres preguntan qué pasa, explícales que solo tratas de sentirte mejor contigo mismo.
- Empieza en el verano y para el otoño la gente notará el cambio.
- Cambia poco a poco. Un cambio drástico puede hacer que la gente se haga preguntas. Localiza tu problema y trabaja en él. Poco a poco se volverá natural.
- No deberás cambiar para agradarles a las personas. Solo deberás cambiar por ti mismo, porque quieres ser una mejor persona.
- Elige a alguien que te agrade y determina cómo reacciona. Siempre piensa “¿Qué haría él?” antes de actuar.
- Puedes hacerte un corte de cabello, y un nuevo estilo de ropa te ayudará.
- Verifica que un amigo cercano o un familiar conozcan tu plan, tan solo por si algo sale mal.
- Conócete por completo y no olvides disfrutar de todos los momentos felices en tu vida.
- Ten un modelo a seguir. Conoce el motivo por el que quieras ser como él. Lee sobre él o mira documentales en torno a su vida.
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Advertencias
- Ten presente que si haces cambios drásticos en tu personalidad, es probable que a tus amigos no les agrade tu nuevo yo.
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Referencias
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